ARICO está pendiente de confirmar si es la víctima que buscan
EL PERIÓDICO DE ARAGÓN | F. M. H. | 5-11-2016
Los voluntarios de la Asociación por la Recuperación e Investigación Contra el Olvido (ARICO), y la Asociación Charata para la Recuperación de la Memoria Histórica de Uncastillo desenterraron ayer un cráneo con un disparo en la fosa común del cementerio de Ricla. Confían en que sean los de Petra Lozano Forcén o Lorenza Morlanes Serrano, asesinadas en la localidad zaragozana el 14 de agosto de 1936, aunque según aclaró el presidente de ARICO, Miguel Ángel Capapé, aún están pendientes de análisis. Hoy continuarán con la exhumación.
Los trabajos, acometidos gracias a una subvención de la Diputación Provincial de Zaragoza, pretenden hallar los restos de estas dos vecinas de Morés, ajusticiadas por los sublevados franquistas como lo fueron sus hijos, Narciso Crespo Lozano y Antonio Lozano Morlanes, cuatro días antes en Calatayud.
Según la información recopilada por los familiares hace 80 años, las mujeres fueron enterradas las últimas en esta fosa, junto con al menos tres ferroviarios destinados por entonces en la estación de Morés. Se trata de Zacarías Arranz Pascual (natural de Morón de Almazán, Soria), Tomás Sanz Lorente (natural de Fuente la Higuera, Valencia) y Sebastián Rueda Camacho, natural de Jaén. Aunque podría haber restos de otra sexta persona, por identificar, ya que según la documentación de la época fueron enterrados cuatro hombres y seis mujeres. Los voluntarios confían en poder confirmar pronto la identidad del cadáver semiexhumado ayer, del que también hallaron otros restos óseos.
Según explicó la asociación, Petra Lozano y Lorenza Morlaneseran cuñadas y contaban respectivamente con 48 y 43 años de edad. Fueron detenidas el 13 de agosto en Morés con varias personas más, por los grupos falangistas que actuaron en la zona, amparados por la temprana sublevación de la guarnición militar de Calatayud.
Todos ellos fueron trasladados hasta la cercana localidad de Ricla y allí fueron asesinados y enterrados en el interior del cementerio municipal, inscritos como muertes por «heridas recibidas en acción de guerra».
Los familiares que aún sobreviven de ambas mujeres contactaron hace cinco años con ARICO, pero la falta de financiación para aplicar la Ley de Memoria Histórica había hecho imposible, hasta ahora, la exhumación de las obras. Cuando terminen estas tareas, tienen otros proyectos en las Cinco Villas con la asociación Charata.
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