Ignacio Durán Fernández «Pesquiverde» nació en Valdelarco (Huelva), el 11 de enero de 1918. Trabajó desde joven en el campo y cuidaba el ganado, pero le dolía que el jornal de sus laboriosos padres no alcanzara para comer. Tenía dieciocho años cuando el golpe militar, tuvo miedo de que le mataran por sus ideas socialistas y huyó a la sierra. Alcanzó las líneas republicanas en Badajoz, se integró en el Batallón Riotinto y llegó a Madrid en septiembre de 1936. Prestó servicio en la 42 Brigada Mixta, participó en la defensa de Madrid (sector de Carabanchel) y llegó a ser cabo y comisario político de la compañía. Fue citado varias veces por hechos sobresalientes. Combatió luego en el Ebro y tras la derrota cruzó la frontera francesa por Le Perthus. Fue internado en Argelès-sur-Mer, durmiendo en la playa, en un hoyo hecho en la arena para dos personas y con una sola manta para ambos. Perdió mucho peso y apenas se mantenía en pie. Para colmo cogió la sarna y fue ingresado en un hospital durante meses. Eso le salvó. En el verano de 1939 se incorporó a las Compañías de Trabajadores Extranjeros y fue enviado cerca de la frontera española para realizar labores agrícolas con una familia francesa.
Entre julio de 1943 y mayo de 1944 trabajó de leñador y carbonero en el bosque de Pélenq, municipio de Régusse, al oeste de Cannes. En ese lugar se creó un maquis forestal, siendo Ignacio Durán uno de los primeros en tomar parte activa y uno de los más dignos de confianza. Así lo expresaba el jefe del maquis forestal de Pélenq, Daniel Ungemamach, en un informe donde apreciaba su coraje y buen corazón. Las granjas y las explotaciones forestales de este lugar, con un continuo trasiego en contrataciones y desplazamientos, sirvieron de tapadera para que camiones y automóviles se utilizaran para transportar hombres y armas, sin atraer demasiado la atención de los alemanes. Ignacio Durán participó en la recogida de un alijo de armas que los americanos lanzaron en paracaídas la noche del 10 al 11 de mayo de 1944. Las armas fueron escondidas para luego distribuirlas entre los miembros de la Resistencia y los paracaídas troceados y escondidos en los petates de los barracones de la explotación. También participó en los combates de liberación de la región de Haut-Var (al oeste de Cannes) en los meses de junio, julio y agosto de 1944. Finalmente, Durán entró en Cannes con las tropas norteamericanas liberando la ciudad. Un compañero de armas y amigo fue un catalán apellidado Sabater. Finalizada la guerra fue camarero en el Grand Hôtel de Cannes.
Acogiéndose a los beneficios de los indultos promulgados, según decretos de 9-10-1945, 27‑12‑1946 y 17-1-1947, Ignacio Durán pudo volver a España. En una de estas visitas me conoció en Madrid, en 1958 —dice su esposa Anelia Domínguez Navarro, también de Valdelarco— y me convenció para ir a Cannes. Nos casamos allí en 1962 y trabajamos en la hostelería, Ignacio de maître y yo de camarera, en Cannes, Biarritz y San Juan de Luz. Regresamos definitivamente a Valdelarco en 1982, falleciendo Ignacio el 31 de enero de 2003.
Fuentes: Documentación de Anelia Domínguez Navarro (esposa) ► Manuel Domínguez Sierra (investigador) ► Reg. Civ. Valdelarco. Nacim. Tomo 16, fol. 24.