Blanca Serra: “Con la infiltración policial quieren lo mismo que con la tortura, extender el miedo”
La histórica activista independentista se ha convertido en la primera víctima de torturas en la Via Laietana barcelonesa en relatar su historia en sede judicial. Reconoce que todavía hoy le cuesta pasear cerca del edificio de la jefatura policial.
Alex Romaguera
Acompañada por el escritor Julià de Jódar y el abogado Pep Cruanyes, entre otros muchos activistas, la filóloga e histórica activista independentista Blanca Serra se convirtió este lunes en la primera persona que comparece en sede judicial como víctima de torturas en la Jefatura de Via Laietana de Barcelona. Serra pudo explicar su historia ante la Fiscalía de Derechos Humanos y Memoria Democrática.
Hasta ahora, las querellas que el colectivo Irídia presentó por otras personas torturadas, como Carles Vallejo o los hermanos Maribel y Josep Ferrándiz, habían sido archivadas por la Audiencia de Barcelona con el argumento que se tratan de episodios amparados por la Ley de amnistía de 1977. “Mi caso, en cambio, parece que no entró en la amnistía, de forma que he podido explicar mi vivencia“, indica a Público.
Una militancia en el punto de mira
Blanca Serra forma parte de la generación de activistas que, a finales del franquismo, luchaba por el logro de un régimen de derechos y libertades. Esto hizo que, junto con su hermana, la historiadora Eva Serra –muerta en 2018–, quedara pronto bajo el punto de mira del Estado. La primera de las detenciones la sufrieron en febrero de 1977.
Años antes se enteró que la habían borrado de las listas para trabajar en la escuela pública. Recibió un aviso y, a raíz de esto, se exilió en la Catalunya Nord –en el estado francés– con su hermana, donde permanecieron hasta que, con la muerte del dictador, decidieron volver. “Fue entonces cuando nos arrestaron bajo la acusación de propaganda y organización ilegal“, puesto que participaban activamente en la Asamblea de Catalunya –el paraguas que aglutinaba a la oposición antifranquista–, explica.
Las autoridades calificaron aquel acto de “ultraje a la unidad de la nación española” y enviaron a las hermanas Serra a la prisión de mujeres de la Trinitat, en Barcelona, de donde salieron al cabo de dos meses. En total, cuatro detenciones y siempre con el nexo común de pasar por Via Laietana.
“A las mujeres buscaban humillarnos”
Hasta ahora, Blanca Serra no había hablado de su periplo, pero asistir a las concentraciones que se celebran en Via Laietana la ha empujado a dar el paso. “También otros activistas que sufrieron torturas han empezado a narrar su vivencia a raíz de esta iniciativa“, detalla. En su caso, recuerda los maltratos físicos de que fue objeto.
Más allá de las palizas, a Serra le impactó los mecanismos que los agentes empleaban para que se sintiera vulnerable, “una sensación de la cual es difícil deshacerte para tomar conciencia que fuera hay colectivos, compañeros y una familia que te apoya”.
El otro tormento que nunca olvidará son las vejaciones a que se veía sometida como mujer. “En Via Laietana, todos los agentes eran hombres y cada vez que íbamos al baño teníamos a uno de ellos observándonos con la puerta abierta“, explica Serra, para quien “con aquella actitud buscaban humillarnos y utilizarnos como objetos sexuales”.
Todavía hoy, confiesa que le cuesta pasear por los alrededores de Via Laietana; y más después de saber que algunos chicos que en otoño de 2019 protestaron contra la sentencia de los líderes del procés también fueron recluidos y golpeados en el sótano.