Más de 9.000 cuerpos de víctimas del franquismo han sido recuperados en 20 años de exhumaciones.

Este miércoles se cumplen 20 años de la primera exhumación de desaparecidos por el franquismo con métodos científicos. Se trató de la recuperación de trece personas en Priaranza del Bierzo y significó el nacimiento de la ARMH y el inicio de un movimiento que ha conseguido recuperar más de 9.000 represaliados desde entonces. 

Era el mes de octubre del año 2000 cuando un grupo de familiares de represaliados impulsó y organizó la primera exhumación con metodología científica homologable a nivel internacional. Uno de aquellos familiares era Emilio Silva, nieto del represaliado Emilio Silva Faba, que hoy preside la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, el principal motor que ha impulsado las exhumaciones en España en los últimos 20 años. En la parte técnica, por su parte, estaba el prestigioso forense Paco Etxeberria, hoy asesor de la Secretaría de Estado para la Memoria Democrática. Aquel día era un 21 de octubre y este miércoles se cumplen 20 años de la exhumación que pasó a la historia como ‘Los trece de Priaranza’

Desde aquel histórico 21 de octubre, familias y asociaciones de Memoria han conseguido recuperar los cuerpos de más de 9.000 personas que fueron represaliados por el franquismo. Así lo pone de relieve la investigación doctora en Historia de la Universidad del País Vasco Lourdes Herrasti en su tesis doctoral titulada Arqueología de la Memoria: el método arqueológico aplicado a la historia reciente. Así, desde el año 2000 hasta el 2018 se recuperaron un total de 9.009 cuerpos en 743 exhumaciones realizadas por todo el Estado. La inmensa mayoría de los cuerpos recuperados (el 89%) pertenecen a población civil y, por tanto, no participaban en ningún ejército ni acción de guerra en el momento de ser ejecutados por el franquismo y lanzados a una fosa común.

Interviú se hizo eco de la exhumación en Priaranza y comenzamos a recibir llamadas y cartas de gente que también quería encontrar a sus familiares, así que decidimos seguir trabajando. Se nos fueron sumando cientos de voluntarios que hicieron posible cada exhumación. Si no recuerdo mal hemos tenido más de mil voluntarios de alrededor de unas 20 nacionalidades”, explicó en este reportaje Emilio Silva, que incidía en que la labor de la ARMH nunca hubiese sido posible sin el impulso y deseo de cientos de familiares y de voluntarios y sin la desinteresada ayuda de, por ejemplo, un sindicato de electricistas noruego.

Al impulso de la ARMH se unieron el de otras otras muchas asociaciones como Aranzadi y diferentes asociaciones de memoria vinculadas a sus propios territorios. Con la Ley de Memoria Histórica, aprobada en diciembre de 2007, llegaron las primeras subvenciones a las exhumaciones. Estas ayudas fueron eliminadas por el Gobierno de Rajoy, que dejó a cero el presupuesto para la Memoria Histórica y las exhumaciones. Otras instituciones y gobiernos autonómicos como el de Euskadi o Navarra y diputaciones como la València, Cádiz o Sevilla también han participado de manera activa en la búsqueda de los miles de desaparecidos de la Guerra Civil.

Ahora, 20 años después de aquella primera exhumación científica, el Gobierno ha vuelto a poner subvenciones y ayudas para asociaciones y ayuntamientos que quieran impulsar exhumaciones hasta la aprobación de la nueva Ley de Memoria Democrática. A partir de ese momento, el Estado asumirá la responsabilidad de exhumar a los represaliados y será la Secretaría de Memoria Democrática quien elaborará planes cuatrienales de exhumaciones con el objetivo de recuperar los miles de cuerpos de víctimas del franquismo que siguen en fosas comunes. 

De momento, y a la espera del nuevo escenario, la ARMH continúa con su incasable trabajo y hace pocos días terminó una nueva exhumación en el cementerio de Guadalajara con la recuperación de 21 cuerpos. Mientras tanto, en Sevilla, un equipo de profesionales de la Sociedad de Ciencias Aranzadi tras el concurso público del Ayuntamiento de Sevilla, trabaja en la conocida como fosa de Pico Reja. En otros territorios, como en la Comunidad Valenciana, la Generalitat está impulsando exhumaciones como la que se produjo hace apenas unas semanas en Monóvar, donde no consiguieron encontrar los restos por la posible destrucción de las fosas, y ya está impulsando la futura exhumación de cinco brigadistas internacionales en el municipio de Benissa (Alicante).

Jornaleros y trabajadores afiliados a fuerzas de izquierda

Las exhumaciones y posteriores trabajos de identificación permiten comprobar que las profesiones mayoritarias entre las víctimas que han sido identificadas son las relacionados con el trabajo en el campo: campesinos, jornaleros y agosteros. No obstante, Herrasti explica también que hay un número considerable de víctimas que ejercían profesiones liberales y que muchas de ellas comparten un mismo denominador común: su militancia en partidos políticos, sindicatos u organizaciones vinculadas a una ideología de izquierdas. 

Otros estudios y bases de datos cruzadas, a menor escala, ya habían avanzado el dato que Herrasti ahora confirma. La matanza fundacional del franquismo afectó muy especialmente a los trabajadores del campo. La base de datos ‘Todos (…) los nombres’, que recoge información de las víctimas de Andalucía, Extremadura y norte de África ya mostraba que la mayoría de los trabajadores represaliados “podrían agruparse bajo el título de campo”, tal y como explicaba un reportaje de eldiario.es de Juanmi Barquero. También el proyecto La Memoria Recuperada, alojado en la web de la Universidad de Alicante, muestra cómo las profesiones que más se repiten, con un amplio margen de diferencia entre las personas represaliadas en la Comunidad Valenciana, son las de agricultor y jornalero.

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