Fran Hidalgo. Propuesta para la creación de una «Red de docentes por la Memoria Histórica en Andalucía»

Propuesta para la creación de una «Red de docentes por la Memoria Histórica en Andalucía»

Fran Hidalgo / Foro por la Memoria del Campo de Gibraltar y Asociación Casa de la Memoria

febrero 2022

En poco menos de un año se cumplirá el 91 aniversario de la proclamación de la IIª República española. Aquel acontecimiento permitió la irrupción de un caudal político, social, cultural y educativo como no se conocía en España. Realmente, el país y sus gentes se encaminaban hacia el proceso modernizador que a lo largo del siglo XIX había sido constantemente interrumpido por una parte de la oligarquía nacional y extranjera. Los sectores de la burguesía más progresista, encabezada por la intelectualidad republicana, se aliaron con los segmentos populares y obreros en una coalición de intereses plural que, con luces y sombras, con acercamientos y distancias, planteó un horizonte basado en las premisas del republicanismo más genuino: «libertad, igualdad y fraternidad».

Los diferentes gobiernos republicanos tuvieron que constituir y consolidar el nuevo régimen en una agitada coyuntura internacional, marcada por la crisis iniciada en 1929 y el auge del nazismo y el fascismo en otros rincones del continente europeo. Por otra parte, la República tuvo que enfrentar los problemas estructurales que azotaban al país: la cuestión social y agraria, el desempleo, el analfabetismo, la propia articulación territorial del Estado, y el papel de la Iglesia, entre otros muchos.

Aquel intento de modernización democrática, sin embargo, terminó después de una larga y sangrienta guerra iniciada por una parte del Ejército y la élite económica financiera y terrateniente, junto con las facciones más reaccionarias de la derecha y extrema derecha del país. Tampoco faltaron a la cita los gobiernos de Berlín y Roma, estrechos aliados de los golpistas. A pesar de los esfuerzos de los integrantes del Frente Popular y de los sectores más avanzados de la sociedad española, el primero de abril de 1939 el gobierno republicano fue formalmente derrotado. Terminaba la guerra, pero no la violencia. A partir de entonces, los vencedores construyeron un régimen dictatorial donde el uso de la represión política y la violencia contra los opositores se convirtieron en algo cotidiano. En palabras de Paul Preston, se cometió un terrible «holocausto». Buena muestra de ello son los decenas de miles de compatriotas desaparecidos y enterrados en fosas comunes.

Durante los oscuros años de la Dictadura franquista, los españoles vivieron bajo el terror, la falta de libertades, la miseria y el subdesarrollo más absoluto. Al mismo tiempo, el franquismo ensalzó los valores fundacionales del régimen y a sus promotores con todo tipo de actos, homenajes y un amplio repertorio memorial-educativo del que todavía quedan numerosos restos. En cambio, a los vencidos y sus familiares se les obligó a borrar su pasado, en el mejor de los casos, y a purgar sus «pecados» y «culpas» con multas, despidos, años de cárcel o la propia muerte. Los vencedores elaboraron un relato funcional a sus intereses, y durante cuarenta años adoctrinaron a generaciones de españoles en las ideas de la «Cruzada Nacional de Liberación». En definitiva, el franquismo manipuló, mitificó y propagó su propia historia de España por medio de una particular memoria histórica no democrática.

Casi cuarenta años después, con la muerte del dictador Francisco Franco, las contradicciones por las que atravesaba el franquismo se intensificaron. El proceso de Transición se abría paso, y con mayor o menor fortuna, el pueblo español constituyó un régimen de monarquía parlamentaria. A pesar de ello, o precisamente a causa de ello, los poderes políticos, sociales y culturales, con el amparo de la Ley de Amnistía de 1977, instalaron con éxito una especie de amnesia colectiva sobre los acontecimientos pasados. Se hizo borrón y cuenta nueva, hasta el punto de que el estudio y la divulgación de la historia reciente de España quedó reducido a un pequeño círculo de investigadores.

Como resultado, varias generaciones de españoles, educados en las décadas de los ochenta, noventa y dos mil, han crecido sin la oportunidad de conocer con rigor y profundidad los hechos históricos sobre los que se funda nuestro presente, esto es, la IIª República, la Guerra, la Dictadura franquista y, también, la no menos convulsa Transición. Naturalmente, lo que podemos denominar «hurto del conocimiento histórico» a cientos de miles, millones, de españoles, es fruto de un diseño planificado y perfectamente ejecutado por los aquellos defensores del legado de la Transición.

En la actualidad, a la luz de numerosas obras académicas se está produciendo una relectura de los sucesos ocurridos durante los años del cambio político. Estas nuevas aportaciones, cada vez menos novedosas, ponen en entredicho el relato edulcorado y mitificado sobre la Transición, enlazando lo ocurrido con la propia Dictadura y los crímenes ocurridos en esta. Esto, junto la insobornable actividad del movimiento memorialista, ha permitido que en los últimos 15 años, pero sobre todo desde 2007,  los trabajos de recuperación y difusión de la memoria histórica en nuestro país hayan avanzado de manera considerable.

A pesar de los resultados, todavía queda pendiente una de las asignaturas más importantes: poner en marcha un programa educativo transversal e interdisciplinar capaz de formar a las generaciones más jóvenes en memoria histórica y cultura democrática. Porque, precisamente, el objetivo último de esta labor consiste en crear ciudadanos conocedores de su pasado para desenvolverse críticamente en su presente.

  • Fundamentación legislativa

A día de hoy, existe una nutrida colección normativa que ampararía los objetivos de la «Red de docentes por la Memoria Histórica en Andalucía». A modo de esquema, destacamos las siguientes:

Ley 52/2007, de 26 de diciembre, por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura.

El texto de la ley, en su parte introductoria, acuerda lo siguiente

(…) En este sentido, la Ley sienta las bases para que los poderes públicos lleven a cabo políticas públicas dirigidas al conocimiento de nuestra historia y al fomento de la memoria democrática.(…) No es tarea del legislador implantar una determinada memoria colectiva. Pero sí es deber del legislador, y cometido de la ley, reparar a las víctimas, consagrar y proteger, con el máximo vigor normativo, el derecho a la memoria personal y familiar como expresión de plena ciudadanía democrática, fomentar los valores constitucionales y promover el conocimiento y la reflexión sobre nuestro pasado, para evitar que se repitan situaciones de intolerancia y violación de derechos humanos como las entonces vividas.

Por otra parte, en el punto 2 del artículo 1, donde se fija el objeto la ley, se recoge lo siguiente

2. Mediante la presente Ley, como política pública, se pretende el fomento de los valores y principios democráticos, facilitando el conocimiento de los hechos y circunstancias acaecidos durante la Guerra civil y la Dictadura, y asegurando la preservación de los documentos relacionados con ese período histórico y depositados en archivos públicos.

Ley 2/2017, de 28 de marzo, de Memoria Histórica y Democrática de Andalucía.

En la exposición de motivos de la citada ley, se declara que

(…) En este sentido, es imprescindible recordar y honrar a quienes se esforzaron por conseguir un régimen democrático en Andalucía, a quienes sufrieron las consecuencias del conflicto civil, a quienes lucharon contra la Dictadura franquista en defensa de las libertades y derechos fundamentales de los que hoy disfrutamos y a quienes lucharon por alcanzar nuestra autonomía. Por lo tanto, la memoria del pasado y la pedagogía social cara al futuro son factores de identidad política y de orgullo para Andalucía.

Igualmente, hay que tener en cuenta que el movimiento asociativo en nuestra comunidad autónoma ha desempeñado un papel fundamental en el mantenimiento y la reivindicación de la Memoria Democrática de Andalucía, jugando un papel crucial en las actuaciones memorialistas en nuestra tierra y en recordar a las instituciones su deber con respecto a la ciudadanía. Ha sido, en gran parte, el impulso que desde la sociedad civil se ha dado el que ha llevado a que los poderes públicos asuman como propias las políticas relativas a la Memoria Democrática, como políticas públicas encaminadas a la defensa de los derechos ciudadanos. (…)

Por otra parte, encontramos lo siguiente en el articulado de la norma

Artículo 47. Actuaciones en materia de enseñanza.

1. Para fortalecer los valores democráticos, la Consejería competente en materia de educación incluirá la Memoria Democrática en el currículo de la educación primaria, de la educación secundaria obligatoria, del bachillerato y de la educación permanente de personas adultas. Los contenidos deberán basarse en las prácticas científicas propias de la investigación historiográfica.

2. Con el objetivo de dotar al profesorado de herramientas conceptuales y metodológicas adecuadas, la Consejería competente en materia de educación incorporará a los planes de formación del profesorado la actualización científica, didáctica y pedagógica en relación con el tratamiento escolar de la Memoria Democrática de Andalucía.

3. Asimismo, se impulsará en colaboración con las universidades andaluzas la incorporación de la Memoria Democrática en los estudios universitarios que proceda.

Ley 17/2007, de 10 de diciembre, de Educación de Andalucía

Entre los muchos objetivos que se marca la ley, encomienda al sistema educativo andaluz los siguientes

i) Promover la adquisición por el alumnado de los valores en los que se sustentan la convivencia democrática, la participación, la no violencia y la igualdad entre hombres y mujeres.

j) Promover la cultura de paz en todos los órdenes de la vida y favorecer la búsqueda de fórmulas para prevenir los conflictos y resolver pacíficamente los que se produzcan en los centros docentes.

k) Estimular en el alumnado la capacidad crítica ante la realidad que le rodea, promoviendo la adopción de actitudes que favorezcan la superación de desigualdades.

  • Objetivos y tareas

La «Red de docentes por la memoria histórica en Andalucía» se constituye para cubrir los siguientes objetivos:

  • Esclarecer qué elementos del currículum educativo andaluz, con independencia de la enseñanza y materia concreta, encajan con los siguientes períodos: IIª República, Guerra Civil, Dictadura franquista, Transición y, proceso de construcción autonómica en Andalucía. Defender la inclusión de la Memoria Histórica como tema transversal e interdisciplinar en todos los niveles del currículum educativo no universitario. 
  • Elaborar un repertorio de materiales y recursos didácticos interdisciplinares.
  • Recopilar todos aquellos materiales y recursos didácticos ya existentes.
  • Crear un repositorio para almacenar todos los materiales y recursos didácticos y ponerlos al servicio de la comunidad educativa andaluza.
  • Analizar el tratamiento de la Memoria Histórica en los manuales escolares y denunciar aquellos donde se distorsionen o tergiversen los hechos del periodo histórico. 
  • Elaborar una agenda de asociaciones, entidades y personas dedicadas a la investigación y divulgación de la Memoria Histórica. Incluir en la agenda a todas aquellas personas que posean un testimonio acorde a la enseñanza de la Memoria Histórica.
  • Registrar un calendario de efemérides para trabajar la Memoria Histórica en los centros.
  • Promover actividades complementarias y extraescolares para trabajar la Memoria Histórica entre los escolares andaluces. Contar para tal fin con las asociaciones y entidades memorialistas locales, provinciales y regionales existentes.
  • Potenciar la visita y conocimiento de los lugares de memoria y aquellos centros de interpretación memorialista, como la Casa de la Memoria de la Sauceda, en Jimena de la Frontera.
  • Desarrollar un programa de formación y sensibilización en Memoria Histórica destinada a los docentes andaluces de todas las etapas educativas no universitarias. Para completar esta tarea, buscar coordinación con los Centros de Formación del Profesorado ubicados en la geografía autonómica.

Para poder cumplir estos objetivos, es preciso dotarnos de una estructura mínima que permita conjugar capacidad de actuación, eficacia y soporte material. No se trata, por el contrario, de establecer una asociación compleja y excesivamente burocrática. En suma, debemos potenciar una red de contactos y órganos de participación flexibles con los que el profesorado dispuesto a colaborar pueda hacerlo de forma cómoda, clara y satisfactoria.

En base a ello, consideramos que para iniciar la andadura de esta «Red de docentes por la Memoria Histórica en Andalucía» podríamos dar los siguientes pasos:

  • Reunión de constitución inicial en la provincia de Cádiz. Convocar una reunión virtual para aquellas personas interesadas en el proyecto o con interés por conocerlo. De esta reunión saldría el grupo inicial de colaboradores de la red.
  • Elaborar un mapa de los centros en que operaría la Red.
  •  Crear un instrumento de comunicación para la Red.
  • Comunicar a las direcciones educativas de los centros, a la propia administración y otras entidades, públicas y privadas, el nacimiento de la red, con la petición expresa de que informen a sus allegados sobre los propósitos de la Red y la posibilidad de asociación a la misma.

Entre las muchas tareas que este documento marca, la principal es abrir un espacio estable en el que docentes de toda la geografía andaluza, de diferentes materias y adscritos a las más variadas etapas educativas, puedan construir una línea de intervención pedagógica orientada a llevar la memoria histórica a las aulas. Con independencia de lo que dicte la norma, estamos ante una exigencia moral. Es de justicia que el alumnado andaluz sea formado para su correcta participación en la sociedad. Y el conocimiento histórico y la memoria son pilares centrales de este propósito.

Una sociedad democrática, con justicia social e igualdad necesita de hombres y mujeres libres. Por ellos, el trabajo que exponemos. No podemos fallarles ni fallarnos.

Todos (...) los Nombres_