León, sin memoria democrática

Opinión

León, sin memoria democrática

Ángel Santiago

A escasos metros del despacho del alcalde de LeónJosé Antonio Díez, situado en la céntrica Plaza de San Marcelo, en la trasera de la iglesia que le da nombre luce una placa homenaje al que fuera fundador de Falange EspañolaJosé Antonio Primo de Rivera.

Estamos en pleno corazón de la ciudad, y una zona que alberga una buena parte de nuestro patrimonio histórico y arquitectónico y por la que pasan la mayoría de los visitantes. El detalle de la placa no debiera ser seña de nuestra identidad. Ni para postal, ni para ofrecer la imagen de una ciudad democráticamente sana.

Gobernada desde hace años por un alcalde socialista, la lista de incumplimientos con la Ley de Memoria Democrática se amplía considerablemente. En el municipio hay cerca de una treintena de calles con nombres de generales y civiles franquistas. Entre otros, Millán Astray, San Jurjo, Calvo Sotelo, Alcázar de Toledo o Generalísimo Franco.

El grupo municipal de la UPL, con una mayor sensibilidad por este tema, criticó hace unos días la lentitud del equipo de gobierno para dar cumplimiento a las exigencias de la citada ley. Le piden diligencia y hasta hacen propuestas de nombres dignos de una urbe moderna y democrática.

La falta de compromiso del alcalde en este capítulo está manifiestamente probada. Le ha faltado tiempo para gastarse miles de euros en duplicarnos las placas del callejero de la ciudad para incluir el lliunés, pero deja en el olvido lo que es un compromiso con hábitos democráticos.

La profesora de historia, Elena Aguado, actual concejala responsable de Acción y Promoción Cultural, formó parte del grupo de expertos que facilitó en su día la lista de nombres de calles que debían ser modificados.

La voluntad no la ha tenido en años, pero ya no puede el primer edil del municipio alegar ahora excusa por falta de conocimiento próximo.

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