ACTUALIZADO. Badajoz. La matanza 80 años después

LA MATANZA DE BADAJOZ EN LA MEMORIA. 80 AÑOS DESPUÉS

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Hoy 14 de agosto, se cumplen 80 años del inicio de la matanza de Badajoz por la Columna de la Muerte, al mando del teniente coronel Yagüe, de infausta memoria.80 años del día más nefasto de la reciente historia de Badajoz, a partir del cual comenzó un período de violencia criminal que se llevó por delante a miles de personas, y que marcó para siempre la vida de esta ciudad.

La masacre que se desarrolló en la ciudad de Badajoz, a partir del 14 de agosto de 1936, fue una de las primeras evidencias ante el mundo, de la política de exterminio del adversario, programado por los militares golpistas.Es posible que Badajoz sea la ciudad española en que, en relación con su población, un mayor número de personas fueran asesinadas a consecuencia del golpe militar y de la masacre realizada tras su ocupación en agosto de 1936.

El cementerio de San Juan, y otros lugares de la ciudad, pertenecen a la historia silenciada y oculta de Badajoz. Allí fueron asesinadas muchas personas que pasaron luego a fosas comunes, muchos incinerados, abiertas en el interior de dicho cementerio, hechos de los que existe documentación gráfica, como son las imágenes captadas por el cámara periodista francés René Brut que dieron la vuelta al mundo. No hay Memoria sin lugares, ni lugares sin Memoria.
Uno de los estudios más exhaustivos y documentados sobre la matanza es el realizado por el historiador Francisco Espinosa, quien, en su libro “La columna de la muerte” (Editorial Crítica, 2003), documenta unos 1.400 asesinatos registrados en los libros del cementerio y del Registro Civil, pero constata que las personas asesinadas podrían ser más de 3.800, pues muchos nunca fueron registrados.
Como dice el citado historiador sobre la represión franquista: “Dos fueron los instrumentos de los que se sirvieron los golpistas para llevar a cabo el plan represivo: los bandos de guerra y los consejos de guerra sumarísimos de urgencia. Es sobradamente conocido el bando publicado por la Junta Militar el 28 de julio de 1936; sin embargo son totalmente desconocidos aquellos con los que se funcionó realmente a nivel local desde el primer momento. En la práctica los bandos de guerra pretendieron dar un barniz seudolegal a la gran matanza del 36. Luego miles de personas serían inscritas en los registros civiles con la causa de muerte: “Aplicación del Bando de Guerra”. No obstante, lo que interesa destacar de esta etapa fue el altísimo número de personas que quedaron sin inscribir en el registro Personas de cuya muerte no ha quedado huella alguna: detenidas ilegalmente, asesinadas y enterradas por lo general en fosas anónimas abiertas en los cementerios, en el campo e incluso en fincas particulares. El mapa de las fosas comunes se superpone a la España donde triunfó el golpe militar y se aplicó de inmediato el calculado plan de exterminio que los sublevados tenían previsto desde el principio”.
“Respecto a la represión franquista cabe establecer tres etapas. La primera, la de la represión salvaje con los bandos de guerra, comprende desde el 17 de julio del 36 a febrero de 1937. La segunda, la de los consejos de guerra sumarísimos de urgencia, va de marzo de 1937 a los primeros meses de 1945. Podría parecer que el final de la guerra marca una separación pero realmente es lo mismo; quizás la disminución del ritmo represivo iniciado en el 36 se perciba a partir de 1943. Y la tercera sería la gran oleada represiva de fines de los cuarenta y de los años cincuenta, marcada por la eliminación de docenas de guerrilleros y de cientos de personas acusadas de servirles de apoyo”.
El periodista portugués Mário Neves fue uno de los testigos de primera mano de los sucesos de Badajoz, en las crónicas que remitió al Diário de Lisboa, algunas de las cuales fueron censuradas por el gobierno de António de Oliveira Salazar, claramente favorable al bando franquista, regresó a Lisboa horrorizado por el espectáculo del que había sido testigo, y se juró no volver jamás a Badajoz, pero lo hizo en 1982, para recorrer los lugares donde presenció estos hechos en un documental para televisión.
En la Portada del Diário de Lisboa del sábado 15 de agosto de 1936, el titular decía: “Badajoz ha sido entregada a los legionarios y regulares marroquíes.”. “Escenas de horror y desolación en la ciudad conquistada por los rebeldes.” La crónica la firma Mário Neves e incluye la entrevista con Juan Yagüe, donde le informa y no le desmiente que ya hubiera unos 2.000 fusilados.
“Durante toda la jornada, se produjeron asesinatos por las calles de la ciudad, sobre todo a cargo de legionarios marroquiés. El mismo día 14, Yagüe ordenó el confinamiento de todos los prisioneros -la mayoría civiles- en la plaza de toros”.
Según artículos publicados por los corresponsales de Le Populaire, Le Temps, Le Figaro, Paris-Soir, Diário de Lisboa y Chicago Tribune se produjeron ejecuciones en masa en varios lugares de la ciudad, y las calles aparecían sembradas de cadáveres.
 
El 15 de agosto, el enviado de Le Temps, Jacques Berthet, enviaba su crónica:
“…alrededor de mil doscientas personas han sido fusiladas (…) Hemos visto las aceras de la Comandancia Militar empapadas de sangre (…) Los arrestos y las ejecuciones en masa continúan en la Plaza de Toros. Las calles de la ciudad están acribilladas de balas, cubiertas de vidrios, de tejas y de cadáveres abandonados. Sólo en la calle de San Juan hay trescientos cuerpos (…)”.
 
El 18 de agosto, Le Populaire publicaba:
«Elvas, 17 de agosto. Durante toda la tarde de ayer y toda la mañana de hoy continúan las ejecuciones en masa en Badajoz. Se estima que el número de personas ejecutadas sobrepasa ya los mil quinientos. Entre las víctimas excepcionales figuran varios oficiales que defendieron la ciudad contra la entrada de los rebeldes: el coronel Cantero, el comandante Alonso, el capitán Almendro, el teniente Vega y un cierto número de suboficiales y soldados. Al mismo tiempo, y por decenas, han sido fusilados los civiles cerca de las arenas».
El martes 18 de agosto, el Premio Nobel de Literatura francés François Mauriac, publicó en primera plana de Le Figaro un artículo sobre los sucesos de Badajoz que conmocionó a Europa. El 30 de agosto apareció en el Chicago Tribune el famoso artículo de Jay Allen, en el que narró con gran crudeza los terribles sucesos de la ciudad.
Dentro de programado plan de exterminio del adversario politico, los golpistas que tomaron la ciudad, asesinaron a tres de los alcaldes durante la República que la ciudad había tenido. 

Vaya aquí un recuerdo y algunos datos de estos tres alcaldes de Badajoz injustamente asesinados por la barbarie fascista, en aquel verano de 1936: 

 
F. Eladio López Alegría. Republicano. Concejal hasta el 14 de Agosto de 1936. Abogado, Fiscal y Corredor de Comercio, Secretario de la Cámara Urbana. Primer alcalde de la II República. Presidente de los Jurados Mixtos Agrarios. Presidente comisión para la reforma agraria en Badajoz. Fue asesinado el 16 de Septiembre de 1936, en las tapias del cementerio.
Juan Antonio Rodríguez Machín. Republicano. (Acción Republicana). Tercer alcalde tras Rodrigo Almada. Concejal hasta el 14 de Agosto de 1936. Fue asesinado el 20 de Agosto de 1936. Natural de Orellana la Vieja. Vecino de Badajoz. 53 años. Soltero.
Sinforiano Madroñero Madroñero. Socialista. Alcalde en dos etapas. Era el alcalde de la ciudad el 14 Agosto de 1936. Natural de Santi-Spiritu. Vecino de Badajoz. 34 años. Soltero. Fue asesinado el 20 de Agosto de 1936, tras ser devuelto por las autoridades portuguesas tras su marcha al país vecino, donde sin respetar el Derecho internacional humanitario y de asilo, fue entregado sin procedimiento alguno y sin garantías jurídicas de clase alguna, por la policía política salazarista a elementos golpistas franquistas de Badajoz.
 
IN MEMORIAM. Para todos los asesinados y desaparecidos en Badajoz, en aquellos tristes días que sucedieron a aquel nefasto 14 de agosto. Verdad, justicia y reparación.
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Cinco claves para entender por qué Badajoz era una plaza prioritaria para los sublevados

el diario.es/ Ángel Olmedo / Jesús Conde  /13/08/2016 – 23:00h

Para muchos historiadores la matanza de Badajoz fue uno de los capítulos más negros de la Guerra Civil, que comenzó con la entrada de las tropas franquistas del general Yagüe. Paseos, asesinatos y desapariciones. Sin la menor formalidad. Ejecuciones con el barniz de los consejos sumarísimos de guerra.

‘La Columna de la Muerte’, de Francisco Espinosa, documenta hasta 1.500 personas víctimas de la represión en el mes de agosto de 1936 en el oeste de la provincia de Badajoz, con nombres y apellidos. Puede hablarse sin complejos de que la cifra se duplicó, pues muchos nunca fueron registrados.

Estas son las claves para entender, a modo de esquema, por qué la  ocupación de Badajoz era prioritaria para los sublevados contra la II República:

-La provincia de Badajoz, siendo el camino más largo para el ejército del sur –procedente de Sevilla, para llegar hacía Madrid–, ofrecía la ventaja del apoyo de la dictadura de Salazar en Portugal, tanto en el suministro de apoyo logístico como una retirada segura en caso de fracaso. 

-Había tenido la provincia de Badajoz un especial protagonismo en la puesta en marcha de la Reforma Agraria republicana, que trataba de ofrecer tierras a los campesinos y las ocupaciones de tierras de los grandes terratenientes en marzo de 1936.  Según diversas fuentes, entre 60.000 y 80.000 campesinos se lanzaron a la ocupación de unas 3.000 fincas en Extremadura, siguiendo el llamamiento de la Federación Nacional de Tra­bajadores de la Tierra (FNTT-UGT).

Motivo por el que el avance de los sublevados suponía la posibilidad de acabar con las reformas republicanas.

-La dura represión se explica por la ferocidad de las tropas sublevadas del ejército español procedentes del protectorado en África, tropas bien pertrechas y experimentadas en la ocupación de poblaciones civiles a sangre y fuego. El caso de Badajoz no fue la excepción, por todas las localidades que pasó la “Columna de la Muerte” dejó su impronta: Llerena, Fuente de Cantos, Zafra, Almendralejo, Mérida…

Era un ejército que marchaba a marchas forzadas, que entraba en la población, eliminaba, a los elementos políticos contrarios más destacados, y seguía avanzado hasta la próxima población. Instaurando en cada una de ellas a cargos fieles de la antigua oligarquía, que se encargaban, con los falangistas locales y las fuerzas de la guardia civil, de mantener el control de la población y de las tareas de “limpieza”. Es decir, de la represión de los disidentes aún vivos.

-Esta represión buscaba no sólo extender el terror y asegurar el control de la población, sino que tenía como objetivo eliminar a toda oposición política, cultural o cualquier persona que no mostrara su adhesión al nuevo régimen, especialmente  dura fue contra muchos de los dirigentes obreros que habían participado en las ocupaciones de tierra.

Buena parte de los campesinos que participaron en aquellas pacíficas ocupaciones de fincas de marzo del 1936 o con posterioridad, fueron asesinados o encarcelados por la represión franquista como castigo a su rebeldía.

-Badajoz era la única plaza militar, tras la ocupación de Mérida el 11 de agosto de 1936, que contaba con fuerzas militares y policiales leales a la República, por lo que era vital para el ejército golpista acabar con ese posible foco de resistencia en su avance hacia Madrid, y asegurar el paso fronterizo con Portugal y las comunicaciones con el ejército sublevado del norte, bajo el control del general Mola, que ya controlaba la provincia de Cáceres. 

 

*Este resumen, que desea ser un documento didáctico, ha sido posible gracias a la colaboración de Ángel Olmedo, historiador y miembro de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura.

http://www.eldiario.es/eldiarioex/sociedad/claves-entender-Badajoz-prioritaria-sublevados_0_547695363.html