Antonio Caro Jiménez

La Campana
Sevilla
Caro Dueñas, María del Pilar

Los campos de exterminio nazis a través de la vida de Antonio Caro Jiménez: Mauthausen

Introducción

Soy Pilar Dueñas Caro. Mi familia materna es natural de La Campana (Sevilla). Yo también soy campanera, pero a los seis años mis padres y yo nos mudamos a Sevilla capital.

Cuando vivíamos en el pueblo, lo hacíamos con mi bisabuela en una casa muy antigua. En uno de los soberaos de esta vieja casa, casi olvidada en un rincón oscuro, mi bisabuela guardaba una caja de lata, de aquellas antiguas de carne de membrillo. Estaba llena de cartas amarillentas, frágiles, con ese olor rancio a papel viejo, muy viejo. Incluso cuando todavía no sabía leer, a mí me gustaba mirarlas, tocarlas, ordenarlas y observar las fotos antiguas perdidas entre sobre y sobre.

Mi madre me contó que aquellas cartas eran de su tío, el hermano de su padre. Durante largo tiempo, lo único que supe de este hombre fue que murió en la guerra. Me contaban que murió enfermo y maltratado y que por eso mi madre solía ir al Consulado Alemán en Sevilla para arreglar papeles sobre una paga que mi bisabuela percibía.

Por alguna razón, siempre tuve la corazonada de que aquellas cartas eran importantes, que valía la pena rescatarlas del triste rincón que habían ocupado durante tantos años. Y así lo hice, las he conservado como mi más preciado tesoro hasta este momento. Sin embargo, no sé por qué me conformé con aquellas explicaciones vanas que había recibido desde pequeña. Un día, las posibilidades de Internet me motivaron a investigar y poco a poco, no sin dolor, descubrí la historia de Antonio Caro Jiménez “Chiribo”. Esta es esa historia y la de muchos otros.

  1. ¡Feliz cumpleaños!

El 18 de julio de 1936, día de la sublevación militar, faltaban cuatro días para que Antonio cumpliera diecinueve años. Había nacido en La Campana y allí vivía con sus padres. Su único hermano, Francisco, estaba casado y esperaba a su primera hija para el mes de septiembre. Antonio quería con locura a su madre a la que solía ayudar en las tareas del hogar; su más fiel amiga era su perra Lola y disfrutaba al máximo de las fiestas del pueblo, en especial de los carnavales y de la Semana Santa. Y como es normal a esta edad, le hablaba a una muchacha que se llamaba Anita. Todos le conocían por el mote familiar: “Chiribo”.

En muchos lugares de la geografía española el golpe de estado de los militares, que posteriormente desembocaría en la Guerra Civil, había cogido por sorpresa a los españoles y en algunas ciudades, durante los primeros días, se hizo vida normal, pero en el suroeste de la península, el avance del ejército rebelde fue implacable.

Ante la negativa del gobierno de Casares Quiroga de dar armas al pueblo para defenderse, en las poblaciones donde todavía no había llegado el ejército rebelde, se organizaron comités de defensa de la República por parte de los sindicatos.

Aunque La Campana era un pueblo pequeño, existía una corriente intelectual y progresista, incluso hacía tiempo que se había fundado una logia masónica, la “Logia Ferrer”. Por tanto, como en otros pueblos, se creó su correspondiente comité de defensa al cual Antonio, junto a otros amigos, no tardó en unirse. Cuentan que a él le correspondió custodiar la llave de la celda donde encerraron a Don Juan, el cura, y que, al verse obligado a huir del pueblo hacia Lora del Río, se la llevó consigo para que no le pudieran hacer daño al sacerdote.

Días después de la huida de Antonio, el 2 de agosto, los mal llamados “nacionales” entraron en La Campana y como en otros lugares, las acciones de los comités de defensa fueron vengadas no sin desmesura. Muchos campaneros fueron fusilados en la plaza del pueblo y mi propio abuelo, Francisco, el hermano de Antonio, estuvo a punto de morir. Afortunadamente, uno de los terratenientes, que conocía a mi abuelo, intercedió para que no lo mataran.

 

Extracto del cuadro de represaliados a 30.9.38 según la Delegación de Orden Público de Sevilla.

Localidad Fusilados Desaparecidos Detenidos Desterrados Sancionados Huidos Asesinados por rojos
La Campana 130 0 0 0 0 840 14
Marchena

 

0 198 12 0 6 76 2
Paradas 0 150 0 0 1 48 0
La Puebla de Cazalla 135 0 73 0 0 430 0
Sevilla Cap. 2819 324 7415 3 73 2500 14
Total provincia Sevilla 7963 2157 10119 27 1154 21816 487

La represión franquista en la provincia de Sevilla. José Mª García Márquez.

  1. La guerra

Desde Lora del Río, Antonio pudo haber optado por dos vías: el este, hacia la provincia de Córdoba o el norte, hacia Constantina, siguiendo después hasta Extremadura. En cualquier caso, lo más seguro es que formara parte de una columna de milicianos.

En el reverso de una fotografía en la que aparece con un amigo, Joaquín Berago (o Beraga), aparece el sello de la 20º Brigada Mixta, lo que hace pensar que Antonio perteneció a ella. Esta brigada mixta fue creada en Murcia en noviembre de 1936, a partir de reclutas. Permaneció en fase de formación hasta el mes de diciembre, momento en que fue enviada al frente de Córdoba -donde quedó adscrita a la Agrupación Tajo-Extremadura- y en donde, muy posiblemente, Antonio ing resara en sus filas. El 8 de enero de 1937, la 20ª BM relevó a la 3ªBM en primera línea de frente, en las posiciones de Los Villares y el Cortijo de los Madroños. El 22 de enero y el 4 de febrero intentó reconquistar la localidad de Lopera, ataques que fracasarían. Posteriormente intervino en la batalla de Pozoblanco. El 8 de marzo atacó desde Hinojosa del Duque a las fuerzas de Que ipo de Llano; cinco días después atacaron desde Alcaracejos, junto a la 25ª BM y lograron ocupar Villanueva del Duque. Si bien la ofensiva franquista fracasó, durante estas operaciones, la 20ª BM sufrió grandes bajas, hecho que tuvo como consecuencia su relevo por la 52ª BM y su reorganización y refunda-ción en la primavera de 1937.   

Es en este punto en el que Antonio debió enrolarse en el llamado Cuerpo de Guardias Asalto.

En una foto que enviaría a sus padres se puede leer: “Recuerdo de Antonio Caro Jiménez, natural de La Campana, provincia de Sevilla. 126 Compañía 32, Grupo de Asalto. R…Zaragoza?”. La foto lleva el sello de un estudio fotográfico de Barcelona llamado “Baro”. Por tanto, esto me hace pensar que Antonio perteneció, a la compañía 32, Grupo de Asalto, que operaba en Barcelona. Según comentarios de mi abuelo Francisco, Antonio luchó, efectivamente, en el frente de Aragón.

Si terrible es una guerra peor es una guerra civil donde luchan entre sí hermanos contra hermanos. España fue arrasada por la guerra, murieron miles y miles de soldados de uno y otro bando. La población civil también fue masacrada como en el caso del pueblo vasco de Guernica, que fue bombardeado el 26 de abril de 1937 por parte de la Legión Cóndor alemana y la Aviación Legionaria italiana, que combatían en favor de los sublevados. Como todos sabemos esta tragedia fue retratada por Picasso en su famoso cuadro del mismo nombre. En Andalucía, a la llegada de las tropas franquistas a Málaga el 8 de febrero de 1937, la población que huyó hacia Almería fue atacada por mar y aire causando la muerte a entre 3.000 y 5.000 personas. Esta movilización de población fue llamada “la Desbandá”.

Los dos bandos obtuvieron ayuda de diversas fuerzas: el bando franquista fue respaldado por la Alemania nazi, la Italia fascista y la Portugal salazarista. Los republicanos fueron ayudados por la URSS y las Brigadas Internacionales compuestas por voluntarios extranjeros de 54 países. Francia y Gran Bretaña veían como un peligro la guerra española para su lucha contra la Alemania nazi y tomaron una drástica medida: el acuerdo de No-intervención.

  1. El éxodo

El 26 de enero de 1939 las tropas nacionalistas ocuparon Barcelona, dos días más tarde y a la desesperada, el ministro republicano de Estado, Julio Álvarez del Vayo, consiguió del gobierno francés la apertura de la frontera para acoger a la población civil.

El 5 de febrero de 1939 se aceptó la entrada en territorio francés de combatientes a cambio del desarme e internamiento en campos de concentración. Estos campos se dispusieron en localidades cercanas a la frontera en la costa del departamento Langedoc-Rousillon: Argelés-sur-Mer, Coulliure, Saint-Cyprien, amén de algunos más que se abrieron a lo largo de toda la frontera pirenaica.

Entre los días 5 y 9 de febrero se da una entrada masiva de refugiados. Las largas columnas de seres humanos que intentaban atravesar la frontera eran también bombardeadas desde el aire.

El 8 de febrero se abrió el campo de Saint-Cyprien para los refugiados que habían entrado por los puestos fronterizos de Le Perthus y Cerbère. A este campo fue a parar Antonio. En total, 465.000 refugiados —de ellos 260.000 milicianos— cruzaron la frontera huyendo de la muerte, la encarcelación y el ostracismo social hacia un futuro más que incierto. Pero su huida no fue de cobardes, en el ánimo de todos seguía estando el deseo de seguir luchando por la libertad legítima que todo pueblo merece.

Los españoles no se encontraron con una acogida cálida. Francia estaba inmersa en una fuerte crisis económica desde 1930. Además, existía una derecha reaccionaria dominada por fascistas y xenófobos, todo esto hizo que el gobierno francés viera con cierta repulsión la llegada de quienes llamaban “rojos españoles”. No ocurrió así con el pueblo francés que, en algunos casos, tuvo para con los españoles numerosos gestos de solidaridad. Cuando los españoles caminaban exhaustos hacia los campos, los guardias franceses que los custodiaban impedían a las gentes de los pueblos que se les acercaran, pero ellos se echaban encima dándoles alimentos como chocolate o galletas.

Las condiciones de vida en los campos de concentración franceses eran inhumanas. Los refugiados se hacinaban entre las alambradas y el mar. Tenían que dormir en la playa, sobre la arena húmeda, poco después se comenzó a construir algunos barracones, pocos para albergar a tantas personas. Los alimentos y el agua eran escasos y en malas condiciones, lo que provocaba enfermedades gastrointestinales y, para colmo, no existían letrinas acondicionadas por lo que la mayoría debía hacer sus necesidades en el mar. Más, si se alejaban demasiado, la Guardia Móvil o los soldados senegaleses abrían fuego contra ellos, llegando a herirlos o matarlos.

El 22 de febrero murió en la localidad francesa de Collioure el escritor Antonio Machado que, a sus 64 años, tuvo un gran desgaste físico durante la marcha hacia el exilio y que, seguramente, no pudo soportar ver las condiciones en las que se encontraban sus compatriotas. Había viajado a duras penas, enfermo de asma y acompañado por su madre Ana Ruiz y su hermano José. Todos los españoles refugiados, y también los franceses que conocían su obra, le lloraron. Tres días después fallecería su anciana madre, doña Ana Ruiz Hernández.

El 12 de abril de 1939 el gobierno francés promulgó un decreto ley por el que los españoles fueron obligados a trabajar o a alistarse en la Legión Extranjera, en caso contrario, debían abandonar el país. La mayoría de los españoles se alistaron como voluntarios con tal de salir de los campos. A partir de septiembre de 1939 muchos trabajaron en la vendimia, percibiendo un salario de entre 3 y 5 francos.

En junio de 1939 la Confederación Nacional de Ayuda a los Refugiados Españoles pidió la suspensión de los campos y que los refugiados se integraran en la vida civil; sin embargo, la petición fue desoída. Este mismo mes Polonia fue invadida por las tropas alemanas. En septiembre, Francia e Inglaterra entraron en guerra contra Alemania, acababa de iniciarse la Segunda Guerra Mundial. Aunque muchos pensaron que podría estar finalizada para diciembre, la guerra se prolongó durante cinco años. Otra vez los refugiados españoles se encontraban inmersos en un conflicto armado, muchos de ellos lucharían con las fuerzas aliadas con la esperanza de que, al vencer al fascismo europeo, también vencerían el que se había implantado en España.

Antonio permaneció aproximadamente un año en Saint Cyprien. Por fortuna, y aunque los materiales de escritura eran precarios, había podido mantener correspondencia con su familia. De este periodo se conservan cinco cartas:

En la primera carta, sin fecha, refiere lo siguiente:

“Padre, en el momento que te escribo, está conmigo el hijo de ‘Diego el del Teléfono’, que estamos los dos juntos.”

Y termina:

“Mi dirección es esta

5ª Compañía. Calle E. Nº 21

Saint Cyprien”

La segunda datada en Saint Cyprien a 30-10-39:

“Padre de lo que decías en una carta, que mi hermano tiene dos niñas y que la mayor siempre está nombrando a su tito, pues te digo que siento mucho no poderlas contestar, pero yo te digo que le digas muchas cosas de mi para que no me olviden de manera que yo espero que así lo hagas para que cuando yo vaya me conozcan.”

 La tercera en Saint Cyprien a 16- 11- 39:

“Padre, también te digo que cuando me contestes me pongas los apellidos míos porque cuando dijeron Chiribo y dije yo ‘esa carta es mía’, no me la querían dar…”

“Madre, ahí te mando recuerdos de mi amigo Juan, que es extremeño.”

La cuarta, Saint Cyprien a 23-11-39:

“Padre, de lo que me dices que si me hacen falta algunos papeles para mandarme, te digo que si, que me los mandes a vuelta de correo. Y escríbeme pronto con lo que halla de mis papeles.”

“Mi sobrinita dice que si vamos a ir los dos juntos, yo te digo que no porque hay mucha tierra de por medio.”

La carta con fecha del 24-11-39 dice así:

“Madre, yo no tengo pena por eso, de modo que tú no penes.”

Durante el otoño de 1939, Juan Negrín ofreció a Franco, a través del embajador franquista en Londres, una considerable cantidad de bienes de los que disponía el gobierno republicano en el exilio, a cambio de que decretara una amnistía que permitiera el regreso de los españoles que estaban en Francia. Franco se negó.

  1. Trabajando duro

A finales del año 39, Antonio, deseoso de abandonar el campo de internamiento de Saint Cyprien, y convencido de que, por el momento, no podría volver a España, se alistó en la 108 Compañía de Trabajo para Extranjeros (C.T.E.). En total, 104.000 exmilitares españoles estuvieron obligados a trabajar con el objetivo de generar beneficios para la República Francesa, 55.000 organizados en CTE. El costo de estas compañías para el estado francés era de 300 millones de francos; sin embargo, los beneficios llegaban a los 350.000 millones de francos ya que la mano de obra extranjera era, en promedio, un 66 % más barata que la mano de obra nacional.

Con la amenaza y posterior ofensiva del ejército alemán en 1940, muchas compañías de trabajadores extranjeros fueron desplegadas en la zona del ejército para realizar labores de refuerzo y acondicionamiento en la Línea Maginot, en la zona noreste de Francia. Muy probablemente la 108 CTE se situará en Faulquemont, localidad de la provincia de Mosela, en la región de Lorena, muy cerca de la frontera con Alemania; aunque también podría haber estado en Saint Florentin junto a las compañías 107 y 109.

Las CTE estaban formadas por 2 oficiales (uno francés y otro extranjero); 8 suboficiales; 8 caporales; 12 soldados franceses y 230 soldados extranjeros desarmados.

La familia Caro recibió una carta datada “Francia, a 14-1-1940”. El remite también había cambiado con respecto a la dirección de Saint Cyprien: “Sector Postal 309 C.T.E. 108 Francia. F.M.”. El sector postal 390 estaba reservado para la correspondencia con el extranjero. Los sectores postales adjudicados a la franquicia militar (F.M.) se utilizaban por estar prohibido indicar expresamente la ubicación de la unidad militar. A su vez, reciben una carta devuelta con fecha “18 de 1 del 1940”. Debido al tiempo de envío es muy posible que las contestaciones se cruzaran.  En esta sus padres le habían escrito:

“…recibimos la tuya en la cual me venías pidiendo los papeles y te lo mandamos a vuelta de correo y hasta la presente no hemos tenido contestación ninguna de manera que ya te figuras como estamos intranquilos sin saber lo que te ocurre…”

En estas compañías el grupo de trabajadores estaba a cargo de algunos oficiales del ejército francés pero el trato era correcto; recibían una pequeña retribución económica y tabaco. Aunque trabajara duro, Antonio deja entrever en sus cartas cierta tranquilidad. El papel y la tinta son de mejor calidad y la letra se ve mucho más cuidada que en anteriores misivas. Además, aparecen comentarios más relajados:

“Mis queridos padres: Me alegraré que al recibo de esta se hallen buenos en compañía de mi querido hermano y sobrinas y demás familia, yo quedo bien por el momento en compañía de todos mis amigos.”

“Padre de lo que me dices de que mamá y tú os lleváis todo el día llorando por mí, pues yo os digo que no quiero que lloréis porque yo lo paso muy bien y no me hace falta nada, que lo único que yo quisiera es que vosotros estuvierais aquí conmigo para que supierais lo bien que yo me encuentro.”

“Madre, tú me dices que te parece mentira que me vayas a ver, pues yo te digo que sí me verás y no tardará mucho pero que antes de eso me tiene que escribir mi sobrina la más pequeña, de manera que con esto te digo que vayan todos los días al colegio para que aprendan pronto.” 

Incluso bromea:

“Querido hermano, cuatro letras para decirte que me mandes una tajadita de carne de liebre ya que me he enterado que estás hecho un cazador bastante afamado.”

A su padre: “Y sin más que decirte por hoy, quiero que me perdones porque me están esperando para comer y no es caso de quedarse sin comer porque la comida es bastante buena.”

También escribe a su novia: “Mi más inolvidable Anita,…”

En total son veintitrés cartas las recibidas desde la Compañía de Trabajadores Extranjeros desde el 17 de enero hasta el 30 de mayo de 1940.

De esta etapa hay una carta enviada por su madre en la que dice: “Mi queridísimo hijo: Te envío estas líneas solamente para darte mil felicidades en el día de tu santo aunque un poco retrasadas.”

Desde La Campana mi bisabuela escribía una carta para su querido Antonio, era el 14 de junio de 1940 y en París la Wehrmacht, infantería alemana, desfilaba por los Campos Eliseos, La capital de Francia había sido declarada ciudad abierta.

 

  1. El purgatorio

En mayo de 1940, durante la ofensiva de las tropas alemanas contra el ejército francés, las CTE que habían sido desplegadas en la zona del ejército se encontraron en medio de la lucha o bajo el fuego de la aviación enemiga. Unos 5.500 españoles murieron durante la batalla de Francia. Después de la derrota, la Wehrmacht y los Einsatzkommando (grupos compuestos por miembros de la SS y la Gestapo) capturaron a miles de proveedores de servicio en la zona ocupada.

Con fecha 12 de julio de 1940, los padres de Antonio habían escrito una carta que posteriormente les fue devuelta. En ella dicen:

“Niño, qué es lo que pasa que ya hace que no tenemos carta tuya más de 40 días, si es que no puedes escribir o que es lo que ocurre.”   

Poco después recibieron como respuesta una cartulina con un mensaje en francés y una traducción anexa:

“Yo soy prisionero de guerra y con buena salud. En una carta próxima yo os haré partícipe de mi dirección. Inútil escribir antes de recibir la nueva dirección”

En julio de 1940, la invasión de Francia por los alemanes era ya un hecho. Antonio fue conducido, junto a los compañeros, tanto de su compañía de trabajo como de otras compañías, al Frontstalag 140 (campo de tránsito dentro de la zona ocupada), en Belfort, junto a la frontera franco-suiza, en donde se le asignó el número de prisionero 7367 para, posteriormente, ser trasladado al Stalag XI-A, cerca de la ciudad de Altengrabow (Sachsen-Anhalt o Alta Sajonia).

Un STALAG era un campo de concentración de prisioneros de guerra (POW). En los stalags podían ser mantenidos de acuerdo con la Convención de Ginebra de 1929 y, aunque eran obligados a trabajar, los prisioneros de guerra tenían derecho a mantener correspondencia con sus familias en unos impresos a tal efecto.

Los textos en las cartas de Antonio eran cortos. Contaba poco sobre las condiciones de vida, es fácil suponer que para no preocupar a los suyos, pero en algunas misivas, como en la primera que se conserva con fecha 1 de febrero del 41 (siete meses esperada), deja ver ya cierto desmoronamiento psicológico:

“También os digo que por mi no padezcáis, que yo me encuentro muy bien no me hace falta nada, solamente, lo que me hace falta es decir papá y mamá.”

Los stalags sirvieron como centros de paso para prisioneros de guerra cuando se utilizó a tales presos para la economía de guerra, en Kommandos externos, minas y empresas industriales de todo tipo. El komando era un equipo formado por prisioneros que realizaban un determinado trabajo. El de Antonio en el Stalag XI-A era el 544/33.

En otra carta fechada 7-9-41, Antonio escribe:

“Padre, esta como puede ver se la escribo sin contestación a ninguna vuestra. No se a qué se debe, si es que se pierde o es que no recibís las mías.”

Este comentario se repetiría en las siguientes. Curiosamente, sus padres le contestaron una vez utilizando el mismo tipo de impreso y les fue devuelta.

En su última carta, 11-10-41, la última que escribiría en su vida, decía:

“…yo os tengo que decir que soy el mismo de antes solamente que tengo más conocimiento, en fin dejemos esto a parte que yo ya pronto me parece que me encontraré a su lado.”

Seguramente se rumoreaba algo por el stalag sobre un traslado y pensaron que los devolverían a casa. Seguramente pensaron que el gobierno franquista tendría alguna conmiseración con ellos; que, al fin y al cabo, todos eran españoles; que no importaba ya si los metían en la cárcel, al menos sería una cárcel española o quizás pensaron que la victoria sobre el fascismo estaba cerca. Seguramente donde muere una ilusión, nace una esperanza.

  1. El infierno

“¡Oh, los que entráis, dejad aquí toda esperanza!” reza el Canto Tercero del Infierno de La Divina Comedia, obra escrita por Dante Alighieri.

Como el Gobierno de Francisco Franco había aseverado que no existían españoles más allá de las fronteras, fueron abandonados en manos del gobierno nazi que negó a los prisioneros españoles la consideración de “prisioneros de guerra” y los utilizó como mano de obra esclava en campos de concentración junto a judíos, soviéticos, disidentes políticos y otros colectivos considerados “peligrosos” por el Reich. Poco les importó si morían de agotamiento y/o enfermedades o eran asesinados en cámaras de gas.

Los españoles recluidos en stalags fueron deportados y transportados en vagones de ganado a diferentes campos de concentración. Hay que decir que aproximadamente 10.000 españoles fueron deportados a campos de concentración nazis desde 1940 a 1945 (Dachau, Ebensee, Allach, Buchenwald, etc.). La gran mayoría de ellos, fueron trasladados al de Mauthausen, en torno a la pequeña la localidad del mismo nombre, en Austria, aproximadamente a 20 km. de Linz, ciudad natal de Adolf Hitler. En un principio, este campo había servido para la reclusión de delincuentes. Pasaron por este campo un total de aproximadamente 8.700 españoles desde el verano de 1940.

También hubo mujeres españolas en los campos de concentración, el de Ravensbrück era el que reunía a un mayor número. Ellas habían luchado en la Resistencia francesa y fueron detenidas por la Gestapo. A su sufrimiento habría que añadir otros sufrimientos adicionales, los que se desprenden de su propia condición de mujer: experimentos médicos, esterilización, eliminación de sus hijos ante su presencia e incluso prostitución.

Antonio llegó a Mathaussen el 3 de noviembre de 1941 en un grupo de cincuenta hombres procedentes del stalag XI-A. Yo me he permitido elaborar una lista con los nombres de los que muy posiblemente fueron los compañeros de mi tío en aquel frío y sucio vagón:

ABENZOA GONZÁLEZ, Joaquín-1901- Peralta de Alcofea (Huesca)-3161- F 26/4/42 – Steyr.

ALIAU BORDIÚ, Juan-1919- El Vendrell (Tarragona)- 3165- L 29/4/45- Dachau.

ALIAU VILANOVA, Juan -1890- El Vendrell (Tarragona)- 3166- L 5/5/45- KLM.

ANTÚNEZ MEDINA, Antonio-1903- Motril (Granada)-3167- F 1/10/42- Mauthausen.

ARDINES AVÍN, Luís-1906- Llanes Nueva (Asturias)-3168- F 1/10/42- Mauthausen.

ASENJO CANO, Justino-1902- Olmos de Peñafiel (Valladolid)- 3180- F 30/4/43- Mauthausen.

AZNAR SESÉ, Miguel- 1920- Broto/Oto (Huesca)- 3181- L 5/5/45- KLM.

BARGUEÑO GÓMEZ, Ramón-1916- Recas (Toledo)- 3183- L 5/5/45- Mauthausen.

BARRAGÁN CRIADO, Miguel -1905- Aguilar de la Frontera (Córdoba)- 3206 – Destino desconocido

BARRENA TOBAL, Sebastián-1913- Mérida (Badajoz)- 3188- L 5/5/45- KLM.

CALVO ASENCIO, Juan Pablo-1895-Ejulve (Teruel)-3189- L 5/5/45 KLM.

CARMEN DE PABLO, José-1901- Barbastro (Huesca)- 3190- L 29/4/45 Dachau.

CARMONA CÉSAR, Carlos- 1899- Posadas (Córdoba)- 3192- F 28/3/45 Gusen.

CARO JIMÉNEZ, Antonio-1917- La Campana (Sevilla)- 3193- F 14/3/42 Steyr.

CASTELLNOU PEÑA, Francisco-1921- Serós (Lleida)- 3196- L 5/5/45 KLM.

CASTILLO MARTÍN, Julián-1907- Brunete (Madrid)- 3197- L 5/5/45 KLM.

CORTI SAMPIETRO, José-1898- L’Escala (Girona)- 3198- F 4/4/43 Mauthausen.

COSTA SALÓ, Miguel-1901- Abons (Girona)- 3201- F 27/3/44 Ebensee.

DUQUE PÉREZ, Aniceto-1898-Sta. Cruz de la Palma (Tenerife)- 3202- F 24/3/42 Mauthausen.

ENCUENTRA CARRERA, José-1895- Barcelona- 3203- L 5/5/45 KLM.

FERNÁNDEZ GARCÍA, Vicente-1915- Almansa (Albacete)- 3204- L 5/5/45 KLM.

FERNÁNDEZ MONTES, Francisco-1921- Valdeverdeja (Toledo)- 3205- L 5/5/45 Mauthausen.

FERNÁNDEZ PEDRAJAS, Miguel-1923- Alcaracejos (Córdoba)- 3206- L 11/10/44 Mauthausen.

FIGUERA EXPÓSITO, Juan-1893- Barcelona- 3207- L 5/5/45 KLM.

FUERTES TENA, Teodoro-1903- Mosqueruela (Teruel)- 3210- F 29/9/42 Mauthausen.

GALINDO OBACH, Santos-1898- Monzón (Huesca)- 3211- F 7/5/42 Mauthausen.

GALLEGO DIESTE, Celestino -1922- Sta. Eulalia de Gallego (Zaragoza)-3212- F 12/2/42 Mauthausen.

GARCÍA DEL CORRAL, Paulino -1909- Jadraque (Guadalajara)- 3214- L 5/5/45 KLM.

GÓMEZ MANRESA, Victoriano -1899- Cartag/Estrecho de S.Ginés (Murcia)- 3216- F 23/7/42 Mauthausen

GÓMEZ MORCHÓN, Antonio-1902- Madrid- 3217- F 24/7/42 Mauthausen.

JANÉ BORRÁS, Rafael- El Vendrell (Tarragona)- 3221- F 3/6/42 Mauthausen.

LAMA BARJOLA, Manuel-1922- Don Benito (Badajoz)- 3222- L 5/5/45 Mauthausen.

MAGRAÑÉ SUÑER, Antonio-1906- Alcover (Tarragona)- 3227- 30/4/45 Allach.

MÁLAGA GARCÍA, Remigio-1892- La Éstrella (Toledo)-3228- F 27/11/42 Dachau.

MARTÍN FERRER, Blas-1921- Monzón (Huesca)-3229- L 5/5/45 KLM.

MARTÍNEZ CARPIO, José-1911- Linares (Jaén)- 3234- F 18/6/42 Steyr.

MOLINÉ PALLARÉS, Joaquín-1896- Arnés (Tarragona)- 3239- F 21/4/42 Mauthausen.

MUELA GARCÍA, Francisco-1920- Valencia- 3215- L 5/5/45 Mauthausen.

OVALLE OVALLE, Agustín-1901- Arganza/S. Juan de la Mata (León)- 3240- F 12/4/42 Mauthausen.

PONCE ALARCÓN, Alfonso-1895-Cuevas de Almanzora (Almería)-3243-F 24/7/42 Mauthausen.

RAMIS GRIMAL, José-1897- Denia (Alicante)- 3250- F 3/4/44 Mauthausen.

REBOLLO ECHANIZ, Tomás-1907- Elgeta (Guipuzcoa)- 3252- F 28/6/42 Mauthausen.

RIERA BORREL, José-1903- Agramunt/Montclar de Urgell (Lleida)- 3253- F 10/2/43 Mauthausen.

RUBIO MARTÍNEZ, Andrés-1920- Castillejar (Granada)- 3256- L 5/5/45 Mauthausen.

RUÍZ REMONDO, Miguel-1915- Segovia- 3258- L 29/4/45 Dachau.

RUÍZ TORRES, Enrique-1922- Orihuela (Alicante)- 3259- L 5/5/45 Mauthausen.

SANMARTÍN LÓPEZ, Eladio-1919- Madrid- 3261- L 5/5/45 Mauthausen.

SELLART MORELL, Francisco-1921- Torre serona (Lleida)- 3263- L 5/5/45 Mauthausen.

SOLSONA MATEU, Manuel-1914- Barcelona- 3264- L 5/5/45 Mauthausen.

VIZCAINO CARRIÓN, Faustino-1919- Castillejar (Granada)- 3266- L 5/5/45 Gusen II.

A su llegada a la estación fueron recibidos por soldados, perros y kapos, es decir, con golpes y mordiscos. Seguidamente, tuvieron que caminar a pie los cuatro kilómetros que les separaba del campo, posiblemente en una noche gélida del otoño austriaco.

A su llegada a los campos, lo primero que veían encima de la puerta de entrada era una inscripción que rezaba: ARBEIT MACHT FREI, “el trabajo os hará libres” y otra con la anteriormente mencionada cita de Dante. Después, eran obligados a desnudarse, los rapaban, les rociaban con desinfectantes que les quemaban la piel y así los tenían en formación y desnudos durante horas en la appelplatz o plaza para pasar revista, hasta que se le adjudicaba a cada uno un pijama de rayas y unas alpargatas con suela de madera. Los pijamas tenían un distintivo según la nacionalidad o la condición racial o religiosa. El distintivo de los españoles era un triángulo azul invertido que los catalogaba como apátridas, dentro aparecía la S de Spanier. También fueron denominados Rotspanien (rojos españoles) y nada más, un número, un trozo de carne. A Antonio se le asignó el número de matrícula 3193. Este número debía aparecer bien visible junto al triángulo.

A principios de 1941, los nazis calificaron a Mauthausen como el único campo de categoría III, la categoría reservada a los campos con el régimen más duro. La principal tarea de los prisioneros en Mauthausen era la de picar piedra de granito en la cantera de Wiener Graven, hiciera frío o calor y con una indumentaria del todo inapropiada: el pijama y las apargatas de suela de madera, que les provocaban unas tremendas ampollas en los pies. Cada prisionero debía transportar una piedra con un peso aproximado de 20 kilos (recordemos que en la mayoría de los casos, este peso podía suponer casi el cincuenta por ciento del peso del hombre), y debían subirla sobre una mochila de madera a la espalda, trepando por una larga escalera, la Escalera de la Muerte, de 186 escalones. Los que se derrumbaban eran cruelmente apaleados por los guardias de las SS y tenían suerte si conseguían sobrevivir.

He aquí un extracto del artículo “Mauthaussen en la memoria” de Fernando Pérez Ávila, publicado en el Diario de Sevilla, 2010:

“Los españoles fueron posiblemente los más queridos entre los presos de Mauthausen. No era el colectivo más numeroso porque había muchos de Europa del Este, pero sí adquirieron mucha importancia. Tanto que Mauthausen quedará como el campo de los españoles”, dice Ángel del Río, de la asociación Amical de Mauthausen. Cuentan que cada vez que subían el último de los 186 peldaños de la escalera de la cantera, los españoles pronunciaban la frase “Una victoria más”, convencidos del triunfo aliado en la guerra. El fotógrafo del campo, Francisco Boix, fue el único español que compareció como testigo en los juicios de Nuremberg. “Cuando terminó la guerra hicieron un juramento para que los que sobrevivieron contaran a todo el mundo los horrores del nazismo y aquello no quedara en el olvido”.

Desde 1940, Mauthausen contó con varios Kommandos exteriores o subcampos. Estos subcampos de Mauthausen incluían fábricas de armas y municiones, canteras y minas. Uno de los más terribles era Gunsen (I y II), a 5 kilómetros. Era un campo sanguinario destinado al exterminio de los presos más débiles, cada cierto número de días, eran asesinados grupos enteros de personas.

El trabajo de esclavo se realizaba en condiciones particularmente duras, hasta quedar los presos totalmente agotados. A estas circunstancias se les sumaba un trato vejatorio y criminal. Reseñables son las deleznables actuaciones de los jefes de comandos, los llamados kapos. Aunque los había de otras nacionalidades como los polacos, también existían kapos españoles que maltrataban física y psicológicamente a sus propios compatriotas.

Cuando terminaba la jornada de trabajo, los prisioneros de los comandos exteriores volvían a Mauthausen. Estos ocupaban la barraca nº 10. Algunos simplemente eran transferidos al campo central para ser exterminados, o bien eran eliminados con inyección letal, gas en el propio campo o mediante palizas, e incinerados en un crematorio local para no colapsar los de Mauthausen.

Los testimonios de los supervivientes nos hablan de todas estas calamidades, pero también de las innumerables muestras de solidaridad que se daban entre ellos y que les permitió a muchos sobrevivir: arriesgaban sus vidas para conseguir alguna medicina o sustancia que aliviara el dolor de un compañero; repartían la comida de manera ecuánime, pero se aseguraban de que el más débil pudiera alimentarse mejor (si se puede llamar así a la ingesta de un mendrugo de pan y un trozo pequeño de embutido). Entre ellos formaban comités para organizarse y protegerse dentro de sus posibilidades. Es increíble como en medio de la tragedia el hombre es capaz de sacar lo mejor de sí.

Otro de estos subcampos estaba en la bella ciudad de Steyr, a orillas del río del mismo nombre, en donde se fabricaban automóviles, armamento y maquinaria militar para la empresa Steyr-Daimler-Puch, corporación que hoy en día aún sigue en activo. Los presos fueron extraídos del campo principal con el fin de explotar su mano de obra para la producción de armas y para la construcción de búnkeres antiaéreos en la ciudad. Aproximadamente 300 presos habían sido transferidos, ida y vuelta, cada día entre Mauthausen y Steyr desde 1941. Sin embargo, debido a la creciente escasez de trabajadores cualificados en la fabricación de motores de avión, en el otoño de 1941, la gestión de Steyr-Daimler-Puch comenzó a presionar para la asignación de prisioneros cualificados y el establecimiento de un subcampo local, pero la petición fue rechazada y solo fue hasta la primavera de 1942 que se instaló un campamento provisional en las inmediaciones de las instalaciones de la fábrica. Muchos presos murieron en el subcampo de Steyr a causa de la desnutrición, trabajando constantemente a un ritmo inhumano. Desde 1941 hasta 1945, 141 españoles fueron trasladados a Steyr. De ellos, 53 murieron desde el 17 de enero de 1942 hasta el 11 de marzo de 1945.

Antonio Caro Jiménez, fue enviado a Steyr y asesinado mediante malos tratos en el propio subcampo el 14 de marzo de 1942.

Finalmente, tras largos años de ignominia, el grupo de campos de concentración Mauthausen-Gunsen, junto a sus komandos afines, fueron liberados por las tropas norteamericanas y rusas el 5 de mayo de 1945. En el momento de la liberación estos campos contenían 85.000 prisioneros. El número de víctimas mortales podría rondar cifras, según fuentes, de entre 122.766 y 320.000 en todo el complejo.

 Conclusiones

Descubrí muchas cosas sobre la breve vida de mi tío abuelo. Entendí aquella frase de Hobbes que dice “El hombre es un lobo para el hombre” y al mismo tiempo, me sentí orgullosa de la verdadera humanidad. Me invadieron muchos sentimientos, pero, de entre todos, el más fuerte fue la rabia de saber que el miedo nos hace callar y nos obliga a olvidar quiénes somos.

Me hubiera gustado conocerlo, que se hubiera casado con Anita y que hubieran tenido muchos hijos, pero solo puedo mirar su vieja fotografía, sentir que él, que todos ellos eran mi sangre y contarlo porque si no lo hago habrán muerto en vano y para siempre.

Y cuando tengo ocasión hablo sobre las experiencias de mi tío abuelo Antonio, unos hechos que acontecieron hace ochenta años. Mi intención es darle lugar a alguien que, como muchos otros, murió injustamente, de forma cruel y demasiado joven, y también, cómo no, para sensibilizar a quien quiera oír sobre una etapa de nuestra historia.

Pero nuestra historia sigue inseparable al imparable paso del tiempo. Hoy, asesinatos de inocentes, guerras en Gaza, Siria, Ucrania, terrorismo en Nigeria, muerte en el mar de personas que huyen de la muerte, etc. son tan terribles como las imágenes del Holocausto nazi. Pero cuando dejan de salir en televisión o en otros medios, olvidamos estas noticias, olvidamos todas estas injusticias, nuestras conciencias se relajan por fin, ansiosos por seguir con nuestras vidas. Muchas veces, este olvido es propiciado por oscuros intereses que nos manejan como marionetas y nos hacen cómplices en el silencio. Por tanto, esto me hace reflexionar y tener la firme convicción de que no podemos olvidar la injusticia ni mucho menos callar ante ella.

Una frase del poeta y filósofo español Jorge Agustín Nicolás Ruiz de Santayana (1863-1952), escrita en polaco e inglés, coronan la puerta de entrada al museo del campo de exterminio de Auschwizt en Polonia:

“Kto nie pamięta historii, skazany jest na jej ponowne przeżycie.”
”The one who does not remember history is bound to live through it again.”

Esto es:

“Quien olvida su historia está condenado a repetirla.”

Y, por último, también quiero recordar el poema del inglés John Donne (1562- 1631):

¿Quién no echa una mirada al sol cuando atardece?

¿Quién quita sus ojos del cometa cuando estalla?

¿Quién no presta oídos a una campana cuando por algún hecho tañe?

¿Quién puede desoír esa campana cuya música lo traslada fuera de este mundo?

Ningún hombre es una isla en sí mismo.

Cada hombre es una pieza del continente, una parte del todo.

Si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida,

como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia.

Ninguna persona es una isla; la muerte de cualquiera me afecta,

porque me encuentro unido a toda la humanidad;

por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas;

doblan por ti.

 FUENTES:

  • La enciclopedia libre.
  • El éxodo de los republicanos. Artículo de Lidia Bocanegra. Noviembre 2009
  • Españoles en los Bajos Pirineos: Exiliados republicanos y diplomáticos franquistas ante franceses y alemanes (1939-1945). ENCARNA NICOLÁS MARÍN, CARMEN GONZÁLEZ MARTÍNEZ. Universidad de Murcia.
  • Página web de la Sociedad Benéfica de Historiadores Aficionados y Creadores.
  • Mauthausen. Memorias de un republicano español en el holocausto. IGNACIO MATA MAESO. Ediciones B.
  • Libro Memorial. Españoles deportados a los campos nazis (1940-1945). BENITO BERMEJO Y SANDRA CHECA. Edita: Secretaría General Técnica del Ministerio de Cultura.
  • BULLETIN HISPANIQUE. Les compagnies de travailleurs étrangers (CTE) en France à la fin de la Troisième République. VICENT PARELLO.