Me pasa con Varela, con Portillo, con Zamacola y, por supuesto, con los Carranza
Diego Boza Martínez
Profesor contratado doctor del Área de Derecho Penal de la Universidad de Cádiz
Columna semanal en el Hoy por Hoy de Radio Cádiz de la Cadena SER.
Me pasa con Varela, con Portillo, con Zamacola y, por supuesto, con los Carranza – Carranza Incumple
Para alguien como yo, que nació en Cádiz a finales de los 70, hay apellidos que resuenan en la memoria personal. Me pasa con Varela, con Portillo, con Zamacola y, por supuesto, con Carranza.
En mi mente infantil, los Carranza debían haber sido gente muy importante porque tenían derecho a dos avenidas, un Estadio, un puente y un trofeo. Con el tiempo fui creciendo y comprendí que lo de que todas esas cosas llevasen el mismo apellido no era más que un ejercicio endogámico entre familiares que quisieron honrar la memoria de sus predecesores.
Después, algo mayor y gracias a algunas lecturas, me di cuenta de que cada vez que pronunciaba el apellido Carranza hacía referencia a individuos que habían participado activamente en la sublevación militar y en el sistema represivo que fundamentó el régimen franquista.
Gracias a las Leyes de Memoria Histórica y de Memoria Democrática, ese apellido va desapareciendo de nuestro imaginario. No sin polémica, porque esta ley es una de las más cuestionadas. En este caso los medios dan una amplia cobertura a quienes discuten esta ley, algo que no ocurre con otras normas. En todo caso, ha costado años quitarlo del Estadio y aún hay movimientos nostálgicos que pretenden su regreso. Ahora toca eliminarlo del puente y de nuevo hay polémica.
Es curioso, porque el nombre escogido para su sustitución es el de un artista que ha llevado el nombre del mar de Cádiz que sobrevuela ese puente a la eternidad. Pocos referentes más importantes en nuestra Bahía que el de Rafael Alberti y pocos cambios mejores que el de quien participó en un golpe de Estado frente a quien regresó del exilio dispuesto a participar en la construcción de esta España que algunos quieren que regrese al pasado.
En una sociedad que no tuviera inoculado el virus de la desmemoria en su seno, el nombre de Rafael Alberti sería un nombre de absoluto consenso. Pero aquí hay nostálgicos, herederos de un apellido manchado de sangre, que siguen pretendiendo mantener sus privilegios en el nomenclátor.
Ya solo queda quitarlo del Trofeo. Pero de eso se está encargando Vizcaino con el consentimiento del alcalde. Porque con un trofeo que enfrenta al Cádiz con el Córdoba se está firmando el certificado de defunción de un ente que ya estaba muerto
Me pasa con Varela, con Portillo, con Zamacola y, por supuesto, con los Carranza – Carranza Incumple