Otro capítulo de la rica y ejemplar historia de los esparcidos exiliados libertarios españoles, milicianos que lucharon en la Revolución Social y Guerra Civil contra el fascismo de 1936-39 y luego dedicaron el resto de sus vidas a combatir todo tipo de injusticia, viene de cerrarse a la una de la mañana del 31 de octubre 2018 en la ciudad de Melbourne (Australia) con el fallecimiento del compañero Antonio Burgos Visedo a la edad de 100 años y cinco meses.
Antonio con su familia fueron una de 11 familias libertarias llegadas desde Casablanca (Marruecos) entre los años 1962 a 1966 a las tierras del continente australiano que militaron en el ámbito del Movimiento Libertario Español en el exilio australiano formalizando el «Grupo Cultural de Estudios Sociales de Melbourne» en 1965 y desarrollando una labor de propaganda libertaria por las cuatros esquinas del continente tanto en castellano como en inglés con una infinidad de publicaciones, charlas y conferencias.
Antonio nació el 13 de mayo 1918 en la ciudad de Málaga, hijo de José Burgos Díaz y María Visedo Sánchez. Fue en esta ciudad donde inicio sus conocimientos y empezó a simpatizar con las ideas libertarias y frecuentar los ateneos.
Con la sublevación militar se incorporó en las milicias y terminó en el frente de Madrid hasta el último momento. En su escapada hacia Alicante fue atrapado por los fascistas y sufrió condena en un campo de concentración durante 6 años y medio. Una vez puesto en libertad retornó a Málaga, donde después de varios años sin obtener empleo consiguió colocarse como motorista mecánico en un barco pesquero. A finales de 1949 el barco llegó al puerto de Casablanca y con varios tripulantes más del barco logró escapar. Inmediatamente inició contacto con los compañeros libertarios que se encontraban en dicha ciudad y que ya habían preparado la documentación necesaria para que pudiese permanecer en la ciudad.
Durante la década de los 50, Antonio junto con los compañeros refugiados en Casablanca ayudó a muchos que escapaban de la España franquista a poder permanecer por las tierras norteafricanas o coger rumbo hacia el continente latinoamericano. Ayudó en varios embarques clandestinos de compañeros libertarios porque la policía daba orden general de busca y captura contra ellos para entregarlos a las autoridades españolas.
En 1953, mientras estaba embarcado como maquinista en un barco pesquero, Antonio sufrió un severo accidente quedando bastante inútil de las dos piernas. Sobre 1958 decidió marchar con la familia para Agadir, donde vivió el terremoto que destrozó esa ciudad a finales de febrero 1960, retornando ese mismo año a Casablanca e incorporándose a la agrupación Asociación Cultural «Armonía».
A comienzos de 1961 la situación empezó a ponerse algo difícil para todos los refugiados españoles en Marruecos y para mediados del mismo año, por mediación de las oficinas de las Naciones Unidas, se inició un éxodo de las familias refugiadas. Antonio y su compañera optaron por el continente de Australia, integrando la segunda expedición de familias libertarias que llegaron a la ciudad de Melbourne a mediados de 1964. Recibidos por los representantes de las Naciones Unidas, fueron llevados a la barriada de Middle Brighton, donde se encontraban un grupo de casitas pequeñitas y donde ya residían otras familias libertarias también venidas de Casablanca. Ésta sería su nueva residencia hasta finales de 1967, cuando se trasladó con su familia a la barriada de Reservoir en el norte de la ciudad, localidad en la cual ha permanecido hasta su fallecimiento.
Fue en las casitas de Middle Brighton donde se organizó el 24 de octubre 1965 la primera reunión del núcleo libertario llegado de Casablanca y donde se formalizó la federación local de Melbourne de la CNT del exilio en Australia, el «Grupo Cultural de Estudios Sociales de Melbourne» y se restableció una delegación de Solidaridad Internacional Antifascista. Antonio participó en todas las actividades llevadas a cabo. Fue también miembro de la agrupación del Centro Democrático Español de Sydney y en 1968 uno de los fundadores de la subdelegación de Melbourne y distribuidor de la publicación El Demócrata, por la zona norte de la ciudad de Melbourne.
Desde finales de 1965, junto con los compañeros refugiados, Antonio participó en las campañas contra la guerra del Vietnam y a comienzos del año 1968 el núcleo de libertarios españoles en Melbourne se incorporó al grupo «Anarquistas contra la guerra». Participaron en la preparación de panfletos y distribución de los mismos por las calles de Melbourne y sus barriadas. Antonio también fue uno de los fundadores de las editoriales anarquistas establecidas en este continente por el grupo de refugiados libertarios españoles a comienzo de la década de los 70, Ravachol y Acracia Publications, esta última continuando hasta la fecha una labor de propaganda libertaria.
Antonio siempre renunciaba a toda forma de religión, y constantemente recalcaba la necesidad de despertar una conciencia social y la importancia de los trabajadores organizarse en un sindicato anarco-sindicalista.
A principios de febrero 2016 el Secretariado de la AIT visitó Australia con ocasión al 30 aniversario de la sección australiana la ASF (Anarcho Syndicalist Federation) y 60 años de la AIT en Australia representada por la CNT española y búlgara en el exilio. Aprovechando el viaje el Secretariado visitó a Antonio en su casa, pasando varias horas charlando sobre la labor de los exiliados por estas tierras.
Tal era la convicción filosófica e ideológica de Antonio, que su última aspiración era que al fallecer, su cuerpo fuese entregado a la ciencia. Su deseo ha sido cumplido.
Compañero tu entusiasmo y tus relatos han contribuido a que muchos jóvenes de estas tierras lejanas de tu querida e inolvidable Málaga también lleven en sus corazones la esperanza de un mundo más justo. Echaré de menos las regulares conversaciones que teníamos sobre principios tácticas y objetivos, al igual que las charlas melancólicas recordando a muchos de los compañeros también exilados en Casablanca.