Prólogo a la 2ª edición
12 años después. Estado de la cuestión
Como ya dejé apuntado en la introducción a la primera edición del libro Con nombres y apellidos, la investigación sobre la represión desatada por el franquismo contra los habitantes de Cazalla de la Sierra tras el golpe militar del 18 de julio de 1936, pese al arduo trabajo realizado hasta entonces, estaba incompleta.
Doce años después, los datos sobrevenidos tras la continuación y ampliación de las investigaciones avalan lo que ya intuíamos y afirmábamos entonces. Todos los parámetros de la represión se han visto incrementados exponencialmente. De los 1.203 represaliados a los que habíamos logrado poner nombres y apellidos -si bien con algunos errores, ahora subsanados- y aparecieron publicados en Con nombres y apellidos, hemos pasado a los 1.809, lo que supone un incremento de 606 víctimas en el cómputo total.
El mayor porcentaje de identificaciones lo aporta el capítulo de desaparecidos con 292, fundamentalmente el apartado de desaparecidos en la guerra, es decir, aquellos vecinos que, tras abandonar el pueblo en agosto de 1936, no regresaron al pueblo una finalizada la contienda en 1939 o en los años posteriores (1940-1941). No siendo menor la información procedente de fuentes orales, el aporte principal de datos en este capítulo proviene de la comparación de los Padrones Municipales de Habitantes correspondientes a los años 1935 y 1940 (confeccionado en diciembre de dicho año), cuyos listados no habíamos podido consultar en su momento por hallarse extraviados y, a su vez, el de ambos padrones, con la
información procedente del Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca (CDMH), cuya consulta telemática, por aquellos entonces, aún no se hallaba operativa.
El segundo apartado que arroja un incremento significativo en sus cifras es el de los condenados a prisión y/o trabajos forzados con 147 nuevas identificaciones. Tal incremento es consecuencia de la profundización en el trabajo de investigación de los fondos del Archivo del Tribunal Territorial Militar 2º de Sevilla (ATTM2S) además del rastreo en otros dos archivos
militares, el Archivo Militar Intermedio de Sevilla (AMIS) y el Archivo del Tribunal Territorial Militar Nº 1 de Madrid (ATMT1), cuya consulta no habíamos podido realizar en aquella primera etapa por diversos motivos. A estas dos nuevas fuentes documentales se unen las investigaciones publicadas al respecto (tanto en soporte papel como en internet) en el
transcurso de estos últimos doce años por diversos autores, especialmente la relativa a los Campos de Concentración y cárceles franquistas repartidos por todo el país.
El tercer apartado en ver incrementadas sus cifras de forma sustancial es el de víctimas mortales con un total de 111. En este capítulo han sido relevantes las informaciones procedentes de familiares así como la extraída de diversas fuentes documentales. De igual modo el capítulo de los exiliados ha visto más que duplicadas sus cifras tras la consulta de la
documentación que al respecto de este colectivo guardan los archivos del Ministerio de Asuntos Exteriores, la Fundación Pablo Iglesias o el Archivo Guerra y Exilio. Así mismo la mayor parte de los nuevos datos sobre los depurados de empleo y los expedientados por el Tribunal de Responsabilidades Políticas proceden del Archivo de la Universidad de Sevilla y del Archivo Municipal de Cazalla por un lado y, por el otro, de las páginas del BOE.
Esta realidad que se muestra ante nuestros ojos a través de los nuevos datos, no hace sino certificar con mayor precisión la dureza y alcance de la vesánica represión desatada por el régimen franquista sobre el vecindario de Cazalla de la Sierra entre 1936 y 1950. Si en la investigación publicada en 2011 el número de represaliados se situaba en torno al 12% de la población, doce años después dicho porcentaje se eleva hasta el 18%, cifra que si tomáramos en consideración el número de huérfanos que tuvieron que ser internados en los hospicios de la dictadura y el de las varias decenas de mujeres que sufrieron vejaciones de todo tipo por parte de los fascistas locales –desde rapados al cero, ingesta de aceite de ricino,
obligatoriedad de prestar servicios de limpieza no retribuidos en los distintos acuartelamientos de Falange, Milicias Nacionales, Guardia Civil o edificios públicos- se acercaría bastante al 20%.
Por otro lado, no está de más recordar que en este asunto de la represión franquista Cazalla no fue un hecho aislado, sino un exponente más que se enmarca dentro del conjunto de la política represiva llevada a cabo por los golpistas sobre el conjunto de municipios de la Sierra Morena sevillana, la mayoría de ellos pertenecientes al Partido Judicial de Cazalla de la Sierra.