Granada. El pozo de Federico García Lorca

La búsqueda final comenzará el día 17 con un presupuesto de 15.000 euros

El Mundo | Ildefonso OImedo | 02-11-2014

Escrito está que fue en Granada, a las afueras, en un barranco. Alumbrados por la luz de un coche, cuando aún no amanecía en aquella destemplada madrugada de verano del 36, con el termómetro marcando 16 grados, siete hombres en pelotón, con pistolas Astra y fusiles Mauser, dieron “dos tiros en la cabeza al cabezón”. El grito fanfarrón del medio primo de Federico García Lorca, el pistolero Antonio Benavides Benavides, propagaría enseguida cómo murió el poeta. Un porqué lo añadiría con mayor desprecio aún un compinche del maldito pariente: “Dos tiros en el culo por maricón”. Después silencio, impunidad, medias verdades. Y una fosa nunca encontrada. ¿Dónde escondieron el cuerpo? ¿Sigue junto al maestro Dióscoro y los anarquistas Galadí y Arcollas?

La imagen es a color. Han pasado 78 años y retrata la tierra del viejo pozo donde, esta vez parece la definitiva, termina la búsqueda. Mírenla bien en esta página: es la foto tomada por un georradar GSSI modelo SIR 3000 (con antena de 400 MHZ de frecuencia central) de la tierra donde fueron arrojados los restos del poeta y sus tres compañeros de tragedia. La foto de la fosa de Lorca. Rodeada por un entorno color violeta oscuro, que representa la tierra nunca removida, una secuencia de verdes, amarillos y rojos perfila dos hondonadas. Dos “anomalías detectadas”, según la terminología del informe geofísico que firma el catedrático Francisco García, el retratista. La hondonada grande tiene 5,5 metros de largo, 1,5 de ancho y se mete tierra abajo dos metros. La pequeña, esa leve sombra de color en forma de triángulo invertido, mide 1×1 metros y 80 centímetros de profundidad. “Cuando echaron los cuatro cuerpos al pozo, los socialistas y masones obligados a hacer de enterradores sacaron de allí al lado, excavando, la tierra para cubrir a los muertos…”. La arena gris de la que murmuraban los testigos de la matanza.

La última verdad de Federico está a punto de salir de la tierra. La excavación, este viernes santificada por la Junta de Andalucía en rueda de prensa, llevará pronto a arqueólogos, historiadores y forenses al lugar de siempre, y nunca hallado. Al barranco de Víznar en Alfacar, en Granada. A los llanos de Corbera o Peñón Colorado. Al campo de instrucción para las milicias de Falange. A la plaza de armas usada por las tropas al mando del capitán Nestares de las que saldría el piquete de la infamia… A esa misma explanada en la que, mientras duró la Guerra Civil, pasaron revista a las tropas desde Queipo de Llano (1937) a Pilar Primo de Rivera (1938). Hasta misas de campaña hubo sobre la tierra ensangrentada.

El lugar de siempre. Es la verdad que la propia hermana del poeta dijo y nadie quiso mirar, cuando intentaron hacer del baldío un terreno de fútbol. Palabra de Isabel García Lorca, en carta del 13 de octubre de 1998 que tuvo eco hasta en The New York Times: “Ha llegado a mis oídos el plan que tiene el ayuntamiento de Alfacar, que usted [Juan Caballero Leyva, alcalde] preside, de hacer un campo de fútbol justo donde fueron a caer miles de hombres asesinados, muchos de ellos correligionarios suyos, socialistas. También está ahí mi hermano, Federico García Lorca… Piensen hasta dónde arrastran el nombre ya famoso de aquel lugar, conocido porque allí reposan los restos de Federico”. Junto a un árbol, sí.

Con esa brújula –“allí reposan los restos de Federico”-, hasta allí se apresta ya a la búsqueda final un pelotón desarmado. Hasta un miembro de la Real Academia Británica se ha sumado. Y al frente, Miguel Caballero, el investigador lorquiano que ya fue capaz de poner nombre, en su libro Las 13 últimas horas en la vida de Federico García Lorca (Ed. La Esfera, 2011), al pelotón secreto de siete hombres que fusiló al poeta, a un maestro con muletas y a dos banderilleros anarquistas en el paraje del Peñón Colorado. “Según los que lo enterraron, Federico era el segundo por la izquierda”, que dijo en 1970 el capitán Nestares a Eduardo Molina Fajardo, el falangista y director del diario Patria autor de Los últimos días de García Lorca.

“LA CORRUPCIÓN SALVÓ LA FOSA”

Ahora, Caballero, flanqueado por el arqueólogo Javier Navarro y el catedrático de geofísica Francisco García, cree tener cerrado el círculo. La foto telúrica del georradar casa como un guante con los testimonios orales y documentales recabados en décadas de pesquisas. Con un secreto añadido más. “La corrupción salvó la fosa de Federico”, lanza Caballero para explicarse enseguida. Investigando el intento de campo de fútbol con el que el Ayuntamiento de Alfacar quiso a finales de los 80 dar provecho a aquellos llanos, el granadino dio con dos verdades más. Una, la carta inequívoca de la hermana del poeta; dos, los documentos del escándalo que finalmente paralizó el proyecto deportivo. “Se vertió tierra, pero nunca se abrieron las zanjas de 70 centímetros de profundidad proyectadas para el drenaje del campo… Por eso digo que chanchullos y extrañas adjudicaciones de obra impidieron, fíjate lo que son las cosas, que se destruyera sin remedio la fosa de Lorca”.

Como en una matriusca rusa, los restos del poeta de Fuente Vaqueros se ocultarían bajo dos sepulturas sucesivas. Los pozos donde arrojaron los cuerpos de los paseados, aquel suelo de 1936, está a su vez “cubierto con materiales de relleno que alcanzan una potencia de dos metros”, se dice en el informe de los promotores de la nueva búsqueda para convencer a la Junta de Andalucía y lograr el plácet, ya dado.

A Caballero le tocó la labor de verificación histórica y documentación gráfica de los hechos y testimonios que, expurgados con el paso del tiempo y las muchas mentiras dichas, conduce a las coordenadas [UTM: X=451.352,42; Y= 4.121.789,60 (37º 14′ 28.93” de latitud N y 3º 32′ 54.55” de longitud W)] en las que el georradar ha retratado la “anomalía en forma de cubeta”. Dicho a ras de suelo: “Pasado el puentecillo, veinticuatro pasos y a la izquierda… Ahí está la fosa”.

Lo dice Caballero y también, metro arriba metro abajo, el tercer hijo del capitán Nestares, Fernando José Nestares García-Trevijano, hoy octogenario y general retirado. En los 70, contó al propio Caballero, visitó el paraje Peñón Colorado con tres de los miembros del piquete de ejecución. Dos que no quiso mentar y “ese tipo con vocación para asesinar” que fue Antonio Benavides, el pariente lejano de Lorca emparentado con la familia de La casa de Bernarda Alba. El de la vomitona: “Le he dado dos tiros en la cabeza al cabezón”…

Ahora hablará la tierra. Mientras, habrá quien recite para adentro aquel verso de Poeta en Nueva York (1930) “Destrozaron tres esqueletos/ para arrancar sus dientes de oro…/ Ya no me encontraron”, o quien prefiera, acordándose de sus verdugos, aquel otro del mismo poemario que el granadino escribió y tachó: “Y me ofrezco a ser devorado por campesinos españoles”. Así fue. Hijo de jornaleros era Mariano Ajenjo Moreno, jefe del piquete. También sangre de campo corría por las venas de Antonio Benavides, pariente del padre de Lorca torcido antes en la guerra de Marruecos, en la toma del monte Gurugú… Aquí, estallada la guerra, sembraba el terror como miembro de las terribles escuadras negras. Por eso, este falangista habilitado apenas un mes antes como guardia de asalto estaba bravucón al pie del pozo la madrugada del 17 de agosto de 1936.

La luna, oculta por las nubes, cruzaba el cielo en cuarto menguante. Dicen que Federico iba en pijama. Enfrente, Mariano, Benavides, Salvador Varo Leyva, Antonio Hernández Jiménez, Juan Jiménez Cascales, Fernando Correa Carrasco y Fernando Moles Peretrina. Todos de la escuadra Alfaguara. Seis hombres sin piedad y uno con remordimientos, el experto tirador con pistola y fusil Cascales. “Esto no es para mí, no”, era su lamento cuando le convocaban a fusilar. Dicen que aquel “buen hombre” terminaría loco la batalla fratricida.

¿Y los “tres esqueletos” premonitorios? Junto a Lorca fueron fusilados y arrojados al pozo el maestro republicano Dióscoro Galindo González y los banderilleros anarquistas Francisco Galadí Melgar y Joaquín Arcollas Cabezas. Sobre todos ellos, antes que la tierra, quedó la muleta. Un testimonio más reunido por Caballero: “Era algo así como un pozo alargado… pero con forma de pozo, de haber sacado de allí tierra gris… Encima de ellos estaba la muleta [del maestro Dióscoro]”. Y aún más: “Sí , la muleta la tenían, encima de ellos… Estará ya podrida”.

También recoge el investigador lorquiano, por si quienes se malician que Lorca fue removido de su sepultura apuntaran verdad, unas palabras del agricultor y panadero Espigares lanzadas en 1970. A saber, que una señora, con autorización del Gobierno Civil, fue allí -a los pozos- a retirar restos de una fosa, y que en el pueblo de Alfacar se supuso que eran los de Federico García Lorca.

Por escribir queda lo que ahora salga a la luz. Dice el informe que sirve de prólogo a la excavación que “los resultados obtenidos de la investigación geofísica son significativamente coincidentes con las informaciones recogidas en la investigación histórica”. Por ello proponen “el vaciado controlado del relleno que cubre la zona donde se ha evidenciado las anomalías geofísicas y, una vez delimitadas, excavarlas con metodología arqueológica”. 800 metros cúbicos de tierra abajo está la última verdad. Nadie pretende destrozar esqueletos ahora, ni buscar los dientes de oro del poema neoyorquino. Si acaso, una muleta, un maestro, dos banderilleros y un poeta.

La excavación, con el apoyo de la Junta de Andalucía, está prevista que comience el día 17, con un presupuesto de 15.000 euros

“Allí reposan los restosde Federico” –Isabel García Lorca/ “Fue fusilado en unos antiguos pozos abiertos para buscar agua”-Joaquín Espigares, agricultor de la zona y pariente de uno de los integrantes del piquete ejecutor/ “Según los que lo enterraron, Federico era el segundo por la izquierda” –Capitán Nestares, jefe de los guardias de asalto que fusilaron a Lorca la madrugada del 17 de agosto de 1936.

http://www.elmundo.es/cronica/2014/11/02/5454b97ce2704e93368b456f.html

 

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Segundo intento oficial de hallar los restos de Lorca

Andalucesdiario.es | A. A. | 31-10-2014

Segundo intento oficial de hallar los restos del poeta García Lorca. Oficialmente se busca una fosa común, pero es inevitable que el proyecto de exhumación, promovido por la Junta de Andalucía, sea interpretado como una nueva tentativa para hallar los restos del poeta español más universal del siglo XX, asesinado en el verano de 1936 en la vega de Granada.

Un grupo de expertos de distintas universidades nacionales e internaciones llevará a cabo un sondeo arqueológico en la zona en la que se cree que puede encontrarse la fosa en la que está enterrado el poeta Federico García Lorca, en Alfacar (Granada), para analizar el subsuelo y comprobar la presencia o no de restos humanos en el terreno, trabajos que comenzarán el 17 de noviembre próximo, si las condiciones meteorológicas lo permiten.

De hecho, en ese mismo enclave ya trabajó el equipo de arqueólogos coordinados por Javier Navarro de finales de noviembre a diciembre del año pasado, a iniciativa de la Dirección General de Memoria Democrática, en un espacio ubicado frente al cortijo de Los Llanos de Corvera, conocido también como cortijo ‘Gazpacho’ o ‘Pepino’, a unos 500 metros del Barranco de Víznar, y a unos 800 metros del parque Federico García Lorca, donde la Junta de Andalucía ya lideró en 2009 otro proyecto para la búsqueda de fosas que acabó sin el hallazgo de evidencias de enterramiento alguno o esquirla de hueso.

UN SUPERFICIE DE 300 METROS

Será en una superficie de unos 300 metros cuadrados del conocido como Peñón del Colorado, entre la carretera que une Víznar con Alfacar, en un lugar donde ya se localizó con georradar un camino coincidiendo con el antiguo cauce de un arroyo y dos anomalías en el terreno, una de ellas con profundidad suficiente para ser un enterramiento común, en el borde del mismo.

La ubicación de estas dos anomalías coincide con los testimonios recogidos en su día por el periodista Eduardo Molina Fajardo, que señalaban el posible enterramiento en un “pozo alargado” con un color de tierra gris, junto a un pequeño camino (el cauce del arroyo descubierto), hipótesis investigada además después por Miguel Caballero, autor del libro ‘Las 13 últimas horas en la vida de Federico García Lorca’.

Sin embargo, el director general de Memoria Democrática, Luis Naranjo, que ha presentado en rueda de prensa la intervención junto con el equipo coordinador de los trabajos técnicos, ha incidido en que el objetivo no es la búsqueda de los restos del poeta, sino la localización y delimitación de fosas de víctimas de la Guerra Civil, y que, como en cualquier otro caso, si se encuentran restos óseos se comunicará el hallazgo a un juzgado para que decida al respecto.

NO ES UNA EXHUMACIÓN

De hecho, según ha dicho, estos sondeos forman parte de un “proceso más amplio”, en el que se incluyen además las intervenciones que ya se llevaron a cabo en el barranco de Víznar, teniendo en cuenta además que el paraje fue zona de frente de guerra y se cree que en él hay numerosas fosas de víctimas del conflicto bélico y la represión franquista.

Para Naranjo, además este proyecto puede servir de “modelo” para otras futuras intervenciones, en tanto que supondrá el resultado de la administración y universidades como la de Nottingham, la Politécnica de Valencia, la del País Vasco, la de Zaragoza, y está previsto que se sume también la de Granada. Los trabajos cuentan con un presupuesto de unos 15.000 euros y podrían prolongarse por un alrededor de unos 10 días.

Según ha explicado el arqueólogo coordinador, no se trata de una exhumación, ya que la decisión de ejecutarla corresponde a las familias de las víctimas –los Lorca y los allegados del maestro Dióscoro Galindo y los banderilleros Joaquín Arcollas y Francisco Galadí, enterrados supuestamente junto a él– o a la administración competente, que podría actuar de oficio.

CAMPOS DE FALANGE

Las dos “anomalías” tienen unos dos metros de profundidad en un caso, y otros 0,80 metros, en el otro. Esto se correspondería con la posibilidad de que la hondonada más pequeña sirviera para obtener más tierra con la que rellenar la más grande, según las fuentes consultadas.  Concretamente, se encuentran en unos terrenos que se usaron en 1936 como campo de instrucción para las tropas de Falange y que iban a ser convertidos en un campo de fútbol en 1998.

Las obras se paralizaron sin embargo después de que la propia hermana del poeta, Isabel García Lorca, alertara de que allí podría estar enterrado el autor de ‘La casa de Bernarda Alba’. “Ha llegado a mis oídos el plan que tiene el Ayuntamiento de Alfacar, que usted preside, de hacer un campo de fútbol justo donde fueron a caer miles de hombres asesinados, muchos de ellos supongo correligionarios suyos, socialistas. También está ahí mi hermano, Federico García Lorca. Por supuesto que también por eso siento yo la afrenta que se les hace y quiero que sepa que en el mundo culto donde se enseña Literatura Española, se dice dónde está la tierra que le cubre. Ahora tendrán que añadir que sobre esa tierra se ha construido un campo de fútbol. Piensen hasta dónde arrastran el nombre ya famoso de aquel lugar, conocido porque allí reposan los restos de Federico”, escribió su hermana, dirigiéndose al entonces alcalde de la localidad, Juan Caballero.

El tema trascendió las fronteras españolas, y hasta el ‘New York Times’ trató el asunto entre sus páginas, con el titular ‘Soccer’s din threatens poet’s rest in Spain’, según recogió entonces el diario ‘Ideal’ de Granada. Finalmente, y después de que el entonces presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, así lo instara, tras recibir también la carta de Isabel García Lorca por fax, las obras del campo se paralizaron en octubre de 1998.

http://www.andalucesdiario.es/politica/segundo-intento-oficial-de-hallar-los-restos-de-lorca/

 

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La Junta promueve de nuevo la búsqueda del cuerpo de Federico García Lorca

ABC | Luis Javier López | Granada | 31-10-2014

En una superficie de unos 300 metros cuadrados del llamado Peñón del Colorado, entre las localidades granadinas de Alfacar y Víznar se llevará a cabo un sondeo arqueológico para delimitar la existencia de una posible fosa de la Guerra Civil, y en la que se cree que pudiera estar el cuerpo del poeta Federico García Lorca.

Impulsados por la dirección general de Memoria Democrática de la Junta de Andalucía, estos trabajos tienen como objetivo localizar y delimitar fosas de víctimas de la contienda española dentro de «un proceso más amplio» de las intervenciones hasta ahora realizadas en el llamado barranco de Víznar, según el director de este organismo, Luis Naranjo. Pero a nadie escapa que la posibilidad de que el cuerpo del universal poeta granadino fusilado en estos parajes la madrugada del 18 de agosto de 1936 pueda aparecer en una de estas fosas está detrás de las actuaciones arqueológicas que darán comienzo el próximo 17 de noviembre en el término municipal de Alfacar.

Si las condiciones meteorológicas lo permiten en esa fecha, el equipo coordinador de los trabajos técnicos comenzará a retirar el material que cubre la zona que ha sido estudiada con un georradar desde el pasado mes de diciembre en este paraje. Para ello se contará con la colaboración de la Consejería de Fomento y Vivienda que retirará toda la tierra que se supone que cubre el subsuelo original, que ha sido objeto de numerosas intervenciones del hombre, como una pista de motocross o la construcción de un polémico campo de fútbol, que se inició en 1998 y se paralizó más tarde ante la presión de movimientos memorialistas, la familia de García Lorca y la propia Junta de Andalucía.

Tal y como ha explicado hoy Javier Navarro, arqueólogo coordinador, después de conocer la estratigrafía del terreno lo siguiente será ahora, para después «realizar una intervención arqueológica manual para delimitar las anomalías detectadas» por el georradar -una de ellas con profundidad suficiente para ser un enterramiento común- y hacer los sondeos para comprobar la posible presencia de restos humanos.

Con un presupuesto de 15.000 euros y un plazo aproximado para realizarlos en unos diez días, los trabajos pretenden ser un «modelo» para futuras intervenciones similares en la búsqueda de fosas «de víctimas del genocidio franquista», en palabras de Naranjo. El proyecto cuenta con el apoyo de las universidades Politécnica de Valencia, del País Vasco y la de Zaragoza además de la inglesa de Nottingham no descartándose que pueda incorporarse al mismo próximamente la de Granada.

Segundo intento

El enclave en el que ahora se va a intervenir –frente al llamado cortijo de Gazpacho- se encuentra a unos 500 metros del Barranco de Víznar y a similar distancia del parque Federico García Lorca de Alfacar. Fue en este último lugar donde la Junta de Andalucía ya lideró en 2009 la posteriormente fracasada búsqueda de fosas con la esperanza de hallar restos del poeta.  

Ahora, la posibilidad de que puedan encontrarse restos del poeta granadino en la zona del Peñón del Colorado viene aumentada porque la ubicación de las anomalías del terreno inspeccionado por el georradar coincide con los testimonios recogidos en su día por el periodista Eduardo Molina Fajardo, que señalaban el posible enterramiento de García Lorca en un «pozo alargado con un color de tierra gris», junto a un pequeño camino (el cauce del arroyo del Peñón del Colorado). Esta hipótesis ha sido también investigada después por el historiador Miguel Caballero, autor del libro ‘Las 13 últimas horas en la vida de Federico García Lorca’ y cuyas obras son habitualmente usadas por la Dirección General de Memoria para documentar posibles emplazamientos de fosas.

En todo caso desde la dirección del proyecto de excavación que se iniciará en breve, se advierte de que «no se trata de una exhumación», según el arqueólogo Javier Navarro. Primero porque, según el protocolo establecido, si se encontraran restos óseos se comunicará el hallazgo a un juzgado para que decida al respecto. Y segundo, y no menos importante, porque la decisión de una posible exhumación autorizada por un juez corresponde ejecutarla también a las familias de las personas cuyos restos puedan hallarse. En este caso particular, serían los allegados a Lorca y otros fusilados junto a él –el maestro Dióscoro Galindo y los banderilleros Joaquín Arcollas y Francisco Galadí- los que tomaran la decisión definitiva.

http://sevilla.abc.es/andalucia/granada/20141031/sevi-junta-promueve-nuevo-busqueda-201410311419.html