Vecinos de Guadiana del Caudillo quieren quitarse el apellido

Convocan una manifestación contra los gestos franquistas de su alcalde, que acaba de fichar por Vox

EL PERIÓDICO | JUAN JOSÉ FERNÁNDEZ | MADRID | 23-11-2018

Por los rincones de un pueblo que se apellida “Del Caudillo” vuelan octavillas con un puño izquierdo cerrado como ilustración. Paradojas de Guadiana, como llaman, a secas, sus vecinos a la pequeña localidad de Badajoz cuyo consistorio se resiste a eliminar la referencia a Francisco Franco en su denominación oficial. 

Este sábado se libra una de esas batallas que jalonan el debate sobre la memoria histórica de este país. Será a las 17 horas, en la plaza del pueblo, donde la plataforma Guadiana Despierta pretende juntar al mayor número de gente posible. Por lo menos a toda la que haya decidido discrepar en  una localidad que no tiene, al fin y al cabo, más de 2.550 vecinos. 

Los convocantes han avisado a todo tipo de grupos de izquierda, sindicalistas y feministas de Badajoz -a 35 kilómetros- y la fértil comarca de las Vegas Bajas. “¡Guadiana sin caudillo ya!” claman las octavillas de convocatoria cuarenta y tres años y un día después de que el cadáver del dictador fuera enterrado en el Valle de los Caídos bajo una losa de granito de 1.500 kilos. Diecisiete jóvenes del municipio fundaron la plataforma. Son la inmensa mayoría nietos de los tres centenares de colonos que el franquismo trajo para fundar el pueblo.

“Venían con lo puesto”

En 1950, el Plan Badajoz -100.000 hectáreas convertidas en regadíos al este de la ciudad- deparó la fundación de varias aldeas de campesinos mediante la entrega de 6.000 viviendas y otras tantas parcelas para su cultivo. 276 fueron entregadas en un primer lote a los inauguradores de Guadiana, “que venían con lo puesto, andando o en la parte de atrás de camiones”, tiene relatado a EL PERIÓDICO el alcalde, Antonio Pozo Pitel.

Puede que los abuelos estuvieran agradecidos al franquismo; e incluso nietos como el edil Pozo. Pero no todos los descendientes piensan como él. “Lo único que puedo comentar ante la manifestación es respeto absoluto. Están en su derecho, como no podía ser de otra manera”, dice Pozo, que deja un momento de podar olivos y recoger leña para atender a EL PERIÓDICO.

Influye en la convocatoria de este sábado la denuncia que sus promotores hacen del dinero público perdido por el ayuntamiento en subvenciones que no llegan “por mantener simbologías franquistas, incumpliendo así la Ley de Memoria Histórica”, dice la convocatoria.

Fichaje de la extrema derecha

Guadiana del Caudillo lleva llamándose así desde que lo fundó el Instituto Nacional de Colonización del franquismo, en 1950, y tiempo ha habido para que se encresparan las cosas hasta el punto de convocarse una manifestación. Pero quién sabe si la paciencia de los vecinos no franquistas del pueblo no se habría desbordado aún si su alcalde no hubiese fichado por Vox.

Cuando Pozo mandó quitar de la antigua sede del PP el cartel azul de los populares para cambiarlo por uno de Vox, la gente no dejaba de comentarlo en los bares. “Las personas de izquierdas de Guadiana llegamos a la conclusión de que esto no se nos puede ir de las manos hasta el punto de que este pueblo sea el primero que gobierne Vox en toda España. Eso no puede ser”, comenta Ana Plaza.

Antonio Pozo Pitel había dejado el PP en julio pasado. Según la versión que dio en su momento, se iba por “el abandono que sufrió su equipo de Gobierno tras los ataques recibidos en relación con la injusta Ley de Memoria Histórica”. Y según explicó a EL PERIÓDICO en agosto pasado, porque su partido quería obligarle “a incumplir la vountad de los vecinos de que este pueblo responda a su tradición y se llame como se llama”.

Pozo habla de la voluntad del pueblo basándose en un referéndum que convocó en marzo de 2012 para decidir sobre la denominación de la localidad. Ganó la abstención (67,7 por ciento), y con una participacion de 817 vecinos (de 2.000 que constituyen su censo), pero el equipo de Gobierno, entonces del PP, decidió que había ganado el nombre franquista con 495 votos, 60,6 por ciento de los emitidos. Guadiana Despierta lo considera un “referéndum sin ninguna garantía legal. Por un motivo idéntido algunos catalanes (a día de hoy) están presos o fugados”, dicen en su comunicado de convocatoria de la manifestación de este sábado.

El pasado 7 de septiembre, Vox hizo público que Pozo se incorporaba a sus filas. Y no solo él: también otro maldito del PP pacense, Juan Antonio Morales, que había pasado de ser secretario general provincial de su partido a denunciarlo por “las cesiones y actitudes dialogantes del Gobierno de Rajoy con el separatismo”.

Así que a algunos vecinos, por más que les pareciera inédita la escena, no les tuvo que sorprender ver el pasado 8 de noviembre a Santiago Abascal, el líder de Vox, bajándose de un coche en la plaza del pueblo. Iba para Sevilla, a dar un mitin el día 11 –en el que reuniría a 3.000 personas–, pero paró para recoger al alcalde Pozo e irse antes a llenar el hotel Center de Badajoz en otro acto político en el que clamó: “¡Dejad a los muertos donde están!”.

Antes de partir, Pozo le enseñó el ayuntamiento a Abascal, y colocó al político vasco junto a un grupo de trabajadores municipales para hacerse una foto. Después de hacerse la foto con los empleados municipales, Santiago Abascal y su nuevo fichaje salieron en el coche para Lobón, no lejos de allí, a buscar a Morales. Lo que pasó después está contado por la prensa extremeña.

Pozo confirma que tiene pensado presentarse a unas primarias en Vox para ser candidato en las elecciones municipales, y asegura: “El pueblo no está dividido por discusiones políticas, como quieren hacer creer algunos medios de comunicación. Cuando acabe de trabajar, me iré a tomar una cerveza y estaré con amigos de derechas y de izquierdas. Aquí nos conocemos todos ¿sabe usted?”. 

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