La restitución del monolito de los sucesos a la Alameda
De Salustiano Gutiérrez Baena – noviembre 25, 2019
Me había comprometido conmigo mismo a que no iba a publicar nada sobre la restitución del monolito. Es un tema demasiado emotivo y visceral para mí. Pero la carne es débil y ya decía mi madre que no sabía decir que no. Aunque no estuve físicamente en el acto si lo estuve espiritualmente y digitalmente. Así que tengo los suficientes elementos de juicios para escribir que me pareció un acto sencillo y muy sobrio, fuera de excentrecidades y muchas intervenciones.
De hecho, se terminó de colocar el monolito, que ha quedado mejor de lo que estaba en la plaza de los jornaleros, y se leyó completo el poema de jornaleros de Miguel Hernández, por Rosa Pérez Gil, la nieta de María La Libertaria. Luego el turno de las fotografías, donde algún espontáneo o muletilla esporádico aprovechó para decir unas acertadas y breves palabras. Luego más fotos y vídeos. Y cada uno a celebrarlo a su manera, dentro del magnífico día que hacía. Por razones obvias no he estado cerca de los que han organizado el acto, pero me da la intuición de que el equipo de gobierno dentro de la decisión central de la Fundación Casas Viejas 1933 ha optado por eso modelo buscando el consenso de todas las fuerzas políticas presentes en el ayuntamiento (significativa la foto de los 10 concejales presentes), y huyendo del excesivo ruido, polémica, desafío y politiqueo con letra pequeña que había rodeado al caso innecesariamente. Por tanto, que me parece acertada la idea del ayuntamiento a través de la Fundación de cerrar el tema y pasar página. Creo que el consenso alcanzado en este tema es muy buen ejemplo para otros problemas que hay en este pueblo.
Pero las verdaderas razones que me ha hecho contradecirme a mí mismo y escribir sobre él, se resumen en dos. Por un lado, la cantidad y variedad de gente que ha acudido al acto. Además de concejales de todos los partidos, lo han hecho personas de Benalup-Casas Viejas, de todas las edades y sectores sociales y culturales, siendo mayoría los del pueblo con respecto a los que venían de fuera, todo lo contrario que pasó en 1983. Es una prueba de lo que Benalup-Casas Viejas ha avanzado como sociedad moderna desde 1983 y cómo se está consiguiendo la ansiada meta de colocar los sucesos con la normalidad necesaria en el acervo cultural del pueblo.
Por otro lado, me parece que el espacio público de la Alameda es hoy un lugar más justo, más diverso, más completo y, sobre todo, que refleja aún más la historia de este pueblo. Es lo que más me interesa del acto de hoy. Con la vuelta del monolito acabamos con esa desazón que nos inundaba a los que venían de fuera y a los que vivimos aquí cuando los primeros buscaban alguna huella histórica de los sucesos y no encontraba nada, como dejó escrito Arcadí Espada en aquel famoso artículo. Hoy el monolito se integra dentro de la ruta fotográfica de los sucesos y el círculo se completará cuando se consoliden definitivamente los lugares de los sucesos como BIC.
Hasta el punto que encerrado como estoy se me ha ocurrido a través de este post plantear a la oficina de información de turismo o al Ayuntamiento o a quien corresponda o/y quiera que organicemos una ruta en los meses próximos por ella, donde a través de diez puntos (Pub Tato, casa familia Sánchez- Pérez Blanco, antiguo cuartel de la Guardia Civil, casa de la familia Romero Bohollo, calle San Elías, casa Vela Fernández, portada de la Iglesia, casa de los Alcantara, bar Ricardo y monolito de los sucesos) poder observar y analizar toda la historia de este pueblo.
Me van a permitir que me dé un pequeño capricho personal para cerrar este post. En septiembre de 2016 en el contexto de la moción de IU para conseguir la restitución del monolito, yo escribí seis post, terminaba diciendo que albergaba la secreta esperanza que algún día volvería a la Alameda el monolito y para celebrarla brindaría con vino, pidiéndole cuatro, uno para José Luis Gutiérrez, otro para Cecilio Gordillo, otro para Pepe González y el cuarto para mí. Aquella vez no pudo ser, pero fue ayer. Falté físicamente yo, pero según me cuenta un pajarito mi vino se lo ha tomado Cecilio. Me alegro por él y por mí. La ocasión se lo merecía.