DIRECCIÓN GENERAL DE MEMORIA HISTÓRICA. PRIORIDADES, OBJETIVOS Y ACTUACIONES PREVISTAS. >/h2>
l. Prioridades políticas
A) Consolidar la nueva Dirección General de Memoria Democrática como una herramienta pública funcional, participativa y comprometida con los valores y prácticas tendentes a la reparación de las víctimas y a la reconstrucción de un relato veraz de lo que supuso el régimen republicano, la guerra civil y la dictadura franquista.
Por primera vez en nuestra historia democrática, y como consecuencia directa del acuerdo programático PSOE-IU, y del empeño decidido de esta última fuerza política, se crea la Dirección General de Memoria Democrática que sustituye al anterior Comisariado de Memoria Histórica. Este cambio va más allá de una cuestión formal o administrativa, y evidencia la intención política de responder desde instancias públicas a los derechos de las víctimas, de los descendientes y de la ciudadanía en general en materia de memoria histórica. Naturalmente, este nuevo instrumento político-administrativo va a requerir -sobre todo en la primera fase de su existencia-de un esfuerzo colectivo para su consolidación y, podríamos decir, para su legitimación social, que solo puede alcanzarse a través de dos procesos paralelos:
1) El trabajo y el compromiso interno, tanto del equipo propio de la Dirección General, como del conjunto de cargo s que integran el Consejo de Gobierno de la Consejería. La voluntad política de otorgar toda la importancia que se merece a la dimensión memorialista, debe traducirse a corto o medio plazo -aún teniendo en cuenta la desfavorable coyuntura económica y presupuestaria-por un razonable aumento de los recursos humanos y materiales, que puedan dar adecuada respuesta a las múltiples tareas y demandas sociales que ya existen o se irán generando.
2) En relación dialéctica con el punto anterior, la afirmación institucional de la nueva D.G. requiere de que los sectores sociales a los que va dirigida su actuación -víctimas y descendientes, asociaciones y foros memorialistas, investigadores, docentes, y, en última instancia, el conjunto de la ciudadanía-perciban el cambio como una realidad que favorece, apoya y responde con eficacia a sus intereses y demandas. No olvidemos que la elevación del rango administrativo se percibe desde fuera como un signo político de mayor compromiso con estos sectores, y que por tanto las expectativas sociales han crecido e incluso se han disparado, como ya resulta evidente tras los primeros contactos con representantes del movimiento memorialista. Una respuesta insuficiente o inoperante a estas expectativas generadas puede devolvernos pronto a un escenario de desistimiento, escepticismo o frustración social. Depende de nosotros que esto no ocurra, y que, por el contrario, con la optimización de los recursos y fortalezas que poseemos, la Dirección General y todo lo que ella simboliza se afiance como el marco de referencia para el trabajo , la reflexión y la satisfacción del derecho a la verdad ya la reparación.
B) Profundizar en el empeño por obtener verdad, justicia y reparación para las víctimas de la guerra civil, la dictadura y el periodo de transición a la democracia.
Es preciso culminar el prolongado esfuerzo de los últimos años, hasta conseguir más temprano que tarde que no quede ni una víctima de la violencia franquista sin ser localizada, identificada, reparada en su memoria y, si es posible, exhumada con todas las garantías legales. No podemos olvidar en este sentido las víctimas de la Transición, para situar este periodo histórico en el lugar que le corresponde, superando el mito de un proceso idílico que reconcilió a todo s los españoles, incluyendo a las víctimas con sus verdugos.
El planteamiento de este objetivo es una prioridad política, hasta superar la anomalía democrática que supone la existencia de fosas sin nombre y la ocultación de la verdad histórica, tras más de 30 años de democracia. Así lo considera el vicepresidente Valderas en su comparecencia ante la Comisión Parlamentaria de Administración Local y RR.lI para exponer el programa de legislatura, al plantear la reivindicación de la memoria de las personas que dieron su vida en defensa de la legalidad republicana, por la democracia y por la libertad en Andalucía es un elemento central de trabajo de esta Consejería en la X Legislatura.
No es fácil acometer esta tarea en el actual marco político-jurídico, dominado por el revisionismo historiográfico y bajo la insuficiente Ley de Memoria Histórica de 2007, que marca unos límites inasumibles desde la memoria democrática e impide de facto la plena reparación de las victimas; de ahí la necesidad inaplazable de aprobar una Ley de Memoria Democrática de Andalucía en el marco competencial autonómico.
Los objetivos de verdad, justicia y reparación para las personas desaparecidas y/o asesinadas son de carácter público, interesan y atañen al Estado (en nuestro caso a la Administración Autonómica) y al conjunto de la ciudadanía como un deber democrático, puesto que poseen una dimensión transformadora de la visión colectiva del pasado. No podemos circunscribir las exhumaciones a un escenario doméstico, familiar o privado, como actuaciones puramente humanitarias, aunque sin duda presente e incluyan también este factor humano. Es así necesario ajustar los posibles desenterramientos a los protocolos internacionales, con presencia judicial y garantías técnicas. Cada desaparecido que se entrega a las familias sin intervención judicial es una prueba del genocidio franquista que se nos escapa para siempre. Por tanto, resulta imprescindible situar las exhumaciones en el marco de un proceso de actuaciones tendentes a conseguir la transformación de la memoria colectiva dominante respecto a lo que supuso la República, la Guerra y la Dictadura, y con ello el cambio en la conciencia política y el compromiso social en el presente.
C) Incorporar como un factor constituyente de la Memoria Democrática las formas de lucha y resistencia de las clases populares, para la defensa y conquista de derechos y libertades.
No se puede entender la resistencia de las clases populares, primero ante el intento de golpe de estado y posteriormente como formas de oposición organizada contra la dictadura, sin tener en cuenta la construcción de valores democráticos y de potentes organizaciones sociales que alcanza su plenitud con la llegad a de la Segunda República. La Memoria Democrática debe pues incluir el esfuerzo por hacer visible esa nunca rota línea de lucha por la democracia y la igualdad a través de todo el siglo XX español, y que constituye la auténtica raíz histórica de las conquistas del presente, más allá del ya citado relato de la Transición.
D) En Andalucía, la Memoria Democrática debe considerar también la propia conquista de la autonomía.
En la ya aludida comparecencia ante la Comisión Parlamentaria del Vicepresidente Diego Valderas, el viernes, 8 de Junio de 2012, se alude a esta prioridad política, al plantear profundizar en los perfiles de quienes encabezaron y desplegaron los procesos en defensa del autogobierno y por la conquista del Ideal Andaluz. La reclamación de la figura de Blas Infante en su dimensión ética y política, de Javier Verdejo o de García Caparrós desde una perspectiva de ahondamiento en los movimientos que desde la base aglutinaron e hicieron posible que la sociedad andaluza rompiera los planes trazados para limitar su soberanía y alcanzara el acceso a la Autonomía en pie de igualdad con el resto de nacionalidades históricas del Estado.
Este amplio protagonismo social en la consecución del actual marco autonómico debe ser recordada como una afirmación de la identidad colectiva de base popular, que permite dotarnos de herramientas políticas para superar la situación estructural de dependencia económica y debilidad de lo público. En este ya histórico proceso también ha habido víctimas y represaliados en un contexto de fuerte movilización, de modo que reconstruir su relato con veracidad y mirada crítica debe constituir una prioridad política en el conjunto de actuaciones de la Dirección General.
l.b) Objetivos y actuaciones previstas
1.b) l. Principales
A) Consolidar y ampliar el equipo humano de la Dirección General
Este objetivo se vincula claramente a la primera prioridad política establecida en el documento, donde se expresa la conveniencia de otorgar una adecuada asignación de medios y recursos a la nueva Dirección General, siendo plenamente conscientes al mismo tiempo de la desfavorable coyuntura político-económica y de la correspondiente necesidad de austeridad presupuestaria.
Existen sin embargo iniciativas y prácticas cualitativas que permitirán sin duda optimizar la capacidad y el rendimiento de las personas que integran y trabajan en la Dirección General, como una adecuada distribución de tareas y funciones, teniendo en cuenta el perfil profesional e incluso los intereses de cada miembro del equipo, o el ejercicio de una coordinación permanente y eficaz, que evite solapamientos en la realización de actuaciones, cree sinergias y apoyos favorables y, en definitiva, favorezca el rendimiento personal al mismo tiempo que la propia satisfacción y la calidad en el trabajo, ya que no hay nada más negativo para obtener buenos resultados en las tareas asignadas que tener la sensación de falta de apoyo o de soledad a la hora de afrontar dificultades, que sin duda surgirán a lo largo del proceso de consolidación y afirmación de la Dirección General.
Junto a la buenas prácticas mencionadas, debemos establecer un correcto y al mismo tiempo simple mecanismo de evaluación interna del trabajo realizado, no con la intención de control y fiscalización explícita de los miembros del equipo de trabajo, sino como un sistema de retroalimentación permanente del conjunto de h actividad de la D.G. -evaluación continua, por tanto-que nos permita detectar debilidades o disfunciones a lo largo del proceso de consecución del objetivo, y remediarlas, antes de que se de por finalizado el tiempo previsto en el correspondiente cronograma.
B) Legitimar y ampliar los apoyos sociales y la percepción pública de la D.G.
Dado el escaso compromiso que hasta ahora ha venido mostrando el Estado democrático por satisfacer los derechos de las víctimas y del conjunto de la ciudadanía, no podemos sorprendemos de la reacción un tanto expectante y un punto escéptica que han mostrado foros y asociaciones memorialistas respecto a la buena noticia de la aparición de esta D.G. Quiere decir esto que debemos ganamos a pulso el reconocimiento y la aceptación del movimiento ciudadano -también del sector más dinámico y comprometido de los investigadores del periodo-con medidas y comportamientos concretos y no retóricos, que sean percibidos desde la sociedad como útiles y favorables a corto y medio plazo. Entre estas actuaciones -que se detallarán en la correspondiente ficha-podemos citar la mejora de la página web, actualizándola y mejorando su oferta informativa y su capacidad de interacción con los usuarios y la posible creación a medio plazo de un programa audiovisual sobre memoria democrática. Asimismo, potenciar el funcionamiento en red de asociaciones y foros, creando un “banco de recursos de la memoria” donde se integren todas aquellas creaciones, propuestas y elementos materiales elaborados por el movimiento memorialista (pe. exposiciones, jornadas, listados bibliográficos, etc) , crear un sistema estable de coordinación y participación con las asociaciones o , como medida fundamental en la respuesta administrativa a las víctimas, ir diseñando y haciendo operativo un servicio de atención a la ciudadanía, donde pueda ofrecerse apoyo e información relacionado con acceso o consulta de archivos, subvenciones, indemnizaciones, mapa de fosas, lugares de la memoria, historiales carcelarios, juicios sumarísimos, etc. Al igual que el anterior objetivo, este se relaciona sobre todo con la primera prioridad política de consolidación de la Dirección General.
C) Transformar la memoria colectiva sobre la República, la Guerra Civil, la Dictadura y el periodo de la Transición.
La Memoria Colectiva no es en definitiva más que el recuerdo socialmente dominante o mayoritario que la ciudadanía tiene de su propio pasado o de un fragmento específico de ese pasado. En el caso español y andaluz, la visión que las sucesivas generaciones han tenido y siguen teniendo ha sido impuesta por un omnipresente relato-mito que ha pasado de la Cruzada contra los rojos antiespañoles al sermón de la equidistancia, del cainismo y de la culpa compartida, tan falaz como el anterior desde el punto de vista histórico. La Democracia ha seguido manteniendo la idea de una República inestable e imposible, fatalmente abocada a la posterior guerra civil, de ésta como un enfrentamiento fraticida entre dos “bandos”, de una dictadura de tonos patemalistas y costumbristas, y por fin de una transición idílica, un nuevo abrazo de Vergara que supera la culpabilidad colectiva de la sociedad española para llevarnos sin conflicto a la tierra prometida de la democracia monárquica.
Esta memoria colectiva, impuesta por el aparato mediático, cultural y educativo durante largas décadas se ha enfrentado sin duda con la conciencia radicalmente distinta de lo que ocurrió, basada en la experiencia personal de los que vivieron el periodo desde el mayoritario punto de vista de los vencidos (a esto se llama memoria histórica personal), pero conforme van desapareciendo por razones biológicas las generaciones que vivieron la guerra y la primera dictadura, esta tensión o contradicción entre las memorias individuales y la memoria colectiva tiende a diluirse, de modo que lo que queda al final es la visión hegemónica, elaborada desde el poder.
Un objetivo principal de actividad debe ser por tanto enfrentar a esta visión del pasado otra basada en la recuperación de los miles de testimonios coincidentes que aportan luz y conocimiento sobre lo que realmente fue este periodo, así como en la rigurosa investigación historiográfica que tanto a nivel de estudios locales como de síntesis explicativas viene dándose en las últimas décadas. La difusión de un relato comprometido con los valores democráticos por los que perdieron la vida y la libertad miles de españoles, científicamente validado y que atienda al derecho a conocer de los ciudadanos y ciudadanas andaluces, es sin duda una tarea básica de esta dirección general, y para ello debemos contar con la edición de historias de vida, el impulso decidido a publicaciones de diverso tipo, la realización de Jornadas y Congresos, así como la posible colaboración con la Consejería de Educación para la elaboración de materiales didácticos sobre la República, la Guerra Civil y la Dictadura, siempre desde el más absoluto respeto al rigor historiográfico. Este objetivo desarrolla las prioridades políticas C) (formas de resistencia de las clases populares) y D) (la Memoria Democrática en Andalucía).
D) Conseguir los objetivos de verdad, justicia y reparación para las víctimas de la guerra y la dictadura, desde la dimensión pública, con especial atención a la perspectiva de género.
En relación con la prioridad política B) (atención a las víctimas de la dictadura), resulta fundamental establecer un marco de garantías judiciales y técnicas para las futuras exhumaciones, aplicando con rigor el actual protocolo en una primera fase, para intentar mejorarlo con la inclusión explicita de la tutela judicial obligatoria tras la tramitación y aprobación de la prevista Ley de Memoria Democrática de Andalucía. Los restos mortales de los desaparecidos son la prueba más evidente de la barbarie de la dictadura, y por ello estas actuaciones tienen un carácter transversal y atañen a todas las prioridades políticas enunciadas. Para que esto sea efectivamente así, desde la Dirección General impulsaremos la contextualización histórica de cada fosa o enterramiento exhumado, y la difusión pública de cada contexto específico.
Es preciso tener en cuenta que no siempre son posibles las exhumaciones, bien porque se haya construido posteriormente o por otros factores condicionantes. En estos casos, tienen un profundo sentido reparatorio y divulgativo, otra serie de actuaciones, comenzando por la definitiva culminación del mapa de fosas -una de las mejores realizaciones de la anterior etapa-y por la identificación nominal de las víctimas. De este modo, tenemos una serie de iniciativas concatenadas, que se refuerzan mutuamente, tendentes todas ellas a satisfacer los derechos de las victimas y del conjunto de la ciudadanía:
1) Localización de fosas y enterramientos, así como de lugares donde se ha ejercido la represión, y también la resistencia popular.
2) Identificación nominal y reconocimiento de las víctimas
3) Reparación pública: acción legislativa, visualización, contextualización histórica, difusión cultural, mediática y educativa.
4) Exhumación: control judicial, garantías técnicas, dimensión pública y política.
l.b) 2. Secundarios
A) Establecer una adecuada distribución de tareas y funciones en el conjunto del equipo. Este objetivo desarrolla y concreta el objetivo principal A) (consolidación del equipo humano). Se trata de establecer criterios objetivos basados en el perfil y las atribuciones administrativas del personal que integra la D.G., para optimizar su rendimiento y procurar también la satisfacción de los trabajadores a partir de la adecuación del trabajo con las propias expectativas y capacidades.
Previsiblemente, conforme vayan tomando cuerpo y comenzando a realizarse las prioridades, objetivos y actuaciones reseñadas en este documento, será preciso ir mejorando y precisando este reparto y control de tareas, al mismo tiempo que la creación de una dinámica de equipo, que evite los compartimentos estancos o el aislamiento en la ejecución de funciones.
B) Definir criterios básicos de valoración y retroalimentación de las tareas asignadas y ejecutadas
También relacionado con el objetivo principal A), se trata de elaborar y dar a conocer al equipo los criterios que vamos a utilizar para realizar la evaluación del proceso de consecución de objetivos y desarrollo de tareas. El primero evidentemente será, con toda la flexibilidad requerida, el seguimiento temporal del cronograma establecido. Otro criterio tendrá que ver sin duda con la posible inadecuación o desajuste entre algún objetivo o tarea y las condiciones cambiantes que pueden darse en el futuro, incluyendo las demandas o propuestas de los colectivos sociales. El grado de satisfacción y respuesta real a los derechos de las víctimas y de la ciudadanía constituye sin duda otro criterio imprescindible.
C) Fortalecer los niveles de participación y colaboración entre la Dirección General y los colectivos memorialistas.
Vinculado como los anteriores al objetivo principal A), se proyectaría hacia el fortalecimiento de encuentros y contactos entre la D.G. y representantes de asociaciones y foros. Este proceso participativo podría culminar en la creación de un Consejo Consultivo, que formaría parte del futuro Instituto por la Memoria Democrática. Una cuestión clave que sin duda favorecerá la consecución de este objetivo consiste en la creación de un banco de recursos en red, que supere la atomización e infrautilización que en ciertos aspectos y zonas geográficas caracteriza hoy día el aprovechamiento de los recursos generados por los propios Foros y Asociaciones.
D) Potenciar la visualización y proyección externa de las actuaciones de la D .G.
Se cierra con este el conjunto de objetivos secundarios relacionados con el objetivo principal A). Es preciso abrir de par en par la ventana que nos comunica y nos hace visibles hacia la sociedad andaluza. Existen diferentes formas de hacerlo, que habrá que ir implementando en función de las posibilidades presupuestarias y de la propia temporalización establecida. La más inmediata, establecida con carácter inmediato en el cronograma de actuaciones, consiste en la dinamización y mejora de la página web, con la inclusión preferente de toda la información relacionada con las fosas del franquismo, con eventos en el marco autonómico, estatal o internacional, con actualizaciones permanentes en el campo de la investigación historiográfica, etc. En un momento posterior del cronograma, consideramos la posibilidad de un programa en soporte audiovisual dedicado a la divulgación de la memoria democrática.
E) Construir en el marco competencial autonómico un nuevo marco legal favorecedor de los derechos de las victimas y de la aplicación de la legislación y los protocolos internacionales.
La consecución plena del objetivo principal B) pasa sin duda por la iniciativa de elaborar y aprobar una Ley de Memoria Democrática para Andalucía, con su correspondiente reglamento de aplicación. Se trata de una prioridad absoluta que impulsaría sin duda de forma decisiva el conjunto de prioridades políticas y objetivos principales de gestión y actividad, y que permitiría avanzar hacia una política más decidida de catalogación y puesta en valor de lugares de la memoria en el territorio andaluz, así como hacia la promulgación de un nuevo protocolo de exhumaciones acorde con los modelos internacionales que exigen de oficio la presencia judicial, a lo largo de todo el proceso exhumatorio.
F) Impulsar la perspectiva de género en el conjunto de actuaciones tendentes a la recuperación de la memoria democrática y la atención a los derechos de las víctimas del franquismo.
Vinculado a los objetivos principales B) y C) , se trata de situar en un lugar central del recuerdo y de la reparación públicas el prolongado ejercicio de resistencia cotidiana y heroica que miles de mujeres andaluzas llevaron a cabo, la mayor parte de las veces como lucha anónima y profundamente solidaria. En el abismo de silencio y olvido que el franquismo estableció para las víctimas, el caso de las mujeres es especialmente grave, ya que la mayor parte de las recientes investigaciones sobre el periodo siguen estando teñidas de ese sesgo historiográfico sutil y a veces inadvertido que continúa situando al sujeto histórico en la parte masculina de la humanidad.
Afortunadamente, esta situación está cambiando en los últimos años, y desde la D.G. asumimos el deber democrático de impulsar la recuperación de la memoria de la lucha y la represión de las mujeres andaluzas. Este compromiso es claramente transversal y se dirige tanto a la política de indemnizaciones como a la priorización vía subvenciones de las actuaciones tendentes a la visibilización del papel de las mujeres durante la República, la Guerra Civil y la Dictadura franquista.
D) Desarrollar la política de recuperación y puesta en valor de “Lugares de la Memoria” como asideros espaciales y físicos del recuerdo de la represión y la resistencia.
La visión comparada de la política sobre la memoria histórica desarrollada en los países europeos tras la derrota del fascismo italiano y el nazismo, evidencia la relevancia que se otorgó a la fijación de la memoria colectiva de la ocupación y la resistencia popular, a través de la señalización, dignificación y puesta en valor de numerosos escenarios materiales (naturales o humanizados) en los que se desarrolló la violencia de los verdugos y numerosas formas de resistencia organizada.
Aquí, en España y singularmente en Andalucía, la persistencia del fascismo primero, y la débil respuesta después de las instituciones democráticas, no sólo impidió este tipo de actuaciones, sino que operó en sentido contrario, esto es, sepultó en la no-memoria toda una serie de escenarios del horror, pero también de la lucha popular: cárceles, espacios naturales de la guerrilla, plazas, fosas …surgen así como un negativo del recuerdo los lugares de la no-memoria, que ahora, con lentitud y dificultad, van saliendo del olvido. En relación con los Objetivos Principales de gestión actividad C) y D), este objetivo secundario pretende transformar radicalmente esta situación, ampliando el catálogo de Lugares de la Memoria, diversificando su tipología para dar entrada a escenarios de lucha/movilización popular (incluida la movilización por la autonomía) y, especialmente, abriendo una vía de colaboración con foros y asociaciones para la puesta en valor y señalización de Itinerarios de la Memoria, señalización de espacios y elaboración de materiales divulgativos.
E) Potenciar la iniciativa cultural, educativa y mediática tendente a dar a conocer y divulgar las claves históricas que caracterizan a la República. la Guerra, la Dictadura y la Transición.
La Memoria Democrática no puede ser otra cosa que el recuerdo colecti vo y veraz de lo que supuso este periodo histórico, visto desde la organización, los intereses y las experiencias populares. Por tanto, debemos impulsar todo tipo de memorias personales, historias de vida, encuentros y Jornadas de presentación de trabajos de investigación, divulgación de aspectos sustantivos relacionados con la represión y la resistencia, etc. La celebración de unas Jornadas de Memoria Democrática de Andalucía, como hito anual que de fuerza social y mediática a este conjunto de iniciativas, es desde luego una meta que debemos alcanzar para el año 2013. Cabe también aquí la política de subvenciones destinada a la publicación de textos y cartografía relacionados con la memoria, la edición de publicaciones de interés desde la misma D.G. y el establecimiento de acuerdos con otras consejerías -especialmente educación-para la edición de materiales didácticos.
FICHA 2.-COMPETENCIAS
En negrita aparece la función y a continuación las actuaciones a ella vinculadas. Las actividades más relevantes se citarán en más de una función, precisamente por su carácter transversal.
1. El impulso de la recuperación de la Memoria Histórica y del reconocimiento, individual o colectivo, de las víctimas andaluzas de la Guerra Civil y del franquismo.
• Elaboración de la Ley de Memoria Histórica de Andalucía, con temporalización prevista de Julio de 2012 a Junio de 2013.
• Desarrollo reglamentario de la Ley, entre Julio y Diciembre de 2013
2.Promover la efectividad del derecho de la ciudadanía andaluza al conocimiento de la verdad de los hechos acaecidos durante la Guerra Civil, la dictadura franquista y la transición a la democracia, así como las circunstancias en que, durante esos periodos, se produjeron desapariciones de personas y se vulneraron derechos humanos.
• Premios a la investigación historiográfica, al compromiso institucional, a la labor docente y al trabajo de asociaciones memorialistas, como reconocimiento a su contribución al conocimiento veraz del periodo histórico que transcurre entre la II República y la Transición.
• Celebración de Encuentros y Jornadas para la divulgación de los hechos y las circunstancias históricas del periodo.
• Organización del Congreso Andaluz de Memoria Histórica, con carácter anual
• Publicación de textos historiográficos y autobiográficos, que aporten claves documentales, interpretativas y de memoria personal para el conocimiento de la represión del régimen y la resistencia popular.
3.El impulso del desarrollo de iniciativas que supongan la mayor difusión posible de los principios éticos de quienes fueron privados de su vida o libertad personal por su defensa de los valores democráticos.
Convocatoria de un certamen anual de memoria y de historias de vida
• Apoyo a la creación y difusión de bancos de memoria oral, recogidos con la colaboración de asociaciones memorialistas, en los que se perpetúe y se transmitan a las nuevas generaciones los comportamientos, actitudes y valores solidarios y comprometidos con la libertad y la justicia que mostraron de forma anónima miles de andaluces y andaluzas. Tanto en esta actividad como en la anterior se prestará especial atención al testimonio de mujeres que fueron represaliadas por sus ideales democráticos o que ejercieron la resistencia y la lucha por las libertades de modos diversos.
4. La elaboración de informes de seguimiento sobre las actuaciones que en materia de Memoria Democrática se hayan promovido, a las que haya prestado su colaboración, por la Administración de la Junta de Andalucía o por las Administraciones locales andaluzas.
• Coordinación de tareas y funciones, y potenciación del trabajo en equipo en el seno de la Dirección General.
• Elaboración y aplicación de criterios de seguimiento y evaluación de las actuaciones promovidas o apoyadas por la Dirección General
5. La planificación, dirección, coordinación, control técnico y propuestas de actuación en materia de Memoria Democrática en Andalucía.
• Establecimiento de un Consejo de la Memoria presidido por el Director General de Memoria Histórica y del que podrán formar parte representantes del movimiento memorialista y de instituciones culturales o académicas, asi como expertos de reconocido prestigio e implicación en el campo de la Memoria Histórica.
• Convocatoria anual mediante Orden, de oferta de subvenciones destinadas a desarrollar y llevar a efecto las actuaciones establecidas en la planificación de prioridades, objetivos y actividades de esta Dirección General.
• Elaboración y difusión pública de objetivos concretos y evaluables que sirvan de referente para la planificación de actividades.
• Puesta en marcha desde la D.G. de iniciativas consideradas como relevantes para la consecución de los objetivos establecidos en el marco de la Memoria Democrática. Ente otras, la potenciación y mejora de la página web, la incorporación de herramientas informáticas para la visualización y reconocimiento de territorios y espacios vinculados a la Memoria, así como al tratamiento digital de archivos históricos. También en este sentido debe mencionarse la creación de un catálogo o banco de recursos de la Memoria Democrática.
6. La propuesta de declaración de Lugar de Memoria Histórica y su inclusión en el Catálogo de Lugares de Memoria Histórica de Andalucía.
• Ampliación del catálogo de Lugares de la Memoria, no sólo desde el punto de vista cuantitativo, sino sobre todo cualitativo, introduciendo en esta denominación una variada tipología de espacios urbanos, rurales y naturales, que atienda no solo a hechos de violencia, centros de detención, campos de concentración, etc. sino también a espacios emblemáticos de lucha y resistencia popular.
7. La promoción y seguimiento de la adecuada señalización de los Lugares de Memoria Histórica que sirva, adecuada y eficazmente, de recordatorio y homenaje por los hechos ocurridos en el Lugar.
• Acuerdos o Convenios con otras Consejerías y centros directivos para potenciar la puesta en valor y los usos sociales (incluyendo el turismo cultural) de itinerarios y senderos de la Memoria.
8. La formación, conservación y difusión del Catálogo de lugares de la Memoria Histórica de Andalucía, creado en el artículo 5 del Decreto 26412011, de 2 agosto, por el que se crean y regulan la figura de Lugar de Memoria Histórica de Andalucía y el Catálogo de Lugares de Memoria Histórica de Andalucía.
• Mejora de la página web de la Dirección General, e implementación de nuevas herramientas y programas digitales como soporte informativo y divulgativo dirigido a la ciudadanía, que permita un tratamiento audiovisual interactivo de los Lugares y Senderos de la Memoria.
• Puesta en marcha de un programa televisivo basado en la divulgación de las características biogeográficas, sociales e históricas de los Lugares de la Memoria.
9. Formular propuestas de actuaciones a las diversas Consejerías y entidades dependientes de la Administración de la Junta de Andalucía, así como a las Administraciones locales de Andalucía, dirigidas a la recuperación de las víctimas de la Guerra Civil y del franquismo.
• Potenciación de la Comisión Interdepartamental para la coordinación e impulso de medidas relacionadas con la Memoria Democrática que requieran o se vean favorecidas con la colaboración de otras Consejerías.
• Impulso de acuerdos con las entidades locales y las Diputaciones provinciales, destinados a posibilitar los procesos de localización, dignificación y posibles exhumaciones de víctimas, así como a culminar el ya avanzado proceso de eliminación de símbolos y nomenclatura franquista.
10. Desarrollar programas de cooperación con otras instituciones similares de otras Comunidades Autónomas o de la Administración General del Estado, así como con las Administraciones locales de Andalucía.
• Establecimiento de relaciones y contactos sistemáticos y frecuentes con otras Comunidades Autónomas que desarrollen iniciativas interesantes o extrapolables a nuestro marco autonómico.
• Integración y coordinación de las actuaciones estatales autonómicas en el marco de apoyo a iniciativas y procesos complejo de exhumación o de investigación/difusión cultural.
11. El impulso y fomento de la participación de la Administración Autonómica en aquellas iniciativas que sobre Memoria Democrática sean promovidas por otras Administraciones Públicas, por familiares de víctimas o por entidades que desarrollen su actividad a favor de la recuperación de la Memoria Democrática y el reconocimiento de las víctimas.
• La creación del Consejo de la Memoria Democrática, junto con el uso eficaz y ajustado a las necesidades del movimiento memorialista de la Orden Anual de Subvenciones, son sin duda actuaciones que permitirán la puesta en práctica de esta última