ACTUALIZADO. El segundo fusilamiento de Federico García Lorca.

El segundo fusilamiento de Federico García Lorca

Era policía en 1936 y visitó al poeta cuando estaba detenido, un día antes de su fusilamiento. Contó después que le lió un cigarrillo para que fumara. Casi 30 años después, ya como inspector jefe al frente de la Brigada de Investigación social de Granada, Julián Fernández-Amigo redactó el informe hasta ayer secreto donde el franquismo reconoce “el crimen político” y tacha de masón, socialista y homosexual al autor de ‘Romancero gitano’

ElMundo.es/ ILDEFONSO OLMEDO /Actualizado: 24/04/2015 09:17 hora

“Yo entré y él estaba sentado allí, en una especie de pequeño despacho, detrás de la mesa. Al verme se asustó e hizo ademán de levantarse. Pero al darse cuenta de que era yo, se quedó más tranquilo (era muy amigo de mi primo), y yo también me senté por el otro lado de la mesa. Estuve allí como un cuarto de hora con él. La habitación era pequeña y sólo recuerdo que tuviera una mesa de esas antiguas de escritorio con dos cajones, un sillón en la parte de dentro en donde él estaba sentado y, por la parte de fuera, dos sillas corrientes…”. Palabra de policía.

Agosto de 1936. Federico García Lorca, el poeta universal, ha sido detenido en su propia tierra, Granada, a donde huyó desde Madrid buscando seguridad al poco de estallar la Guerra Civil. Ni la casa de sus amigos Rosales, viejos falangistas, fue refugio. De aquel domicilio, “rodeado por milicias y guardias de asalto que tomaron todas las bocacalles y tejados próximos”, Lorca salió para nunca volver. Por eso lo ocurrido aquella tarde, en un cuarto del Gobierno Civil, cobra especial significancia ahora que salen a la luz documentos de 1965 con las razones del franquismo para acabar con la vida del poeta. El crimen fue en Granada. “Un asesinato político”, remarca a El Mundo Laura García Lorca, sobrina del autor del Romancero Gitano.

El autor del informe del 65 hasta ayer secreto lo sabía todo, pero en su texto, de dos folios imprecisos bajo el encabezamiento “Asunto: Antecedentes del poeta Federico García Lorca”, apenas roza la verdad. Le llama masón (“perteneciente a la logia Alhambra, en la que adoptó el nombre simbólico de Homero, desconociéndose el grado que alcanzó en la misma”), cosa que es falsa, y llena dos páginas de los peores calificativos en aquella España de la dictatura: “Estaba conceptuado como socialista por la tendencia de sus manifestaciones…”, “estaba tildado de prácticas de homosexualismo [sic], aberración que llegó a ser vox populi…”. De alguna forma, con esos tres disparos (masón, socialista y homosexual) aquella intolerante España de Franco vuelve a fusilar al autor de Poeta en Nueva York. Esta vez es una muerte civil.

La muerte del poeta

No es fácil, al no llevar firma ni sello, identificar tras las gruesas palabras a Julián Fernández-Amigo Muñoz, pero él era en 1965 el inspector jefe de primera de la Brigada de investigación Social de Granada, a la que el gobernador pidió la elaboración de un informe sobre “la muerte del poeta”. Y como tal el responsable último, y más que probable redactor, del texto. “O lo hizo él, o lo mandó hacer y lo supervisó”, afirma sin titubeo Miguel Caballero, autor de ‘Las trece últimas horas en la vida de García Lorca’ e investigador lorquiano que ha puesto nombre y rostro a los seis integrantes del pelotón de fusilamiento del poeta.

Fernández-Amigo es el mismo policía raso que en 1936 quiso entrar a ver al poeta cuando ya estaba detenido, pocas horas antes de su fusilamiento. “Al verme a mí sacar un cigarro, me dijo que le diera uno. Fui a dárselo, pero tuve que liárselo yo mismo, se lo encendí y le dejé el paquete allí“, contaría década después al autor del libro ‘Los últimos días de García Lorca’, Eduardo Molina Fajardo. La profusión de datos que aportó en aquella entrevista nada tiene que ver con su informe de 1965. En ese documento, Fernández-Amigo es más impreciso (dice que su detención “se efectuó en los últimos días de julio o primeros de agosto de 1936”), el encuentro con Lorca tiene una fecha cierta: el 16 de agosto de 1936. A la madrugada siguiente fue fusilado.

Los documentos que ahora salen a la luz ya no recogen lo que Fernández-Amigo decía jubilado: que si un cigarrillo, que si “se quedó más tranquilo al ver que era yo” cuando le visitó en el Gobierno Civil. Los nuevos documentos secretos muestran en realidad cómo el franquismo, valiéndose del policía ascendido a inspector jefe de primera y que durante años ha sido secretario personal del gobernador civil , elaboró en 1965, casi 30 años después de su asesinato, un documento oficial lleno de insidias y medias verdades sobre lo ocurrido. El valor, no obstante, es que por primera vez hay un reconocimiento oficial de “un crimen político”, dice a EL MUNDO Laura García Lorca, sobrina del poeta.

Extraño origen

El informe (nota informativa realmente, de menor rango), fruto de una petición del embajador español en París atendiendo a la escritora Marcelle Anclair que quería elaborar una biografía del poeta, aporta información imprecisa de lo ocurrido para contribuir a mayor confusión. De la detención de Federico, ocurrida el 16 de agosto de 1936, dice: “Se efectuó en los últimos días de julio o primeros de agosto de 1936.

Rafael Gil Bracero, alcalde socialista y profesor de Historia Contemporánea en la Universidad de Granada, habló ayer a Efe en su condición de presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria de Granada. Él, más allá del valor que pudiera tener el documento como primer reconocimiento oficial del franquismo de su implicación en el asesinato del poeta, resta credibilidad al contenido de los dos folios, que se refieren a Fernando de los Ríos como Fernández de los Ríos y no precisa el lugar en el que fueron enterrados los restos del poeta granadino, “muy a flor de tierra, en un barranco situado a unos dos kilómetros a la derecha de dicha Fuente Franda, en un lugar que se hace muy difícil de localizar”.

Hay más que indicios de que el texto pretende ocultar más que mostrar. La madre de Lorca se llamaba Vicenta, no María como se dice. No hay pruebas de que fuera masón. Se equivoca el nombre del gobernador civil en 1936, llamándolo Miguel Valdés Guzmán. Se sitúan imprecisamente los hechos, “en los últimos días de julio y los primeros de agosto” (Lorca fue detenido el 16 de agosto y ejecutado en el barranco de Víznar la madrugada del 17 de agosto, con el termómetro marcando 16 grados en una extraña noche de verano). El propio documento, en fin, admite que los datos recabados en 1965 son muy confusos. Con un “así se tiene entendido” se liquidan muchas frases. Es lo que el investigador lorquiano Miguel Caballero, que se ha preocupado de enumerar errores y cavilaciones del autor del informe, sostiene sin dudar. Al verse requeridos desde arriba, “se quitaron el muerto de encima”.

El individuo perfecto

El origen mismo del informe no deja de ser singular. Nace en París, fruto de una petición del embajador español en la capital francesa, Fernando María Castiella, que atendía, a su vez, a un requerimiento de la escritora Marcelle Anclair, interesada por aquel entonces en elaborar una biografía del poeta. “Excelentísimo señor don Camilo Alonso Vega. Ministro de la Gobernación”, la carta, que ayer también fue difundida por eldiario.es, continuaba en tono más coloquial: “Mi querido don Camilo, le recuerdo mi carta del 24 del pasado mayo, relativa al proyecto de la escritora Marcelle Auclair que quiere escribir una biografía del poeta Federico García Lorca. Mucho le agradecería me diera su opinión… Expuse también el asunto a nuestro compañero el ministro de Información y Turismo. Fraga opina que, en efecto, parece sumamente conveniente revisar la cuestión y averiguar si podemos o no abrir nuestros archivos sobre el episodio de García Lorca”. Hasta entonces, la versión sobre su muerte aparecía en el libro ‘Palabras del Caudillo’, referidas a los años 1937 y 1938: “En esos momentos primeros de la revolución en Granada, ese escritor murió mezclado con los revoltosos; son los accidentes naturales de la guerra”.

En 1965 incluso a los más recalcitrantes aquella versión de Franco les parecía poca. Y la petición nacida en París terminó llegando al Gobierno Civil de Granada. De ahí nació la nota informativa “Asunto: Antecedentes del poeta Federico García Lorca”. Un trabajo que ni al pelo para Julián Fernández-Amigo. En 1965 acababa de ser ascendido a inspector jefe de primera y estaba al frente de la Tercera brigada regional de investigación social” (años más tarde pasaría a llamarse brigada político social). Nacido en Granada en 1908, de padre dependiente natural de Almería y madre de Alfacar, ya era falangista desde 1935 y en el 36 fue habilitado por el gobernador civil como policía. En 1938 se fue a la guerra en los frentes del Ebro (alcanzó el grado de capitán de complemento) y vuelve ya terminada la contienda, en 1941, para retomar su condición de policía en Granada, donde finalmente se jubila (1973) con el grado de comisario de segunda en la comisaría del barrio de Zaidín. De su hoja de servicio quedó anotado también, según ha podido comprobar Miguel Caballero, que de 1948 a 1956 fue secretario particular del gobernador.

En 1995, sin duda, Fernández Amigo era el hombre para contar/ocultar qué pasó con Lorca en 1936. Aquel al que lió un cigarrillo para que fumara. En el informe que ahora rompe el silencio del franquismo, ese que le encomendaron preparar en 1965, el policía ni siquiera se atreve a recoger lo que sí dijo años después cuando un periodista le preguntó por la muerte del poeta: “Yo creo que fue un acto de guerra… que fue incontrolado”. Hablaba sin pudor del fusilamiento de Lorca, el amigo, para más inri, “de mi primo Pepe”.

“Fue un crimen político”

Socialista, masón y homosexual. El orden de los acusaciones contra Lorca recogidas en el documento oficial de 1965 es lo que lleva a su sobrina, Laura García Lorca, a dar credibilidad al contenido. El franquismo, a la postre, sabía cuánta mentira recogía aquel certificado de defunción que decía que murió por hechos y heridas de guerra. Ahora la sobrina quiere darle relevancia a la nota informativa de la policía hasta ayer secreta: “Es el reconocimiento interno, oficial, de un crimen político. Nunca lo hicieron público”. Camino de la Huerta de San Vicente, Laura dice a EL MUNDO: “Por el orden que se citan los motivos del asesinato, sitúan los hechos bajo el paraguas del crimen político”. Añade que ha vuelto a vivir “un sentimiento de pérdida”. En 1965, el año del informe, “la familia podría estar disfrutando con él en la Huerta de San Vicente a la que voy… Pero lo mataron, y esos papeles dicen por qué”.

http://www.elmundo.es/cultura/2015/04/24/553966ace2704eeb148b4571.html

 

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+info:

El informe policial sobre Lorca crea controversia entre los expertos

grandadigital.es | 23-3-2015

En el día de hoy ha salido a la luz un informe policial histórico, del año 1965, que alude al asesinato de Lorca por “masón y homosexual”. Ahondando un poco en el texto,  Para la Policía, Federico García Lorca fue “un masón” que pertenecía a la logia ‘Alhambra’, en la que adoptó, según este informe, el nombre simbólico de Homero. También señala que “estaba tildado de prácticas de homosexualismo, aberración que llegó a ser voxpopuli” pero incide en que “lo cierto es que no hay antecedentes de ningún caso concreto”.

Este informe ha despertado la controversia entre los expertos y estudiosos de Federico Garcia Lorca, como el arqueólogo encargada de la búsqueda de la fosa de Lorca, Jesús Navarro, el investigador Miguel Caballero, autor del libro ‘Las 13 últimas horas en la vida de Federico García Lorca’, el hispanista y experto en Federico García Lorca Ian Gibson y  la Asociación granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica.

Javier Navarro resta relevancia científica a informe policial

Javier Navarro, el arqueólogo que ha dirigido las últimas intervenciones en la zona del Peñón del Colorao (Alfacar), donde se cree que podría estar enterrado Federico García Lorca, ha restado este jueves relevancia científica al informe policial de 1965 que alude al asesinato del poeta y ubica su posible fosa a dos kilómetros de Fuente Grande.

En declaraciones a Europa Press, Navarro ha indicado que la “importancia” de este documento radica en que es el primero en el que el régimen de Francisco Franco reconoce que el autor de ‘La casa de Bernarda Alba’ fue “pasado por las armas”, ya que hasta entonces sólo figuraba como “desaparecido”.

De hecho, en su opinión, el informe se hizo de una forma “un poco laxa” y contiene “numerosos errores”, por lo que “no tiene ninguna consistencia ni científica, ni histórica”. “Hay que analizar lo que es, un informe hecho por la Policía que justifica un fusilamiento a una persona que supuestamente habría confesado unos delitos”, ha mantenido.

El arqueólogo ha señalado además que él ya tenía conocimiento a través del general Fernando Nestares –hijo del capitán José María Nestares, que era el jefe del frente de Víznar en 1936– de que se había hecho una investigación policial, pero “como un trámite”, simplemente “para cubrir el expediente”.

Por otro lado, Navarro ha explicado que el próximo día 6 de mayo tiene previsto reunirse con el director general de Memoria Democrática en Andalucía, Javier Giráldez, para trasladarle su intención de continuar con las intervenciones en Alfacar para la búsqueda de la fosa de Lorca con fondos propios y privados, y recabar así su opinión al respecto y posible colaboración.

Miguel Caballero resalta el valor del informe sobre la muerte de Lorca pero advierte de errores

El investigador Miguel Caballero, autor del libro ‘Las 13 últimas horas en la vida de Federico García Lorca’ y uno de los impulsores de las últimas intervenciones arqueológicas en Alfacar (Granada) para dar con el paradero de la fosa del poeta, ha resaltado el valor histórico del informe policial sobre su asesinato, por ser el primero que sale a la luz en el que el régimen de Francisco Franco reconoce que fue “pasado por las armas”, pero ha advertido de que está “plagado de errores”.

En declaraciones a Europa Press, Caballero apunta por ejemplo que el documento, fechado en 1965, confunde los nombres, por ejemplo, de la madre de Lorca y del gobernador civil en Granada, ubica el lugar de su enterramiento a “dos kilómetros” de Fuente Grande (Alfacar), lo que llevaría a pensar que el poeta yace “entre las calles de Víznar”, y señala al autor de ‘Yerma’ como masón, cuando eso es “falso”.

Según este investigador, el documento estaba en poder del Ministerio del Interior, y tiene su origen en una petición que hizo en su día la hispanista francesa Marcelle Auclair, que, haciendo una investigación sobre el poeta, reclamó a la embajada de España en Francia información sobre el poeta. El Ministerio de Asuntos exteriores francés tramitó su solicitud al Gobierno de España, que, a su vez, pidió un informe a la Gobernación Civil en Granada.

Fue entonces cuando la 3ª Brigada Regional de Investigación Social de la Jefatura Superior de Policía de Granada elaboró este documento que, desde el punto de vista de la investigación histórica, “no tiene ninguna relevancia”.

“Es un informe de puro trámite para cumplir una orden. Se nota que está hecho con desidia y con desgana”, ha indicado Caballero, que ha indicado que de hecho el documento nunca llegó a manos de la escritora francesa, porque seguramente “alguien ordenó” que se quedara dentro de las dependencias institucionales de España.

Gibson: “El informe sobre Lorca es muy importante porque demuestra que fue una ejecución oficial”

El hispanista y experto en Federico García Lorca Ian Gibson ha valorado este jueves el informe de la Policía de Granada sobre el asesinato del poeta granadino y ha subrayado que aunque no ofrece información nueva sí tiene importancia en cuanto a que oficializa los datos ya conocidos y demuestra que Lorca fue fusilado por orden del Gobierno Civil de Granada.

“La nota informativa es muy importante en cuanto a que es la respuesta a la información que solicita el Gobierno de Franco y porque en ella se dice que fue una ejecución oficial”, ha dicho Gibson en declaraciones a Europa Press después de la publicación del informe, elaborado en 1965, 29 años después del fusilamiento.

Además, el contenido de la misma “desmiente” las palabras de Franco, que dijo que el poeta había muerto en la calle, asesinado en una trifulca descontrolada, y ahora oficializa algo que ya se sabía, que fue detenido cuando se encontraba en casa de los Rosales, trasladado a un calabozo del Gobierno Civil de Granada y de allí, a su ejecución en Víznar.

“Peor es menearlo”

Gibson también hace referencia a la manifiesta intención de las autoridades de ocultar el informe a la escritora francesa Marcelle Auclair, que fue la que se puso en contacto con el Gobierno de Franco para solicitar consultar documentación sobre la muerte del poeta granadino.

“‘Peor es menearlo’, dice la nota, es decir que se demuestra que este asunto es mejor no tocarlo y callar porque no pueden seguir mintiendo”, subraya el hispanista.

Tras insistir en que su relevancia reside en el carácter oficial del informe, Gibson explica que, no obstante, el mismo “no contiene nada nuevo” sino que el estudioso Eduardo Molina Fajardo ya publicó un resumen muy pormenorizado de los documentos. Además, contiene algunos errores de nombres y “no es muy fiable” porque está basado en información oral no en documentos”.

“Su fuerza reside en que se demuestra que fue fusilado por el mando del Gobierno Civil”, ha insistido el historiador que cree que, en cuanto al asesinato y lugar de enterramiento “no aporta nada nuevo” ya que se recoge que lo mataron muy cerca de la Fuente Grande, en el municipio de Alfacar, algo que ya recogía su certificado de defunción.

En cualquier caso, “no contiene ni una pista nueva”, ha dicho Gibson que no prevé que pueda servir para facilitar futuras investigaciones sobre el fusilamiento del poeta o el sitio en el que esté enterrado.

Asociación de memoria histórica pregunta sobre el origen del informe sobre Lorca y señala sus errores

La Asociación granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica ha preguntado este jueves sobre el origen del informe policial que alude al asesinato de Federico García Lorca y, en la línea de los historiadores que han analizado su contenido, ha advertido de los errores que contiene.

En declaraciones a Europa Press, su presidente, Rafael Gil Bracero, ha resaltado que el documento no está firmado, y ha considerado que detrás de la publicación de este informe hay “un interés por reavivar” la investigación y la búsqueda de la fosa del poeta.

“Parece que, después de dos intentos fallidos, es que se busque a toda costa por medios públicos o privados el enterramiento de Lorca, cuando eso no aportará mucho más a la historiografía que ya existe sobre la Guerra Civil”, ha señalado Gil Bracero.

Su “único valor” tiene que ver con que se trata del primer documento del Gobierno de Francisco Franco en el que se admite que fue “pasado por las armas”, ha indicado el historiador, que ha instado al Ministerio del Interior a sacar a la luz los documentos que todavía están “clasificados” y que posee sobre la Guerra Civil.

“La historiografía lo que quiere es saber la verdad, para la justicia y la reparación, si hay documentos ocultos, hay que seguir investigándolos”, ha mantenido.

El informe policial sobre Lorca crea controversia entre los expertos

 

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El segundo fusilamiento de Federico García Lorca

Era policía en 1936 y visitó al poeta cuando estaba detenido, un día antes de su fusilamiento. Contó después que le lió un cigarrillo para que fumara. Casi 30 años después, ya como inspector jefe al frente de la Brigada de Investigación social de Granada, Julián Fernández-Amigo redactó el informe hasta ayer secreto donde el franquismo reconoce “el crimen político” y tacha de masón, socialista y homosexual al autor de ‘Romancero gitano’

El Mundo | 24-4-2015

“Yo entré y él estaba sentado allí, en una especie de pequeño despacho, detrás de la mesa. Al verme se asustó e hizo ademán de levantarse. Pero al darse cuenta de que era yo, se quedó más tranquilo (era muy amigo de mi primo), y yo también me senté por el otro lado de la mesa. Estuve allí como un cuarto de hora con él. La habitación era pequeña y sólo recuerdo que tuviera una mesa de esas antiguas de escritorio con dos cajones, un sillón en la parte de dentro en donde él estaba sentado y, por la parte de fuera, dos sillas corrientes…”. Palabra de policía.

Agosto de 1936. Federico García Lorca, el poeta universal, ha sido detenido en su propia tierra, Granada, a donde huyó desde Madrid buscando seguridad al poco de estallar la Guerra Civil. Ni la casa de sus amigos Rosales, viejos falangistas, fue refugio. De aquel domicilio, “rodeado por milicias y guardias de asalto que tomaron todas las bocacalles y tejados próximos”, Lorca salió para nunca volver. Por eso lo ocurrido aquella tarde, en un cuarto del Gobierno Civil, cobra especial significancia ahora que salen a la luz documentos de 1965 con las razones del franquismo para acabar con la vida del poeta. El crimen fue en Granada. “Un asesinato político”, remarca a El Mundo Laura García Lorca, sobrina del autor del Romancero Gitano.

El autor del informe del 65 hasta ayer secreto lo sabía todo, pero en su texto, de dos folios imprecisos bajo el encabezamiento “Asunto: Antecedentes del poeta Federico García Lorca”, apenas roza la verdad. Le llama masón (“perteneciente a la logia Alhambra, en la que adoptó el nombre simbólico de Homero, desconociéndose el grado que alcanzó en la misma”), cosa que es falsa, y llena dos páginas de los peores calificativos en aquella España de la dictatura: “Estaba conceptuado como socialista por la tendencia de sus manifestaciones…”, “estaba tildado de prácticas de homosexualismo [sic], aberración que llegó a ser vox populi…”. De alguna forma, con esos tres disparos (masón, socialista y homosexual) aquella intolerante España de Franco vuelve a fusilar al autor de Poeta en Nueva York. Esta vez es una muerte civil.

La muerte del poeta

No es fácil, al no llevar firma ni sello, identificar tras las gruesas palabras a Julián Fernández-Amigo Muñoz, pero él era en 1965 el inspector jefe de primera de la Brigada de investigación Social de Granada, a la que el gobernador pidió la elaboración de un informe sobre “la muerte del poeta”. Y como tal el responsable último, y más que probable redactor, del texto. “O lo hizo él, o lo mandó hacer y lo supervisó”, afirma sin titubeo Miguel Caballero, autor de ‘Las trece últimas horas en la vida de García Lorca’ e investigador lorquiano que ha puesto nombre y rostro a los seis integrantes del pelotón de fusilamiento del poeta.

Fernández-Amigo es el mismo policía raso que en 1936 quiso entrar a ver al poeta cuando ya estaba detenido, pocas horas antes de su fusilamiento. “Al verme a mí sacar un cigarro, me dijo que le diera uno. Fui a dárselo, pero tuve que liárselo yo mismo, se lo encendí y le dejé el paquete allí“, contaría década después al autor del libro ‘Los últimos días de García Lorca’, Eduardo Molina Fajardo. La profusión de datos que aportó en aquella entrevista nada tiene que ver con su informe de 1965. En ese documento, Fernández-Amigo es más impreciso (dice que su detención “se efectuó en los últimos días de julio o primeros de agosto de 1936”), el encuentro con Lorca tiene una fecha cierta: el 16 de agosto de 1936. A la madrugada siguiente fue fusilado.

Los documentos que ahora salen a la luz ya no recogen lo que Fernández-Amigo decía jubilado: que si un cigarrillo, que si “se quedó más tranquilo al ver que era yo” cuando le visitó en el Gobierno Civil. Los nuevos documentos secretos muestran en realidad cómo el franquismo, valiéndose del policía ascendido a inspector jefe de primera y que durante años ha sido secretario personal del gobernador civil , elaboró en 1965, casi 30 años después de su asesinato, un documento oficial lleno de insidias y medias verdades sobre lo ocurrido. El valor, no obstante, es que por primera vez hay un reconocimiento oficial de “un crimen político”, dice a EL MUNDO Laura García Lorca, sobrina del poeta.

Extraño origen

El informe (nota informativa realmente, de menor rango), fruto de una petición del embajador español en París atendiendo a la escritora Marcelle Anclair que quería elaborar una biografía del poeta, aporta información imprecisa de lo ocurrido para contribuir a mayor confusión. De la detención de Federico, ocurrida el 16 de agosto de 1936, dice: “Se efectuó en los últimos días de julio o primeros de agosto de 1936.

Rafael Gil Bracero, alcalde socialista y profesor de Historia Contemporánea en la Universidad de Granada, habló ayer a Efe en su condición de presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria de Granada. Él, más allá del valor que pudiera tener el documento como primer reconocimiento oficial del franquismo de su implicación en el asesinato del poeta, resta credibilidad al contenido de los dos folios, que se refieren a Fernando de los Ríos como Fernández de los Ríos y no precisa el lugar en el que fueron enterrados los restos del poeta granadino, “muy a flor de tierra, en un barranco situado a unos dos kilómetros a la derecha de dicha Fuente Franda, en un lugar que se hace muy difícil de localizar”.

Hay más que indicios de que el texto pretende ocultar más que mostrar. La madre de Lorca se llamaba Vicenta, no María como se dice. No hay pruebas de que fuera masón. Se equivoca el nombre del gobernador civil en 1936, llamándolo Miguel Valdés Guzmán. Se sitúan imprecisamente los hechos, “en los últimos días de julio y los primeros de agosto” (Lorca fue detenido el 16 de agosto y ejecutado en el barranco de Víznar la madrugada del 17 de agosto, con el termómetro marcando 16 grados en una extraña noche de verano). El propio documento, en fin, admite que los datos recabados en 1965 son muy confusos. Con un “así se tiene entendido” se liquidan muchas frases. Es lo que el investigador lorquiano Miguel Caballero, que se ha preocupado de enumerar errores y cavilaciones del autor del informe, sostiene sin dudar. Al verse requeridos desde arriba, “se quitaron el muerto de encima”.

El individuo perfecto

El origen mismo del informe no deja de ser singular. Nace en París, fruto de una petición del embajador español en la capital francesa, Fernando María Castiella, que atendía, a su vez, a un requerimiento de la escritora Marcelle Anclair, interesada por aquel entonces en elaborar una biografía del poeta. “Excelentísimo señor don Camilo Alonso Vega. Ministro de la Gobernación”, la carta, que ayer también fue difundida por eldiario.es, continuaba en tono más coloquial: “Mi querido don Camilo, le recuerdo mi carta del 24 del pasado mayo, relativa al proyecto de la escritora Marcelle Auclair que quiere escribir una biografía del poeta Federico García Lorca. Mucho le agradecería me diera su opinión… Expuse también el asunto a nuestro compañero el ministro de Información y Turismo. Fraga opina que, en efecto, parece sumamente conveniente revisar la cuestión y averiguar si podemos o no abrir nuestros archivos sobre el episodio de García Lorca”. Hasta entonces, la versión sobre su muerte aparecía en el libro ‘Palabras del Caudillo’, referidas a los años 1937 y 1938: “En esos momentos primeros de la revolución en Granada, ese escritor murió mezclado con los revoltosos; son los accidentes naturales de la guerra”.

En 1965 incluso a los más recalcitrantes aquella versión de Franco les parecía poca. Y la petición nacida en París terminó llegando al Gobierno Civil de Granada. De ahí nació la nota informativa “Asunto: Antecedentes del poeta Federico García Lorca”. Un trabajo que ni al pelo para Julián Fernández-Amigo. En 1965 acababa de ser ascendido a inspector jefe de primera y estaba al frente de la Tercera brigada regional de investigación social” (años más tarde pasaría a llamarse brigada político social). Nacido en Granada en 1908, de padre dependiente natural de Almería y madre de Alfacar, ya era falangista desde 1935 y en el 36 fue habilitado por el gobernador civil como policía. En 1938 se fue a la guerra en los frentes del Ebro (alcanzó el grado de capitán de complemento) y vuelve ya terminada la contienda, en 1941, para retomar su condición de policía en Granada, donde finalmente se jubila (1973) con el grado de comisario de segunda en la comisaría del barrio de Zaidín. De su hoja de servicio quedó anotado también, según ha podido comprobar Miguel Caballero, que de 1948 a 1956 fue secretario particular del gobernador.

En 1995, sin duda, Fernández. Amigo era el hombre para contar/ocultar qué pasó con Lorca en 1936. Aquel al que lió un cigarrillo para que fumara. En el informe que ahora rompe el silencio del franquismo, ese que le encomendaron preparar en 1965, el policía ni siquiera se atreve a recoger lo que sí dijo años después cuando un periodista le preguntó por la muerte del poeta: “Yo creo que fue un acto de guerra… que fue incontrolado”. Hablaba sin pudor del fusilamiento de Lorca, el amigo, para más inri, “de mi primo Pepe”.

http://www.elmundo.es/cultura/2015/04/24/553966ace2704eeb148b4571.html

 

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Quién es quién en los documentos que prueban el asesinato de Lorca

► Ramón Ruiz Alonso, los Rosales o Trescastro son algunos de los protagonistas de los papeles desvelados por eldiario.es que prueban que las fuerzas franquistas mataron al poeta

► Los documentos publicados revelan algunas novedades respecto a la investigación, como que fue fusilado junto a una persona y no junto a tres

eldiario.es | Diego Barcala | 23-4-2015

Algunos nombres propios aparecidos en el documento que oficializa el  crimen de Estado de Federico García Lorca y que ha publicado en exclusiva eldiario.es son viejos conocidos de los investigadores lorquianos. Estas son las vidas de estos personajes que participaron en un momento clave de la historia de la cultura española del siglo.

RAMÓN RUIZ ALONSO

El hombre clave en la denuncia, detención y posterior fusilamiento del poeta. Ramón Ruiz Alonso era cinco años menor que Federico García Lorca. Había sido elegido diputado por Granada por la CEDA (la coalición de Gil Robles que ganó las elecciones de 1933). Su figura era muy destacada en la prensa de Granada de los años 30, conocido por su vozarrón que utilizó para dar sus terribles mítines y su fuerte presencia física. El informe policial le coloca al frente del grupo que insiste en la búsqueda y detención del poeta, pero no le nombra como denunciante, algo que las investigaciones conocidas hasta ahora dan por hecho aunque él, a posteriori, siempre negó.

Ruiz Alonso acudió al cuartel de Falange para instar a Miguel Rosales a que soltara a Lorca y posteriormente acudió a detenerlo y entregarlo al Gobierno Civil. Pero su participación, según él, acabó aquí. Es decir, no fue suya la decisión de matar a Lorca aunque pocos desconocían en la época que denunciar a un izquierdista era ponerle frente a los fusiles. Ruiz Alonso volvió de Madrid pocos días antes de la sublevación, como un esplendoroso diputado de derechas y convencido de que organizaría las milicias.

Pero Falange fue quien se encargó de ello y mantuvo una lucha por liderar las acciones de los rebeldes. En cualquier caso es el hombre que lideró la detención y la repercusión de ello le pesó toda su vida. Tras la Guerra Civil, Ruiz Alonso se marchó de Granada a Madrid y en 1973, ante la inminente caída del régimen, decidió huir a EEUU. Sabía lo que iba a suceder.

Los hermanos Rosales fueron los primeros en contar en televisión lo sucedido con Lorca y en señalarle como uno de los culpables. Una curiosidad relevante. Ruiz Alonso es el padre de las actrices Emma Penella y Terele Pávez, que pese a no hablar casi nunca de su padres, repetían la versión de su padres: “Sólo obedecía órdenes”.

MIGUEL ROSALES CAMACHO

El informe le cita como Jefe de bandera de la sede de Falange Española en Granada. Los hombres que buscaban a Federico García Lorca se enteraron de que la familia Rosales escondía en su domicilio al poeta. Por eso acudieron a Miguel que, según el informe, les acompañó a su propia casa. Miguel Rosales fue acusado en 2001 por uno de sus sobrinos, Gerardo Rosales, de oponerse en aquellos días a refugiar al poeta ( El silencio de los Rosales. Ed. Planeta).

La familia guardó silencio durante décadas para evitar represalias, como también explica el informe. Ian Gibson entrevistó a Miguel Rosales en 1966, un año después de que el informe fuera redactado. Miguel le recordó que los escritos de Lorca y sus entrevistas en las que llega a declarar que “en Granada reside la peor burguesía de España”, fueron muy comentadas en la ciudad. De los recuerdos de Miguel Rosales salió una de las claves para entender el suceso. Según su memoria, el diputado Ramón Ruiz Alonso dijo: “Hizo más daño con su pluma que otros con la pistola”.

JUAN TRESCASTRO

El informe policial confirma que se trataba de uno de los acompañantes de Ruiz Alonso en la detención del poeta en casa de los Rosales. Pero su participación, por los testimonios recogidos por los investigadores, va más allá. Se cree que este terrateniente de Santa Fe, abogado derechista, participó en el fusilamiento. Un testigo aseguró haberle oído una terrible  declaración que resuena en la historia de la muerte de Federico: “Yo mismo le he metido dos tiros por el culo”.

FEDERICO MARTÍN LAGOS

La tercera persona que sacó a Federico de su refugio y lo llevó ante la muerte. El informe dice que Martín Lagos acompañó a Ruiz Alonso y Trescastro a casa de los Rosales para efectuar la famosa detención. El informe explica, y coincide con los testimonios de los investigadores, que la casa de los Rosales estaba rodeada de personas armadas cuando fueron a detener al poeta.

Este falangista efectuó la detención el domingo 16 de agosto, como ya había recogido Miguel Caballero en su libro Las trece últimas horas en la vida de García Lorca.

JOSÉ DIAZ PLÁ

El jefe local de la Falange en aquellos días. Según el informe fue uno de los que intentó evitar la muerte de Lorca una vez estaba ya en el calabozo del Gobierno Civil. Para entenderlo hay que saber que los Rosales, falangistas, mantenían un enfrentamiento por el control de la rebeldía con el diputado de CEDA Ruiz Alonso, motivo por el cuál se podría explicar el empeño de Ruiz Alonso por detener al refugiado de los Rosales, Federico García Lorca.

Díaz Plá ayudó a Luis Rosales a que corriera la misma suerte que su amigo Federico ante el gobernador civil y le convenció para redactar una declaración en la que negara haber ocultado al poeta.

CECILIO CIRRE JIMÉNEZ

La misma noche en la que Lorca es detenido y llevado al calabozo, Luis Rosales acude con varios amigos falangistas a evitar lo inevitable. En su declaración dice que “un tal Ruiz Alonso” se ha presentado en su casa para detener al poeta. Ruiz Alonso, presente en una atestada sala, dice: “Ruiz Alonso soy yo”. Rosales le espeta: “¿Bajo qué responsabilidad se ha presentado en mi casa?”. Y el diputado responde: “Bajo mi responsabilidad”. La escena se produce a gritos y con violencia. Cecilio Cirre coge de la solapa a Ruiz Alonso y le dice: “Cuádrese, está hablando con un superior”. La escena fue descrita por el propio Luis Rosales en los años 70 a Ian Gibson.

JUAN VALDÉS GUZMÁN

El Gobernador Civil de Granada en la sublevación. Un auténtico carnicero que asesinó a cientos de personas además de a Federico García Lorca. Por ejemplo, al entonces alcalde socialista de Granada, Manuel Fernández Montesinos, cuñado del propio Federico. Valdés soportó la presión de los Rosales para liberar a Lorca y en un momento dado sacó de su cajón una denuncia, documento clave del asesinato, que motivó su fusilamiento.

Según los investigadores, antes de dar la orden de asesinar a Lorca, consciente de la relevancia del personaje, llamó por teléfono al General Queipo de Llano, que estaba en Sevilla liderando el Golpe por el sur. Queipo de Llano, que conserva numerosas calles a su nombre en multitud de municipios en España, dio la célebre orden: “Café, mucho café”. Es decir: a la fosa.

FERNANDO DE LOS RÍOS

El informe policial franquista sostiene que Federico García Lorca es una persona cercana al socialismo por sus escritos y por su relación con Fernando de los Ríos. El que fuera ministro de Educación republicano era una de las bestias negras de los golpistas. Lo fue en la república y perduró durante el franquismo por lo que es lógica su alusión en un informe de 1965.

La actriz Emma Penella, en 2009, tratando de limpiar el nombre de su padre Ramón Ruiz Alonso, explicó que la detención de Lorca tenía como objetivo encontrar a Fernando de los Ríos. Extremo que niegan todos los historiadores lorquianos, pero que el informe cita como una versión franquista de los hechos.

http://www.eldiario.es/sociedad/documentos-prueban-asesinato-Lorca_0_380412999.html