Una exhumación en la fiscalía
Interviú | Ana María Pascual | 5-1-2015
Los restos de cuarenta hombres fusilados en 1937 por los militares franquistas aguardan desde hace dos años en cajas de cartón en el cementerio de Castro del Río, un municipio cordobés donde la represión fascista fue cruel. No han sido identificados, pese a que la Junta otorgó una subvención de 400.000 euros al Foro Ciudadano para la Recuperación de la Memoria Histórica de Andalucía, una entidad que nada tenía que ver con la asociación de familiares de la zona, la Agrupación de Familiares de Represaliados por el Franquismo de Castro del Río, que ha acabado denunciando a la receptora de la subvención.
El asunto está en la Fiscalía de Córdoba. “Nadie nos informó previamente de que iban a exhumar a nuestros muertos, ni nos pidieron permiso –dice a interviú Francisco Merino, miembro de la asociación de Castro del Río–. A los familiares nos dijeron que no se podía analizar el ADN de los restos por estar enterrados directamente en la tierra. Todo se hizo mal: ni había personal cualificado, porque el trabajo de exhumación se gestionó a través de un taller subvencionado por el Servicio Andaluz de Empleo; ni había antropólogo, historiadores, forense, documentalistas. No se hizo el trabajo de archivo previo ni se tomó testimonio oral a los familiares para que explicaran quiénes eran sus parientes fusilados”.