La memoria a la carta de Ayuso: lleva a las aulas a ETA mientras veta cursos sobre el franquismo
1.500 alumnos madrileños de 22 centros públicos y concertados distintos acudirán al taller ‘El pasado y el presente del terrorismo de ETA: El testimonio de los jóvenes’, organizado por la Comunidad de Madrid.
Inés García Rábade
El pasado y el presente del terrorismo de ETA. Así ha titulado la Comunidad de Madrid un nuevo taller sobre memoria que se presentaba este martes en el Colegio Nueva Castilla de Vallecas. Es el primero de los 22 centros públicos y concertados que acogerán esta formación a lo largo de los próximos meses. Una formación que recibirán unos 1.500 alumnos en toda la comunidad, según las previsiones de la propia administración madrileña. Spoiler, no ha sentado bien. Ni a la comunidad educativa, ni a la oposición, ni a las asociaciones memorialistas.
“La banda terrorista ETA no existe desde hace más de una década. El propio título del taller nace sobre la base de una falacia“, critica en conversación con Público Carmen Morillas, presidenta de la Federación de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado. “La historia de España debería trabajarse dentro dentro del currículo de las aulas, de una manera lo más aséptica e integral posible. Que ahora se intente introducir un tema tan serio y tan sensible, distorsionándolo y trayéndolo al presente de esta forma, es una vergüenza”, añade con contundencia.
El catedrático en Geografía e Historia de la Complutense Sergio Riesco defiende una postura bastante similar. Y sabe bien de lo que habla. Hace apenas unas semanas, la Consejería de Educación del Gobierno madrileño se pronunciaba sobre otro curso de formación en materia de memoria, esta vez para profesores de educación secundaria: Abordar el franquismo y la memoria democrática en las aulas. La postura del gobierno regional era entonces completamente antagónica. A pocos días de que sus organizadores inscribieran el curso en el CTIF, el Centro Territorial de Innovación y Formación Madrid-Norte, la administración decidía “retirarlo temporalmente” por su “sesgo ideológico”. Curso cancelado.
Riesco estaba entre los ponentes. “Para que todo el mundo lo entienda, no era un curso en el que íbamos a entrar con el puño levantado y la bandera republicana en las aulas“, explica a Público el catedrático. “El objetivo era proporcionar herramientas al profesorado para que supiera cómo informar a sus alumnos sobre los diferentes movimientos que han promovido las libertades en la historia de España”, amplía el historiador.
Con ponentes a la altura de la cita. Como Cristina Luz García, profesora de geografía e historia del IES Las Veredillas; Miguel Ángel del Arco Blanco, catedrático de la Universidad de Granada y autor del libro La hambruna española; y Ángel Luis Sobrino, catedrático de Lengua y Literatura en la UNED. “Era una formación bastante completa, con perspectiva de género y literaria. Y en la que aprovechábamos para desmontar algunos de los tópicos más extendidos sobre el franquismo, como la famosa foto de Franco inaugurando presas y pantanos”, refiere el docente. No les han dejado impartirla.
Ayuso ha asumido como propia la batalla cultural de la extrema derecha. Es el diagnóstico de Enrique Javier Díez, catedrático de la Universidad de León. “Por un lado, la derecha habla de no remover viejas heridas. Por otro, son los primeros en meter el dedo en la llaga para deformar la realidad e instrumentalizar a las víctimas a su antojo”, advierte el docente. La intención -sigue razonando- es construir un nuevo relato que perdure en las futuras generaciones. Que consagre la desmemoria de lo que fueron la dictadura y el franquismo. El olvido del pasado.
“Lo que se está produciendo es una intervención desde la Comunidad de Madrid -con un evidente espíritu censor o, cuanto menos, partidista- para condicionar la enseñanza de la historia en los colegios”, valora, por su parte, Tomás Montero, portavoz del colectivo Memoria y Libertad. Para el activista por la memoria, “es muy grave que se siga ocultando la historia real de la dictadura” y que, en su lugar, se introduzcan “cursos sesgados y con una dosis preocupante de odio”. “Al final se priorizan las opiniones de asociaciones de víctimas con un sesgo derechizado y que utilizan un lenguaje que promueve el enfrentamiento”, sentencia Montero.
Sergio Riesco, catedrático de la UCM: “Estos episodios de censura y manipulación lo único que consiguen es hundir a las víctimas un poco más en sus fosas”
Porque claro que se puede -y se debe- hablar de ETA en las aulas. “Pero explicando todo lo que le rodea”, matiza Riesco. “Un taller en el que ni siquiera se cuenta a los alumnos que ETA nace en pleno franquismo, en un clima de represión, violencia y absoluta falta de libertades, está ocultando una parte importante de la historia”, apunta el catedrático. En un país con 114.000 víctimas abandonadas durante medio siglo en cunetas. Víctimas sin dignificar, insiste Riesco. “Estos episodios de censura y manipulación lo único que consiguen es hundirlas un poco más en sus fosas, en el olvido“, se lamenta el investigador.
Historiadores, docentes y activistas coinciden: queda mucho por investigar y por enseñar sobre la historia reciente de España. Con documentación histórica, investigaciones científicas y datos en la mano. Y con una Ley de Memoria que, en su artículo 44, exhorta a impartir estos conocimientos en las aulas. Un mandato que, recuerda Díez, la LOMLOE -la Ley Orgánica por la que se modifica la Ley Orgánica de Educación- ignora. O al menos no implementa adecuadamente. En su disposición adicional número 41, la norma habla de “recoger el conocimiento de la historia democrática en España” y “su contribución al fortalecimiento de los principios y valores democráticos definidos en la Constitución”. Eso es todo. “Es injustificable que no se concrete más, que no aparezca una mínima referencia a la dictadura. Si un solo alumno completa el periodo educativo sin saber lo que ha pasado en este país, estamos fracasando como sociedad”, concluye el catedrático. “No puede haber democracia sin memoria“.



