Andaluces en el exilio (con motivo de la Guerra Civil, 1936-1939)

RECUPERACIÓN Y COMPROMISO (Prólogo). La Biblioteca de Andalucía ha llevado a cabo un proceso de rescate de los poetas y artistas andaluces, aventados por la guerra civil y la posguerra, exiliados y emigrados forzosos a otros países y a otras culturas. La experiencia se recoge en este número de la colección de catálogos temáticos, con las fichas de sus obras que atesora la Biblioteca de Andalucía. El criterio está en función de sistemas divulgativos, pedagógicos especialmente dirigidos a las nuevas generaciones, y medios visuales. La esclarecedora iniciativa de difundir los fondos, contribuye eficazmente a armonizar los diferentes sistemas, al servicio y alcance de todos.

El presente Catálogo recoge la bibliografía de 106 autores desterrados que crearon y compusieron sus obras lejos de la tierra que los vio nacer. De ellos tan solo un 10 % son mujeres de diferentes estamentos sociales y artísticos: actrices, juristas, profesoras, maestras, escritoras, diplomáticas, filósofas. Tampoco los autores tienen un perfil monográfico, forman una miscelánea heterogénea: pintores, poetas, músicos, escritores, periodistas, profesores, políticos, por razón de espacio no podemos dedicarle a cada uno, como sería deseable, las influencias, las lecturas que encendieron su vocación y la andadura de sus vidas que los llevó al exilio o, más tarde, en la dura e interminable posguerra a una salida del país, en ocasiones camuflada bajo el señuelo de la emigración llamada económica. Ante tal tesitura, hemos optado por ocuparnos especialmente por los autores que quedaron en Europa, especialmente en Inglaterra, un exilio
tan sui géneris, que está calificado por “distinguido”, como referencia a la talla intelectual de las gentes que lo integraron, en una mayoría. El Gobierno de Chamberlain se cuidó de atraer, por todos los medios, a aquellas personas cuyo acervo cultural o científico, fuese útil a su país.

Especialmente a los investigadores y descubridores con proyección en el campo de la sanidad, dado que se preparaban para afrontar una inminente confrontación. Estos fueron los casos, entre otros, de los doctores Josep Trueta y Federico Durán. El primero desarrolló el tratamiento de las fracturas abiertas, conocido mundialmente por método Trueta. Y el segundo asesoró a varios Gobiernos del bando aliado, acerca de la conservación del plasma sanguíneo para transfusiones a distancia. Aunque según las leyes británicas, los extranjeros no podían ejercer como médicos, al comenzar la Segunda Guerra Mundial, existía demanda, ya que los suyos estaban en los frentes. El exilio republicano dejaba atrás una España en la ruina moral y material, en poder de unos vencedores que solo ambicionaban dominar y acabar de exterminar a sus adversarios. La relación de los profesores, médicos y maestros que se exiliaron en 1939 es impresionante, otros fueron detenidos y expulsados de sus cátedras y muchos asesinados. Nuestros claustros quedaron prácticamente vacíos.

Coordinación: Alfonso Ramos Torre