
Las familias pueden aportar ADN en el cementerio onubense de La Soledad hasta finales de agosto, sin intermediarios.
La Universidad de Granada lidera una exhumación clave en uno de los escenarios más oscuros de la represión franquista.
Las investigaciones memorialistas sitúan en más de diez mil las personas asesinadasy repartidas en más de un centenar de fosas comunes, señalando al cementerio de La Soledad como el lugar donde reposan al menos mil cuatrocientas treinta y siete víctimas.
Lunes, 28 de julio de 2025. En el cementerio de Nuestra Señora de la Soledad de Huelva se desarrolla este verano una campaña de exhumaciones que busca localizar e identificar a las víctimas de la represión franquista enterradas en fosas comunes. Los trabajos, dirigidos por un equipo de la Universidad de Granada, se prolongarán hasta finales de agosto y permiten que los familiares interesados entreguen directamente muestras de ADN y testimonios sin necesidad de cita previa. La recogida se realiza en el propio cementerio, de lunes a viernes, entre las siete de la mañana y las tres de la tarde. Para quienes necesiten más información, el equipo atiende en el teléfono 744 768 295 y en el correo equipohuelvasoledad@gmail.com.
La provincia de Huelva fue escenario de una represión sistemática desde el verano de 1936. Las investigaciones memorialistas sitúan en más de diez mil las personas asesinadas, repartidas en más de un centenar de fosas comunes, y señalan al cementerio de La Soledad como el lugar donde reposan al menos mil cuatrocientas treinta y siete víctimas, de las que poco más de mil cien están identificadas. En el sector San Juan se concentran los enterramientos de quienes fueron ejecutados en los primeros meses del golpe, durante el llamado terror en caliente, cuando las autoridades militares ampararon fusilamientos sin juicio y sepulturas anónimas en las zonas de caridad del camposanto. A ellas se sumaron las muertes en prisión y las ejecuciones tras consejos de guerra, cuyos cuerpos fueron ocultados en otros patios del cementerio, especialmente en el sector San Marcos.
Los trabajos actuales dan continuidad a las intervenciones de 2021 y 2024, cuando se localizaron y exhumaron cuerpos con signos evidentes de muerte violenta. El equipo que dirige el profesor Francisco Carrión, responsable del proyecto Barranco de Víznar, y el arqueólogo Daniel Quiroga, con experiencia en las exhumaciones del cementerio de La Salud de Córdoba, ha abierto ahora nuevos sondeos en el Patio Segundo del sector San Juan. Los especialistas esperan recuperar más de un centenar de restos, que serán analizados genéticamente para intentar poner nombre a quienes llevan casi noventa años en el anonimato.
La colaboración ciudadana no es un gesto simbólico, es la pieza clave para que el trabajo científico pueda cumplir su objetivo. Cada muestra de saliva, cada testimonio familiar, cada recuerdo aportado permite avanzar en la identificación de las víctimas y en la reconstrucción de sus biografías. Sin esa implicación, los restos recuperados seguirán siendo números sin historia, huesos sin nombre.
La intervención en La Soledad no es un trámite aislado. Forma parte de un proceso de restitución de memoria que Andalucía arrastra con retraso y que solo avanza gracias a equipos que, como el de la Universidad de Granada, acumulan años de trabajo en escenarios donde el franquismo dejó su huella más brutal. En Huelva, donde la represión alcanzó niveles difíciles de asimilar, esta campaña ofrece a las familias la posibilidad de cerrar heridas y de devolver dignidad a quienes les fue arrebatada.
La llamada está hecha y no hay intermediarios: basta con acudir al cementerio, hablar con los arqueólogos y dejar una muestra de ADN. Cada aportación puede ser la clave para recuperar una identidad perdida y para escribir, por fin, la historia completa de quienes fueron condenados al olvido.