Almería. Antonio Muñoz Zamora, la eterna lucha

Nacido en una familia muy humilde, se enroló en el bando republicano cuando aún era menor de edad y acabó capturado en el campo alemán de Mauthausen

JOSÉ LUIS PASCUALAlmería Jueves, 19 marzo 2020, 00:57

Antonio Muñoz Zamora fue un almeriense nacido en Melilla. Su padre encontró trabajo de manera temporal en la ciudad norteafricana, pero apenas unos meses después de ver aumentada la familia decidieron regresar a Almería.

Criado de manera humilde y conocedor de lo qué es pasar estrecheces, pronto comenzó a luchar contra las desigualdades sociales. La precariedad y la falta de empleo de sus padres motivó que ayudase en casa con empleos de repartidor y aprendiz con los que aliviar la delicada situación económica. Una vez que comenzó la guerra no dudó en alistarse como voluntario en defensa de la República, pese a que aún ni siquiera había cumplido la mayoría de edad. Estuvo en el Frente del Jarama junto a la XV Brigada Internacional y en otros frentes como Brunete, donde fue herido de consideración. Tras estar hospitalizado tanto en Madrid como en Girona regresó de manera fugaz para estar con sus padres, a los que ya no volvió a ver con vida. Superadas las secuelas físicas, volvió al frente en la Batalla del Ebro y, tras vivir las sucesivas retiradas, cruzó la frontera junto a su División el 9 de febrero de 1939.

En Francia, fue internado en los campos de Argelès, Barcarès y Vernet d’Ariège donde fue incorporado a una compañía de trabajadores extranjeros destacada en Brest. En los momentos de la derrota francesa fue enviado, junto a unos 12 españoles más, de nuevo al campo de Argelès. Tras un paréntesis trabajando en la zona de Perpiñán y varias evasiones y detenciones, fue llevado de nuevo a la ciudad de Brest, donde habría de trabajar en la construcción de una base submarina alemana. De nuevo consiguió huir e inició un nuevo periodo en que trabajó como albañil.

Fue enviado a Munich para retirar bombas que habían lanzado los aliados y que se encontraban sin explosionar

Posteriormente su grupo resultó víctima de una infiltración y acabaron siendo detenidos por la Gestapo. Junto a otros muchos detenidos por actividades de resistencia es agrupado en el sector C de dicho campo. Dos semanas después del desembarco aliado en Normandía, el 18 de junio de 1944, forma parte del transporte más importante en número de personas que salió de Compiègne. Durante su estancia en Dachau, Antonio fue enviado a Munich para retirar las bombas sin explosionar que quedaban entre los escombros tras los ataques de la aviación aliada, para después ser transferido al campo de Mauthausen, donde inmediatamente tomó contacto con la organización clandestina de los presos españoles.

Tras su liberación, Antonio regresó a Francia, donde la acogida de los republicanos españoles fue notablemente mejor que la conocida en 1939. Reanudó su actividad política; en Toulousse contactó con la dirección del Partido Comunista de España, que declina su disposición de acudir a la guerrilla contra el franquismo. Posteriormente se instaló de nuevo en Brest, donde trabajó descargando barcos y en la construcción. Antonio y su familia se instalaron en Almería definitivamente en el año 1963. Firmemente dispuesto a continuar su actividad política, Antonio entró en España con una maleta de doble fondo con propaganda del Partido Comunista.

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