León. Un prisionero de San Marcos en el parador

Un prisionero de San Marcos en el parador

El último superviviente del campo de concentración, Josep Sala, de 101 años, participa el 8 de junio en el acto de inauguración del memorial por las víctimas en el claustro
3.06.2021
diariodeleon.es
  

Dicen que los deseos se cumplen solo si los deseas. Josep Sala, superviviente del campo de concentración de San Marcos, manifestó hace unos días en Diario de León que «si vivo y ponen una placa, me gustaría ir». Lo que no se imaginaba es que en Paradores ya estaban preparando un acto de reconocimiento de las víctimas de la Guerra Civil —entre 15.000 y 20.000 estuvieron presos, murieron o salieron para ser paseados desde San Marcos— y que pocos días después le llamarían para invitarle a estar presente. Está emocionado preparando el viaje de vuelta a San Marcos, en condiciones muy distintas a las que llegó por primera vez, con 19 años, en un tren atestado de prisioneros de guerra capturados en el frente de Cataluña en enero de 1939.

Vuelve con sus 101 años y la ilusión de ver cumplido el compromiso del parador de dejar constancia del significado histórico del edificio, que nació como hospital de peregrinos, fue cárcel en el siglo XVII, primera sede del Museo de León, campo de concentración y parada de sementales de caballería antes de convertirse, en 1965, en parador nacional.
Josep Sala, que durmió en el suelo de la iglesia de San Marcos durante los cuatro meses que estuvo preso en la llamada sala 15 del campo, coincidirá en el claustro superior —donde se ha instalado el memorial— con el expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) pidió a Paradores que se incluyera en el recinto hotelero un recuerdo a las víctimas de la Guerra Civil para público conocimiento cuando se inauguró el parador.
 
En la parte del edificio de San Marcos que ocupa el lapidario del Museo de León ya existe un monolito de recuerdo a las víctimas del campo de concentración, que fue instalado en 2007. Se trata de una pieza independiente del parador y a la que no tienen acceso los huéspedes de San Marcos. Lo curioso es que ahora los leoneses no pueden visitar el claustro de San Marcos, dicen que por el covid. Y que, como dijo Josep Sala a Diario de León, «a mí lo que me extraña es que la gente sea tan ignorante y no sepan lo que pasó».
 
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