Quienes redactaron la declaración de derechos humanos incluyeron la palabra universal porque eran conscientes de que su universalidad era uno de sus valores principales. Por eso, consideramos que es una buena ocasión para recordarle que esa universalidad sirve Auschwitz o para el edificio de la presidencia de la Comunidad de Madrid que fue durante la dictadura franquista, la sede de la Dirección General de Seguridad.

En sus sótanos fueron torturadas miles de personas: estudiantes, militantes de partidos clandestinos, homosexuales y todo tipo de disidentes políticos y morales. Además de ser detenidos ilegalmente eran sometidos a torturas y maltratos que les causaron lesiones físicas y psicológicas; en algunos casos de extrema gravedad. Las personas que luchaban por el regreso de las libertades y la celebración de elecciones democráticas fueron recluidas y atormentadas por la policía franquista en ese lugar.

El sufrimiento de todas esas personas debe servirle a la sociedad para recordar el daño y el terror que causó la dictadura franquista tras su conquista violenta del poder, se negación a celebrar elecciones democráticas, sin que nada ni nadie se lo impidiera, y su persecución a quienes no compartían su ideario, negando y aplastando la diversidad que es uno de las principales fortalezas de las democracias y representa el ejercicio de la libertad y el desarrollo de la propia identidad. Hechos tan graves y tan aleccionadores de lo que no se debe repetir deben ser reconocidos públicamente.

Para Emilio Silva, presidente de la ARMH, “si su viaje a Auschwitz no fue simplemente oportunista la presidenta de Madrid tiene el deber moral de reconocer a las víctimas del franquismo y decir desde su despacho, como escribió ayer, que no hace tanto ni tan lejos se cometieron los más graves delitos contra la humanidad en el mismo edificio en el que ella ejerce sus funciones, porque la primera victoria del nazismo en Europa fue que Hitler ayudase a Franco a conquistar violentamente el poder”.

Por ello, desde la ARMH solicitamos que se deje de ocultar la historia de la represión franquista y se coloque una placa, en la fachada de la Real Casa de Correos, sede de la presidencia de la Comunidad de Madrid, que recuerde a las personas que allí fueron torturadas, que denuncie hechos tan graves y que reconozca a los hombres y mujeres que lucharon y se esforzaron para que quienes desde 1983 ocupan el despacho de la presidencia de la Comunidad de Madrid hayan llegado al puesto como consecuencia del resultado de unas elecciones democráticas y no por la designación  de quienes tomaron el poder violentamente mediante un golpe de Estado y llevaban a cabo los nombramiento a partir de la voluntad de un dictador.

Piden a Isable Díaz Ayuso que igual que hace homenajes a las víctimas del nazismo los haga a las del franquismo