Los testigos silenciados de la historia

UGT reúne en una exposición fotos y objetos de los represaliados de la guerra.

DIARIO DE LEÓN | VERÓNICA VIÑAS | LEÓN | 17-10-2017

Maquis, niños de la guerra, soldados republicanos, represaliados del franquismo y hasta oficiales nazis de paseo por León. Son Los testigos de la historia, la mayoría víctimas y algún ‘verdugo’, reunidos en la exposición que ha encontrado cobijo en la sede de UGT (en Gran Vía de San Marcos), y que muestra una pequeñísima parte de los miles de documentos y fotografías en posesión de la Asociación de Estudios sobre la Represión en León (Aerle), dedicada desde hace años a desempolvar la historia silenciada de la Guerra Civil y la postguerra. De una alambrada de espino cuelgan los retratos de las víctimas de lo que muchos historiadores llaman el ‘holocausto español’. Imágenes de algunas de las 300 fosas comunes, campos de concentración y objetos que los presos, antes de ser ‘paseados’, hicieron con sus propias manos. La mayoría de las imágenes las han aportado los familiares de quienes perdieron la vida por defender la República, aunque también hay algunas firmadas por el conocido fotógrafo berciano Vicente Nieto Canedo.

La exposición, que podrá verse hasta finales de año, incluye un documental sobre los represaliados, producido por Aerle y respaldado en su día por Presidencia de Gobierno.

La muestra, que ya se ha expuesto en Gijón y otras localidades asturianas, en Murias de Paredes, en Ponferrada, en la sede del PSOE y en El Albéitar, ha tenido que adaptarse a ahora a las limitaciones de espacio en UGT. La exposición, como explican los organizadores, ha ido cambiando desde que se exhibió por primera vez.

Hay imágenes de los bombardeos de Villamanín, documentos de juicios sumarísimos, fotos de oficiales de la Legión Cóndor, expedientes carcelarios del Archivo Militar de Ferrol y del campo de concentración de San Marcos. Fotografías que delatan el horror que sufrieron sus protagonistas. También hay un recuerdo para los maestros depurados, unos 20.000, de un censo de 60.000 docentes en 1936.

Un gran panel, en el que hay pegadas imágenes de fusilados, cuenta cómo hubo ejecuciones en casi todas las localidades leonesas; especialmente, en Carrocera, Salce, Cabreros del Río, Valverde de la Virgen, Villadangos, San Andrés del Rabanedo, el Alto del Rabizo, Fabero, Laciana o el cementerio de la capital leonesa.

Otro de los paneles tiene un recuerdo para la lucha encarnecida que mantuvieron los maquis contra el régimen franquista hasta los años sesenta, y cómo muchos de ellos fueron condenados sin juicio ni abogado ni sentencia y fusilados o encarcelados en condiciones infrahumanas durante décadas.

Dar visibilidad a las víctimas

Aerle ha conseguido reunir un ingente archivo, compuesto por más de 60500 documentos, 5.840 microfichas y 10.230 imágenes. Miles de papeles que permiten conocer los hechos de la época más oscura de la historia de este país. Porque, como afirmó ayer el hispanista norteamericano Stanley G. Payne, que acaba de publicar En defensa de España: desmontando mitos y leyendas negras, «la historia de este país es la más distorsionada de Occidente».

Los pequeños objetos, los expedientes policiales y los semblantes profundamente tristes de los retratos en blanco y negro convierten la exposición de UGT en una forma de combatir el silencio y dar visibilidad a cientos de leoneses que fueron acallados por la fuerza de las armas. Cuenta Javier Alfonso Cendón, presidente de Aerle, que «mucha gente que ha visto la exposición ha vuelto con fotos de sus familiares». De hecho, en la alambrada de espino cualquiera puede colgar fotos de las víctimas de la guerra y la postguerra, que, una década después de la aprobación de la Ley de la Memoria Histórica, siguen esperando justicia y reparación.

La exposición podrá verse hasta finales de año. El horario es, de lunes a jueves, de 10.00 a 15.00 horas y de 16.30 a 20.00; y viernes, de 10.00 a 15.00 horas.

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