Patriota era, y patriota soy. Manuel Hernández González, cabo de la Guardia Civil en Albendín en 1936

El cabo Manuel Hernández González era comandante de puesto del cuartel de la Guardia Civil, en la localidad cordobesa de Albendín, cuando se produjo el golpe de es­tado del 18 de julio de 1936. Al día siguiente recibió la orden de concentrarse en Baena, donde en apariencia permaneció apoyando la sublevación militar hasta que, de manera sorpresiva, fue arrestado el 23 de agosto. Entre otras acusaciones, se le imputaba haber avisado a los directivos del Centro Obrero de Albendín para que pudieran huir antes de ser detenidos. El 10 de mayo de 1937 fue sometido a consejo de guerra y condenado a cadena perpetua por “adhe­sión a la rebelión”. Sufrió prisión en Córdoba, El Puerto de Santa María, El Dueso (Santoña) y Toledo. Durante su estancia en la cárcel, comenzó a redactar lo que él denominó Páginas Confidenciales, unas cuartillas en las que se mezclaban reflexiones y recuerdos.

Al conseguir la libertad condicional, mecanografió un segundo bloque de Páginas Confidenciales que se convirtieron en un enorme desahogo vital. A pesar de que se encontraba muy débil por las penalidades y el hambre, quería contar, cuanto antes y ya sin la censura carcelaria, lo que él en realidad había vivido desde que llegó destinado a Albendín en enero de 1935 hasta que salió de la cárcel el 30 de mayo de 1942. En estos escritos se nos muestra como un hombre de principios, humanitario y fiel a la lega­lidad republicana. El valor histórico de su narración resulta extraordinario, pues aporta fechas, personajes y datos, sobre todo de Albendín y Baena, recogidos por un testigo presencial que conservaba una memoria muy pre­cisa y cercana a los hechos.

En este libro se reproducen íntegras las Páginas Confidenciales que Manuel Hernández escribió en el mes de junio de 1942, con notas al pie y una introducción del historiador Arcángel Bedmar.

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