Guardias Civiles de Casas Viejas y la represión golpista
10 de enero de 2021
lavozdelsur.es
En memoria de Salustiano Gutiérrez
Entre los guardias civiles que estuvieron especial protagonismo en los sucesos de enero de Casas Viejas, al menos a dos de ellos nos los encontramos directamente implicados en la represión que practicaron los golpistas de julio de 1936. Uno de ellos, Pedro Salvo Pérez, intervino en la aplicación de los bandos de guerra. Otro, Rafael Anarte Viera, comandando los piquetes que ejecutaban las sentencias a muerte de la Justicia del Terror.
Pedro Salvo era uno de los guardias del puesto de Casas Viejas. Natural de San Roque, tenía, en 1933, 32 años y estaba casado. Había llegado a la población en junio de 1928. Durante el sitio resultó levemente herido en la pierna izquierda. Tras la llegada de las primeras fuerzas se convirtió en su guía para buscar a los campesinos que habían disparado contra el cuartel. Participó en la detención de Quijada y le acompañó hasta el casarón de Seisdedos. Al amanecer del día 12 acompañó a la patrulla comandada por el guardia de asalto Fernández Artal a detener a los que después fueron masacrados.
Una asesinato más mediante la formula de aplicación de bando de guerra en esta ocasión mediante el método de la “ley de fugas”. Sin embargo algo tuvo que moverse en Sevilla o que, cuando llegó la noticia a la jefatura regional golpista, se quiso señalar que nadie podía salirse de las órdenes, el caso es que Queipo de Llano ordenó que se trasladara un miembro de la Auditoría a Algeciras a averiguar las circunstancias de lo ocurrido. Fue el abogado, reconvertido en juez de la justicia golpista, Manuel Rodríguez Sañudo quien se trasladó a Algeciras. Durante varios días realizó una detallada instrucción en la que incluyó toma de declaraciones de los participantes, de las autoridades de Los Barrios, ordenó la exhumación del cadáver, su autopsia e inscripción en el registro civil.
El sargento Rafael Anarte Viera era comandante del puesto de Alcalá de los Gazules aunque el 11 de enero estaba concentrado en la cabecera de línea, en Medina Sidonia. Con anterioridad había estado destinado en Casas Viejas. Así que hacia las doce de la mañana fue enviado a la población al mando de una docena de guardias. Entró en la población, por la carretera de Alcalá, a paso de carga y disparando. En consecuencia un vecino resultó muerto y otros dos heridos. Para entonces las calles estaban vacías ya que había llegado la noticia de que los que custodiaban la zanja de la carretera a Medina estaban detenidos. Tras restablecerse el control quedó encargado del puesto.
Hasta su fallecimiento comandó, al menos, siete piquetes de ejecución. Uno de ellos formados por cuatro personas. Entre los que cayeron ante sus balas estuvieron el directivo del astillero de la ciudad Gabino Egusquiza Abad, el cabo de la Guardia de Asalto Cesáreo López Corredera, el carabinero Heliodoro López Rodríguez, el estudiante de medicina Ángel Fernández Díaz de la Reguera y el maquinista de la CNT Modesto Obeso Serdio.
Para escribir estas líneas he utilizado:
—José Luis Gutiérrez Molina, La Justicia del Terror, Cádiz, Mayi, 2014; la Causa 383/37 instruida en la plaza de Sevilla con motivo de haber sido fusilado, sin formación de expediente, un médico de La Línea de la Concepción llamado don Juan García Rodríguez. Archivo Tribunal Territorial Militar Segundo de Sevilla, Legajo 64/938
—https://sites.google.com/site/donjuanitoelmedico/
—http://www.noticiasdelavilla.net/noticias/40/El%20Reportaje/554/la-ultima-luna-llena-
https://www.lavozdelsur.es/opinion/guardias-civiles-casas-viejas-represion-golpista_254413_102.html