87 aniversario del asesinato de “La Libertaria”. Su cuerpo sigue sin encontrarse.

En Tarifa, o en Paterna o en Medina Sidonia  (Cádiz), un 24 de agosto de 1936 los fascistas fusilaron a María Silva Cruz, de 21 años de edad. Esta joven anarquista fue una de las protagonistas de la terrible masacre de ‘Casas Viejas’, en enero de 1933. Un episodio lamentable de represión y muerte contra el Movimiento Libertario y el Anarquismo, ejercido por el poder del Estado bajo el Gobierno de la II República.
María había nacido en abril de 1915, en Casas Viejas (Cádiz), en el seno de una familia muy humilde de clase trabajadora, siendo la mayor de 8 hermanos. Desde bien pequeña trabajó para ayudar a su familia, tanto en la tierra como en el carbón y como parte del servicio doméstico de una casa. Vivió más tarde con su familia en una choza en ‘Casas Viejas’, suponiendo un importante cambio para ella y su gente.
En el pueblo su familia era conocida por sus ideas revolucionarias. Precisamente María era nieta de Francisco Cruz Gutiérrez, apodado ‘Seisdedos’, conocido anarquista y miembro de la CNT. Su abuela materna se encargó de inculcarle las ideas anarquistas a María. Y tanto su padre como sus tíos, cuando pudieron, empezaron a participar activamente con el sindicato. María había mamado casi desde la cuna las ideas que marcarían su destino.
Participó durante años en una asociación juvenil, de carácter libertario y feminista, llamada ‘Amor y Armonía’.
Estaba formada por mujeres y trabajaban por la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres.
María pudo escapar de la muerte en enero de 1933 en ‘Casas Viejas’, pero no lo logró en 1936, cuando los fascistas se hacen fuertes ejerciendo una brutal represión en pueblos y comarcas de Andalucía.