Los vecinos de San Francisco Javier, en Beiro, reclaman un parque junto a la puerta de la antigua prisión de Granada. El Ayuntamiento lleva tres años esperando a que el Gobierno central ceda el suelo para adecentar la zona
granadaimedia.com | Álvaro Calleja | 24-10-2014
La intervención para adecentar la zona no tiene mayor complejidad y tampoco excesivo gasto; está condicionada a que el Estado, propietario de los terrenos, ceda el suelo al Ayuntamiento.
La Asociación de Vecinos San Francisco Javier viene reclamando en los últimos años la ubicación de una zona de esparcimiento. Su presidente, Eduardo Ortega Mateos, ha adelantado a GranadaiMedia que preguntará en la próxima Junta Municipal de Distrito de Beiro cómo van las negociaciones con el Gobierno central para que se produzca cuanto antes la transferencia de los terrenos.
La concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Granada, Isabel Nieto, atribuye el retraso a la tramitación que ha llevado a cabo el Gobierno central para la desafección de los terrenos. Nieto incluso afirma que en un principio la urbanización del parque correspondía al Gobierno central. La ciudad, que sólo se comprometió -según afirma la concejal- a redactar el proyecto, asumió finalmente la actuación para cumplir con la demanda de los vecinos.
Los terrenos pertenecían a la Sociedad Estatal de Instituciones Penitenciarias, dependiente del Ministerio del Interior, y pasaron a la Dirección General de Patrimonio del Estado, entidad perteneciente al Ministerio de Economía. El retraso obedece a los contratiempos surgidos con el cambio de uso de equipamiento a vial, y a los problemas que ha detectado el Registro de la Propiedad, según explicó Isabel Nieto, quien espera que la cesión no se demore por mucho más tiempo. “Se está a la espera de la segregación, el documento de cesión está ya preparado”, asegura.
Según el plano elaborado en mayo de 2011, el parque contempla la plantación de árboles que proporcionen sombra, unos cuantos arbustos, cesped natural y artificial, y la colocación de unos bancos para que los vecinos dispongan de una zona de descanso.
La puerta y las torretas son los únicos vestigios que se conservan de la antigua cárcel de Granada, construida en tiempos de la república por encargo de la entonces directora de prisiones Victoria Kent. El penal quedó prácticamente vacío en 1997, con el traslado de los internos al nuevo centro penitenciario de Albolote. Sólo permanecieron durante un tiempo los internos en régimen de tercer grado. Las fotos del interior, a las que ha tenido acceso GranadaiMedia, son parte ya de la historia.
Su demolición se produjo a principios de septiembre de 2007 sin que entonces estuviese claro cuál iba a ser el uso de los terrenos. El entonces director de la prisión de Granada, Nahum Álverez, hizo gestiones para que en el lugar permaneciera en pie el simbólico escudo republicano. “Resultaba extraño que las autoridades franquistas no hubieran eliminado el escudo por lo que representaba. Considere oportuno que, llegado el momento de la demolición, se conservara”, recuerda Álvarez.
Sin embargo, muy pronto, con el levantamiento de Franco y el inicio de la guerra civil, la prisión pasaría a convertirse en el lugar de reclusión de miles de represaliados por el franquismo, muchos de los cuales fueron fusilados y sepultados en fosas y barrancos, sin que sus familiares hayan podido recuperar sus cuerpos. Muchos de los expedientes que podían arrojar luz se quemaron con la llegada de la democracia, apunta el exdirector de la prisión.
El pasado 30 de julio se señalizó la puerta de la antigua cárcel como Lugar de Memoria Histórica de Andalucía en un acto emotivo que contó con el testimonio de familiares de víctimas de la represión franquista.
Hoy el lugar, un solar descuidado, permanece vallado a la espera de que el Gobierno central cumpla con los requisitos para la cesión del terreno al Ayuntamiento de Granada, que deberá a su vez incluirlo entre sus planes y actuaciones preferentes para satisfacer la demanda de los vecinos, que no es otra que un pequeño parque a la sombra, sin alambrada ni barrotes.