Juan Company Jiménez

Almería
Almería
Marín Martínez, Porfirio

En varias ocasiones oí hablar sobre Juan Company[1] Jiménez, ya que se casó con una alhameña, Dolores, emparentada con mi familia. Conocí algo más sobre su vida a raíz del estudio que realicé con motivo del centenario del Colegio de Médicos de Almería, lo que me animó a investigar sobre su biografía, que hoy presentamos. Aunque Company por diferentes circunstancias no nació ni murió en Alhama, su padre y su esposa eran de Alhama, ya de niño tuvo contacto con el pueblo y en cuanto acabó sus estudios de medicina regresó para ejercerla en Alhama, referida por él en varias ocasiones como «su pueblo».

                El compromiso con su gente y su tierra le llevó a participar activamente en política ―fue dos veces diputado en Cortes, la primera por el Partido Republicano Federal y la segunda por Izquierda Republicana― durante la II República, lo que le valió el exilio y la pena de no poder regresar de nuevo a Almería y a su pueblo. Su inquietud por el progreso de su provincia se ha reflejado en diferentes períodos de su vida, expresada en varios escritos y recogida en la prensa de la época.

                Ha sido emocionante profundizar en el conocimiento sobre su vida y su obra, ejemplo de honestidad, cuyo testigo ha sido sabiamente transmitido a sus hijos y nietos. Su vida fue todo un compromiso por un ideal, intentar redimir al pueblo de los vicios seculares de la nación, como el caciquismo o la incultura, y luchar por conseguir una humanidad nueva, libre de las ataduras de la monarquía y de las injusticias.

1. Nacimiento y formación de Juan Company Jiménez (1877-1900)

Juan Company Jiménez nació en Bailén (Jaén) el 23 de noviembre de 1877. Su padre, Juan Compani Navarro, era alhameño de nacimiento, al igual que sus abuelos paternos, Gaspar Compani Reyes y Ana Navarro Picón. Su madre, Dolores Jiménez Guijarro, era natural de Gérgal (Almería). La circunstancia de que su padre estuviera destinado ese año como jefe de la Comandancia (era teniente de la Guardia Civil) supuso que naciera en aquella localidad.

                Hacía poco que había concluido el sexenio revolucionario (1868-1873), donde el ilustre alhameño Nicolás Salmerón y Alonso ocupó por un corto período del 1873 la presidencia del gobierno de la I República. En enero de 1874 irrumpían en el Congreso las tropas del General Pavía y se producía posteriormente el golpe del General Martínez Campos. En 1875 daba comienzo el período de Restauración, dando paso al régimen monárquico de Alfonso XII.

                Pronto quedaría huérfano, haciéndose cargo tanto de él como de su hermana Dolores familiares de Alhama. Pensamos por eso que debió pasar algunos años de su infancia y juventud en Alhama. El hecho es que él siempre mencionó a Alhama como «su pueblo», al que con frecuencia hacía referencia como residente, titular y vecino. Su hermana Dolores, como él, se casó con un alhameño, Joaquín López Casado, que fue secretario del Ayuntamiento, con quien tuvo tres hijas.

                Los estudios de bachillerato los realizó en el Instituto existente en Almería (hoy Escuela de Artes y Oficios), el mismo donde Nicolás Salmerón estudió cuarenta años antes. El grado de bachiller lo consiguió el 24 de julio de 1893, con la calificación de aprobado en el primer ejercicio y sobresaliente en el segundo.

                En este período las luchas internas y la disparidad de estrategias entre las distintas facciones republicanas se sucedían, y no debió ser ajena a su formación la influencia que ejerció Salmerón, tanto por el ambiente académico del Instituto como por su relación con Alhama.

                Los estudios de medicina los inició en la Universidad de Granada, realizando allí los dos primeros cursos. Los cinco cursos restantes, entre 1895 y 1900, los realizó en la Universidad de Barcelona, siendo las calificaciones obtenidas de quince sobresalientes ―con cuatro premios y cinco accésit―, tres notables, tres buenos y un aprobado. El grado de licenciatura lo consiguió el 3 de noviembre de 1900 en la misma Universidad de Barcelona, contando aún con 22 años de edad. El título de licenciado en medicina y cirugía ―expedido con fecha 18 de diciembre de 1900― se lo entregó el secretario de la Junta Provincial de Instrucción Pública de Almería el 15 de enero de 1901.

                Desde muy joven trabajó como ayudante de botica. En Barcelona, a la vez que realizaba los estudios de medicina, para costeárselos ejerció de practicante en la Casa de Caridad de Barcelona, un gran centro de la beneficencia provincial, donde tendría oportunidad de conocer a la población marginada y más desfavorecida de la Barcelona industrial de finales del XIX. Además, su experiencia universitaria le debió acercar al conocimiento de las inquietudes de una juventud que veía con preocupación la situación de decadencia de la nación, sobre todo a raíz de la pérdida de las colonias, y de los distintos partidos políticos y fuerzas sociales, tan pujantes en estos años en los que existía una gran conflictividad social.

                Estas vivencias de infancia y juventud le marcarían durante toda su vida y supusieron el inicio de su compromiso por participar de alguna forma en la vida política y social y contribuir en la medida de lo posible en mejorar las condiciones de las clases más desfavorecidas. Ello le llevó a escribir artículos de prensa, publicar trabajos médico-sanitarios y, posteriormente, a participar activamente en política.

2. Médico en Alhama de Almería (1901-1918)

A principios del siglo XX, tras la pérdida de las colonias en 1898 y ante la ineficacia del sistema de Restauración protagonizado desde 1876 entre Cánovas y Sagasta, aparece un movimiento ―denominado regeneracionismo― entre los políticos que habían sido excluidos hasta entonces, republicanos, socialistas, anarquistas y nacionalistas catalanes, con la intención de romper la dinámica «de turno» establecida, consiguiendo en las grandes ciudades controlar los votos en las sucesivas elecciones, hasta entonces mediatizados por los caciques, llegando en 1910 con la conjunción republicano-socialista a superar a los candidatos oficiales del caciquismo. En mayo de 1902 Alfonso XIII alcanzó la mayoría de edad e iniciaba su reinado que se encontró salpicado de crisis políticas y conflictividad social hasta su caída en 1931.

                Juan Company, a pesar de encontrarse relativamente apartado del ambiente urbano, a tenor de sus diferentes manifestaciones y de su paso por la Barcelona de finales del XIX, debió de empaparse de la corriente de pensamiento regeneracionista, que intentó impulsar y cambiar el rumbo de la vida política y económica por otros cauces. A ello se unieron políticos, intelectuales, comerciantes e industriales. Además, gran parte de este pensamiento se inspiraba en la filosofía krausista, que se basaba en conseguir la «razón armoniosa». Company en más de una ocasión citó esta corriente de pensamiento como una de las que más le influyeron en su vida, corriente que predisponía a participar en el ámbito masónico.

                Company debió conocer en estos años cómo «su pueblo», que aumentaba su población en un tercio en la primera década de siglo ―6008 habitantes en 1910―,[2] lo perdía en la segunda como consecuencia de la crisis uvera, teniendo que emigrar por entonces muchos alhameños a Argelia y a otros países de América.

                El ambiente republicano de la Almería de inicios del siglo xx, cuando Juan Company comienza su actividad profesional en Almería, con 23 años, es de consolidación de la fusión de las distintas facciones en la Unión Republicana Almeriense, bajo la jefatura nacional de Nicolás Salmerón, moviéndose ésta dentro de la vía legalista, participando en las distintas elecciones que se convocaron y despertando un importante movimiento de opinión ciudadana.

                Juan Company, una vez en posesión del título, comenzó a trabajar de médico titular en la localidad de Canjáyar hasta que, a finales de 1901, llegada la ocasión en la que existía una vacante de médico titular en Alhama, tomó posesión de la misma. Contaba con 24 años recién cumplidos. Ya en Alhama se casaría con Dolores Rodríguez Marín, alhameña que tenía tres años menos que él (nació el 4 de octubre de 1880). Se instalaron en una amplia casa de la calle San Antonio, que heredó Dolores de sus padres. En ella vivieron hasta que en 1918 se trasladaron a Almería. En Alhama nacieron los seis hijos que tuvieron, cuatro varones, Rafael, Miguel, Juan y José Antonio, y dos mujeres, María y Dolores.[3]

                El hecho de que Alhama dispusiera de un establecimiento balneario, motivó que Juan Company opositase en Granada a la plaza de médico de baños, la ganara y ejerciera como tal mientras estuvo de médico titular en el pueblo, que fue hasta 1918, y continuó ejerciendo en él durante varias temporadas más, ya que lo compatibilizaba con la consulta privada que mantuvo en Almería, por lo que nunca perdió el contacto con el pueblo. Además, esta oposición le permitió trabajar ocasionalmente en balnearios de otras provincias, teniendo así la oportunidad de contactar con políticos, intelectuales y masones que solían frecuentar éstos.

                Desde estos primeros años de vida profesional, ya comenzó a colaborar con escritos en la prensa de tendencia republicana izquierdista. Esta actividad la mantendrá por muchos años y va a plantear en sus diferentes artículos un llamamiento constante en favor de redimir al pueblo, aportando sus experiencias y conocimientos sanitarios y luchando por conseguir unas nuevas condiciones políticas y sociales para eliminar el caciquismo y las situaciones de pobreza y hambre de la población. Esta inquietud pasaba, según él, por la implantación de la República.

                Así, en un ámbito local, tenemos la gran suerte de disponer de la colaboración que realizó Juan Company en el número seis del primer periódico local que apareció en 1903, El Eco de Alhama.[4] En él ya exponía una serie de comentarios breves titulados Recortes higiénicos. En ellos, en un estilo desenfadado, hace referencia a varios aspectos del pueblo, como el que indicaba que era mejor morir de tifus, por tener dentro del pueblo las barrilerías, que por hambre, al negarse los barrileros a su traslado y así no poder meter las uvas en los barriles; o el que relacionaba el consumo de uva por los ingleses y el aumento de los locos en ese país; o el relativo a los libros de lance y la presencia de microbios en ellos. Aprovechaba también otros comentarios para exponer algunos principios de buena práctica profesional, como evitar el exceso de la prescripción de medicamentos, hacer un llamamiento a la actitud socialista del médico para remediar muchas enfermedades o animar a éste a profesar doctrinas que pudieran redimir al pobre. Podemos, así, deducir cómo Juan Company entendía que no se podía ser buen médico si no se tenía un compromiso por erradicar las injusticias sociales que generaban o eran el origen de muchas enfermedades y males sociales, lo cual pasaba inexorablemente por tener un compromiso político.

                Y aunque estuvo durante dieciocho años en Alhama relativamente alejado del ambiente político y cultural, su participación en la prensa fue frecuente, sobre todo en la republicana, como El Radical en Almería, donde hemos localizado en el año 1902 algunos artículos suyos relacionados con la necesidad de alcantarillado en Almería,[5] la falta de educación o instrucción[6] o el alcoholismo,[7] donde ya deja entrever su simpatía por el republicanismo.

                La inquietud de Company por la política ya se manifestaba en estos primeros años de siglo en sus escritos y en algunos actos políticos. Así, ante un mitin republicano que se ofreció el 5 de mayo de 1910 en el salón del teatro de Alhama, Company se encontraba formando parte en el escenario ante una concurrencia de más de trescientas cincuenta personas.[8] El acto tuvo lugar tres días antes de la celebración de elecciones a Cortes, convocadas para el domingo 8 de mayo, cuyos resultados en Alhama fueron manipulados, hecho denunciado en la prensa local. Ello derivó finalmente en una manifestación en el pueblo.[9] Hacía casi dos años que había fallecido Nicolás Salmerón ―20 de septiembre de 1908― y en la localidad se vivía el espíritu republicano legado por él y su familia, herencia incompatible con actitudes caciquiles y de corrupción electoral.

                Fue también en 1910 cuando, ante el suceso irracional del crimen de Gádor, del que fue víctima mortal un niño, que aconteció el 28 de junio de ese año y que tuvo una gran repercusión en la prensa escrita, Company quedó profundamente afectado y no pudo reprimir aportar su reflexión en la prensa de la provincia.[10] Intentó dar una explicación a lo sucedido, justificando que el crimen tiene su base en la incultura, siendo la superstición su consecuencia, a la vez que señalaba que la provincia de Almería se encontraba a la cabeza del analfabetismo, llegando al 78% de sus habitantes.

                Por otro lado, Company continuaba con sus aportaciones de divulgación sanitaria en la prensa local. Así, pasado el episodio del crimen de Gádor, llegó una epidemia de cólera en barrios de Almería, apareciendo en la prensa local distintas medidas que daban las autoridades civiles y sanitarias de Almería. No faltó en esta ocasión su aportación a este problema, insistiendo en la defensa individual contra el cólera, indicando que le producía más alarma la tuberculosis que el cólera, cuyo pánico para él estaba más en relación con la incultura que con su gravedad.[11]

                Durante la estancia de Company en Alhama hasta diciembre de 1918, cuando decidió trasladarse a Almería, aconteció una profunda crisis uvera en toda la comarca por el cierre de los mercados internacionales a la exportación del preciado fruto como consecuencia de la primera guerra mundial. Coincidió su marcha de Alhama justo cuando se encontraba en pleno apogeo la epidemia gripal de 1918, en diciembre de este año. El Ayuntamiento por unanimidad hizo constar en acta el natural sentimiento de la Corporación por no poder contar en adelante con la cooperación y asistencia en la Beneficencia de tan buen funcionario…[12] Contaba entonces la localidad con otros dos médicos titulares más, Manuel Rodríguez López y José Ibáñez Salmerón, los cuales murieron en marzo de 1919, en cumplimiento de su deber.[13]

3. Actividad profesional en Almería (1919-1930)

A partir de 1919 se hacía notar especialmente en Almería, dependiente básicamente de la exportación de la uva y del mineral, las secuelas de la crisis económica que afectó a España después de la primera guerra mundial. Esta coyuntura de crisis de subsistencia estimuló la unidad obrera, siendo el PSOE y, en menor medida, la UGT quienes marcaron la trayectoria del movimiento obrero hasta la Dictadura de Primo de Rivera. La agitación social fue incrementándose y en Almería ésta desembocó en una huelga general en junio de 1923.

                Aunque la inquietud de Company por participar en la vida política y social estuvo siempre presente, especialmente vehiculizada hasta entonces a través de su intervención puntual en la prensa, es en este período, ya en la capital, cuando se decide a participar activamente en diferentes ámbitos, sobre todo en el profesional, incorporándose en el Colegio de Médicos, asistiendo a reuniones nacionales de su especialidad, dando conferencias o realizando la publicación de algunas monografías. No fue mayor su actividad política quizás porque ésta fue reprimida por la Dictadura, desviando esta inquietud hacia la actividad masónica.

                En Almería fijó su residencia en la primera planta del edificio que hoy aún existe entre el Paseo de Almería, la plaza Emilio Pérez y la Rambla Federico García Lorca, entonces Paseo del Príncipe, número 83. Allí montó también su consulta de «enfermedades del aparato respiratorio y del corazón», que mantuvo al menos hasta la guerra civil.

                Desde su llegada a Almería inició su participación en el Colegio de Médicos y en los distintos eventos científicos que se celebraban a nivel nacional, como forma de actualizarse profesionalmente y de aportar su experiencia al colectivo médico. En junio de 1919 fue elegido tesorero del Colegio de Médicos dentro de la candidatura presidida por Manuel Marín Amat. Entonces existían en la capital 32 médicos y en la provincia 150. Juan Company era uno de los seis médicos que se anunciaban en el Boletín del Colegio de Médicos de Almería, por lo que debió de tener una gran reputación y clientela como médico libre.

                En esta etapa de participación colegial, su inquietud por los aspectos políticos y sociales de la profesión le llevará a ser elegido para participar en diferentes eventos de esa índole. Así, en 1921 fue designado para participar en una campaña promovida por los practicantes de la provincia en contra de la administración de la beneficencia provincial. Más tarde, cuando en 1926 el jefe provincial de sanidad solicitó al Colegio una relación de colegiados que cumplieran las condiciones de distinguirse en publicaciones de medicina social para aspirar al cargo de secretario de la Comisaría Sanitaria, Company encabezaba un listado con ocho nombres. Él estuvo en la primera reunión que se celebró en el primer domicilio social del Colegio, el 22 de marzo de 1926, y en su inauguración oficial, el 15 de mayo. En octubre de ese año dejó la directiva del Colegio de Médicos.

                Por otro lado, su contribución con diferentes artículos en el Boletín del Colegio fue importante,[14] además de hacerlo en El Practicante Almeriense,[15] donde también se anunciaba por estos años y en cuyos escritos se vislumbra una constante crítica a la situación política y social caótica de Almería, a la vez que solicitaba la intervención de los sanitarios ―médicos y practicantes―, conocedores por su profesión de las miserias de la gente, para intervenir en política y así cambiar el rumbo de las cosas.

                Además, participó activamente en las distintas sesiones científicas realizadas en el Colegio,[16] dando alguna de ellas. Su inquietud por esa actividad y su afinidad a las ideas de progreso que Gregorio Marañón representaba, se pueden observar en la posición que Company ocupaba en la foto que rememora la conferencia que aquel ofreció en el Colegio alménense el 12 de junio de 1928, justo a su derecha.

                Durante estos años de participación colegial asistió a varios congresos médicos, entre los que cabe citar el I Congreso Nacional de Reorganización Sanitaria, celebrado en Madrid en 1923, donde presentó una ponencia titulada Adaptación de la lucha antituberculosa según los caracteres de la región andaluza, y el II Congreso Nacional de Medicina, celebrado en Sevilla en 1924, en el que expresó una ponencia denominada La lucha antituberculosa en Andalucía.[17] En este trabajo realiza un análisis minucioso sobre varios escollos con los que se tropieza en Andalucía para luchar contra la tuberculosis, como la incultura, el latifundismo, el caciquismo, el flamenquismo, la miseria del bracero, la vivienda insana, la escasez y lo inmundo de las escuelas o el alcoholismo.

                También aprovechó alguna ocasión para formarse y asistir a conferencias fuera de Almería, como cuando en 1921 lo hizo en el Dispensario Antituberculoso María Cristina en Madrid[18] sobre tuberculosis, donde fue profesor-alumno. De esta forma se preparaba para atender en Almería esta enfermedad, que tantos estragos producía en gran parte de la población almeriense, por ser víctima del hambre y la miseria, condiciones propicias para generar su desarrollo.

                Además, por estos años tuvo oportunidad de realizar varias colaboraciones en revistas médicas de ámbito nacional,[19] algunas de ellas relacionadas con problemas sociales, como el alcoholismo.[20]

                Company tuvo incluso tiempo para preparar durante su estancia en Alhama y publicar ya en Almería, en 1919, una monografía de temática higiénico-social titulada Higiene de las madres, todo un tratadito de puericultura y guía general de la salud de las familias, elaborado en un lenguaje sencillo de comprender, que nos dice mucho de su interés por aumentar la educación sanitaria de las mujeres para así poder engendrar y criar hijos sanos.[21] En el prólogo argumenta que en Almería anualmente de cada cien muertes cincuenta y tres correspondían a menores de cinco años. A través de sus dieciséis capítulos expone su experiencia en los distintos aspectos de la puericultura, algunas estadísticas ―como las muertes por diarreas en los niños en Alhama durante los meses de julio y agosto entre 1900 y 1917― y algunos consejos prácticos para prevenir y tratar varias enfermedades infectocontagiosas, entre ellas la gripe y la tuberculosis.

                Una aportación más académica en este período fue la lectura de un discurso que Company dio el 29 de enero de 1919 en la Sociedad Española de Enfermedades del Pecho, en Madrid. El discurso se titulaba El excepticismo médico en la tuberculinoterapia. Fue un trabajo que también debió de ir preparando en Alhama y que refleja su inquietud por promocionarse profesionalmente. En el trasfondo del mismo se evidencia ese interés por dar a conocer a los demás médicos lo que él había experimentado en su práctica de Alhama para atender la tuberculosis, que ocasionaba una mortalidad en Almería de unas seiscientas personas al año.

                Pero quizás su aportación escrita más entusiasta y que resume la mayoría de las ideas salubristas y de política social reclamadas por él a lo largo de sus muchos escritos, es la que se concentra en el folleto que recoge la conferencia titulada La tuberculosis como problema social[22] y leyó el día 3 de marzo de 1921 en el Círculo Republicano de Almería. Además, para él debió de suponer la prueba de confirmación de su idea en cuanto a la necesidad de adquirir un compromiso político para poder solucionar los problemas derivados de las anquilosadas estructuras políticas y sociales.

                Quizás la Dictadura de Primo de Rivera, que se inició el 13 de septiembre de 1923, frenó sus inquietudes políticas y favoreció que éstas fueran sublimadas y mantenidas dentro del ámbito de la actividad masónica, hasta que pudo en 1931 iniciar su participación en política, probándose así, tanto en su caso como en otros muchos de sus correligionarios que durante este período mantuvieron inquietudes políticas y participaron activamente durante la II República, la concomitancia entre militancia republicana y masónica. Company, con el sobrenombre de Voltaire, se inició en marzo de 1926 en la Logia Progreso N° 28 de Almería. En 1928 pasó al grado l.°.[23]

                En 1925 entró a formar parte como vocal de la recién constituida Junta Provincial Antituberculosa, uno de los pocos foros de que disponía para insistir como profesional en aportar soluciones al problema social de la tuberculosis en Almería.

                También en este período Company sufrió, junto con otras personalidades republicanas de Almería, la encarcelación con motivo del quinto aniversario del golpe militar.[24]

                Tras la caída en 1930 del General Primo de Rivera y la incorporación de cuatro concejales republicanos en el Ayuntamiento de Almería, se creó un ambiente propicio para que todas las personas inquietas con las ideas republicanas las difundieran. Así, en 1930 se constituyó en Almería la junta Provincial de Alianza Republicana, compuesta por los Partidos Radical, Radical Socialista y Federal.

4. Actividad política (1931-1938)

Los meses previos a las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 fueron de una gran actividad política, ya que la mayoría de los partidos, incluso muchos monárquicos veía con simpatía el régimen republicano, y esas elecciones se convirtieron en un plebiscito sobre el tipo de régimen. El resultado en la capital almeriense fue todo un triunfo de los partidos republicanos. Dos días después se proclamaba la II República, con lo que se inauguraba un período de esperanza para la mayoría de los almerienses, como sucedió para el resto de España. Por entonces la provincia se encontraba sumida en una crisis económica y social importante.

                Como resultado de estas elecciones Company conseguía así su primera representación política ―por el Partido Republicano Federal― como concejal en el Ayuntamiento de la capital, quizás por entonces el centro de atención política más importante de la provincia. Así, el día 15, declarado como fiesta nacional, dirigió la palabra, junto con otros concejales, a la multitud que festejaba el triunfo de la República y que se concentró en el Gobierno Civil por la mañana y en el Ayuntamiento capitalino por la tarde. En la nueva configuración del Ayuntamiento Company era designado primer teniente de alcalde y, además, encargado de la Comisión de Beneficencia, Sanidad y Cementerios. Con posterioridad, ante reiteradas crisis de gobierno en el Ayuntamiento, Company fue por dos veces propuesto para que asumiera la alcaldía, lo que rechazó.

                Dado que el Partido Republicano Federal hasta entonces no se había constituido, se procedió a ello el día 20 de abril, nombrándose una junta directiva, que resultó presidida por Juan Company Jiménez. El periódico Diario de Almería fue el gran valedor de su candidatura durante todo este período de la II República.

                Ante las elecciones constituyentes, convocadas para el 28 de junio de 1931, la candidatura de Company por su partido se integraba en el de la Conjunción de Partidos de Izquierda Republicana. En esta ocasión intervino en el mitin central de propaganda de su partido en la capital[25] y en varios celebrados en los pueblos de la provincia, como Alhama, donde intervino junto a Nicolás Salmerón García.[26]

                El resultado de las mismas imposibilitó que Company consiguiera un acta de diputado, al quedar en octavo lugar en el conjunto de la provincia, obteniendo 14.218 votos, aunque fue el segundo más votado en la capital, con 5.597 votos, 38 menos que Nicolás Salmerón García. El escrutinio de Alhama, con 825 electores, dio 819 votos a Nicolás Salmerón, 817 a su hermano José, y 569 a Juan Company. Aunque no salió elegido, desde el balneario de Panticosa, donde se encontraba como médico de baños, envió un escrito de agradecimiento al pueblo alménense por su apoyo.[27]

                No obstante, por renuncia al acta de diputado de José Salmerón, al ser nombrado director general de obras públicas, se volvía a convocar elecciones en Almería para cubrir la vacante. De nuevo Company es elegido candidato por su Partido, apoyado además en esta ocasión por el Partido Republicano Radical y el Radical Socialista. La votación se realizó el 4 de octubre, triunfando en la misma con 20.008 votos.[28]

                Company conseguía así entrar en la política nacional y tener la posibilidad de luchar desde este nivel en la solución de los problemas de Almería. Una de las primeras actuaciones como parlamentario fue su implicación personal para resolver una huelga de los trabajadores del puerto que retenía 40.000 barriles de uva. Su intervención en el Congreso[29] el 5 de noviembre de 1931 fue decisiva para que el Gobierno de la República resolviera definitivamente la huelga. En sus intervenciones durante este período parlamentario, facilitar la exportación de la uva de Almería fue el asunto que más defendió.

                Con posterioridad a estas elecciones los republicanos de izquierdas se dividieron, experimentando los grupos derechistas un proceso de reorganización, por lo que, cuando llegaron las nuevas elecciones legislativas, el 19 de noviembre de 1933 ganaron las candidaturas conservadoras, tanto en Almería como en el conjunto nacional. A estas elecciones no se presentó Company ni ningún otro candidato de su partido. Se iniciaba el llamado bienio negro, que trajo entre otras consecuencias medidas restrictivas de las libertades, como la de libertad de prensa de la que Company fue víctima. A la vez, las situaciones de hambre y paro recrudecieron la conflictividad obrera.

                Esta lección fue bien aprendida por los republicanos de izquierdas, constituyendo a finales de 1934 un nuevo partido, Izquierda Republicana, en el que Company se integraría,[30] y coaligándose éste con los socialistas en una nueva formación, el Frente Popular, ante las nuevas elecciones generales del 16 de febrero de 1936, donde triunfó. Nuevamente conseguía un acta de diputado Juan Company.[31] En esta ocasión fueron 63.867 los votos que recibió en toda la provincia, de los que 14.244 los consiguió en la capital.

                Company participó intensamente en la campaña de 1936. Se tiene constancia de su participación en varios mítines, entre los que cabe citar el que dio en Alhama el 6 de febrero de 1936, junto a Augusto Barcia y Alvaro Pascual Leone,[32] y el que dio en Berja el 2 de febrero de 1936, lo que le valió como acusación en su expediente de depuración política en la postguerra.[33] Sus inquietudes políticas en este período pasaban por dotar de agua al campo almeriense, desarraigar para siempre el caciquismo y dar austeridad a los partidos políticos y moralizar las administraciones públicas.[34]

                En este nuevo período parlamentario Company tuvo oportunidad de intervenir proponiendo la protección de los obreros víctimas de la silicosis, como ocurría en las minas de Rodalquilar de Almería.[35] Quizás sea ésta su intervención más radical en cuanto a denunciar una situación de desamparo de los obreros que enfermaban y morían de silicosis ―muchos de ellos vistos en su consulta―, solicitando una legislación que los protegiera a ellos y a sus familias y demandando una inspección de las minas para exigir las medidas de prevención necesarias.

                También Company tuvo oportunidad de recibir un telegrama y una comisión de Alhama de Salmerón entonces, en Madrid, para que influyera en la decisión de que el Grupo Escolar Nicolás Salmerón se ubicara en «su pueblo» y no en Almería, como deseaba el ayuntamiento capitalino.[36] Se consiguió para Alhama.

                A partir del triunfo del Frente Popular el panorama político y social se encrespaba cada vez más. Pronto aparecieron disensiones y ruptura de la coalición izquierdista, presentando incluso los socialistas del Ayuntamiento una moción de censura contra Company,[37] y los sectores más intransigentes de la derecha, que no aceptaron los resultados electorales, comenzaron a conspirar para derribar el régimen republicano, llegando a la sublevación militar, que en Almería tuvo lugar el 21 de julio de 1936 sin conseguirlo. Se iniciaba la guerra civil.

                Poca información tenemos sobre la actividad política de Company en este período de guerra civil, donde Almería estuvo hasta casi el final de la contienda bajo el bando republicano. No obstante, en los primeros días de sublevación de los militares en Almería, Company se encontraba en el Gobierno Civil junto con otros representantes de los partidos del Frente Popular.[38]

                En cuanto a su actividad profesional, disponemos de la ficha de colegiado que se encuentra en el Colegio de Médicos y que él rellenó en octubre de 1938. En ella se recoge que desempeñaba el cargo de jefe del Dispensario Antituberculoso, aunque en ese momento se encontraba en situación de excedencia. Este centro dependía entonces de la Inspección Provincial de Sanidad, que durante la guerra civil se ubicó en la antigua residencia de los Jesuítas.

                Durante la guerra civil Company pidió el ingreso en el Grupo Parlamentario Socialista. Éste se le concedió en el exilio.

5. Exilio y repatriación (1939-1951)

Viendo que la causa republicana estaba ya perdida, después de casi tres años de guerra civil, Juan Company decidió exiliarse en Orán (Argelia), junto con su mujer y su hijo Juan. Lo hicieron en marzo de 1939, poco antes de que las tropas de Franco entraran en Almería ―fue el 28 de ese mes―.

                Allí estuvieron hasta finales de 1943 o comienzos de 1944 cuando, reclamado por su hijo Juan que se fue previamente y poco más tarde su mujer, se trasladaron a Méjico, instalándose en la calle Nuevo León de México D.F.

                En ese nuevo domicilio vivieron hasta su regreso; y allí también Company montó su consulta para ejercer la medicina, aunque al poco tiempo debió dejarla ya que empezó a perder vista. En ella atendió desinteresadamente a muchos exiliados almerienses y alhameños. En esa ciudad también se encontraba exiliado el sobrino de Dolores, Joaquín Rodríguez Rodríguez,[39] catedrático de Derecho Mercantil. Al no poder ya trabajar, tanto Joaquín como su hijo Juan, quien trabajó en la hostelería y, posteriormente, de representante de laboratorios, le ayudaron económicamente. Allí vio crecer a dos de sus nietas más queridas, Juana y Lola, a quienes desde entonces recordarían tanto él como su esposa con mucho cariño en su vuelta a España.

                Cuando Company llegó a Méjico contaba con 65 años de edad. Aunque tuvo contactos con otros políticos exiliados, no se significó grandemente, quizás porque no contaba ya con el vigor de la mayoría de los políticos exiliados a Méjico, más jóvenes que él, y porque se incorporó al exilio mejicano algunos años más tarde.

                Una vez en Méjico, viendo que se prolongaba la caída del régimen de Franco, decidió volver a España, pensando que éste desaparecería pronto una vez que la II guerra mundial acabó con el resto de regímenes dictatoriales de Europa, solicitando para ello la mediación de su amigo Gregorio Marañón. Éste le escribió desde Londres en 1948 indicándole que contactaría con amigos suyos para favorecer su repatriación, lo que aconteció al año siguiente.[40]

                En la primera reunión que se celebró en el Colegio de Médicos después de acabarse la guerra civil, el 14 de abril de 1939, presidida por Antonio Villaespesa Quintana, se procedió a suspender de sus derechos colegiales, hasta recibir normas para su depuración, por su actuación contraria al Glorioso Movimiento Nacional, a Juan Company Jiménez [y otros nueve médicos más].[41]

                Llegado el momento, a mediados de agosto de 1949, Juan Company y su esposa Dolores iniciaron el regreso en la ciudad de Veracruz (Méjico), a bordo del barco Marqués de Comillas. Posteriormente, el 22 de agosto, hicieron puerto en La Habana. Una semana más tarde llegaron a Nueva York, donde los alhameños allí emigrados le dieron un cariñoso recibimiento.[42] Y el 10 de septiembre de 1949 llegaron a Santander,[43] donde les esperaba en el muelle su yerno Luis. Ya en el hotel se reunieron con sus hijos José Antonio y María, además de su nieto Francisco Pérez Company.

                Desde Santander se fueron a Madrid, donde residía su hijo José Antonio, abogado que estaba preparando oposiciones a secretario de Ayuntamiento. En octubre se fueron a casa de su hijo Rafael en Benicalap, un barrio de Valencia, donde éste tenía instalada una farmacia. Con Rafael se encontraban su segunda esposa y sus tres nietos, Conchita, hija de su primera mujer que falleció, Rafael y Juan Miguel.

                Para pasar las navidades de 1949 viajaron desde Valencia a Barcelona el 20 de diciembre a casa de su hija Dolores y su yerno Luís, donde se encontraron con otros dos nietos, Rosario y M.ª Luisa. Allí tuvo oportunidad de recibir de nuevo numerosas muestras de cariño de sus paisanos alhameños y almerienses, donde tendría además ocasión de recordar, después de 50 años, sus vivencias juveniles y visitar la Casa de Caridad, que por entonces continuaba atendiendo a los desheredados de la Barcelona de postguerra.[44]

                En 17 de enero de 1950 regresaron desde Barcelona a Madrid, donde permanecieron hasta primeros de junio. Allí Company hizo varias gestiones para conseguir que le ingresaran en el escalafón de médicos de baños, pasando con ello por los momentos de mayor angustia de su repatriación, ya que se veían abocados a tener que depender de la ayuda de sus hijos, cuando deseaba y creía que podía hacerlo como médico de baños.[45]

                No llegó a conseguir su deseo de reingresar en el Colegio de Médicos de Almería, a pesar de que en esas fechas se encontraba de presidente del mismo Cristóbal Rodríguez López, alhameño que conocía bien a Company. No tenemos constancia de que desde el Colegio se tomara ninguna iniciativa para que volviera a Almería o, al menos, se colegiara en Almería y pudiera ejercer como médico, manifestando, por el contrarío, la negativa de algunos antiguos compañeros suyos a facilitárselo.[46]

                Por último, no consiguió su principal deseo, el de volver a su casa de Alhama y a su tierra, siendo posible trabajar allí con clientes de alrededor y esperar ¡a tierra sagrada al lado de noble y buen padre.[47] Al parecer el Régimen le había prohibido visitar Almería y su pueblo, hasta que no se resolviera su expediente de depuración política. Durante los primeros meses de 1950 llegaron incluso a pensar en vender la casa de Alhama, al ver la imposibilidad de volver a ella.[48] Fue grande la pesadumbre que manifestaron cuando no tuvieron otra alternativa de residencia que la ofrecida por su hijo Rafael en Valencia.[49]

                El 10 de junio de 1950 Juan Company y Dolores se fueron a vivir definitivamente junto a su hijo Rafael, quien les buscó una pequeña casa cerca de la farmacia de éste, en la Avda. Burjasot, 211, de Benicalap. Company no podía aceptar que dependiera totalmente de la ayuda de sus hijos, por lo que sufrió una profunda desilusión al ver que no se habían cumplido sus expectativas, acentuada al encontrar anuladas las posibilidades de trabajar y así poder, entre otras cosas, volver a México y ver a sus dos nietas que había visto crecer. Otra amargura que tuvieron fue la de no poder ver a su hijo Miguel, por encontrarse internado en el manicomio de Almería y tener prohibido ese viaje.

                Murió en su casa de Benicalap el 7 de enero de 1951, después de pasar las navidades en su casa junto a sus hijos Rafael y María, sus respectivos consortes y todos los hijos de éstos. Murió de sufrimiento moral y asfixiado por las múltiples frustraciones a las que se vio obligado a vivir por el Régimen que le había apartado de la legalidad constitucional que él representaba. Previamente no había manifestado ningún achaque físico importante salvo sus problemas de visión. Su muerte fue como su vida, ejemplar, pues, sabiendo él que se moría, por que no sufrieran los que estaban a su lado, quería a todo trance darles ánimo.[50]

                Juan Company Jiménez murió a los 73 años. Se fue así, como llegó, fuera de su tierra que le vio crecer, casi sin hacer ruido, con la amargura de no haber conseguido ver ese ideal de humanidad nueva en España, por el que tanto había luchado profesional y políticamente durante toda su vida. Pero nos ha dejado un legado documental importante, cuyos valores de ciencia y humanidad han sido en gran medida heredados por sus hijos y nietos[51] (la mayoría de estos últimos viven en la actualidad) y cuyo compromiso de vida es hoy un ejemplo a seguir, digno de conocerse e imitarse por el generaciones presentes y futuras. La calle que Alhama le dedica al Dr. Company en su memoria se encuentra donde debe estar, a la izquierda y junto al parque Nicolás Salmerón.

Fuente: http://elecodealhama.es/sumarios/revistas/num014/company.html

 


[1] En la mayoría de los documentos investigados aparece como Compani. En las elecciones de 1936 aparece como Company. Hemos decidido utilizar en todo este texto el apellido Company ya que sus hijos y nietos así lo han heredado y coincide con lo puesto en la calle que en Alhama lleva su nombre.

[2] Gómez Díaz, D. El crecimiento de la población almeriense. 1752-1910. Una hipótesis de mundo lleno. IEA. Almería, 1992. R 53. Alhama La Seca en 1910 ofrecía la mayor densidad de población de la provincia, alcanzando los 225.7 habitantes por kilómetro cuadrado, incremento justificado sobre todo por el auge de la actividad uvera. A este aumento debió de ayudar la alta tasa de natalidad que presentaba Alhama en las dos últimas décadas del siglo XIX y la primera del XX, superior a 44 nacimientos por mil habitantes en el promedio de esos años, la mayor tasa entre los pueblos del Medio Andarax (Sáenz Lorite, M. El Valle del Andarax y Campo de Níjar. Universidad de Granada. 1977).

[3] Actualmente no vive ninguno de ellos. Viven casi los catorce nietos que tuvo, no llegando a conocer a algunos de ellos. Agradezco desde estas páginas a varios de estos, especialmente a Francisco y Jorge Pérez Company, Juana Company Rodríguez, Conchita y Juan Miguel Company, y Emilio López la gentileza en facilitarme documentación, fotografías y datos acerca de su abuelo.

[4] Mª Carmen Amate Martínez. Aproximación a un mito: «El Eco de Alhama. Periódico Semanal Independiente. Defensor de los intereses locales (1903)». El Eco de Alhama, 5, 1998, pp. 4-8.

[5] El Regional de 5 de septiembre de 1902. Quizás fue éste su primer escrito en prensa.

[6] El Radical de 7 y 8 de noviembre de 1902. Se titulaba el artículo de primera página Humanidad Nueva. Estas fechas corresponden a los números 55 y 56 de este diario, ya que apareció en septiembre de este año, de tendencia republicana, con motivo de la visita y el homenaje que recibió Nicolás Salmerón en Almería y en su pueblo natal, Alhama de Almería.

[7] El Radical de 13 de noviembre de 1902.

[8] El Radical de 5 de mayo de 1910. Acababa el periodista el comentario con esta frase: Este pueblo, por sus virtudes y las manifestaciones de su vida, bien merece ser llamado la república de Alhama.

[9] El Radical de 2 de julio de 1910.

[10] No hemos podido localizar la fecha y el periódico donde se editó el escrito titulado «Del Crimen de Gádor. Estudio social». Creemos que se publicaría durante los últimos días de agosto de 1910.

[11] El Radical de 5 de septiembre de 1910.

[12] Archivo Municipal de Alhama de Almería. Libro de Actas 1918-1921 .Acta de 4 de enero de 1919. Según ésta, con fecha 31 de diciembre de ese año Juan Company escribió a alcalde para darle a conocer su dimisión del cargo de médico titular que durante dieciocho años…, haciendo constar su gratitud al Ayuntamiento por las buenas relaciones que entre ambos habían registrado y rogando a la vez se despidiera de los pobres de esa Beneficencia…

[13] Se les honra y recuerda en el pueblo con una lápida que se encuentra en el propio Ayuntamiento de Alhama de Almería, además de dar nombre a la calle principal, que anteriormente se llamaba de Almería.

[14] Boletín del Colegio de Médicos de Almería: agosto, 1920: «Edema agudo de pulmón»; junio, 1921: «Acción terapéutica de la Ouabaina» y «Discusión al tema sobre diabetes insípida»; marzo, 1922: «Estado actual de la terapéutica de la tuberculosis pulmonar en Alemania»; mayo, 1923: «Sífilis pulmonar»: mayo, 1924: «Técnica del pneumotórax artificial».

[15] El Practicante Almeriense. 3, agosto, 1919: «Una encuesta»; enero, 1920: «Neurastenias específicas»; agosto, 1920: «En nombre de la sanidad, vuestra opinión pedimos»; septiembre, 1920: «Mitin organizado por las clases sanitarias»; enero, 1921: «Origen y mecanismo de la contracción cardíaca…».

[16] En una sesión de 1920 trató sobre «experiencia sobre las tuberculinas en la curación de la tuberculosis pulmonar». En la de 26 de noviembre de 1921 trató sobre la «bacterioterapia»; en la de 11 de marzo de 1922 sobre «meningitis cerebro-espinal»; y en la de 21 de abril de 1923 sobre «sífilis pulmonar».

[17] Publicada en el Boletín del Colegio de Médicos de Almería, 52, octubre, y 53, noviembre de 1924.

[18] El Practicante Almeriense. 30, octubre, 1921.

[19] Notas clínicas Interesantes. En Plus Ultra, II. Madrid, 1919. Otros, según Higiene de las madres, en Gaceta Médica del Sur de España (Granada) y en Revista de Medicina y Cirugía prácticas (Madrid).

[20] El alcoholismo en nuestras costumbres: Rev. Frenopática Barcelonesa. (Ref: Higiene de las madres).

[21] Librito de 104 páginas, prologado por Fidel Fernández Martínez, y editado en Almería.

[22] Folleto de 14 páginas en tamaño 8o, editado en Almería.

[23] Ruiz Sánchez, José Leonardo. Implantación y características socio-políticas de la masonería en Almería (1914-1936). En La Masonería en la España del Siglo XX. I. Zaragoza, 1996. Comunicación presentada en el VII Symposium Internacional de Historia de la Masonería Española (Toledo, 1995).

[24] República de 10 de junio de 1931 y Diario de Almería de 21 de abril de 1932.

[25] Diario de Almería de 5 de mayo de 1931. El acto se celebró el domingo, 3 de mayo, en el teatro Cervantes. También, en el Diario de Almería de 27 de junio, se cuenta que participó en otro mitin el 26 de junio en el salón Hesperia.

[26] Diario de Almería de 23 de junio de 1931. Se informa que el día anterior dieron un Importante mitin en Alhama los candidatos don Nicolás Salmerón y don Juan Company… También se informa que en ese mismo día ambos candidatos participarían en un mitin en Albox. El mitin de Alhama también es referenciado en el trabajo de Mª del Carmen Amate Martínez, titulado Alhama de la Dictadura a la República, publicado en El Eco de Alhama, 3, 1997, pp.4-9.

[27] Diario de Almería de 10 de julio de 1931. Es todo un testamento del compromiso político de su vida.

[28] La circunscripción electoral de Almería firmaba su credencial el 15 de octubre, fue dado de alta en el Congreso dos días después, juró el cargo el 28 de octubre y fue dado de baja el 28 de octubre de 1933.

[29] Índice del Diario de las Sesiones de las Cortes Constituyentes 1931-1933. Según éste, Company fue elegido para la comisión de comunicaciones e intervino en varios asuntos.

[30] Diario de Almería de 1 de junio de 1934.

[31] Conseguía la credencial de diputado el 21 de febrero de 1936, fue dado de alta en el Congreso tres días después, juró el cargo el 3 de abril y fue, finalmente, dado de baja el 2 de febrero de 1939.

[32] Lucha de 6 de febrero de 1936, donde se indica que en el día anterior dieron un mitin en Canjáyar, subrayándose el entusiasmo que existe en toda la zona del Andarax por estos actos de izquierdas.

[33] Archivo Histórico Nacional. Fondo Causa General. Caja I 163. Pieza 6, folio 13 y 15. Mitin marxista...

[34] Diario de Almería de 5 de marzo de 1936. De entrevista realizada a Company.

[35] Índice del Diario de las Sesiones. Cortes de 1936. Intervención de 8 de mayo de 1936, en la que refiere un artículo suyo sobre el tema en Diario de Almería de 18 de enero de 1935; en Diario de Almería de 6 de marzo de 1936 se recuerda su lucha contra esta injusticia ante la visita a las minas del gobernador civil.

[36] Diario de Almería de 20 de marzo de 1936 y La Crónica Meridional de 23 de marzo de ese año. ¿Sería este Grupo Escolar el edificio donde se instaló en los años setenta el Instituto Libre Adoptado Andarax?

[37] Quirosa-Cheyrouze Muñoz, R. Política y Guerra Civil en Almería. Cajal. Almería, 1986, p. 83.

[38] Ibidem, p. 112.

[39] Un artículo sobre Joaquín Rodríguez Rodríguez, elaborado por Guillermo Artés Artés, aparece en El Eco de Alhama, 4, 1997, pp. 33-34.

[40] Hay un expediente en la antigua Comisión de Repatriaciones. Caja 1903/2. Archivo Histórico Nacional.

[41] Marín Martínez, P. El Colegio de Médicos de Almería en su Centenario (1901-2001). AImería, 2001, p. 126.

[42] En postal de Company a su hijo Juan el 29 de agosto de 1949 decía: centenares de alhameños nos demuestran cariño entrañable, no saben qué hacer con estos ancianos que supieron sembrar amor y cariño.

[43] En carta de 10 de septiembre de 1949, que envió Company a su hijo Juan, decía que, según María, en la ciudad alménense había una verdadera tremolina por su presencia en España. En la misma carta también manifestaba que Manuel Gómez Campana fue expresamente a Benicalap a invitar a Rafael que se fuera a Almería. También a través de ella enviaba recuerdos a paisanos del pueblo y capital.

[44] En carta de fecha 27 de diciembre de 1949 que enviaba Company desde Barcelona a su hijo Juan, le decía: orientado en tranvías enseño a mamá esta ciudad de mis amores. Por docenas nos visitan alhameños y almerienses con pruebas de cariño inmenso ¿Mereceré yo tanto?

[45] Este deseo, después de muchas dificultades y largas esperas, lo consiguió, gracias a las gestiones de Marañón y Palanca, Director General de Sanidad. En agosto de 1950 se le ofreció el balneario de Ormaiztegui (Guipúzcoa), donde había estado ya de director en la temporada de 1912, pero no lo aceptó, entre otros motivos por estar la temporada bastante avanzada y encontrarse ya instalado en Valencia.

[46] En escrito que Company enviaba a su hijo Juan el 26 de marzo de 1950, describía a los médicos de Almería como panteras. También en otra carta suya a su hijo el 22 de abril de 1950 decía que Gómez Campana, que le debía el 60 % de lo que era, había sido el que inició la ofensiva contra él para no colegiarle, no poder ejercer…

[47] Así lo decía en carta que envió Company a su hijo Juan el 10 de noviembre de 1949 desde Benicalap.

[48] Esa era la intención de Company en la carta que enviaba a su hijo Juan el 22 de abril de 1950, en la que además su mujer, Dolores, le escribía también, así: la pena tan horrible que tengo de no poder ir a nuestro pueblo y la gente creo es locura por vernos y que allí todo nos sobraría…

[49] En carta de 6 de junio de 1950, que enviaba Company a su hijo Juan, decía: Contrariados fuertemente por no irnos a la térrica a trabajar ¿Qué haré sin trabajar? Qué pesadilla, qué horror vivir en plena ociosidad. A la vez enviaba a Capella [de Alhama] un fuerte abrazo. Una biografía de Antonio Capella Bustos, elaborada por Guillermo Artés Artés, aparece en El Eco de Alhama, 10, 2000, pp. 37-38.

[50] Así era narrado por un amigo de la familia, Sr. Contreras, en la carta que envió a su hijo de México, Juan el 9 de enero de 1951. En ella decía además que los sufrimientos habían podido con su naturaleza fuerte.

[51] Su hijo Juan, que volvió en 1958 a España, con el advenimiento de la democracia trabajó para que se reconocieran los derechos de los militares que habían participado en el bando republicano, como él. Su nieto Francisco Pérez Company, que ha ejercido en Almería de médico, ha dado testimonio de este buen hacer profesional y humano y ha sabido transmitir esa semilla a nuevas generaciones. Ha sido recientemente merecedor de varios reconocimientos públicos.

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