Mi padre, que en aquel momento tenía 14 años, siempre recordó el paralelismo de lo que vivió entonces con las imágenes de los campos de concentración de los nazis alemanes.
Mi familia paterna eran mineros del hierro en Alquife, en 1936 participaron en la defensa de la república en aquellas tierras, eso le llevó a que finalizada la guerra en 1939 fueran presos por la guardia civil y los encerraron en la azucarera San Torcuato de Guadix que se había convertido en campo de concentración. Cuatro años pasaron allí dentro, dos años tapiados en sótano donde los piojos se los comían poco a poco, el hambre y las enfermedades, más el trato inhumano que recibían fueron acabando con ellos.
Del sótano no salieron durante dos años. A los cuatro años el abuelo fue puesto en libertad, nadie compensó el daño, su hijo Manuel siguió el calvario trasladándolo a Miranda de Ebro, allí lo seleccionaron y lo trasladaron tres años más de preso, trabajando en régimen de esclavitud en las tierras del bajo Guadalquivir donde fue trasladado a Lora del Río, en el campo de concentración de Matallana. Junto a muchos miles de presos trabajaron en la construcción del Canal del Bajo Guadalquivir, 180 Km de longitud entre Córdoba y Sevilla para regar miles de hectáreas que pertenecían a siete terratenientes que habían colaborado en la financiación del golpe de estado de Franco.
Desde hace 7 años intento encontrar la forma de que se honre a aquellos y aquellas de esa zona de Granada que fueron víctimas de la barbarie y la exclusión social de sus vecinos por haber defendido la república española que fue elegida democráticamente por la ciudadanía en abril de 1931.
Organizo una campaña ciudadana de firmas que apoyen la propuesta de centro memorialista. En el 2024 entro una instancia en el ayuntamiento de Guadix, acompañado de 217 firmas de apoyo a la solicitud de centro memorialista, fecha de entrada la instancia 3 enero 2024.
Nunca se molestaron en contestar dicha instancia por parte del equipo del PP. Estos individuos actúan como cortijeros auténticos despreciando aquello que les molesta.
La propuesta presentada es de un centro con espacios polivalentes para exposiciones, una biblioteca, una sala de actos, y diversas salas de reuniones. Todo con el objetivo de que sirva de fuente de memoria para todos los centros escolares de la comarca.
En 4 de marzo de 2025 vuelvo a Guadix y me reúno con las tres fuerzas políticas PSOE, Izquierda Unida, y Gana Guadix. Se hace público que el PP ha elaborado un Plan Parcial urbanístico donde desaparece todo vestigio de la azucarera, excepto una chimenea de la antigua fábrica, que se mantiene porque está ubicada en zona de afectación de la línea de RENFE que comunica con Almería, y lo presentan como una voluntad municipal para que haya un espacio público, uno de los presentes propone que se ponga una “plaquita recordatoria” en la chimenea de lo que pasó allí, los demás asienten. el resto del sector que conformaba el campo de concentración se destina a suelo urbano residencial y un edificio anexo a parque eólico existente en la zona.
El Plan Parcial elaborado por la derecha y que inicialmente se aprobó en el Pleno Municipal sin alegaciones ni votos en contra, sigue su curso legal. La nave donde murieron unas mil personas, de cuatro mil que era la población reclusa se ocupará con viviendas que nadie de los residentes sabrá lo que pasó ahí.
Todo un despropósito inaceptable de los que se llaman memorialistas, progresistas, de izquierdas, etc. Que el PP no me haya contestado la instancia no me sorprende, son así, pero el resto !!!.
Esa es la realidad de España. La conciencia perdida, sobre todo los que no vivieron ese drama, y la conciencia solidaria bajo mínimos, tienen mucho trabajo y esto de la memoria ya les sobra en su agenda sumamente apretada de actos y reuniones.
Esta lucha debería ser la primera cuestión de cada partido porque es o no será la esencia de nuestra democracia, y no podemos olvidar que el conocimiento de la historia y las conclusiones que de ella se derivan, deben ser los principios de toda acción política. De momento los grupos políticos dejan mucho que desear.
El primer objetivo que debían haber tenido muy en cuenta todos los que intervienen en estos asuntos de memoria es que lo más importante no es un recuerdo resumido sobre una placa de bronce, sino que reciban la información real de lo que pasó, para que las generaciones que nos siguen tengan el conocimiento detallado, para NO repetir la historia.
Vergüenza les tendría que dar que gran parte de los ciudadanos de Guadix no han oído hablar nunca de esa triste realidad, dato comprobado por mí. Solo una élite intelectual y otra fascista conoce lo que pasó ahí. Una ciudad de 18.000 habitantes no es tan difícil que lo hubieran conocido.
El sentimiento de vencido que recibe uno es indignante, ante las actitudes que he señalado. Que 85 años después de los sucesos conocidos se actúe de esa manera, es la peor expresión de la falta de dignidad humana. España está cimentada sobre el terror que desencadenó toda la política de avance social y cultural que la República trajo consigo y que los sectores más reaccionarios de las clases dominantes se opusieron activamente. El camino marcado por los militares golpistas, encabezados por el general Emilio Mola que lo fijó en “hay que eliminar a todo aquel que no piense como nosotros”, fue el faro que alumbró el camino de los sublevados. Los más de cien mil asesinados, más los que huyeron fuera de España, dejó el país sin mentes pensantes, sobre todo dejó el país inmerso en un terror permanente que lo convirtió en cómplices pasivos.
Hay que agradecerle al PSOE esta desmemoria cómplice que ha estado gobernando Andalucía 40 años y España 18 años, pero no han tenido tiempo de abordar esta triste realidad del drama que ha afectado a tres generaciones de españoles con víctimas directas más de un millón de ellos. Esa desmemoria lo estamos pagando muy caro, y más que lo van a pagar dos generaciones más.