Ayuntamientos de ciudades como A Coruña, Santiago, Pontevedra y Vigo, gobernadas desde hace años por PSOE y BNG, mantienen elementos conmemorativos contrarios a la ley de memoria democrática

- Juan Oliver/ A Coruña–
Francisco Franco y la dictadura que instauró y lideró durante casi 40 años en España siguen contando en Galicia con centenares de elementos simbólicos que recuerdan y homenajean aquella época. Se mantienen contraviniendo la ley de memoria democrática, en muchos casos, paradójicamente, gracias a instituciones gobernadas hoy por los partidos de izquierda que impulsaron la norma que los prohíbe.
“Es una auténtica vergüenza” sostiene Manuel Monge, historiador, exconcejal del BNG en el Ayuntamiento de A Coruña y expresidente de la Comisión pola Recuperación da Memoria Histórica en esa ciudad. En A Coruña, gobernada ininterrumpidamente por la izquierda desde 2015 –Marea Atlantica entre 2015 y 2019 e Inés Rey (PSOE) desde entonces–, subsisten según Monge más de 500 símbolos del franquismo.
Hay 30 nombres de franquistas en el callejero coruñés, cuatro de ellos como denominación de centros públicos de enseñanza. Una treintena de personalidades del régimen siguen manteniendo títulos de hijos adoptivos o predilectos o medallas de honor del Ayuntamiento y la Deputación Provincial concedidas durante la dictadura. Entre ellos, Manuel Fraga, fundador del PP y presidente de la Xunta entre 1990 y 2005, pero quien fue ministro de Franco y recibió esos honores como figura relevante de la tiranía.
Además, permanecen 14 símbolos franquistas en dependencias del Ministerio de Defensa en A Coruña, donde hay 386 placas en 116 calles con el yugo y las flechas de Falange Española, la formación fascista fundada por José Antonio Primo de Rivera que Franco instauró como partido único en España y que sirvió de alimento ideológico del régimen.
Primo de Rivera, alcalde honorario de A Coruña
El padre del fundador de falange, Miguel Primo de Rivera, presidente del consejo de ministros durante la dictadura militar entre 1923 y 1930, sigue siendo alcalde honorario de la ciudad. Su retrato cuelga en el salón de recepciones de la Alcaldía, junto a los de otras figuras vinculadas al golpe de Estado de 1936 como como José Calvo Sotelo, Severiano Martínez Anido y Mario Muslera y Planes.
“Cuando van a cumplirse 50 años de la muerte de Franco, sólo en la provincia de A Coruña se conservan 680 símbolos en 41 ayuntamientos, lo que además de ser una ilegalidad, supone un desprestigio de las instituciones democráticas, una ofensa y humillación para las víctimas y una vergüenza para Galicia”, subraya Monge.
En Santiago, la capital autonómica, gobernada por la marea Compostela Aberta entre 2015 y 2019, por el PSOE entre 2019 y 2023 y desde entonces por el BNG con Goretti Sanmartín de alcaldesa, hay otros 65 elementos contrarios a la ley de memoria democrática en calles e inmuebles que dependen del Ayuntamiento. Entre ellos, el homenaje a José Antonio Primo de Rivera labrado sobre la piedra de uno de los frontones de la praza da Quintana, frente a la catedral y en una de las zonas más visitadas de la ciudad.
El pleno municipal aprobó en 2010 una moción del BNG para iniciar los trámites para eliminar esa inscripción, que 15 años después sigue presidiendo un espacio emblemático de la capital de Galicia. En febrero de 2017 el Ayuntamiento acordó también “retirar escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de ensalzamiento de la dictadura franquista“, y en julio de 2018, suprimir distinciones honoríficas a nueve ministros de la dictadura. Seis anos después, según Monge, 23 ministros de Franco siguen dando su nombre a calles de Santiago y conservan medallas y distinciones como hijos adoptivos o predilectos de la ciudad.
Militares golpistas homenajeados
Según las asociaciones memorialistas, la Deputación de A Coruña, que gobiernan PSOE y BNG, tien 37 elementos contrarios a la ley de memoria, entre ellos las declaraciones de hijos adoptivos de la provincia de cuatro militares golpistas –Enrique Cánovas Lacruz, Florentino González Vallés, Luis Tovar Figueras y Pablo Martín Alonso–. Ferrol, la ciudad natal de Franco, gobernada por la marea Ferrol en Común entre 2015 y 2019, por el PSOE entre 2019 y 2023 y ahora por el PP, conserva otros 63 símbolos, varios de ellos en el museo naval de la localidad adscrito al Ministerio de Defensa.
Vigo, la mayor ciudad de Galicia y donde el socialista Abel Caballero gobierna desde hace 18 años –entre 2007 y 2015 con apoyo del BNG y desde entonces con mayoría absoluta–, conserva cuatro calles y siete títulos de honor a próceres del franquismo –entre ellos Antonio Pedrosa Latas, fundador de Falange en Lugo, Eduardo González-Gallarza Iragorri, militar falangista y ministro del Aire en los años cuarenta, y los obispos franquistas Leopoldo Eijo y Garay y José López Ortiz–; además de seis monumentos, como la Cruz do Castro, levantada en la ladera de un monte situado justo frente al Ayuntamiento, promovida por Falange e inaugurada por el propio Franco en 1961.
En Pontevedra, donde el BNG se mantiene en la Alcaldía desde hace 25 años con mandato de Miguel Anxo Fernández Lores, se han retirado nombres franquistas del callejero y elementos simbólicos como placas en honor al dictador y la medalla de oro que el Ayuntamiento de la ciudad le otorgó en 1944. Pero según las asociaciones memorialistas aún permanecen una veintena de calles, medallas y títulos de hijo adoptivo o predilecto en favor de militares golpistas o personalidades relevantes de la dictadura, como Rafael Picó Cañeque, sublevado contra la República; Pío Cabanillas Gallas, ministro de Información y Turismo de Franco, y Ángel Ramírez de Cartagena, combatiente en la División Azul junto a las tropas de Hitler, entre otros.
Además, se conserva una cruz en honor a los franquistas caídos en la guerra civil al final de la avenida Montero Ríos; un escudo preconstitucional en la entrada de la Audiencia Provincial y otro en la antigua delegación del Ministerio de Información y Turismo; una placa con el yugo y las fechas en la sede del Ministerio de Hacienda y otra en la iglesia de San Benitiño de Lérez, a cuya romería, declarada de interés turístico en 1998, acuden cada año miles de visitantes.
PSOE y BNG en la Deputación de Pontevedra
Al igual que en el Ayuntamiento, el Gobierno de coalición entre el PSOE y el BNG que gobernó la Deputación de Pontevedra desde 2015 –cuando la socialista Carmela Silva le ganó la presidencia a Rafael Louzán (PP), hoy presidente de la Federación Española de Fúbtol– suprimió buena parte de la simbología franquista de la institución. En 2016, el Bloque y el PSOE aprobaron eliminar todos los elementos y reconocimientos de la dictadura, incluido el título de presidente perpetuo del organismo que le fue concedido a Franco en 1952.
También se celebraron actos de desagravio en homenaje a los cargos públicos y trabajadores de la Deputación represaliados por el tirano, y se concedieron ayudas a una decena de ayuntamientos para que eliminaran restos de la simbología franquista en cumplimiento de la ley de memoria democrática. Sin embargo, ocho personas vinculadas al golpe de Estado de 1936, a la represión y a la dictadura, siguen contando con títulos y medallas honoríficas de la provincia de Pontevedra, que el nuevo presidente, Luis López Diéguez, del PP, no parece dispuesto a retirar.



