Joaquín Fernández García

Algar
Cádiz
Medina Linares, Ángel

Joaquín Fernández García, natural de Algar (Cádiz), nació el 28 de junio de 1916. Jornalero de profesión se desconoce su evolución personal durante la Segunda República. Tras el golpe de estado del 18 de julio de 1936 es muy probable que huyese de su ciudad, uniéndose a las milicias republicanas en la provincia de Málaga o Almería, ya entrado el año de 1937. Hasta la fecha no hay datos disponibles sobre su paradero durante el desarrollo de la Guerra Civil.

Ante la inminente derrota republicana, Joaquín Fernández huyó a Francia a principios de 1939, desconociéndose por completo el camino tomado y la fecha de llegada al país vecino. Hay constancia de que estuvo internado en los mal llamados campos de refugiados franceses, concretamente el situado en la playa de Argelès-sur-Mer, donde Joaquín fue testigo de la falta de humanidad por parte de las autoridades galas.[1] Al igual que miles de republicanos refugiados en Francia, Joaquín formaría parte de alguna de las Compañías de Trabajadores Extranjeros dependientes del Gobierno francés. Aunque desconocemos la Compañía donde estuvo enrolado Joaquín, según acontecimientos posteriores lo más probable es que el gaditano fuese destinado a la realización de tareas auxiliares defensivas en la conocida Línea Maginot durante la primavera de 1940.

Sorprendido por la exitosa y veloz invasión alemana de Francia, Joaquín Fernández formó parte del millón de soldados franceses y unos 10.000 españoles cercados en la región boscosa situada entre las ciudades de Épinal, Sélestat y Belfort, conocida como la «bolsa de los Vosgos». Tras ser hecho prisionero en junio de 1940 por las tropas nazis, Joaquín fue internado en uno de los llamados frontstalags o campos de tránsito, para seguidamente ser transferido al Stalag V-D, el campo de prisioneros situado en la ciudad francesa de Estrasburgo. Aquí estuvo trabajando en una fábrica de armas hasta finales de año, concretamente hasta el 11 de diciembre de 1940, cuando es conducido a la estación de tren de la ciudad.

Joaquín Fernández desconocía que las autoridades nazis, en colaboración con la dictadura franquista y el beneplácito del colaboracionista de Pétain, habían acordado la deportación de los españoles a los campos de concentración alemanes. Es por ello por lo que el mismo 11 de diciembre Joaquín subía a un tren con otros 845 republicanos, cuatro de ellos también gaditanos, con destino a Mauthausen, pueblo al que llegaría dos días después.[2] Tras una caminata de 5 kilómetros en pleno invierno, Joaquín fue desnudado, rapado, golpeado y humillado por los soldados y carceleros del campo de concentración de Mauthausen donde viviría a partir de ese momento como un simple número: el 4.822.[3]

Su destino durante los primeros meses en Mauthausen fue la temida cantera, donde fue testigo de la muerte de cientos de prisioneros a manos de los SS y los kapos o causa del trabajo esclavo. Desconocemos si gracias a su habilidad para trabajar la piedra, su puesto en algún trabajo «menos» sacrificado o simplemente por suerte, lo cierto es que Joaquín Fernández fue asignado al kommando de Bretstein en el verano de 1941, mejorando levemente sus posibilidades de supervivencia.[4] Este comando estaba formado por alrededor de 250 españoles y junto a Joaquín también estaban los gaditanos Eduardo Escot Bocanegra (Olvera) y Juan Velasco Camacho (Setenil de las Bodegas), quienes trabajaron en la construcción de una carretera que comunicaba el pueblo de Bretstein con las granjas experimentales de la SS en las que trabajaban prisioneros de guerra franceses.

Gracias a testimonios como el de Eduardo Escot, conocemos que el pequeño subcampo de Bretstein, situado en un hermoso valle entre montañas, estaba compuesto por cuatro barracas: dos para los prisioneros, otra para los SS y una barraca de servicio, donde se hallaba el almacén, la cocina, los sastres y los zapateros. Los testimonios de los supervivientes coinciden en las difíciles condiciones de vida ocasionadas por las inclemencias del tiempo y el trato degradante por parte de los SS. De todo ello fue testigo Joaquín Fernández García, quien vivió la muerte de muchos de sus compañeros y las represalias por la fuga o los intentos de fuga de otros prisioneros.

En Bretstein estuvo Joaquín hasta octubre de 1942, cuando se disuelve el comando y los deportados son trasladados a otro subcampo situado en el distrito de Münichholz de la ciudad austriaca de Steyr.[5] Aunque las condiciones de vida seguían siendo igual de complicadas, estas mejoraron levemente al trabajar en la producción armamentística nazi, la fabricación de vehículos o la construcción de carreteras y refugios antiaéreos para la ciudad de Steyr. Afortunadamente, el tiempo fue pasando y sobrevivir a los campos de concentración se convirtió en una realidad. Sin embargo, todo cambió el 10 enero de 1945 cuando Joaquín fue transferido nuevamente, esta vez al temido campo de Gusen.[6]

En «El Matadero», como era conocido Gusen, habían muerto cientos de deportados españoles por lo que Joaquín tenía motivos suficientes para temer por su vida. Según el registro de entrada el gaditano llegó juntó a otros 60 prisioneros con trabajos especializados, apareciendo su nombre en la categoría schleifer que en español se puede traducir como afilador, pulidor, tallador o amolador.[7] Es indudable que esta «especialización laboral» supuso una garantía de supervivencia durante el cautiverio en los diferentes subcampos y campos de concentración mencionados, ya que la pertenencia a un grupo de trabajo u otro suponía el empeoramiento de las ya mermadas condiciones de vida o directamente la muerte. La mejor muestra de ello es que Joaquín Fernández García logró sobrevivir, siendo liberado el 5 de mayo de 1945 por las tropas aliadas[8].

Lamentablemente no tenemos información sobre el destino inmediato de Joaquín tras su liberación. Lo más probable es que fuese repatriado a Francia, donde empezaría su recuperación personal y pasaría el resto de su vida. Joaquín Fernández García falleció en noviembre de 1998 en Saint-Mandé en el departamento francés de Nogent-sur-Marne. Esperemos que esta pequeña aproximación biográfica sirva para conocer más datos sobre su vida antes y después de su deportación e internamiento en los campos de concentración nazis. Para concluir, he de destacar que muchos de los datos mencionados están disponibles en diferentes bases de datos e investigaciones previas.[9]

Fuente: Ángel Medina Linares, Gaditanos deportados a los campos de concentración nazis. Diputación de Cádiz, 2022. Accesible en https://www.dipucadiz.es/export/sites/default/prensa/.galeria_de_ficheros/documentos/Memoria-Final.-Gaditanos-deportados-a-campos-de-concentracion-nazis-2.pdf

[1] Archives Départementales des Pyrénées-Orientales, «Ficha detallada Joaquín Fernández García», N.º 76467 y N.º 3550. Referencias Expedientes: 1260W44 y 1260W38. La única referencia que aparece en estas fichas es que Joaquín estaba localizado en el campo de Argelès.

[2] Archivo del Memorial de Mauthausen, «Lista de entrada a Mauthausen», Y50-1, 13/12/1940. ITS Digital Archive, Arolsen Archives, «Zugangslisten Mauthausen-vom 09.05.40-05.12.41»: 1.1.26.1/222701/1319170.

[3] ITS Digital Archive, Arolsen Archives, «Individuelle Häftlings Unterlagen KL Mauthausen»: 1.1.26.3/051.091/1435552-54.

[4] ITS Digital Archive, Arolsen Archives, «Individuelle Häftlings Unterlagen KL Mauthausen»: 1.1.26.3/051.091/1435553.

[5] El subcampo de Steyr-Münichholz fue construido en marzo de 1942 por prisioneros españoles. Su principal función era servir de mano de obra a la empresa armamentística de Steyr-Daimler-Pufch AG. Más de 3000 prisioneros pasaron por este campo, dedicándose principalmente a la construcción de motores de aviones y armamento. A finales de la Segunda Guerra Mundial la producción se realizó en túneles para evitar los bombardeos aéreos aliados.

[6] ITS Digital Archive, Arolsen Archives, «Individuelle Häftlings Unterlagen KL Mauthausen»: 1.1.26.3/051.091/1435554.

[7] Archivo del Memorial de Mauthausen, «Lista de Steyr a Gusen», Y50-5, 10/01/1945.

[8] Según el registro de las autoridades aliadas encargadas del campo de Gusen tras su liberación, Joaquín Fernández fue autorizado para su puesta en libertad el 22 de mayo de 1945. ITS Digital Archive, Arolsen Archives, «Listen zu befreiten Häftlingen des KL Mauthausen (Nachkriegsaufstellung)»: 1.1.26.1/8121000/1304889.

[9] Véase: Generalidad de Cataluña, Banco de la Memoria Democrática, «Deportados catalanes y españoles en los campos nazis», ID5114. CDMH, «Españoles Deportados a Campos de Concentración Nazis 1940-1945», Fernández García, Joaquín. B. Bermejo y S. Checa, Libro Memorial. Españoles deportados a los campos nazis (1940-1945), Madrid, Ministerio de Cultura, 2006, p. 57.