Félix González: “La memoria no debe ser un ancla al pasado, sino una brújula hacia el futuro”

Félix González: “La memoria no debe ser un ancla al pasado, sino una brújula hacia el futuro”

Así lo afirma este miembro de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de La Palma (ARMHLP) tras la inauguración del monumento del Pino del Consuelo que, como símbolo de justicia y reparación, se realizó ante la presencia de familiares y autoridades

Este jueves se ha inaugurado el monumento en el Pino del Consuelo, un lugar donde están muy presentes memoria y dolor. ¿Qué significa para la Recuperación de la Memoria Histórica de La Palma (ARMHLP) este día?

Todo ha sido muy emotivo y cargado de simbolismos. Muy cerca de allí, de la sombra de ese inmenso pino, se han encontrado ya trece hombres, víctimas de aquella atroz represión franquista. Ese monumento es un abrazo a ladignidad, un lugar para tener presente que nunca más se silencie a quienes como ellos fueron arrancados de sus hogares y arrojados al olvido. Este monumento será en sí mismo una referencia de memoria activa.

Hablaba de 2006, cuando la Asociación inició su actividad. ¿Cómo fueron aquellos comienzos y qué balance hacen?

Fueron años de trabajo discreto, muchas veces incomprendido, siempre acompañado por la esperanza de los familiares. Desde entonces hemos conseguido exhumar ocho individuos en la isla, que sumados a los cinco recuperados en 1994 hacen un total de trece. Todo gracias a los lugares señalados por la tradición oral. La zona de Fuencaliente, y en particular el Pino del Consuelo, se ha convertido en el epicentro de esta historia: un lugar de desaparición, de duelo y ahora también de memoria.

El acto de este jueves ha sido arropado por varias instituciones. ¿Qué papel han tenido en la materialización de este monumento?

Un papel absolutamente imprescindible. Aquí han convergido cuatro administraciones: el Gobierno de España, el Gobierno de Canarias, el Cabildo de La Palma y el Ayuntamiento de Fuencaliente. Cada una de las cuales ha asumido su parte de la responsabilidad: el Gobierno Central, mediante el Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática, está aportando una significativa financiación que hará posible continuar con las excavaciones; la Consejería de Presidencia del Gobierno de Canarias, ha costeado las obras de acondicionamiento de este monumento que ya es una realidad; el Cabildo Insular de La Palma, a través de su Consejería de Infraestructuras, ha impulsado por su parte el acondicionamiento del entorno, la protección del pino y la accesibilidad ; y a su vez, el proyecto técnico fue elaborado por el Ayuntamiento del municipio donde se encuentra el enclave: Fuencaliente. Ha sido todo posible gracias a un esfuerzo muy bien coordinado demostrando que la memoria democrática debe ser una tarea tanto compartida como colectiva.

¿Y qué significa este monumento para los familiares de las víctimas?

Tener un lugar accesible y cuidado donde honrar y recordar a sus seres queridos y poder visitar donde fue su última parada. Muchas todavía no saben dónde están quienes perdieron, y ese dolor, que no ha podido ser ni siquiera tratado como exigen los rituales de nuestra cultura, emocionalmente no prescribe nunca. Aquel espacio, con su placa y su dignidad en recuperación, supone un reconocimiento a sus ausencias y, aunque tardío y nunca suficiente, un gesto de justicia. También ha supuesto un homenaje a mujeres como Aralda Rodríguez, que como ella dedicaron su vida a la búsqueda, En su caso de su padre asesinado. Ella, que fue presidenta de esta Asociación hasta su fallecimiento, como tantas madres, hijas y hermanas, sostuvo la memoria cuando el silencio oficial era la norma.

Usted mismo tiene una historia personal muy vinculada a esta causa.

Sí. Para mí no es solo una labor asociativa, es un compromiso íntimo. Mi tío abuelo, Félix Ferraz Vergara, fue asesinado en 1936 por haber tenido un gesto de humanidad: llevar comida a quienes huían de la represión. Tenía entonces apenas 23 años. Se lo llevaron a punta de fusil delante de sus padres, y aún lo buscamos. Es una historia que ha atravesado mi vida y me recuerda a menudo que lo personal es político: que detrás de cada nombre hay una pena en su familia, una silla que quedó vacía en las cenas. Una madre que murió esperando a su hijo.

Ha mencionado nombres clave como Félix Ferraz o Aralda Rodríguez, pero también queremos recordar a investigadores como Alfredo Mederos. ¿Qué aportó a este camino?

Alfredo fue un hombre íntegro, un científico y un humanista. Lo recordamos subiendo la loma del Pino del Consuelo, observando en silencio el hueco donde aparecieron los restos. Su indignación ante la indiferencia o el desprecio fue siempre firme, nunca agresiva. Nos enseñó que la memoria se defiende con respeto y con dignidad. Él es parte de este legado.

La consejera Nieves Lady Barreto recordó que en 1994 allí se realizó la primera exhumación judicial de represaliados en España. ¿Sienten que La Palma ha sido pionera en esta lucha?

Sin duda. En 1994, aquí comenzó un camino que hoy recorre toda España. La Palma fue pionera y hoy vuelve a marcar un hito. Este monumento no es un final, es un comienzo: queda mucho por excavar, por identificar, por devolver a sus familias. Pero hoy podemos decir que este lugar ya no es solo un punto de desaparición, sino también un espacio de memoria democrática.

¿Qué mensaje le gustaría dejar a las nuevas generaciones que hoy ven este monumento?

Que la memoria no es un ancla al pasado, sino una brújula hacia el futuro.Que recordar es resistir, y resistir es a la vez garantizar que nunca más se repita aquella barbarie. Que este pino, que fue testigo del dolor, ahora sea símbolo de dignidad y esperanza. Y que sepan que cada nombre que hoy pronunciamos con respeto es un acto de justicia.

Para cerrar, si tuviera que resumir el acto de este jueves en tres palabras, ¿cuáles serían?

Memoria. Justicia. Dignidad. Y también decir algo más: que hoy, al descubrir esta placa, retumbó en quienes estábamos presentes la voz de Primo Levi: “Si comprender es imposible, conocer es necesario, porque lo que sucedió puede volver a suceder”. Esa frase quedará allí, junto al Pino del Consuelo, como un recordatorio eterno del sentido que tiene este trabajo que venimos haciendo. No señala solo la historia: es también una advertencia y un compromiso con las generaciones que vienen.

Todos (...) los Nombres_