Luciano Silva Estévez

Sevilla
Sevilla
Zambrano, Juan
Nace el 2 de mayo de 1909 en Sobrada, concejo de Tomiño, Pontevedra, según certificación del registro civil de Tomiño.

Se traslada con apenas 20 años a Sevilla junto con su hermano, Telmo, en torno a la fecha de la celebración de la Exposición Iberoamericana de 1929 en busca de trabajo. Teniendo 23 años contrae matrimonio en Lebrija (Sevilla) con D.ª María del Castillo Olarte Vela,  natural de Lebrija, el 18 de julio de 1932.

En 1932 se encuentra empleado como camarero en el Círculo de Labradores de Sevilla ―Real Círculo de Labradores y Propietarios de Sevilla, como se denomina oficialmente esta asociación en sus estatutos―. El día 10 de agosto de ese año el general Sanjurjo intenta un golpe de estado liderado desde Sevilla, «La Sanjurjada», que fracasa rápidamente. Durante la madrugada del día 11 de agosto se produce una manifestación en Sevilla, en un contexto de huelga general convocada en protesta por el golpe, en la que, según cuenta el diario El Sol de 11/08/1932, Madrid, pág. 7, se informa de la quema de la sede del Círculo de Labradores de Sevilla por individuos participantes en dicha manifestación.

Las autoridades tomaron la filiación e investigaron a los empleados de dicha institución de  la alta sociedad sevillana como posibles sospechosos del acto vandálico, ignorando lo más evidente: ¿qué trabajador sin más recursos que su trabajo actuaría así para quedarse sin empleo durante días o semanas? En ese momento Luciano Silva Estévez llevaba menos de un mes casado.

Con posterioridad Luciano Silva Estévez comienza a trabajar como camarero en el Hotel Majestic de Sevilla ―más tarde llamado Hotel Colón― junto con su hermano Telmo. Probablemente en estos años o con anterioridad comienza su militancia en el PSOE y su afiliación a la UGT pero no se tiene certeza del momento exacto ya que, según testimonio de su viuda, cuando sucedió su detención ella misma enterró los documentos de su afiliación política, junto con algunos libros y escritos, cerca de donde residían en el barrio de Las Erillas, en Tomares, Sevilla.

Tampoco queda constancia documental de su actividad política o sindical, pero según testimonio hecho a sus familiares por su viuda, María del Castillo Olarte Vela, Luciano Silva Estévez dio alguna vez clases elementales de alfabetización a niños pequeños del barrio de Las Erillas, núcleo suburbial donde residían, y ayudaba a un grupo de jornaleros que trabajaba en los naranjales próximos a su casa, a orillas del rio Guadalquivir, a ajustar las cuentas de los jornales que les correspondían por su trabajo para que no fueran engañados.

No consta más información sobre su implicación política o sindical, pero nada indica que hubiera tenido una implicación de relevancia, siendo en esencia un padre de familia  y trabajador afiliado a un partido de izquierdas y a un sindicato como UGT.  El 28 de abril de 1933 nacería la primera hija de la pareja Silva-Olarte, Juana, y el 1 de enero de 1936 nacería Antonio.

Teniendo 27 años, tras la rebelión militar del 18 de julio de 1936, Luciano Silva Estévez permanece oculto durante varias semanas huyendo de la represión del bando fascista en Sevilla.  Según el testimonio que ofrece su viuda en enero de 1979 ante las autoridades para regularizar oficialmente su condición de viuda, más de cuarenta años después, siendo delegado militar gubernativo Manuel Díaz Criado, el 13 de septiembre de 1936 a las 7:30 horas de la mañana, Luciano Silva Estévez es detenido por una pareja de la Guardia Civil que va acompañada por falangistas en una vivienda del número 17 de la calle García Ramos, junto a la plaza del Museo de la ciudad de Sevilla. Este era el domicilio de su hermano Telmo Silva Díaz, también natural de Sobrada, Tomiño, Pontevedra, y de su cuñada Enriqueta García Cruz, natural de Sevilla, de donde sacan a Luciano Silva Estévez detenido y es conducido a la comisaría de la calle Jesús del Gran Poder. En los días en que estuvo detenido realizaría un periplo por varios centros de detención que se habilitaron en esas fechas para efectuar la represión de los «no afectos» al golpe militar.

De la comisaría de la calle Jesús del Gran Poder pasó a la iglesia de los Jesuitas en la calle Trajano y posteriormente al edificio del Cine Jáuregui, conocido posteriormente como Cine Rialto, en la plaza Jerónimo de Córdoba de Sevilla. Su viuda lo estuvo intentando ver durante los días en que estuvo detenido y entregarle comida y asistirlo en lo que le permitieran. Según su testimonio a familiares, lo consiguió ver alguna vez mostrando Luciano signos visibles de haber sido torturado. El día 30 de septiembre de 1936 fue la última vez que su viuda María del Castillo Olarte Vela lo vio. El día 1 de octubre le entregaron alguna ropa y le dijeron que había sido fusilado «por tener ideas contrarias». Su viuda quedaba con una niña de apenas dos años y medio y un bebé de  meses. No pudo regularizar su condición de viuda oficialmente hasta 1980, trámite no exento de reveses judiciales.

Puede decirse que tanto María del Castillo Olarte Vela, como sus hijos Juana y Antonio, son y fueron también víctimas colaterales del genocidio sistemático organizado por el bando militar sublevado. ¿Cómo habría de mantenerse y subsistir la familia en ese contexto de guerra civil? María del Castillo era una mujer casada con un hombre que oficialmente había «desaparecido» o estaba «ausente», sin recursos ni ahorros, con escasas posibilidades de conseguir un empleo o ingresos estables en la Sevilla de finales de los años treinta y principios de los cuarenta.  Sus hijos Juana y Antonio pasaron en esos años largas temporadas con familiares o allegados en Lebrija y Cazalla de la Sierra, mientras María del Castillo intentaba recomponer la situación.

Pasados algunos años, tras el fin de la guerra civil, María del Castillo Olarte Vela pasó a ser empleada del ya renombrado Hotel Colón, donde estuvo trabajando como camarera de piso hasta finales de los años sesenta en que permaneció varios periodos de baja médica por motivos de salud, y ya en 1973 se le declara una incapacidad permanente debido a su delicado estado de salud. Falleció en septiembre de 1987.

Su hijo Antonio Silva Olarte, fallecido en diciembre de 1998, se casó en 1978 y no tuvo descendencia, aunque pasó su vida buscando a su padre y creyendo que estaba aún vivo en algún lugar. Su hija Juana se casó en 1953 y tuvo tres hijos, viviendo hoy día junto con su marido y ambos superando los ochenta años de edad.

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