Los represaliados de la Guerra Civil y la dictadura franquista no se olvidan. Este año, en la provincia de Málaga están en curso tres proyectos para buscar, identificar y dignificar a las víctimas en Cártama, Almargen y Antequera.

Esta misma semana el Ayuntamiento de Cártama ha sacado a licitación el contrato de servicios de delimitación, exhumación y estudio antropológico de víctimas de la Guerra Civil y la posguerra en el cementerio del municipio, donde se localizan 141 cuerpos que fueron fusilados y echados a una fosa común. Los trabajos, con un presupuesto de 28.000 euros, tendrán un plazo de ejecución de cuatro meses.

El arqueólogo, Andrés Fernández Martín, referente historiador con años de experiencia que coordinó al equipo técnico de las exhumaciones llevadas a cabo en el cementerio de San Rafael de la capital malagueña, está barajando la posibilidad de concurrir a la solicitud para llevar a cabo la intervención, ya que participó en los trabajos previos de estudio e investigación dirigidos por el arqueólogo Francisco Melero.

Ahora el objetivo es conseguir exhumar los cuerpos y extraer muestras para tratar de conseguir su identificación genética «porque ya se hizo una toma de muestra a los familiares que fueron depositados en la Universidad de Granada», explica.

Por otro lado, gracias a un convenio de colaboración que la Junta de Andalucía ha establecido con la Universidad de Málaga ya se ha comenzado a actuar en Almargen, donde se están realizando trabajos previos en el cementerio capitaneados por María José Berlanga, la coordinadora del proyecto. Entre ellos, la documentación y listado nominal de las víctimas que pudieran encontrarse en las fosas del pueblo y una prospección de la que se están esperando los resultados. Los trabajos abarcan además el estudio de la evolución y creación de la fisonomía actual en los espacios de enterramientos, el análisis de los mismos, el emplazamiento de las personas inhumadas en la fosa y la viabilidad o no de la exhumación. En total, se han destinado 40.000 euros al proyecto de Almargen, donde se esperan encontrar 86 cuerpos.

En Antequera, existen referencias sobre una fosa común donde fueron enterradas víctimas de la represión desde febrero de 1937 a enero de 1940, por aplicación del bando de guerra o por la ejecución de sentencias de muerte. El equipo de Fernández está intentando localizar y ubicar las fosas existentes en el cementerio municipal, por lo que están en la «parte teórica». En concreto, están haciendo un rastreo en archivos tanto civiles como militares en base a los represaliados que pudieron haber terminado en las fosas de Antequera para intentar computar y tener un listado nominal de las víctimas. A partir de ahí, el objetivo es encontrar documentación relativa a la ubicación exacta de las fosas comunes y una vez conocidos los resultados de la prospección, hacer las catas arqueológicas para localizar y delimitar el perímetro de las fosas. En Antequera, se esperan encontrar un número alto de represaliados «pero todavía no podemos especificar más datos», puntualiza el arqueólogo.

Para poner en marcha estas investigaciones, los ayuntamientos se han acogido a la convocatoria de ayudas económicas destinadas a entidades locales para poner en valor diferentes cuestiones sobre la Ley de Memoria Histórica. Concretamente, se trata de una subvención que otorga la Secretaría de Estado de Memoria Democrática a través de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) y que puso en marcha el año pasado con el objetivo de financiar las actuaciones relativas a la investigación, localización, exhumación e identificación de personas desaparecidas en fosas de la Guerra Civil y la dictadura, así como las destinadas a su dignificación.

Según el mapa de fosas de la Junta de Andalucía, en la provincia hay 99 tumbas colectivas y más de 5.600 víctimas. Sin duda, la mayor barbarie se produjo en el antiguo cementerio de San Rafael en Málaga, de donde se consiguieron recuperar 2.840 víctimas, aunque se documentó el fusilamiento de 4.288 represaliados. Un capítulo negro para la capital que duró tres años, desde el 2006 hasta el 2009 y que Fernández recuerda como uno de los más duros de su trayectoria. Personalmente, ha quedado marcado por cada una de las exhumaciones . «Conoces a los hijos de las víctimas, que ahora son personas mayores que buscan los restos de sus padres, de sus abuelos e incluso de sus hermanos. Todas tienen su carga sentimental y por eso nos debemos a los familiares», indica. Según la Asociación de Memoria Histórica de Málaga en los últimos años se han realizado exhumaciones en Villanueva de Cauche, donde se encontraron 18 víctimas de Casabermeja y Periana; Álora, en la que se localizaron 10 cuerpos pero queda pendiente encontrar la fosa grande que se encontraría en el castillo; Teba con 173 víctimas; Almáchar con 1; Alfarnatejo con 7; Alfarnate con 8; Villanueva del Rosario con 11, pero también queda otra fosa por exhumar; e Istán con 4. Además, se intervino en Villanueva de la Concepción y Colmenar, pero sin éxito.