Esta vez, queremos recordar también, a todas las personas que fueron asesinadas ese mismo año, el último de la vida del Generalísimo (así le nombraron los militares españoles).
Lo haremos brevemente, apenas mencionando sus nombres. Que no se olviden.

Recuerdos

1975 fue un año de crisis, movilizaciones y sangre. Y un dato previo: entre 1967 y 1975 se decretaron seis estados de excepción. Los de enero del 69 y diciembre del 70, de tres meses de duración, afectaron a todo el territorio del Estado; los restantes “sólo” a las provincias que, tras la victoria franquista, fueron declaradas oficialmente, “provincias traidoras”: Vizcaya y Guipúzcoa. Se vivía en España un clima de represión acentuada y un clima de luchas de todo tipo, desde huelgas y manifestaciones perseguidas a tiros hasta respuestas de ataque y autodefensa por parte de diversas organizaciones antifascistas como el FRAP o ETA, entre otras. Tras las numerosas detenciones que se produjeron durante los meses de julio y agosto, se montaron cuatro consejos de guerra (el ejército mantenía su papel represor intacto desde el levantamiento fascista del 18 de julio de 1936), dos en Madrid, uno en Burgos y otro en Barcelona. El segundo de Madrid fue sumarísimo. Como consecuencia, once penas de muerte de las que se llevaron a cabo cinco, las de Xosé Humberto Baena Alonso, José Luis Sánchez-Bravo Solla, Ramón García Sanz, los tres del FRAP, y las de Ángel Otaegui y Juan Paredes Manot. Las tres primeras se ejecutaron en el polígono militar de Hoyo de Manzanares en Madrid, y las otras dos en Burgos y en Barcelona.

Para dar una idea de lo que se vivía en España durante esos años y, en concreto, durante 1975, y hacer comprender hoy la situación y el combate contra la dictadura terrorista, así, a vuela pluma y sin pretender ser en absoluto exhaustivos, damos unas pinceladas rápidas sobre el día a día de la represión de la época.

1974 se despidió bien servido. Durante el último trimestre fueron detenidas 1.309 personas: 478 en octubre; 197 en noviembre y 634 en diciembre. El Tribunal de Orden Público (TOP) incoó durante ese año 2.382 causas, 217 más que en 1973.

El 20 de enero, la Guardia Civil inaugura el nuevo año asesinando a tiros a Víctor Pérez Elexpe, militante del PCE(i). Su delito: repartir propaganda de su partido en Santurce.

El mismo mes se detuvieron en toda España a 600 personas, de ellas, 120 en Cataluña. (manejamos cifras oficiales y los hechos reseñados por la prensa; ambas fuentes pueden considerarse muy poco fiables, en el sentido de que ocultaban en unos casos y reducían en otros, las actuaciones represivas y su gravedad). En febrero, las personas detenidas superan los 400.

Participan en los ataques a librerías de Madrid, Barcelona, Bilbao, Valencia, Granada…, a tiros y con cócteles molotov, los consabidos grupos de extrema derecha así como miembros de las fuerzas de seguridad del Estado vestidos de civiles.

El 1 de febrero fue herido de gravedad por los disparos de un policía de la Brigada Político Social (BPS) Carlos Urritz Geli, del PCE (m-l), junto al metro de Santa Eulalia, de Barcelona. Su delito, el mismo que Pérez Elexpe: repartía el periódico de su organización.

El 5 de febrero muere en un hospital de Barcelona, a consecuencia de las torturas infringidas por la BPS, Pedro Mora León, militante independentista.

El 8 de febrero, un decreto gubernamental cierra la Universidad de Valladolid, tras las protestas de los estudiantes.

El 20 de abril, la Guardia Civil dio muerte a tiros a Mikel Gardoqui Azpiroz.

Con fecha del 25 de abril, un decreto firmado por Franco y el ministro de la Gobernación, José García Hernández, establece el estado de excepción durante tres meses en Vizcaya y Guipúzcoa.

Durante estos días, en Galicia, están en huelga los trabajadores de FENOSA. El 1 de mayo, el FRAP y la LCR convocan una manifestación en las cercanías de los bloques donde viven muchos de los obreros de la citada empresa. Unas cien personas recorren la zona repartiendo propaganda y lanzando consignas de apoyo a los huelguistas. Entre ellas, está José Humberto Baena. Se había unido al FRAP a principios de 1974. Mientras la manifestación se desarrollaba sin incidentes, aunque en estado de alerta a la espera de la aparición de las fuerzas de seguridad, desde un balcón, un guardia civil apellidado Sanfiz se dedicó a hacer puntería y disparar sobre los manifestantes. Un obrero de FENOSA, Manuel Montenegro, que contemplaba la manifestación desde la acera, fue alcanzado por las balas. Murió en el acto.

Una esquela del sindicato vertical fascista aparece al día siguiente en la prensa gallega diciendo que Montenegro había muerto en “accidente laboral”.

El 20 de mayo, la Guardia Civil perpetra una masacre en Gernika, asesinando a tiros a tres personas: Jesús Markiegi, de veinte años, y el matrimonio formado por Blanca Saralegui Allende, de cuarenta y dos e Ignacio Garay Lejarreta, de cincuenta y tres.

Como dato adicional a esta tenebrosa lista señalemos que, entre octubre del 74 y mayo del 75, se produjeron 80 secuestros de periódicos y revistas de todo tipo.

El 9 de mayo, el ministro de Información, León Herrera, se reunió con nueve directores de periódicos de ámbito nacional para dictarles una serie de normas en la situación de estado de excepción, entre otras: “no criticar al Jefe del Estado, al Príncipe Juan Carlos o al Presidente del Gobierno”. Se restringió igualmente la información sobre la actividad de las Fuerzas de Seguridad del Estado.

En poco más de un mes, de marzo a primeros de mayo, las personas detenidas en todo el país sumaron, si nos guiamos por las informaciones periodísticas, siempre muy parciales, unos 700. Un cálculo más pormenorizado podría elevar la cifra a, más o menos, 1.300, para superar los 2.000 en los siguientes cuarenta y cinco días. En junio-julio fueron internados en la plaza de toros de Bilbao 125 personas, al no haber espacio en las comisarías.

El 23 de mayo el estudiante Luis Arriola, de diecisiete años, fue detenido en Ondarroa y conducido al cuartel de la Guardia Civil. Motivo: formaba parte de un grupo de muchachos que se paseaban cantando en vasco. En el cuartel le pegaron un tiro y murió. La prensa guardó el más absoluto silencio. Al parecer, uno de los asesinos se llamaba Pedro Rodríguez, guardia civil, por supuesto

El 28 del mismo mes, una ciudadana alemana, Felicitas Mara Alesandra Leckelt murió en un control de carreteras a manos de la Guardia Civil. El mismo cuerpo de Seguridad mató a un niño de trece años en otro control de carreteras. La prensa, en silencio. El estado de excepción era para algo.

El 15 de junio, Alfredo San Sebastián, de veinticuatro años fue asesinado en Murguía, Vizcaya, igualmente por la Guardia Civil durante una fiesta de despedida. En julio, asesinato de Josu Mújica Ayestarán.

En agosto, Moncho Reboiras es asesinado por la BPS en Galicia; el 31, el mismo cuerpo terrorista de Estado mata en San Sebastián, en una manifestación, a Jesús María García Ripalda,

El 18 de septiembre de 1975, de nuevo la BPS, mata a José Ramón Martínez Antia “Montxo”, en el transcurso de unas operaciones propiciadas por la delación de Mikel

El 19 de septiembre, es acribillado y muerto en Barcelona, Andoni Campillo Alkorta.

En octubre, los asesinados fueron Kepa Etxandi, Iñaki Etxabe Orobengoal, Germán Aguirre y Antonio González Ramos. También en octubre, José Martínez Vélez, su esposa Antonia Pérez Puente y su hijo Antonio Martínez Pérez, que venían de un velatorio familiar en su vehículo, fueron alcanzados por el fuego cruzado entre un grupo de la Policía Armada y otro de la Guardia Civil en Barcelona.

En noviembre, es asesinado Ángel Esparza Bastrerra y en diciembre se cierra el año con otras dos muertes, Koldo López de Gereñu y Kepa Tolosa Goicoetxea.

Con los fusilados el 27 de septiembre, nos da la cifra de veintiocho asesinatos de Estado el último año de vida del dictador. Veintiocho asesinatos impunes, por no hablar de los actos de ataque a personas, establecimientos, librerías, ataques a manifestantes, apaleamientos, detenciones y torturas.

En todo esto, un grupo especial de la Guaedia Civil, poco conocido, tuvo mucho que ver, el Grupo de Operaciones del Servicio Secreto de Información (GOSSI), en el que tuvo papel destacado el capitán Gil Sánchez Valiente, implicado en el intento golpista del 23 de febrero de 1981.

Ese era el ambiente, esa era la España de Franco.

27 de septiembre 1975: recuerdos, testimonios