La memoria silenciada. Radiografía de la represión franquista en El Real de la Jara (Sevilla) 1936-1950
José Antonio Jiménez Cubero
El quinquenio republicano
Como en el resto de municipios de la Sierra Morena sevillana, las primeras décadas del siglo XX en El Real de la Jara estuvieron marcadas por una alta tasa de conflictividad social. Conflictividad derivada del enorme descontento latente entre los sectores más desfavorecidos de la sociedad local, fundamentalmente jornaleros sin tierras, que eran quienes conformaban la mayoría de su población. Descontento y conflictividad que, tras la llegada de la IIª República y la legalización de las organizaciones obreras desembocarían en una serie de huelgas y manifestaciones dirigidas a reivindicar no sólo al reparto de las tierras incultas sino a una mejora en las condiciones de vida tanto laborales como salariales y sanitarias de los trabajadores.
Al igual que ocurriera prácticamente en toda la geografía española, el nacimiento de la Segunda República el 14 de abril de 1931, sería recibido en El Real de la Jara con enorme ilusión por parte de la gran mayoría de su población. Dos días después, siguiendo lo dispuesto por el gobernador civil de la provincia, Ramón González Sicilia, para la formación de las nuevas Corporaciones Municipales, la mañana del día 16 se celebró una Sesión Extraordinaria en el Ayuntamiento. En dicha sesión, presidida por el alcalde saliente Remigio Díaz Bajuelo, quien venía desempeñando el cargo desde el 27 de febrero de 1930, sería investido alcalde José Martín Fernández, afiliado al Partido Republicano Radical (PRR). Junto al citado componían aquella primera Corporación republicana los concejales de la mayoría republicano-socialista Gregorio Esteban Barrientos, Juan Manuel Perera Romero (Regidor Síndico), José Pedro Alonso Moreno (destituido el 5 de junio al ocupar el puesto de Juez Municipal), Francisco (Fremio) Delgado Cano, Guillermo Sánchez Martín, Francisco Núñez Calle (entró en sustitución de José Pedro Alonso Moreno), Julio Durán Mateos (primer teniente de alcalde) y Francisco García Banda (segundo teniente de alcalde). Por parte de la minoría derechista de AP figuraban los ediles Pedro Macías Rivas y Francisco Blandón Moñino.
Semanas más tarde, después de la celebración del 1º de mayo, abrían sus puertas al público, de manera oficial, los centros obreros adscritos a la Unión General de Trabajadores y a la Confederación Nacional del Trabajo. Tras una primavera y un verano relativamente tranquilos, a primeros de octubre, con la negativa de la patronal agraria a la hora de aceptar varios de los puntos incluidos en la Ley de Bases Laborales promulgada por el Gobierno, los sindicatos UGT y CNT llaman a la huelga, convocatoria a la que de inmediato se adhieren más de cuarenta municipios de la provincia, entre ellos El Real de la Jara, en cuyo término, al igual que en el resto de poblaciones del Partido Judicial de Cazalla, se producen diversos actos de protesta, algunas talas de árboles para hacer leña y la ocupación simbólica de ciertas fincas.