Las víctimas del franquismo exigen digitalizar los diarios ‘Arriba’ y ‘El Alcázar’

Las víctimas del franquismo exigen digitalizar los diarios ‘Arriba’ y ‘El Alcázar’

La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica denuncia que ambos periódicos no están disponibles en la hemeroteca digital de la Biblioteca Nacional

En estos momentos, ambas cabeceras esenciales para el franquismo solo pueden estudiarse de forma presencial. Hay que acudir a las instalaciones de la Biblioteca Nacional para descubrir los entresijos de la dictadura, lo que dificulta el trabajo de muchos investigadores. No sucede lo mismo con otros periódicos de la época, incluso anteriores, como El SolLa NaciónEl Siglo FuturoAhora o Nuevo Diario.

Esta situación ha llevado a la ARMH a solicitar la digitalización completa de los contenidos de Arriba y El Alcázar para que «dejen de estar escondidos». En una petición a la que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, la organización memorialista esgrime que estos diarios no se encuentran disponibles en la Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional a pesar de que Arriba «fue financiado durante décadas por el Estado franquista y, por lo tanto, sus contenidos son de dominio público».

Memoria del franquismo

Para la ARMH se trata de «una publicación imprescindible» para investigar la dictadura franquista y conocer lo ocurrido esos años, pero también en la Transición y la democracia, sostiene el texto registrado el pasado miércoles. La asociación afirma que El Alcázar también se benefició de «condenaciones de deuda y financiación pública» por lo que «no es comprensible que estas dos herramientas para conocer el pasado no se encuentran en la hemeroteca digital».

Emilio Silva, presidente de la organización que lleva dos décadas exhumando los restos de las víctimas del franquismo con recursos propios, sostiene que no digitalizar estos diarios es «una forma de ocultar información». Considera que acceder a ellos en ese formato es fundamental para conocer «una época oscura» de la historia de España, especialmente para investigadores que no se encuentran en Madrid.

«Si estás en Albacete o en Washington no puedes investigar al franquismo», recalca Silva. En su opinión, sus páginas son imprescindibles para saber qué sucedió en ese momento en nuestro país porque eran «periódicos muy potentes que fueron un gran órgano del régimen». El presidente de la ARMH lamenta que tampoco esté disponible en formato digital Pueblo, aunque de momento no ha solicitado su digitalización.

Este diario ha preguntado sin éxito a la Biblioteca Nacional los motivos por los que no están digitalizados los periódicos más emblemáticos del franquismo. «Es infame. Son muy importantes para la historia de España y del periodismo», se queja Mirta Núñez, profesora de Historia del Periodismo español en la Universidad Complutense.

Fruto de incautaciones

«Son fundamentales para conocer el franquismo. Arriba lo fundó Falange y venía de la clandestinidad en la Segunda República tras imponer la dialéctica de los puños y las pistolas. Tras el golpe de Estado se convirtió en la cabecera de referencia del Movimiento Nacional», explica Ñúñez. La catedrática sostiene que fue Franco quien creó la prensa estatal, un órgano de propaganda, «con incautaciones de publicaciones republicanas».

Arriba fue creado en 1935 por José Antonio Primo de Rivera, pero las autoridades republicanas lo suspendieron un año después por la creciente violencia callejera de los falangistas. Reapareció en marzo de 1939, poco antes de que acabara la Guerra Civil. Los sublevados acababan de tomar Madrid y confiscaron las instalaciones de El Sol. Propiedad de Prensa del Movimiento, se constituyó como el diario oficial del franquismo hasta su cierre en junio de 1979.

Durante cuatro décadas, Arriba se encargó de ensalzar al franquismo y a sus dirigentes. En junio de 1962 una delegación de opositores al dictador acudió a Múnich para intervenir en el IV Congreso del Movimiento Europeo. Meses antes Franco había intentado sin éxito ingresar en la Comunidad Económica Europea, precursora de la UE. El diario oficial trató de ridiculizar el cónclave, al que denominó peyorativamente Contubernio de Múnich, y calificó a los participantes de traidores.

El periódico también sirvió al régimen para deshacerse de aquellos dirigentes que manifestaban sus deseos de apertura. La portada de Arriba publicó un artículo en abril de 1974 que provocó la caída de varios ministros, entre los que se encontraba Pío Cabanillas. El Alcázar le sobrevivió, ya que se publicó hasta finales de 1987.

Las víctimas del franquismo exigen digitalizar los diarios ‘Arriba’ y ‘El Alcázar’ (theobjective.com)