Los archivos de la represión franquista, un muro de secretismo: “La cosa está peor que hace 20 años”

El Archivo General del Ministerio de Interior administra parte de los expedientes penitenciarios de la dictadura. Los investigadores denuncian las “trabas” para acceder a la documentación.

Víctor López / 01.03.2025

María Lozano Hernández fue fusilada el 19 de enero de 1940. Dos días antes, habían matado a su marido. El bebé de ambos falleció “enfermo” en la cárcel de mujeres de Ventas, mientras María esperaba su propia ejecución. ¿Quién la encerró? ¿Quién le disparó? Es imposible acceder a la información completa del caso; los nombres de los funcionarios y de sus compañeras de celda aparecen tachados en el sumario policial. Lo mismo ocurría con los expedientes penitenciarios de la prisión de Pamplona, la cárcel de Córdoba o el reformatorio de adultos de Alacant; los historiadores no han podido “consultar con facilidad” esta información hasta que aterrizó en los archivos provinciales. 

“El Archivo General de Interior (AGMI) no tiene un lugar de consulta pública, es decir, tú puedes pedir la documentación, pero no puedes acudir in situ a consultarla. El problema es que por mucho que la pidas, no te la dan; te aplican una instrucción que restringe su acceso”, reivindica el historiador en una conversación con este diario. La principal fuente para conocer y documentar la represión durante la dictadura continúa “esperando una reforma” que, de momento, todos los gobiernos han rechazado promover.
Las mismas fuentes detallan a Público cómo funciona el procedimiento: una vez recibidas las solicitudes, el personal técnico del equipo “evalúa la posible existencia de restricciones legales al acceso a los documentos” y, en caso de detectar alguna incompatibilidad, la consulta puede ser denegada. Esta no es la única respuesta posible, también pueden exigir más formalidades burocráticas o entregar las copias, pero con ciertos datos anonimizados. “En cuanto se resuelve el trámite de las posibles restricciones, no hay traba ninguna para la consulta de la documentación solicitada”, insisten desde Interior.

Interior trabaja en la transferencia de datos

El Archivo General del Ministerio del Interior, por su parte, recibe anualmente una media de 1.000 solicitudes de consulta, “de las que sólo se rechazan unas 50, siempre por incurrir en alguna de las causas legales que impiden facilitar el acceso” a terceros a los documentos en cuestión, según argumentan desde el departamento. Lo que sí reconocen es la “demora”, un factor que achacan a la “compleja normativa” que regula el proceso y al “diseño” del propio Archivo. 

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