Algeciras (Cádiz) devolverá la memoria al arquitecto Manuel Sánchez Arcas con una placa en el mercado Ingeniero Torroja

Algeciras devolverá la memoria al arquitecto Manuel Sánchez Arcas con una placa en el mercado Ingeniero Torroja

El Ayuntamiento reconocerá el próximo lunes, 1 de septiembre, al coautor del emblemático edificio modernista, un creador obligado a exiliarse por la dictadura

Manuel Sánchez Arcas, el arquitecto del mercado Ingeniero Torroja de Algeciras que la historia quiso borrar

En Algeciras, los edificios también guardan secretos. El mercado Ingeniero Torroja, con su cúpula prodigiosa que durante tres décadas fue la mayor del mundo, se levantó como símbolo de modernidad en los años treinta, pero lo hizo incompleto en la memoria: durante demasiado tiempo se mencionó solo a Eduardo Torroja Miret, el ingeniero, mientras que el arquitecto que le dio forma, Manuel Sánchez Arcas, quedaba relegado al silencio.

Este lunes 1 de septiembre, a las 11:00, ese silencio quedará roto. Una placa instalada en la plaza de abastos recordará para siempre al madrileño como coautor de la obra. La decisión la adoptó el Pleno municipal en eneroa propuesta del PSOE y con el impulso de Javier Ortega, después de que un artículo publicado en Europa Sur en mayo de 2024 reclamara su nombre en letras visibles. Fue la concejala Ana Jarillo quien defendió la moción dentro del marco de la Memoria Democrática, aprobada con los votos en contra de Vox.

La sesión plenaria de mayo de 2023 marcó el punto de partida de una iniciativa que, tras años de espera, se materializará el próximo lunes con la incorporación de la calle Arquitecto Sánchez Arcas al callejero oficial de Algeciras. Esta decisión supone un reconocimiento público a la figura de Manuel Sánchez Arcas, distinguido con el Premio Nacional de Arquitectura en 1932 y considerado una de las personalidades más influyentes de la arquitectura española del siglo XX.

La propuesta partió de la Asociación de Emprendedores del Patrimonio Algecireño (AEPA 2025), que puso en valor la huella de Sánchez Arcas en la ciudad y subrayó la necesidad de rendir tributo a su legado.

El arquitecto borrado

Republicano convencido, afiliado al Partido Comunista, colaborador de Juan Negrín, Sánchez Arcas se convirtió en un nombre incómodo para el régimen franquista. Perdió su título, sus cargos y su país. Dejó tras de sí hospitales, laboratorios, edificios singulares y aquel mercado de Algeciras cuya cúpula hoy sigue impresionando a arquitectos de medio mundo. En 1939, cuando la plaza de abastos empezaba a respirar vida, él cruzaba los Pirineos rumbo al destierro.

Vivió en Moscú, en los Urales, en la Varsovia devastada por la guerra, en Berlín Oriental. Organizó congresos, diseñó hospitales, colaboró con Picasso y Paul Éluard. Y aun así, en España apenas quedó rastro de su nombre. “Si lo hubieran atrapado, lo habrían condenado a muerte”, recuerda su nieto. Murió en 1970, sin poder regresar, enterrado en un cementerio civil de la capital germana.

Una vida de novela

La vida novelesca de Manuel Sánchez Arcas, marcada por la huida a través de los Pirineos en 1939 tras el expolio de su estudio en Madrid, el exilio en Moscú durante la Segunda Guerra Mundial, su labor en la reconstrucción de la Varsovia devastada y su papel como organizador del Congreso Mundial de Intelectuales por la Paz en 1948 junto a figuras como Picasso o Paul Éluard, inspiró a Antonio Muñoz Molina para dar vida al protagonista de La noche de los tiempos, publicada en 2009, una obra en la que el escritor recrea, con tintes de ficción, la tragedia del exilio republicano y la grandeza de un arquitecto cuya trayectoria internacional fue tan brillante como injustamente silenciada en España.

El nombre de Sánchez Arcas regresará así al lugar donde estuvo desde el principio: en el frontispicio de una obra que revolucionó la técnica y la estética de su tiempo. En el mercado de Algeciras, al fin, una placa pondrá palabras a esa ausencia.

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