Cuando José Luis Márquez Almazán nació, el 7 de febrero de 1937, haría como unos cinco meses que a su padre lo habían matado. Le decían Julio Limones, pero se llamaba Julio Márquez Ruiz. Nacido en Alcalá de Guadaíra el 7 de enero de 1901, estaba casado con Concepción Almazán Espinosa y sus otros cinco hijos se llamaban: Julio, que tenía 11 años cuando el padre desapareció; Concepción, que estaba paralítica, tenía 9; Práxedes, 8; Antonio, 6; y Celestino, 1 año. Todos vivían en la calle Concepción, número 2.
Julio Limones era hornero y trabajaba en la panadería de Pedro Campos y Dolores Oliveros, en la calle de la Plata; donde, después de quedarse viuda, trabajó también Concepción Almazán y, posteriormente, su hijo José Luis. Éste dice que su padre no era hombre de ideas políticas de ninguna clase; sólo que estaba afiliado a la CNT, como todo el mundo. Y porque nada malo había hecho y nada temía, ni huyó ni se escondió cuando las tropas entraron en Alcalá, sino que se quedó en su casa. Y a su casa fueron, a los pocos días, a detenerlo y de su casa lo sacaron para llevárselo al barco prisión Cabo Carvoeiro en Sevilla.
La mujer de Julio Limones estuvo durante un mes y medio yendo todos los días a Sevilla a verlo, y a llevarle algo de comida y ropa; dejando atrás, en Alcalá, a cinco niños y, estando como estaba, embarazada del sexto. Hasta que un día de septiembre llegó al muelle en donde hasta entonces había estado atracado el Cabo Carvoeiro, y se encontró con que allí ni había barco ni había nada.
Muchos años después, Concepción Almazán Espinosa, viuda de Julio Márquez Ruiz, compareció ante mí, alcalde de Alcalá, el 21 de mayo de 1979, y manifestó que su esposo fue detenido a primero de agosto de 1936 y que se le aplicó el bando de guerra el 15 de septiembre siguiente. Lo manifestado por aquella mujer, nacida el 12 de noviembre de 1902, y que en 1979 vivía en la calle Juan Abad, número 27, fue corroborado, por haberlo oído decir en las fechas en que ocurrieron los hechos, por Francisco Flores Sutil, con domicilio en la calle Gestoso, número 27 y Francisco Pérez Cruz, ambos funcionarios municipales, y este último, además, domiciliado en el edificio del propio Ayuntamiento.
La viuda de Julio Limones murió en Alcalá con 91 años, y desde antes de cumplir los 34 siempre se la vio vestida de negro.
Fuentes:
Archivo Municipal de Alcalá de Guadaíra, Libros 257 y 258. Legajo 2871.
Testimonio de José Luis Márquez Almazán.