LIBRO: Cuerda de presas.

Cuando estás escribiendo este tipo de crónicas, llega un momento en que se hace difícil elegir el siguiente título, hay muchas y muy buenas cosas; pero sin embargo para esta semana he elegido esta por su temática, habla de las mujeres presas, la mujeres “rojas”, de las mujeres en la posguerra. Que se haya reeditado recientemente prueba el interés por estos temas. Este gran trabajo nos va a permitir ver la represión a través de la mirada de las mujeres, algo no habitual y que supone además un pequeño homenaje para las miles de presas encarceladas, represaliadas  y asesinadas por el franquismo.

Cuerda de presas retrata las cárceles franquistas de la inmediata posguerra y la represión que padecieron miles de mujeres, las habituales grandes olvidadas de la historia. García y Martínez utilizan historias cortas para crear un reflejo general del mundo carcelario de los años 40, y de esta manera nos permiten observar diferentes cárceles y situaciones muy diversas, que en conjunto denuncian la barbarie franquista de forma global. Cada historia transcurre en una cárcel diferente, componiendo así un mosaico que denuncia las atrocidades de la represión en la posguerra, en la que el dolor y la rabia son los únicos sentimientos permitidos. A lo largo de estas historias, y pese a todas las imposiciones imaginables, las presas recobran una a una las palabras que importan: las del afecto, la amistad y la solidaridad.

El cómic está compuesto por once historias distintas, aunque entre algunas de ellas existe cierta continuidad. Cada una tiene un enfoque diferente, pero todas tienen en común la crudeza con que narran las terribles experiencias que padecieron miles de mujeres en los años iniciales de la posguerra. La realidad de las cárceles de la época se entremezcla con los recuerdos de algunas de las protagonistas, que décadas después aún sufren las consecuencias de sus castigos. La dureza de los testimonios se refleja en el estilo de las ilustraciones, que el autor define como “de corte expresionista, con influencias del cartelismo utilizado en aquella época para difundir la diferente propaganda política”Estamos pues ante un cómic muy doloroso, dibujado en unas viñetas de un blanco y negro áspero y asfixiante; viñetas que se van adaptando a la historia y que por lo tanto su estilo va cambiando en cada narración, precisamente para adaptarse a cada uno de los relatos.

Pero además merece la pena acercarse a este pequeño gran álbum porque tanto Jorge García como Fidel Martínez construyen una obra conmovedora, veraz y llena de pasión aunque paradójicamente el tono empleado por García sea el de la frialdad. Hay una voluntad explícita de distanciamiento, de buscar el rigor artístico, de que sean las historias las que hablen por sí solas sin el adorno del subrayado emocional.

El guion de Jorge García, que además es licenciado en historia, es sobrio y preciso, fruto de un profundo trabajo de investigación. Para hacerlo se sirvió de la que fuera presa republicana y luchadora antifranquista Tomasa Cuevas, quien se dedicó a recoger los testimonios orales de las compañeras que sufrieron su misma suerte. Va cambiando de narrador en cada historia, a veces son las protagonistas las que nos cuentan directamente sus recuerdos o nos llegan a través de entrevistas periodísticas, en otras nos lo cuentan sus hijos. Cada una de ellas tiene su propio drama: la embarazada que da a luz en la cárcel de Las Ventas, la lesbiana a la que confinan a una celda de aislamiento cuando la encuentran con otra compañera o a la que le perdonan su melena para resultar más atractiva a sus violadores. Tragedias dibujadas que fueron una cruda realidad hace no tanto tiempo.García nos sumerge sin filtros pero también sin estridencias por todo el catálogo de atrocidades que un régimen revanchista e inhumano estructuró en nombre de la ideología, la religión y la decencia. El franquismo desposeyó a los perdedores de toda humanidad para poder torturarlos, adoctrinarlos y en muchos casos eliminarlos. Las mujeres sufrieron además un plus de crueldad dado el machismo absoluto que imperaba en aquella época.

Publicado por Astiberri en edición rústica en 2005, ha sido reeditado, lo que considero un gran acierto; la opción de hacerlo en un formato con tapa dura también. Se ha variado algo el tamaño para que la caja (la superficie real dibujada sin los márgenes en blanco) quedara mejor proporcionada, mejorando así su aspecto visual.

Fuente: errepublikaplaza.wordpress.com

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