El Gobierno entrega diplomas de reparación a los familiares de las tres víctimas
En mayo de 1981, tres jóvenes fueron torturados y asesinados por agentes de la Guardia Civil. Desde entonces, ningún Gobierno ha entonado el ‘mea culpa’ y ha mostrado interés alguno por pedir disculpas. Reparar el dolor es misión imposible, pero se podían haber dado otros pasos.
Entre las víctimas se encontraba Juan Mañas Morales, de 24, originario de Pechina; Luis Cobo Mier, de 29 años y natural de Cantabria; y Luis Montero García, de 33 años y natural de La Fuente de San Esteban, Salamanca.
Las familias no han cejado en su empeño y desde el primer minuto pidieron que a sus hijos se les tratara como víctimas del terrorismo. También querían perdón. Y ha sido casi 42 años más tarde cuando se ha trasladado una una disculpa oficial.
El Gobierno ha pedido disculpas, hoy, de forma simbólica a las víctimas del ‘Caso Almería’. En la Subdelegación del Gobierno de Almería ha entregado diplomas de reparación a los familiares de los tres jóvenes cuyos cuerpos fueron hallados calcinados dentro del vehículo en el que viajaban en 1981, tras ser detenidos por la Guardia Civil después de ser confundidos con miembros de un comando de la banda terrorista ETA tras el asesinato del Coronel Valenzuela, el 10 de mayo de 1981.
“El dolor no prescribe. La vida les fue arrebatada a manos de quienes tienen como obligación nuestra custodia y garantizar nuestros derechos”, explica Francisco Javier Mañas, hermano de pequeño de Juan Mañas, el que iba a hacer la comunión a la que se dirigían las víctimas.
“El Caso Almería fue tratado como un trágico error. Siempre se dijo que fueron confundidos como miembros de ETA. Pero ni fue error ni fueron confundidos. Error no fue porque sabían lo que estaban haciendo y tampoco confundidos tampoco porque ya les habían identificado antes de su detención”, sentencia el hermano. Apostillando que si hubiesen sido culpables de algún delito, “bajo ningún concepto queda justificada la decisión de terminar con la vida de ninguna persona”.
Francisco Javier quiso dedicar el perdón del Gobierno a quien más han sufrido esta pérdida. Las madres. Los padres. En especial a la suya. María Morales, quien ya tiene 86 años y sigue sufriendo la pérdida de su hijo como el primer día. “Hoy se encuentra en esta sala una de las personas que más puede sufrir con la pérdida de un ser querido. La única madre del caso Almería que aún vive. Es mi madre y madre de Juan Mañas. Son cuatro décadas las que lleva esperando aunque solo sean unas palabras de disculpas y hoy es ese día”.
Las disculpas del Gobierno
El almeriense Fernando Martínez, secretario de Estado de Memoria Democrática, ha sido uno de los principales impulsor de este reconocimiento. “Este un acto de humanidad. En él se trata de reconocer de reparar lo que todavía no se había reparado”, manifestó.
“Este es un acto que llega muy tarde. Es imposible que repare todas las injusticias cometidas, pero como secretario de Estado de Memoria Democrática del Gobierno de España, quiero garantizaros que ni vosotros ni vuestros familiares volveréis a estar solos”, aseguró Martínez.
Fernando Martínez echó la vista atrás y recuerda el ‘Caso Almería’ como una tragedia que desembocó en “oscuras operaciones de encubrimiento, un juicio a todas las luces insuficiente y una evidente una evidente falta de apoyo institucional a los familiares de las víctimas”.
El perdón de la Guardia Civil
La directora general de la Guardia Civil, María Gámez, también estuvo presente en el acto. “Soy directora general de una institución, la de la Guardia Civil, que tiene el mandato constitucional de garantizar los derechos y la libertad de la ciudadanía. No cabe otra cosa y no caben dudas sobre el servicio público que deben prestar unos hombres y mujeres comprometidos con su trabajo y, sobre todo, comprometidos con su gente con la gente a la que sirve”, manifiesta.
De la misma forma, suscribe que aquellos terribles hechos ocurridos en mayo de 1981 en Almería “no deberían haberse producido jamás. Los actos perpetrados entonces por algunos miembros del cuerpo no se identifican con la entrega de la Guardia Civil. Solo podemos mostrar horror y vergüenza a este despropósito que acabó con la vida de estos tres jóvenes”.
Pedro Fernández, delegado del Gobierno en Andalucía, sentencia que “este acto prestigia el recuerdo de las víctimas y salva la deuda que nuestro país tenía con ellos y con sus familias. Familias que han tenido que luchar contra el sufrimiento causado por el estigma que durante años les persiguió por unos hechos de los que nunca fueron culpables. Merecían este acto de recuerdo de reparación del Gobierno de España”.
La historia real de los asesinatos
El 7 de mayo de 1981 tres amigos y compañeros de trabajo emprendieron un viaje desde Cantabria para ir a la comunión del hermano de uno de ellos, el almeriense Juan Mañas, en Pechina. El viaje comenzó el mismo día en el que en Madrid se producía un atentado de ETA y moría el Coronel Valenzuela.
Se trataba de Luis Montero García, de 33 años, natural de Fuentes de San Esteban (Salamanca) y empleado de FYESA en Boo de Guarnizo, Luis Cobo Mier, de 29 años, natural de Santander y empleado de ACERIASA en Nueva Montaña, y Juan Mañas Morales, de 24 años, natural de Pechina (Almería) y empleado de FEVE en Santander.
Tras sufrir una avería, alquilaron un coche con el que llegaron a Pechina. Sin embargo, un hombre que había coincidido con ellos en Alcázar de San Juan (Ciudad Real), los reconoció como los supuestos autores del atentado -inicialmente identificados como José María Bereciartúa, José León Mazusta y Goyenechea Fradúa-, comunicándolo al instituto armado.
Esa misma noche fueron detenidos en Roquetas de Mar (Almería) y comenzaron las indagaciones para identificarlos. Las familias siempre han defendido que las diligencias mostraban que no podían ser los etarras, pero el 10 de mayo fueron encontrados sus restos en un barranco.
Los agentes, tras percatarse de su error, mataron a tiros y calcinaron los cuerpos en un Ford Fiesta (en el kilómetro 8.400 de la carretera de Gérgal) para eliminar pruebas y cambiar la versión de los hechos. La Benemérita dijo que iban armados e indocumentados mientras se les transportaba a Madrid e intentaron huir. Pero quien conoce el caso sabe que eso no sucedió. Defienden que ya estaban muertos y que habían sido tiroteados en el antiguo cuartel de Casas Fuertes. A los tres acusados se les sentenció de homicidas y no por asesinato.
Un monolito para recordarlos
Un monolito se levanta en en el kilómetro 8.400 de la carretera de Gérgal. Se colocó para recordar a las tres víctimas del Caso Almería.
En el monolito se puede leer: “En este lugar aparecieron calcinados los cuerpos de Juan Mañas Morales de 24 años de edad, Luis Cobo Mier de 29 años de edad y Luis Montero García de 33 años de edad en extrañas circunstancias. Vuestros padres, hermanos, familiares y amigos no os olvidarán jamás”.
Cada año, el 9 de mayo, familiares, amigos y almerienses que sienten el dolor que provocó este suceso se reúnen en torno al monolito para mostrar su dolor y cariño a las víctimas.
https://www.diariodealmeria.es/almeria/Caso-Almeria-asesinatos-video_0_1758426005.html
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+ INFO:
Las víctimas del “Caso Almería”, asesinadas por un “error”, serán reconocidas por primera vez por un Gobierno
Los cuerpos de los tres jóvenes aparecieron calcinados y con impactos de bala en el coche que alquilaron para ir a una primera comunión
Han tenido que pasar casi cuarenta años para que un Gobierno reconozca y recuerde a las víctimas del llamado ‘Caso Almería’. Así será el próximo 20 de enero en un acto impulsado por el Ministerio de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática a través de la Secretaría de Estado de Memoria Democrática que dirige el almeriense, Fernando Martínez. También contará con la participación de la directora general de la Guardia Civil, María Gámez. Está prevista la presencia de familiares de los tres jóvenes que fallecieron el 8 de mayo de 1981 tras ser confundidos con miembros de un comando terrorista y arrestados por agentes de la Guardia Civil. Sus familiares recibirán diplomas de reparación por estos hechos acontecidos hace 39 años.
Tres jóvenes viajan para celebrar una primera comunión
Fueron tres jóvenes residentes en Santander quienes culminaron de manera tan triste su viaje en mayo de 1981. Sus nombres, Luis Cobo Mier, de 29 años y natural de Santander; Juan Mañas Morales, de 24, originario de la localidad almeriense de Pechina y Luis Montero García, de 33 años, salmantino de La Fuente de San Esteban. Viajaban a Almería desde Cantabria para asistir en Pechina a la primera comunión del hermano de Mañas. Al día siguiente, sus cadáveres aparecieron dentro del vehículo en el que viajaban.
Ese viaje fatídico para los tres jóvenes comenzó mal. A su paso por Manzanares del Real, en Madrid, averiaron el coche de Luis Cobo. Ante esta adversidad, decidieron continuar el viaje en tren desde Alcázar de San Juan (Ciudad Real) hasta Puertollano. Desde esta ciudad prosiguieron el viaje a bordo de un Ford Fiesta alquilado para poder llegar a tiempo a la celebración de la comunión en Pechina.
Ruido de sables y asesinatos terroristas
Determinadas informaciones del momento, señalaron que el responsable de la empresa que alquiló el turismo, ante las prisas de los jóvenes, pudo informar a la Guardia Civil sospechando que pudieran ser miembros de ETA que habían perpetrado el atentado en Madrid el día antes. En dicho atentado, los terroristas dejaron malherido al teniente general y jefe de la Casa Militar del Rey, Joaquín de Valenzuela y asesinaron a un teniente coronel, un suboficial de la Guardia Real y al soldado conductor. Eran los tiempos de intensa actividad terrorista y el “ruido de sables” estaba a la orden del día.
Terrible descubrimiento de los cadáveres
Lo cierto es que el sábado 9 de mayo, los tres jóvenes llegaron a Pechina y, el día 10, se trasladaron a Roquetas de Mar para visitar a un hermano de Mañas. Fue en ese trayecto donde se les detuvo a punta de pistola por la Guardia Civil. Al día siguiente, España se estremeció con el terrible descubrimiento de los cadáveres. Los cuerpos aparecieron cerca de la población de Gérgal, calcinados y con numerosos impactos de bala en el mismo coche alquilado en el que habían viajado.
Versión oficial que no fue creída
Desde la Guardia Civil se intentó justificar el triple fallecimiento con de que los detenidos se trasladaban a Madrid dentro de su propio vehículo, conducido por un guardia y vigilados por otro en el asiento del copiloto y que a la altura del kilómetro 8,350 de la carretera de Gérgal, los jóvenes agredieron al conductor del vehículo. Se informó de que los dos guardias civiles saltaron del coche. Continuaba la versión oficial explicando como el máximo responsable de la operación, el teniente coronel Carlos Castillo Quero, que circulaba detrás en otro vehículo, ordenó disparar al Ford Fiesta y este cayó por un terraplén envuelto en llamas. El teniente coronel alegó que ninguno de los once guardias civiles que integraban la comitiva, pudo hacer nada para apagar las llamas.
El proceso judicial
El 14 de junio de 1982 comenzó en la Audiencia Provincial de Almería el proceso por este denominado “Caso Almería”. Para el fiscal, los hechos eran constitutivos de delito de homicidio. Por ello pidió 42 años de prisión para el teniente coronel Carlos Castillo Quero y 27 años de prisión para los otros dos acusados. En julio de 1982 se dictó la sentencia que declaró probado que Castillo y sus guardias torturaron hasta la muerte a los tres detenidos en un cuartel abandonado llamado Casafuerte. También se probó que, más tarde, con el objetivo de no dejar pruebas, arrojaron el coche por el terraplén, al tiempo que le dispararon numerosas veces y le prendieron fuego.
Condenas
La sentencia condenó al teniente coronel a veinticuatro años de prisión mayor como autor de tres delitos de homicidio. Castillo quedó en libertad condicional el 6 de octubre de 1992. Mientras que al teniente y a un guardia se les condenó por idénticos delitos a 15 y 12 años de cárcel respectivamente.
Desde mayo de 2021, con motivo del 40 aniversario del suceso, un monolito recuerda los hechos en el punto kilométrico de la carretera de Gérgal, en el lugar donde se encontró el coche calcinado. Ahora, el Gobierno central, reconoce por primera vez, con un acto de recuerdo y reconocimiento a las víctimas del ‘Caso Almería’.
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