Un acto celebrado en Logroño recordó este miércoles a los exiliados republicanos españoles, quienes, “en su lucha por la libertad, lo perdieron todo, incluso el derecho a vivir en su propia tierra”; así como su compromiso con “la historia, la justicia y la garantía de no repetición”, afirmó María Caballer, miembro de la Asociación ‘La Barranca’.

Esta miembro de la Asociación para la Preservación de la Memoria Histórica en la Rioja ‘La Barranca’ y biznieta de exiliados intervino en el acto de conmemoración del Día de las Víctimas del Exilio.

Caballer explicó que este día se recuerda a “los hombres y mujeres marcados por la brutalidad de la guerra y la represión, quienes dejaron una valentía que no se debe olvidar”; y, en especial, destacó a “los artistas e intelectuales que, a pesar de la adversidad, contribuyeron al patrimonio cultural de España”. Estos artistas enriquecieron la cultura y demostraron que, “incluso en los momentos más oscuros, el espíritu humano puede brillar”, resaltó Caballer, quien añadió que los exiliados “encontraron la fuerza para continuar luchando por sus ideales y por esa España democrática que les robaron, la de la Segunda República”.

Recordó que, durante ese periodo, “La Rioja vio partir a muchos de sus hijos”, entre ellos, sus bisabuelos, quienes “emigraron a Francia para salvar sus vidas y dejaron atrás todo lo que conocían”. “Encontraron la fuerza para seguir adelante y crear un futuro mejor para sus hijos, por lo que su ejemplo nos inspira a luchar por nuestro ideales y a no perder la esperanza, incluso, en los momentos más oscuros”, subrayó.

Destacó la importancia de la memoria democrática para “construir un futuro más justo y libre para todos” e invitó a no olvidar a “quienes entregaron su vida por una libertad que hoy disfrutamos”.

Por su parte, la delegada del Gobierno en La Rioja, Beatriz Arraiz, recordó que este día se marca en la Ley de Memoria Democrática y coincide con “el 79 aniversario de la victoria de las tropas aliadas sobre los nazis y los fascistas, que puso fin a la Segunda Guerra Mundial”. Definió a los exiliados republicanos como “compatriotas obligados a abandonar una España a la que amaban y sentían como propia por unas imposiciones que recordamos y que nunca se deben olvidar”.

“Se ha pagado un alto precio por la libertad”, resaltó Arraiz, quien invitó a “no dar por sentado que esta libertad siempre ha existido porque puede ser secuestrada en cualquier momento”. Por ello, incidió en que “hay que preservar el legado (de los exiliados) y no negar que el progreso y la democracia son derechos irreversibles”.

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