Las 17 Rosas de Villanueva de San Juan

El día 13 de junio de 1938 el Secretario del Ayuntamiento de Villanueva de San Juan, hacía un resumen de los hechos ocurridos a partir del 18 de julio de 1936, en este pueblo de la Sierra Sur de Sevilla, que entonces tenía una población cercana a los 3.000 habitantes, extendiendo un certificado que se conserva en el Archivo Municipal de Villanueva de San Juan.

Asociación Memoria Histórica de Villanueva de San Juan·/ 20 de marzo de 2017

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INTRODUCCIÓN

Según este certificado:  El 18 de julio de 1936, siguió actuando el Ayuntamiento del Frente Popular, se cometieron algunos desmanes, recluyeron en la cárcel a varias personas, detuvieron a otras que luego libertaron, quemaron las Imágenes de la Iglesia destrozando el interior de la misma, y continuó esta situación hasta el 22 de agosto de 1936.

El 22 de agosto fue tomado el pueblo por una columna formada en Morón de la Frontera, compuesta de falangistas y guardia civil.

Se formó una Comisión Gestora en el Ayuntamiento y se organizó la defensa del pueblo con parte de la Columna y vecinos de Villanueva de San Juan.

El 28 de agosto llegaron milicianos rojos de distintos puntos y bien armados, teniendo que replegarse los nacionales y abandonar el pueblo.

Desde el 28 de agosto se cometieron varios asesinatos en personas de derechas, encarcelaron a otras, saqueos en casas particulares, destrozos en otras…

Continuando esta situación anárquica hasta el día 11 de septiembre del mismo año en que “las Gloriosas Tropas del Ejército Nacional ocuparon definitivamente el pueblo de Villanueva de San Juan, reinando la tranquilidad que hoy existe”.

“Queda descrito a grandes rasgos cuanto ocurrió en esta Villa”.

En esa fecha, el 13 de junio de 1938, habían sido asesinadas 95 personas, de ellas 14 eran mujeres. Todas estaban inscritas en el Registro Civil de Villanueva de San Juan. Pero de ellas no se hacía mención en este resumen de los hechos.

Así narraba la Falange la primera ocupación de Villanueva de San Juan, el 22 de agosto de 1936:

“Los audaces, decididos y patriotas escuadristas de Morón de la Frontera, después de asegurar la tranquilidad de este pueblo y otros próximos, a los que atienden con sus servicios, han reconquistado los pueblos de Villanueva de San Juan y Algámitas”.

En el informe dado por la Guardia Civil el 24 de septiembre de 1940, destacaremos lo siguiente:

“…En la mañana del mismo día 22 fue liberada esta Villa por la columna del Comandante Sr. Mora Figueroa, compuesta por falangistas de Cádiz y a la que se incorporaron otros de Morón de la Frontera, Arahal, Puebla de Cazalla y Lantejuela, columna que se retiró el mismo día dejando unos treinta fusiles y algunas municiones, además de dejar constituida una Gestora Municipal.

El día 28 del mismo mes de agosto, antes del amanecer, fue cercado este pueblo por una columna marxista y atacado violentamente sobre las cinco de la mañana, durando la resistencia hasta las doce del día en que los pocos defensores que quedaban pudieron retirarse hacia Morón y Puebla de Cazalla.

…Continuó esta villa en poder de los marxistas hasta el día 11 de septiembre siguiente en que fue definitivamente liberada…”

En este informe se detallan los desmanes cometidos por los “marxistas”, los nombres y apellidos de las personas de derechas asesinadas o caídas en la lucha con los “rojos”. Para nada se hace mención del centenar de personas aproximadamente, que serían después asesinadas por el nuevo régimen.

En el Diario de Operaciones del Ejército del Sur quedaría reflejada la siguiente información:

-Día 11 (septiembre de 1936): “La columna de Sevilla que al mando del Comandante Redondo se encontraba concentrada en El Saucejo, ocupó Villanueva de San Juan… En Villanueva de San Juan, los marxistas habían asesinado a 10 personas de derechas, saqueando sus domicilios y la iglesia parroquial”.

A partir del 11 de septiembre de 1936 empezaría la venganza, ya lo había dicho Queipo de Llano:

“Estamos decididos a aplicar la ley con firmeza inexorable: ¡Morón, Utrera, Puente Genil, Castro del Rio, id preparando sepulturas! Yo os autorizo a matar como a un perro a cualquiera que se atreva a ejercer coacción ante vosotros; que si lo hiciereis así, quedareis exentos de toda responsabilidad…”

“Ya conocerán mi sistema: Por cada uno de orden que caiga, yo mataré a diez extremistas por lo menos…”

“Nuestros valientes legionarios y regulares han enseñado a los cobardes de los rojos lo que significa ser hombre. Y, de paso, también a las mujeres. Después de todo, estas comunistas y anarquistas se lo merecen, ¿No han estado jugando al amor libre? Ahora por lo menos sabrán lo que son hombres de verdad y no milicianos maricas. No se van a librar por mucho que forcejeen y pataleen”.

18 Mujeres de Villanueva de San Juan serían asesinadas, 1 por el bando republicano y 17 por el bando nacional, de un total de 104 personas asesinadas, 94 por los nacionales y 10 por los republicanos.

Estas 17 mujeres, son para mí, las “17 Rosas de Villanueva de San Juan”.

Yo era muy joven cuando me contaron por primera vez la historia del asesinato de una mujer de Villanueva de San Juan, en 1936, embarazada a punto de dar a luz, su asesino, un “marica”, como llamaba Queipo de Llano a los rojos, solo que este marica era falangista y además era su propio marido del que vivía separada.

Según me contaron, el criminal vivía todavía, creo que en Dos Hermanas (Sevilla). Eran los últimos años de la dictadura, en Portugal se había producido la Revolución de los Claveles. Ya le queda poco al “tito Paco”, me dijo el hombre que me lo contó, algún día se sabrá todo lo que hicieron estos criminales…

También me contaron otros casos de mujeres asesinadas, en mi pueblo, Morón de la Frontera, también hubo casos de mujeres embarazadas, jóvenes, casi niñas, madre e hija, ancianas…Asesinadas al amparo del famoso “Bando de Guerra”, en los primeros meses, después condenadas a muerte en Consejos de Guerra, o enfrentándose a penas de prisión donde algunas fallecerían. Mujeres asesinadas, violadas, vejadas, maltratadas, humilladas, purgadas con aceite de ricino y rapadas, paseadas para burla y escarnio de las llamadas “personas de orden”…

LAS 17 ROSAS DE VILLANUEVA DE SAN JUAN

I, ANA: LINERO PAVÓN

II, JUANA: CABALLERO CÁRDENAS

III, ANA: NARVÁEZ CABALLERO

IV, ANTONIA: IBAÑEZ RODRIGUEZ

V, CATALINA: RODRIGUEZ SEDAS

VI, MARÍA: HORMIGO PÉREZ

VII, CONSUELO: MADRIGAL MESA

VIII, PURIFICACIÓN: VENTOS BENITEZ

IX, FRANCISCA: ARMAYONES ROBLES

X, JUANA: HINOJOSA TERRÓN

XI, ANTONIA: BERLANGA CÁRDENAS

XII, ISABEL: CASTAÑO MADRIGAL

XIII, MARÍA: ASENCIO PINO

XIV, CARMEN: SEDAS CÁRDENAS

XV, MARÍA DOLORES: JIMENEZ TRUJILLANO

XVI, MARÍA CONCEPCIÓN (O PURA): IBAÑEZ ORTEGA

XVII, MARÍA ANTONIA: VARGAS TORRES

ASESINADA AL OCUPAR EL PUEBLO DE NUEVO LAS FUERZAS REPUBLICANAS EL 28 DE AGOSTO DE 1936:

1. CARMEN TORRES RECIO

(Según el Registro Civil de Villanueva de San Juan, “a consecuencia de muerte violenta por los marxistas”).

Además de las condenadas a muerte en Consejo de Guerra, también fueron juzgadas en Consejo de Guerra las siguientes mujeres de Villanueva de San Juan:

CONDENAS:

1. ISABEL CABRERA IBAÑEZ…………………..6 AÑOS Y 1 DÍA

2. DOLORES CALDERÓN CÁRDENAS…………SOBRESEÍDA

3. ISABEL FIORÍS HUERTA………………………4 AÑOS

4. ANTONIA PAVÓN CANTOS…………………..6 AÑOS Y 1 DÍA

5. CATALINA REAL GÓMEZ…………………….6 MESES Y 1 DÍA

6. ANA SEDAS REYES……………………………30 AÑOS

7. ROSARIO VARGAS TORRES………………….SOBRESEÍDA

8. DOLORES VERDUGO ANDUJAR……………..SOBRESEÍDA

I – ANA

Tenía 28 años, estaba separada de su marido, el que sería su asesino a los pocos días de la toma definitiva de Villanueva de San Juan.

Él era de La Puebla de Cazalla, se casaron, según los testimonios conocidos, por conveniencias por parte de los padres, pero al poco tiempo se separaron, pues resultó que era afeminado, según sus propios camaradas falangistas, no le interesaban las mujeres.

Se casaron en 1928, ella con 20 años y él con 23. Ana se iría, después de un tiempo, a vivir con su antiguo novio, que era de El Saucejo, teniendo la pareja tres niñas: Ana, Dolores y Pilar.

El día de la ocupación de Villanueva, el compañero de Ana huyó del pueblo, como tantos otros, hacia zona republicana. Ella se quedó, con sus tres niñas y con un embarazo que estaba a punto de cumplir.

A los pocos días fueron a detenerla unos falangistas, la tuvieron detenida durante un día, la pelaron y después la pusieron en libertad. Tres días más tarde volvieron a detenerla, ya no volvería.

Ana lo vio asomarse por la ventana del cuartel, había otra mujer con ella detenida, Ana se abrazó llorando a uno de los falangistas, al que ella conocía, éste la tranquilizó, le dijo que no se preocupara, que mientras él estuviera allí a ella no le pasaría nada.

La sacaron del cuartel y la metieron en un coche. El asesino, su marido, le había dicho al chófer que acercara el coche para recoger a una de las detenidas para fusilarla, él estaría esperando a la salida del pueblo, en el indicador de la carretera de Morón de la Frontera. Al pasar por allí, él se montó en el estribo del coche, y así llegaron a pocos metros del kilómetro uno, su marido y otro asesino la sacaron del coche, Ana lloraba, pero no podía resistir demasiado, estaba a punto de dar a luz, a empujones la llevaron unos metros por delante del coche y a la luz de los faros, Ana, haciendo un intento de empezar a correr, recibió la primera descarga, su marido se acercó y como aún vivía, volvió a dispararle, varias veces, la apartaron de la carretera hacia unos olivos próximos…

Siempre se recordó su caso, en Villanueva de San Juan, de donde era ella, en La Puebla de Cazalla, de donde era él, en El Saucejo, de donde era el compañero y padre de sus hijas, también en la memoria popular de muchos otros lugares.

El hecho de haber sido asesinada por su propio marido, aunque estuviera separada de él, y por otro falangista compañero suyo, que al parecer habían actuado por su cuenta, hizo que aunque hubiera terminado ya la Guerra Civil, se abriera una investigación.

Tras un largo procedimiento, lleno de trabas e impedimentos, se celebró el Consejo de Guerra en 1942, contra los dos que la asesinaron.

La sentencia venía a decir que Ana era una mujer, considerada peligrosa, por haber colaborado directamente con el Comité Rojo de Villanueva de San Juan, habiendo ejercido un servicio de espionaje, que se había distinguido por su facilidad en la pintura, en bordar la bandera comunista con la que se hacían los desfiles, pintando carteles en que se ridiculizaba a sacerdotes y monjas, que menospreciaba a la Guardia Civil pintando monigotes con esa ropa.

En cambio, la sentencia recogía la conducta intachable de los dos procesados. Siendo absueltos los dos. Pero el Auditor de Guerra, disintió de la sentencia de Sevilla, el Capitán General de la Región Militar se vio obligado a enviarla al Consejo Supremo de Justicia Militar y el día 2 de abril de 1943, casi siete años después del asesinato de Ana, el Consejo Supremo de Justicia Militar condenó al marido, por parricidio, a 30 años de reclusión y al otro asesino a 21 años, 6 meses y 21 días. Además también fueron condenados a pagar conjuntamente, a los herederos de Ana, la cantidad de 15.000 pesetas.

El compañero de Ana regresó a Villanueva, como muchos de los huidos, a la caída de Málaga, en febrero de 1937. Él no fue detenido, quizá pensaron los falangistas y nuevas autoridades de Villanueva de San Juan que ya habían hecho bastante daño a esta familia.

II – JUANA

Tenía 51 años, su marido 54. Tenían cuatro hijos: Francisco, Ana, Isabel y Remedios.

Diego, y su hijo Francisco de 22 años, huyeron a zona republicana, pero a Juana y a su hija Ana, de sólo 18 años, las fusilaron a las dos.

No sería el único caso de madre e hija asesinadas por los fascistas, rabiosos por no poder coger a maridos, hijos, hermanos… En este caso, al marido de Juana, Diego, a su regreso a Villanueva de San Juan al finalizar la guerra lo detuvieron, siendo condenado en Consejo de Guerra a 20 años de reclusión y murió en la cárcel.

A su hijo Francisco también lo detuvieron, siendo condenado en Consejo de Guerra a 12 años y un día, concediéndole la libertad condicional en 1943.

III – ANA (Hija de JUANA, Nº II)

Con 18 años, posiblemente la asesinaron junto a su madre, en otros lugares ocurrió lo mismo, llevarse a su madre y no querer separarse de ella, costándole la vida a las dos. En cualquier caso, juntas o separadas, a las dos las asesinaron, a Juana su madre y a ella.

Su padre y su hermano huidos del pueblo, quedando sus hermanas menores, Isabel y Remedios, las dos solas, pero eso poco les importaba a sus asesinos. Familias enteras con sus vidas destrozadas para siempre. Esa era la venganza tomada por sus propios convecinos, en la retaguardia de una guerra civil, donde morían personas inocentes en aquellos meses finales de 1936, aplicándoles el Bando de Guerra.

IV – ANTONIA

Solamente tenía 16 años. Otra hija de huido. Su padre sería condenado a 30 años en 1938, después de regresar al pueblo, como tantos otros, saliendo en libertad condicional el 26 de noviembre de 1944.

A su prima Catalina, de 14 años, también la asesinaron, no sabemos cómo murieron estas dos niñas de Villanueva de San Juan. Sí sabemos que hubo vejaciones, purgas con aceite de ricino, rapados de cabeza, violaciones…En muchos lugares. No queremos saber qué ocurriría con estas criaturas de tan corta edad, en manos de sus sanguinarios verdugos.

V – CATALINA

Ya hemos dicho que tenía 14 años.

A ella y a su prima Antonia las fusilaron, aunque no aparece en ningún documento el nombre de Catalina como fusilada, en testimonios de vecinos de Villanueva de San Juan se recuerda su asesinato.

La madre de Catalina tenía 35 años y se apellidaba igual que ella, por lo que suponemos que esta niña sería fruto de una relación anterior al matrimonio, pues estaba casada con Diego, un hombre de 45 años que también fue fusilado en aquellos días. No sabemos si esto pudo influir en el asesinato de Catalina.

Ana, que así se llamaba su madre, quedaría viuda, con dos niñas pequeñas, Josefa de 4 años y Antonia de 2. Víctimas también de aquella barbarie.

VI – MARÍA

Estaba viuda y tenía 57 años.

María vivía con su hija Isabel, su yerno Francisco, que huyó a zona republicana, y sus tres nietos, Ana, Francisco y Rafael.

Posiblemente la huida de su yerno propiciara su asesinato. Estas mujeres fueron víctimas de venganzas personales, no sabemos de su participación en los días “rojos”´, o su pertenencia a alguna organización política o sindical, al ser asesinadas sin juicio previo ni nada que se le pareciera. En documentos que en fechas posteriores quedaron reflejados los motivos por lo que se sentenciaba a mujeres de Villanueva, se hacía constar que en Villanueva de San Juan, no existían organizaciones femeninas.

VII – CONSUELO

Viuda. 72 Años.

Vivía con su hijo Luís, miembro del Partido Socialista y del Comité de Defensa de Villanueva de San Juan.

Otro caso de familiar huido, su hijo, que pasaría la guerra en el bando republicano. A su regreso sería detenido y juzgado en Consejo de Guerra, siendo condenado a 20 años y un día de reclusión. A su madre no le darían ni siquiera la oportunidad de ser juzgada.

No sabemos qué participación podría haber tenido Consuelo, a sus 72 años, en los hechos ocurridos en Villanueva.

VIII – PURIFICACIÓN

Tenía 64 años y su marido Antonio 66, los dos fueron fusilados.

Vivían con una hija, María, de 26 años.

Su hijo Manuel y su yerno José, que estaba casado con otra de sus hijas, Rosario, huyeron del pueblo como tantos otros, quizá fuera éste el motivo del asesinato de Purificación y de su marido. Tanto es así que al regresar a Villanueva de San Juan, serían juzgados y condenados, el hijo a 12 años y un día, el yerno a 15 años.

Este matrimonio no tuvo la oportunidad de ser juzgado, se les aplicó el Bando de Guerra en aquellos meses finales de 1936, la sed de venganza de sus propios paisanos no se hizo esperar.

IX – FRANCISCA

Estaba casada y tenía 54 años.

A Francisca y a su hijo Juan, de 23 años, los fusilaron en La Puebla de Cazalla.

En este caso, madre e hijo.

Hasta aquí, a todas estas mujeres las asesinaron mediante la aplicación del “Bando de Guerra”, al igual que a muchos hombres de Villanueva de San Juan, sin juicio, ni simulacro de juicio o consejo de guerra que se celebrarían posteriormente, a comienzos de 1937. No sabemos la fecha exacta de sus asesinatos, solamente de su inscripción en el Registro Civil de Villanueva, donde aparecen sus nombres y apellidos, en fecha indeterminada del año 1936 o principios de 1937. Es decir, desde la ocupación del pueblo por las tropas nacionales.

A partir del 28 de febrero de 1937 sabremos el día de sus asesinatos, al ser inscritos en el Registro Civil. Por eso podremos seguir un orden cronológico de la fecha de sus muertes, que en principio siguieron produciéndose sin juicio, pero a las que se les ordenaba ser inscritas en el Registro civil a partir de entonces.

X – JUANA

75 Años. Llevaba poco tiempo viuda, pues a su marido José, de 79 años ya lo habían asesinado.

Era la madrugada del 28 de febrero de 1937, esa misma noche, junto a Juana, fusilaron a Antonia, con 18 años, y también a un hombre de 39, llamado Francisco.

Unos días antes, el 15 de febrero de 1937, a Juana le habían fusilado a su hijo José, de 37 años y a su nieto también José, de sólo 22 años, hijo de su hija Francisca.

Tanto a Juana, el día 28, como a su hijo y a su nieto, el día 15, los fusilaron sin ningún tipo de juicio o consejo de guerra, sabemos las fechas porque empezaron a ser inscritos en el Registro Civil de Villanueva de San Juan. A ellos y a las demás personas que fusilaban, hacían constar que se les había “aplicado el Bando de Guerra”, a las dos de la madrugada del mismo día de su inscripción en el Registro Civil.

¿Qué daño habrían hecho esta pareja de ancianos? Es de suponer que los desmanes, o las responsabilidades de los hechos ocurridos en el pueblo, serían de personas más jóvenes que ellos, quizá el ser padres y abuelos de estos jóvenes propiciaría una venganza por parte de sus asesinos.

XI – ANTONIA

Sólo tenía 18 años.

 La misma madrugada del 28 de febrero de 1937, asesinaron a ella y a la anterior, Juana, de 75 años, también a Francisco, de 39.

El padre de esta muchacha ya había sido asesinado a finales de 1936, tenía 58 años, sin embargo el hermano de Antonia, Juan, de 22 años, huyó a zona republicana, siendo acusado a su vuelta de los desmanes cometidos en Villanueva, pidiéndole el fiscal 23 años y 4 meses de reclusión, que se quedaron al final en sólo un año de permanencia en un batallón de trabajadores.

Antonia no tuvo la oportunidad de ser juzgada. Su padre tampoco. No sabemos si sus asesinos se ensañarían con ella, al no poder hacerlo con el huido, que al final no sabemos qué delitos cometería, para ser condenado solamente a un año de permanencia en un batallón de trabajadores.

X II – ISABEL

Isabel y su marido Juan, tenían los dos 20 años de edad. A los dos les aplicaron el “Bando de Guerra”, tras haber sido sometidos a un Consejo de Guerra celebrado en Osuna.

Acusada de ser destacada y peligrosa marxista, que siempre se destacó por sus ideas comunistas, que se había refugiado en la provincia de Málaga al huir con su marido en septiembre de 1936.

La detuvieron el 10 de marzo de 1937, a su regreso a Villanueva de San Juan.

En el Consejo de Guerra se la acusaba además, de ser una “individua marxista de acción no directa”, sino por sus propagandas y por alentar a los hombres a cometer hechos punibles.

Como casi siempre, las mujeres eran acusadas de animar o alentar a los hombres para cometer desmanes.

A su marido o compañero, perteneciente al partido socialista, según declaró él mismo, se le acusaba de haber prestado servicios de guardia con armas, y de formar parte de la columna roja que reconquistó Villanueva de San Juan el 22 de agosto de 1936.

A los dos le comunicaron la sentencia el 12 de mayo de 1937, en la prisión municipal de Villanueva de San Juan, de donde los sacaron horas más tarde para fusilarlos.

Tenían dos niños, Juan y Ana, de corta edad, tres años el mayor.

El hermano de Isabel, Antonio, de 38 años, corrió la misma suerte. También fue detenido el mismo día 10 de marzo, igual que ellos. Fue acusado de participar en la quema de la Iglesia, los saqueos y el “desarme de personas de derechas, para armar a las izquierdas”.

Esa misma madrugada del 13 de mayo de 1937 fueron asesinados en Villanueva de San Juan, 15 vecinos del pueblo, bajo la aplicación del Bando de Guerra, entre ellos los ya mencionados y dos mujeres más, María y Carmen, las siguientes.

XIII – MARÍA

Tenía 50 años. Era natural de La Puebla de Cazalla, pero desde niña, vecina de Villanueva de San Juan.

También huyó por temor a las represalias, o como otras mujeres, dejándose llevar por los demás huidos, hacia la provincia de Málaga. Regresando al pueblo como tantos.

Fue detenida, enviada a Osuna y juzgada en Consejo de Guerra, que la condenó a muerte. Habiendo sufrido las mismas o parecidas acusaciones que sus compañeras y compañeros, 15 aquella madrugada del 13 de mayo de 1937. Asesinatos cometidos por los vencedores antes de terminar la guerra, en la retaguardia, tras unos simulacros de juicios o Consejos de Guerra, sin garantías de ninguna clase, amparados en su “Bando de Guerra”

XIV – CARMEN

Estaba casada, sin hijos, tenía 25 años y no sabía leer ni escribir.

Fue detenida a su regreso a Villanueva de San Juan, el día 4 de marzo de 1937.

Acusada de exhibir banderas comunistas, saqueos, destacarse por sus ideas libertarias, distinguirse por sus ideas comunistas, organizadora de las revueltas propias de las mujeres y verdadera alentadora para que los hombres se lanzaran a cometer desmanes.

También se dijo de ella en el atestado, que era peligrosa por la propaganda marxista que hacía, provocando constantemente en la calle, alentaba a las demás vecinas para que montaran escándalos y las incitaba a que se realizasen toda clase de desmanes, alentando a la juventud socialista para que quemaran la Iglesia del pueblo.

Ante tales acusaciones, fue condenada a muerte en el Consejo de Guerra celebrado en Osuna.

La sentencia se la comunicaron el 12 de mayo, siendo fusilada aquella madrugada del día 13 de mayo de 1937.

En total quince vecinos de Villanueva, tres mujeres y doce hombres.

XV – MARÍA DOLORES

A sus 41 años, estaba casada con José y tenían una hija de 7 años llamada Ana. José era hermano de María,  número XIII, fusilada el 13 de mayo de 1937, por lo que las dos cuñadas, María y María Dolores, corrieron la misma suerte.

A María Dolores la detuvieron el 7 de mayo de 1937, interrogada por el comandante de puesto de la Guardia Civil, contestó que ella no tenía ideas izquierdistas, no intervino en propagandas comunistas, ni alentó a los hombres para que cometieran desmanes, ni haber participado en saqueos, ni en la quema de la Iglesia, “ni nada de cuanto se le pregunta y no firma porque no sabe firmar”.

Fue acusada por testigos de cargo, de que había intervenido en casi todos los hechos vandálicos, de ser una “peligrosa sujeta de ideas extremistas”, y una de la muchas mujeres que alentaban a los hombres para cometer desmanes.

El comandante militar, cabo de la Guardia Civil y falangista, dijo de ella que era una peligrosa propagandista del marxismo, que estaba adscrita a la política del Frente Popular, aunque no pertenecía a ninguna asociación política ni sindical, debido a que en Villanueva de San Juan no existían agrupaciones femeninas.

El 24 de mayo, el juez militar de Osuna procesó a María Dolores. El 21 de junio fue trasladada a la prisión provincial de Sevilla por dos guardias civiles de Villanueva.

El 7 de agosto se celebró el Consejo de Guerra. La sentencia que redactó el magistrado titular del juzgado de instrucción nº 1 de Sevilla, entre otras cosas decía lo siguiente:

…De tantas y tantas sesiones como este Consejo de Guerra lleva celebradas para ir juzgando a los culpables de la más salvaje revolución que registra la historia del mundo… Se ha podido comprobar cómo María… En Villanueva de San Juan dio muestras de sus instintos criminales… Además de ir siempre al frente de las turbas… Con conocimiento del Movimiento que había estallado, no solo se opuso al mismo, sino que se rebeló con todos los medios que a su alcance tenía para hacerlo fracasar… Siendo de apreciar en María… la máxima agravante de perversidad del delincuente, trascendencia del delito y peligrosidad social…

La sentencia terminó condenando a María Dolores a la pena de muerte. Tras ser aprobada por el auditor de guerra, le fue comunicada a la Asesoría Jurídica del Cuartel General del Generalísimo Franco, dándose por “enterado”.

A María Dolores se lo notificaron a las tres de la madrugada del día 11 de octubre de 1937, en la prisión provincial de Sevilla. Una hora más tarde la fusilaron contra las tapias del cementerio de San Fernando de Sevilla.

Pero ahí no acabó todo, como la sentencia incluía pagar una cantidad indeterminada, en el expediente de depuración que se abrió contra ella en 1941, se solicitaba al Ayuntamiento de Villanueva de san Juan, informase sobre los bienes que pudiera tener la expedientada, número de hijos, etc. Contestando el alcalde del pueblo que María Dolores, muerta por aplicación del Bando de Guerra, dejó esposo y una hija de corta edad, careciendo todos ellos de bienes, salvo una fanega de tierra en el sitio de Pitas de este término municipal, que valdrá unas 1.500 pesetas.

XVI – PURA (O MARÍA CONCEPCIÓN)

Tenía 38 años, estaba casada con Juan, con el que tenía cuatro hijos, María, Isabel, Juan y Rafael.

Pura era vendedora ambulante, su marido, del campo. Los dos huyeron hacia zona republicana. Su marido ingresó en el ejército republicano, donde estuvo hasta el final de la guerra, pero ella regresó, al igual que sus hermanos, Antonio y Juan, a la caída de Málaga.

Pura se encontraba presa en la cárcel de Villanueva de San Juan desde hacía varios meses. De la cárcel se escaparon cinco presos, entre ellos, su hermano Antonio, el día 5 de junio de 1937, poco después sería capturado.

El día 2 de diciembre de 1937 se la llevaron a la prisión de Osuna, donde estuvo hasta el 8 de mayo de 1938 y desde Osuna, a la prisión provincial de Sevilla.

El día 30 de mayo de 1938 fue juzgada en Consejo de Guerra y condenada a la pena de muerte, por el delito de “rebelión militar”.

Su hermano Antonio, de 32 años, también fue condenado a muerte. A los dos hermanos los fusilaron en Sevilla el 28 de septiembre de 1938.

Además, después de la guerra, a ambos hermanos se les abrió un expediente de depuración, a pesar de llevar tanto tiempo ejecutados, les impusieron una multa de 1.000 pesetas a cada uno de ellos.

A su hermano Juan, a quien le fusilaron a su hija de 16 años, Antonia, la nº IV, en 1936, ya lo habían juzgado y sentenciado a 30 años de reclusión, en mayo de 1938.

Pura sería la última mujer fusilada de Villanueva de San Juan.

XVII – MARÍA ANTONIA

Nació en Villanueva de San Juan el día 4 de julio de 1894, por lo que, en julio de 1936 cumplió los 42 años de edad, falleciendo seis años más tarde, el 11 de agosto de 1942 en la prisión de mujeres de Palma de Mallorca, tenía 48 años.

María Antonia y su marido Juan, huyeron hacia Málaga, permaneciendo en el pueblo de Alozaina hasta la caída de Málaga.

No tenían hijos. Regresaron a Villanueva el 14 de febrero de 1937, aquella misma noche fusilaron a su marido.

Al año siguiente, el 5 de febrero de 1938, sería denunciada, detenida y acusada de demostrar su izquierdismo, de ser una comunista peligrosa, de tomar parte activa y directa en los saqueos de las casas de las “personas de orden”, de alentar a las masas para que se lanzaran a cometer actos de barbarie.

Por último: “…Continúa esparciendo ideas tendenciosas, relacionadas con las operaciones y charlas de S.E. el General D. Gonzalo Queipo de Llano, diciendo que se ha fugado al extranjero, toda vez que estamos fracasados, como demuestra el hecho de haber suspendido sus acostumbradas charlas”.

Ante semejantes acusaciones, el día 8 de mayo de 1938 fue trasladada a la prisión provincial de Sevilla. El 24 del mismo mes, fue convocado el Consejo de Guerra, que en principio hacía las siguientes afirmaciones: “Siguiendo este Consejo de Guerra en su ya añeja tarea de ir juzgando a los culpables de la bochornosa revolución marxista que tan sangrientamente ha enlodazado el suelo patrio, arrojando sobre la historia de España y sobre su civilización una mancha bien difícil de borrar…”.

Acusada de participar en los desmanes cometidos en Villanueva de San Juan, entre otras cosas decía el sumario: “…Sin que sea de apreciar ninguna circunstancia especial de agravación de su responsabilidad criminal, puesto que en su actuación no se constata que hubiera ensañamiento contra las personas o notas de ferocidad…”.

“…Por lo que, de las dos penas que la ley asigna a los autores de este delito, le debe ser aplicada la más suave o benigna…”, refiriéndose al delito de “rebelión militar”. Pidiendo el fiscal la pena de muerte para ella.

La sentencia terminó condenando a María Antonia a la pena de reclusión perpetua o de 30 años. La reducción a 12 años y un día, decidida el 28 de junio de 1943, no pudieron comunicársela, porque ya había fallecido.

CONCLUSIÓN

La represión fue brutal, contra hombres y mujeres, pero en el caso de las mujeres, aunque no perdieran su vida como en los casos que hemos visto, la mujer fue objeto de otro tipo de represión.

Torturadas en muchos casos para saber el paradero de los huidos o desaparecidos, obligadas a no llevar luto por sus familiares asesinados, purgas, rapados de cabeza, abusos, vejaciones, prisión, depuraciones en el caso de las maestras, que también las había en Villanueva y quedan documentadas en los archivos militares.

Todo enfocado para borrar de golpe los logros conseguidos por la mujer en el corto periodo de tiempo que duró el régimen democrático de la II República.

En todos los lugares ocurrió lo mismo, pero es de destacar que en un pueblo pequeño como Villanueva de San Juan, fueran asesinadas diecisiete mujeres, en su mayoría jóvenes, algunas todavía niñas. Otras ya ancianas. Para nada tuvieron escrúpulos sus asesinos con su condición de mujer. Al contrario, se cebaron con ellas, en muchos casos por ser familiares de hombres huidos o desaparecidos, víctimas de venganzas personales, acusadas de ser instigadoras de hechos cometidos por los hombres, llamadas “individuas de dudosa moralidad”, o simplemente haber participado en las elecciones votando a partidos de izquierda.

Es famoso el caso de “LAS 13 ROSAS”. En muchos lugares se habla de las rosas de otros pueblos, de las “Rosas de Andalucía”. Por eso he querido narrar a mi manera lo ocurrido en Villanueva de San Juan con sus “17 ROSAS”, 17 mujeres que no deben olvidarse de nuestra memoria. Que sus muertes estén presentes entre nosotros, y que algún día hagamos algo más por recuperar la dignidad y memoria histórica que se merecen.

He hablado de ellas desde el respeto, hoy nos puede parecer ingrato hablar de mujeres que, como se decía de ellas: “carentes de instrucción”, “no sabe leer ni escribir”, “no pertenecer a ninguna asociación política o sindical”, “alentar a los hombres a cometer desmanes”, “tener ideas avanzadas”, “sujetas peligrosas”, “marxistas”…

Pero los tiempos fueron cambiando.

La larga dictadura se encargó de silenciar su voz, por eso hoy, debemos reconocer el sufrimiento de aquellas personas que nunca olvidaron a sus seres queridos, a pesar de los años. Sus testimonios, los documentos que podemos contrastar, los archivos, los escritos y la difusión de la memoria histórica, debería servir para que su dignidad sea reconocida por todos, independientemente de su ideología política, opinión o formación personal.

JOSÉ MANUEL MAGUILLA LUNA, 2016