Zaragoza. María Domínguez (1882-1936). El trágico final de la primera alcaldesa española.

María Domínguez (1882-1936). El trágico final de la primera alcaldesa española

Héctor Vicente Sánchez
Doctorando del Departamento de Historia Moderna y Contemporánea Universidad de Zaragoza

31.01.2021

conversacionsobrehistoria.info

Las fotos que se han conservado de María Domínguez nos muestran un rostro adusto y surcado de algunas arrugas que traslucía que su vida no había sido plácida. La historia se divulgó en 1932 gracias al periodista Vicente Sánchez-Ocaña que había formado parte de la Revista semanal Estampa y  ejercido de redactor-jefe en el diario Heraldo de Madrid. A partir de noviembre de 1930 se incorporó al naciente diario gráfico Ahora, de tendencia republicana moderada, cuyo subdirector era Manuel Chaves Nogales. El 27 de octubre de 1932 se publicó la entrevista a María Domínguez que se reproduce al final. En esta presentación se completa la información de la entrevista con diversos datos que proceden de la bibliografía consultada y permiten conocer la agitada vida de este personaje singular con un final muy poco feliz. [1]

Nuestra protagonista nació el 1 de abril de 1882 en el pueblo de Pozuelo de Aragón, provincia de Zaragoza, en el seno de una familia de jornaleros humildes que no sabían ni leer ni escribir. Esta difícil situación hizo que asistiera pocos años a la escuela y desde muy pronto tuviera que iniciarse en el mundo laboral dedicándose a labores agrícolas como espigar, vendimiar o recoger olivas. En medio de la dura vida del campo comenzó a desarrollar una de sus grandes aficiones: la lectura. Durante aquellos años leyó todo lo que pasó por sus manos y, como contaba la propia María, a su padre “por la noche cuando volvíamos del trabajo, en tanto que mi madre preparaba la cena me contaba cuentos y milagros de los santos”.

Cuando cumplió los 18 años sus padres, buscando lo que creían  mejor para ella, le concertaron un matrimonio que al final, con el maltrato, tuvo todas las inconveniencias posibles. Esta situación se prolongó durante siete años hasta que en 1907 cansada de vejaciones y humillaciones, decidió marcharse de casa. En la entrevista se relatan las distintas vicisitudes de la huida hasta llegar a Barcelona para dedicarse a servir, la lucha con la familia, la posterior marcha a Zaragoza, la promoción que supuso comprarse una máquina de hacer medias que le permitió ganarse la vida sin necesidad de servir en otras casas ni tener que trabajar en el campo…

La mejora en sus condiciones de vida le posibilitó dedicar más tiempo a sus dos grandes pasiones: la lectura y la escritura. Un día “se me ocurrió mandar uno de mis artículos a El País” consiguiendo que se lo publicasen, momento a partir del cual se planteó “¿es que puedo escribir en los periódicos?” De este modo iniciaba su carrera periodística que continuó como colaboradora en el semanario Ideal de Aragón dirigido por el republicano Venancio Sarria Simón. En este periódico María Domínguez firmó con el seudónimo de Imperia. En su estancia en Zaragoza quiso también estudiar magisterio y para ello concurrió a los exámenes de acceso a la Escuela Normal en 1914 pero el resultado fue negativo. Su oportunidad en el mundo de la docencia le llegaría en 1917 cuando un amigo le proporcionó trabajo de maestra en el pueblecito vitoriano de Mendiola. Este empleo le permitió abandonar la máquina de hacer medias y simultanear su labor docente con sus estudios para conseguir el ingreso en la Escuela Normal de Pamplona, el cual finalmente logró.

Esta situación fue efímera pues cayó enferma dos veces, una de ellas debido a la llamada ‘gripe española’ que asoló Zaragoza en 1918. Durante su periodo de convalecencia fue asistida por las amistades que había hecho en su periodo de colaboradora en el Ideal de Aragón. Pilar Ginés, militante socialista y mujer de Venancio Sarria Simón, le prestó el dinero que necesitaba y le facilitó las medicinas y alimentos que precisó. Otro antiguo compañero, el médico anarquista y masón Miguel Alcrudo, la atendió durante todo el periodo de baja de forma desinteresada. En la entrevista se relata la vuelta al campo, el segundo matrimonio y la residencia en Gallur de donde procedía su marido y el inicio de la actividad sindical   con la organización en los últimos años de la Dictadura de la sección local de la Unión General de Trabajadores de la que posteriormente María se separaría.

Este activismo la incitó a escribir de nuevo en la prensa. Lo hizo en el semanario socialista Vida Nueva que comenzó a publicarse en mayo de 1930 en Zaragoza. Pero las tensiones internas surgidas en el sindicalismo ugetista gallurano le hicieron que decidiera alejarse de dicho órgano y de su prensa. Su popularidad motivó que una vez proclamada la Segunda República volviera a ser reclamada en la escena pública. A María le fue realizado el encargo de elaborar el texto que iba a cerrar la manifestación organizada en Pozuelo de Aragón para celebrar la instauración del nuevo régimen. Fue también solicitada su cooperación para que participara en unas jornadas de exaltación y difusión del régimen republicano entre el colectivo de las mujeres. Esta labor le llevó a realizar varias conferencias a lo largo de 1932 por las provincias de Huesca y Zaragoza. Su gran oportunidad en el mundo de la política llegaría en el verano de 1932 cuando en el mes de julio el gobernador civil de Zaragoza, Manuel Álvarez-Ugena militante de Acción Republicana, destituyó al Ayuntamiento de Gallur y el 28 de julio puso al frente del mismo a María Domínguez Remón. De este modo se convertía en la primera mujer en acceder a la alcaldía en un régimen democrático en España. Antes que ella ya había habido otra mujer Alcaldesa. Matilde Pérez Mollá había ejercido el cargo en el pueblo valenciano de Quatretondeta durante la Dictadura de Miguel Primo de Rivera entre el 27 octubre 1924 y el 1 enero 1930.

Como primer punto del programa municipal del Ayuntamiento presidido por María Domínguez figuró la construcción de un edificio para escuela porque el existente estaba muy defectuoso. También emprendió la tarea de sanear las arcas municipales para obtener fondos con los que realizar obras en las infraestructuras y aplicó la legislación social en el terreno laboral frenando las jornadas abusivas y los bajos salarios. Durante su estancia al frente del consistorio asistió, en octubre de 1932, al XVII Congreso de la Unión General de Trabajadores celebrado en el teatro Fuencarral en el que ejerció de secretaria en la décima sesión. Las críticas a su gestión no tardaron en surgir y decidió cesar en el cargo en febrero de 1933 volviendo a su vida en el hogar y dedicándose a educar a unos cuantos niños que acudían a la escuela de Gallur por las tardes. Ese mismo año también fue publicado su libro Opiniones de mujer que contenía el texto de una conferencia que iba a impartir en Monzón pero que, como la propia autora exponía, no había sido dada por causas que omitía. En el texto se abordaban cuestiones sobre qué era el feminismo, el papel que debía jugar la mujer en las leyes o si ésta era inferior al hombre. La obra contó con un extenso prólogo de la prestigiosa Hildegart Rodríguez. Iniciado el golpe de Estado María no fue molestada, pero aún así decidió refugiarse en Pozuelo en casa de su hermana, una persona de derechas bien conceptuada por el nuevo régimen. Permaneció allí durante quince días convencida de que no había hecho nada malo por lo que nada podía pasarle.

Pero María tenía todas las cartas posibles para no seguir pasando desapercibida: sindicalista, defensora de la República y de la legislación laboral, feminista… y maestra.»Escuelas, Escuelas». El 7 de septiembre de 1936 fue fusilada en las tapias del cementerio del cercano pueblo de Fuendejalón. Su marido también lo sería unos días después en Tabuenca. Instaurada la Democracia, la Diputación Provincial de Zaragoza le concedió, a título póstumo, la medalla de Santa Isabel en 1999. Su nombre también ha servido para nombrar calles en Zaragoza y Gallur, así como para designar centros escolares en el pueblo que la vio ejercer de alcaldesa.

BIBLIOGRAFIA  

BERNAD, Enrique y Enrique SARASA: Los nombres de la rosa, Zaragoza, Doce Robles, 2019, pp. 112-114.

CIFUENTES, Julita y Pilar MALUENDA: “DOMÍNGUEZ REMÓN, María”, en Enrique BERNAD ROYO (coord.): República y republicanos. Socialistas y republicanos de izquierda en Zaragoza y provincia, 1931-1936, Zaragoza, Universidad de Zaragoza, 2003, pp. 155-159.

CIFUENTES, Julita y Pilar MALUENDA: “María Domínguez y Pilar GINÉZ, dos vidas rotas”, en Ángela CENARRO LAGUNAS y Víctor PARDO LANCINAS (eds.): Guerra civil en Aragón 70 años después, Zaragoza, Gobierno de Aragón, Centro del Libro de Aragón, 2006, pp. 197-207.

DOMÍNGUEZ, María: Opiniones de mujeres, Madrid, Editorial Castro, 1933.

LAFOZ RABAZA, Herminio: Diccionario biográfico del socialismo en Aragón (1882-1939) II. Zaragoza provincia, Zaragoza, Comuniter, 2016, pp. 153-154.

MARTÍN NÁJERA, Aurelio (dir.): Diccionario biográfico del socialismo español. 1879-1939, A-L, Madrid, Fundación Pablo Iglesias, 2010.

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