Córdoba. Sin consenso en la Plataforma Comisión de la Verdad de Córdoba en relación a la carta enviada al obispado

SIN CONSENSO EN LA PLATAFORMA COMISIÓN DE LA VERDAD DE CÓRDOBA EN RELACIÓN A LA CARTA ENVIADA AL OBISPADO
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Córdoba / 18.02.2023
Las discrepancias han derivado de la distintas maneras de enfocar el asunto. Los colectivos memorialistas cordobeses que no han firmado la carta difieren en el tono que se ha dado a la misma: sin diferenciar víctimas de victimarios.
La placa de la Mezquita-Catedral de Córdoba que se pide eliminar por completo hace mención a los sacerdotes asesinados durante la Guerra Civil . La misma finaliza con un “Sacerdotes diocesianos que dieron su vida por Cristo en la persecución religiosa 1936-39”. La carta al Obispado señala que no hubo persecución religiosa sino política, pero pide quitar toda la placa: no sólo la frase en liza sino los nombres también.
Los colectivos memorialistas cordobeses que no firman la carta consideran que una cosa es pedir que se borre el término “persecución” y otra, muy distinta, que se quite la placa con los nombres de las víctimas (víctimas que no fueron previamente victimarios) porque ello daría a entender o bien que esas víctimas de la placa no lo fueron, o bien que no se las reconoce como tales, algo verdaderamente fuera de lugar.
Estos colectivos no firmantes insisten, en cuanto a la “persecución”, que requeriría más pedagogía que exigencias puesto que es sabido que no fue una persecución religiosa sino política, al igual que Franco fusiló a miles de católicos, encarceló a cientos de curas (incluida la cárcel Concordataria de Zamora en los años 60) y fusiló a algunos sacerdotes no por católicos sino por “rojos”, es decir, por cuestiones políticas y no religiosas (exactamente lo mismo al revés).
Estos colectivos memorialistas no firmantes señalan que sería preciso previamente abrir un debate social sobre ello (ninguno ha habido en 80 años), debate que se abrió sólo por una de las partes cuando con el Papa Juan Pablo II comenzaron las beatificaciones en masa que desde Pío XII se habían paralizado porque no se veía en los asesinatos el “In Odium Fidei” o persecución por motivos de fe indispensable para beatificar.
Es bien sabido, concluyen los colectivos no firmantes siguiendo las palabras del historiador y monje benedictino Hilari Raguer, que la Iglesia española (y sobre todo su jerarquía) durante la Guerra Civil y la dictadura franquista “no fue pacífica ni pacificadora…atizó el fuego y se comportó en general de forma muy poco misericordiosa. Fue muy sensible a las propias víctimas, pero insensible a las otras” pero concluyen que contribuye a la confusión y al desencuentro no distinguir entre víctimas y victimarios, cuando los sacerdotes asesinados en Córdoba fueron, sin más, víctimas.