Antonio Moreno Álvarez

El Rubio
Sevilla
Montero Gómez, Félix J.

En las elecciones municipales celebradas el 31 de mayo de 1931 salió elegido concejal con 225 votos, de los cuales 224 los obtuvo en la sección única del distrito segundo, en la que votaron 336 vecinos, mientras que el voto restante lo consiguió en la sección segunda del distrito primero, donde hubo 299 votantes. Por tanto, en la sección primera del distrito primero nadie votó por Antonio Moreno Álvarez, conocido como Antonio el del Lobanillo (ni tampoco por José María Ardoy Caro, apodado el Tempranillo).

Socialista, tomó posesión del cargo a las nueve de la noche del día 5 de junio siguiente, y lo desempeñó hasta el 22 de agosto del mismo año 1931, en que, a los 29 años de edad, fue elegido alcalde tras la dimisión seis días antes de Eduardo Fernández Fuentes, alias el Manquillo. En la alcaldía se mantuvo hasta el 19 de abril de 1934, cuando todos los concejales electos fueron sustituidos por concejales designados por la derecha republicana entonces gobernante en España; fue repuesto el 20 de febrero de 1936, después de la victoria electoral del Frente Popular, y esta vez estuvo en el cargo hasta que se produjo el asalto a El Rubio por las tropas insurrectas.

Jornalero del campo, era hijo del hortelano de Gilena José Moreno Romero, apodado el Lobanillo, y de Expectación Álvarez Gordillo, también natural de ese pueblo; vivía en la calle Molinos, número 24; estaba casado con Juana Maraver Ramos y tenía cuatro hijos: Carmen, de 7 años; Rosario, de 6; Josefa, de 4; y Guillermo, de 1. Sus hermanos mayores se llamaban Niceto, Dolores, Antonia y Juan, y los menores, Rosario (mi abuela materna) y José.

Yo recuerdo que mi madre, sobrina suya, siempre se emocionaba al evocar cómo mi bisabuela Expectación contaba lo que su hijo Antonio le dijo a ella en vísperas del gran cataclismo que provocaría la sublevación militar: «Lo que va a venir, madre, es el Diluvio. Pero a mí no me cogerá, porque yo volaré como un pájaro».

Por «su oposición al triunfo del Movimiento Nacional» como componente de «La Casa del Pueblo o Sindicato marxista» de El Rubio, el juez de Osuna, Antonio Puerta Cepeda, instruiría un expediente de incautación de bienes contra él.

Mi primo Guillermo me decía de su padre, a quien no conoció, que el hombre se fue de El Rubio y pasó la guerra en Barcelona como carabinero. Una vez terminada la contienda se embarcó hacia Buenos Aires y después se trasladó a Chile, donde se estableció, formó una nueva familia y murió en 1966. Me contaba también Guillermo Moreno que, tras la huida de su padre, su casa de El Rubio fue saqueada por un falangista, vecino de la misma, que se llevó de ella hasta los marcos de las puertas.

Tan seguro estaba mi primo de que a su padre lo hubieran matado si no llega a irse, que atribuye la muerte de Antonio Vidal García, alias Pija, asesinado el mismo día 3 de agosto de 1936 en la puerta de su casa cuando trataba de entrar en ella, a que lo confundieron con el último alcalde republicano de El Rubio, pues ambos vivían en casas contiguas.

Fuentes

► Archivo Municipal de El Rubio: Libros 16, 17 y 18, y legajo 19.

► Archivo de la Diputación Provincial de Sevilla: Boletín Oficial de la Provincia de Sevilla de 13-6-1931, 5-8-1936 y 7-2-1939.

► Testimonio de Guillermo Moreno Maraver.

► F. J. MONTERO GÓMEZ: El Rubio, 3 de agosto de 1936: Consecuencias de la rebelión militar. Ayuntamiento de El Rubio, 2010.

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