El BOE sorprende con el posible futuro de esta cárcel de Madrid: de prisión franquista a espacio de memoria histórica
En España, la memoria histórica todavía se mantiene en el debate público
En España, la memoria histórica todavía se mantiene en el debate público: aparece en conversaciones, en calles y en decisiones sobre qué recordar y cómo hacerlo. Para unos es una forma de reparación, para otros, un asunto que pertenece al pasado. Lo que suele repetirse es la pregunta de cómo convivir con recuerdos que aún pesan.
Los espacios vinculados a ese pasado -plazas, edificios, memoriales- plantean dilemas complejos: ¿los conservamos, los transformamos o los eliminamos? Las respuestas suelen depender de la gente del lugar, de su significado, del partido político y del momento. Propuestas como reconvertir una cárcel en un lugar de memoria requieren diálogo, tiempo y acuerdos que se van construyendo paso a paso.
En este sentido, la antigua prisión provincial de Madrid -la cárcel de Carabanchel- simboliza esa tensión entre pasado y futuro. Levantada en el siglo XX y asociada a episodios de represión, su posible declaración como Lugar de Memoria ha suscitado debates académicos y políticos que mezclan reclamaciones de reparación con propuestas para reconvertir el espacio en usos culturales y didácticos.
Por ahora, el Boletín Oficial del Estado ha publicado el acuerdo que dispone la apertura de un periodo de información pública por 21 días para la declaración de la antigua prisión provincial de Madrid como Lugar de Memoria Democrática. El anuncio remite al expediente y detalla la tramitación administrativa disponible para consulta y alegaciones. Es decir, no es una decisión definitiva, sino que se ha abierto un trámite para que cualquiera consulte el expediente y presente alegaciones para valorar su inscripción y posibles usos.
El expediente se inició el 17 de octubre de 2024 y ya ha recibido informes y alegaciones del Ayuntamiento de Madrid, varias universidades y la Real Academia de la Historia (se desconoce si favorables o desfavorables). Todo ello se tramita según la Ley 20/2022 de Memoria Democrática y tiene una anotación preventiva: mientras se decide, no se permiten cambios sustanciales (venta, derribo u obras).
La apertura del periodo de información pública inicia un trámite en el que colectivos, investigadores e interesados podrán examinar el expediente y presentar observaciones. El resultado de este proceso marcará si el antiguo centro penitenciario se incorpora formalmente al Inventario de Lugares de Memoria y cómo se diseñarán sus usos públicos y educativos de aquí en adelante.