Canarias. Más allá del asesinato del alumno

La ULL recuerda a Javier Fernández Quesada, estudiante fallecido en la institución durante una huelga en la Isla

LA OPINIÓN DE TENERIFE | M. PLASENCIA | 12-12-2017

12 de septiembre de 1977. Una huelga general en Tenerife protagonizaba la jornada en la Isla en medio del proceso de transición política. Un ambiente revuelto con la lucha social como principal ingrediente estaba llamado a ser el protagonista del día. Pero no fue así. A medio día los disparos de la Guardia Civil en el Campus Central de la Universidad de La Laguna (ULL) acabaron con la vida de un alumno. Javier Fernández Quesada se apagó pero ni sus familiares ni el colectivo estudiantil de la institución han dejado que se le olvide.

El propio centro académico quiso aprovechar ayer el 40 aniversario del asesinato del joven para rememorar el episodio más triste de sus historia, un capítulo que tiene como protagonista a un estudiante “cuyo sacrificio se convirtió en heroísmo”, en palabras del rector de la ULL, Antonio Martinón. Palabras de testigos de los hechos, de representantes políticos y de historiadores sirvieron a los presentes para revivir aquel fatídico día de diciembre, pero fueron las pronunciadas por el hermano del fallecido, Carlos Fernández Quesada, las que calaron más hondo.

Al margen de agradecer a los presentes y a la institución la organización de un recuerdo a Javier, apeló a que de lo sucedido se saque un aprendizaje para que no vuelva a ocurrir. “Todos conocemos la situación político social de la actualidad. Hemos retrocedido y los hechos se pueden volver a repetir”, avisó Fernández Quesada antes de reiterar una queja, un ruego, que durante 40 años ha sido la bandera de su lucha: El reconocimiento de lo que ocurrió a su hermano. “Fue asesinado a quemarropa, no se puede hablar solo de muerte”, lamentó.

A esas alturas ya le costaba contener la emoción, pero ello no solo no impidió que prosiguiera su discurso sino que incluso le dio, si cabe, más sentido. “Al final no ha quedado fuera de la ley de memoria histórica pero no sabemos muy bien qué es lo que han reconocido”, señaló justo después de aseverar que “40 años después” la familia aún sigue a la espera de respuestas. Al respecto, aludió como ya hicieran algunos intervinientes antes que él, a la comisión de estudio que impulsó el Congreso de los Diputados para esclarecer los hechos.

“Fue un paripé“, dijo sin más, a sabiendas de que todos los presentes entenderían que tras esas tres palabras se escondía la desesperación de un hombre que sabe que nadie ha respondido por el asesinato de su hermano. “Me duele que se recuerden los hechos”, admitió antes de reiterar que “no tenía sentido la intervención de la Guardia Civil”. Ese sinsentido por el que aún, cuatro décadas después, no se han dirimido responsabilidades es un ejemplo de que, tal y como avisaba Fernández Quesada, “todavía hay que luchar por ese reconocimiento”.

Esa desproporcionada, ilógica y sangrienta respuesta de los agentes fue precisamente uno de los aspectos en los que todos se mostraron de acuerdo. Así, tanto el exdiputado y miembro de la comisión de estudio, Luis Fajardo, como el entonces historiador de la ULL, Domingo Gari Hayek, revelaron que de la actuación de la Guardia Civil destaca no solo su injusticia sino su “impunidad”.

El profesor universitario definió a las fuerzas del orden como “pistoleros fascistas” y destacó que “Javier no era ni un activista destacado ni lideraba ningún movimiento político. Fue una de las cuatro víctimas del modo de funcionar en esa época, entre 1975 y 1977”. Domingo Gari Hayek consideró también que la comisión del Congreso “dejó mucho de desear”, una crítica que intentó solventar Luis Fajardo en medio del enfado de algunos presentes.

El exdiputado explicó que en el momento del asesinato del estudiante grancanario se encontraba en su casa, cercana al Campus Central y desde allí descubrió “un pelotón armado como si fueran militares, totalmente desplegados y desproporcionada”, dijo antes de añadir que llamó especialmente su atención porque “la policía armada, encargada del orden público, ya se había retirado y fue la Guardia Civil la que actuó”. Sin embargo, explicó que la finalidad de la comisión era dirimir la vinculación política de los hechos: El foco sigue puesto en el Gobernador Civil y Fajardo dudó de su intervención.

Exposición para trasladarse al fatídico día

“Leyendo los artículos  de esos días, uno puede imaginar lo que sintieron los canarios tras el 12 de septiembre de 1977”. Fueron las palabras de Fernando Rodríguez Junco, responsable de la Biblioteca de la ULL y encargado de la exposición que desde ayer está instalada en el hall del Edificio Central de la institución lagunera para recordar que en ese espacio murió asesinado el estudiante Javier Fernández Quesada.

En las vitrinas se exponen portadas de periódicos de los días posteriores “que contaban tanto en lo que se publicaba como en lo que se callaba”, así como otras publicaciones “que se saltaron los controles y que son testigo de otra realidad”. Rodríguez Junco añadió que a ello se suman recortes posteriores en recuerdo del estudiante, libros acerca de su historia así como fotografías cedidas por Alumni ULL.

Una muestra para dar un viaje al fatídico día en que la Universidad fue testigo de un hecho sin precedentes. Así lo reconoció el propio rector de la institución, Antonio Martinón quien agradeció a la madre del alumno, Dolores, por compartir con el centro “su dolor y su recuerdo.

“Javier, como tantos otros en esa época, quiso poner una piedrita para que la sociedad avanzara a una democracia, aunque sea imperfecta”, entendió Martinón, quien añadió que “sin él quererlo, su piedra se convirtió en montaña de dimensiones muy importantes para lograr dejar atrás el grotesco modelo de la dictadura”. Además, recalcó que la ULL siempre ha estado “fuertemente comprometida con los valores democráticos, frente a aquellos que querían  mantenerse en el régimen anterior”. 

http://www.laopinion.es/sociedad/2017/12/12/asesinato-alumno/833655.html